Samy-Samantha
Cabo
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Mi esposo y yo nos levantamos un poco tarde después de la ardiente noche que tuvimos. Nuestras maletas ya estaban listas y solo esperábamos la noche para ir al aeropuerto. Mientras desayunábamos me dijo para almorzar juntos. Yo le hice acordar que me había dicho que iba ir a su trabajo por unas horas para no dejar nada pendiente en sus labores. El me respondió que lo podía hacer desde casa y que no era mucho. Eso me puso en jaque porque yo quería aprovechar su ausencia para ver a Javier. Me encerré en el baño para escribirle a Javier y decirle que me sería imposible verlo. Javier me rogo para que intentara escaparme. Después de unos minutos, mientras mi esposo trabajaba en la laptop y yo hacía yoga, recibo la llamada de mi amiga Sara, la misma que pidió el taxi de Javier, esa noche en la que se consumó mi infidelidad. Me invito almorzar, me dijo que en la fiesta habíamos compartido poco y que teníamos que ponernos al día en los chismes. Esa llamada me cayó del cielo, era la excusa perfecta para salir de mi casa y verme con Javier. Se lo conté a mi esposo y él me dijo: Me hubiera gustado almorzar contigo, pero ya en el viaje tendremos tiempo para los dos. Sal nomas con tu amiga amor. Apenas me dijo eso me metí a mi dormitorio a alistarme para Javier.
Antes de entrar a la ducha le escribí a Javier y le conté todo. Él se puso muy contento. Salí de la ducha y me llene de fragancias. Me puse un hilo rojo transparenta con abertura para ser penetrada sin necesidad de que me sacaran el hilo. También me puse un sostén rojo transparente. Encima me puse un jean negro bien apretado con unos tacones negro para resaltar aún más mis pronunciadas caderas. Luego me puse una blusa roja con un escote recatado. Mi esposo también me presto su auto. Mi plan era el siguiente: Había salido temprano para llegar antes de la hora pactada al almuerzo con mi amiga. Llegando al restaurante, tomo fotos del lugar para mandárselo a mi esposo, diciendo que ya había llegado y que estaba esperando a Sara. Luego de eso llamaría a Sara y cancelaria el almuerzo, salgo del restaurante a darle el encuentro a Javier, para eso él me estaría esperando cerca del restaurante, precisamente en el estacionamiento de un centro comercial, donde me tendría que acercar. Llego ahí, salgo de mi auto y me subo al de Javier y nos vamos junto a su cuarto. Lo raro sucedió cuando estaba camino al restaurante, Sara me llama para cancelar el almuerzo, dejándome la situación más sencilla. Llegue al restaurante tome foto por fuera del lugar y se lo mande a mi esposo diciéndole que ya había llegado. Mi esposo muy confiado me dijo que lo disfrutara. Nuevamente mi amiga Sara había sido la que propiciaba inconscientemente mi encuentro con Javier. En ese momento lo veía como coincidencia.
Del restaurante me dirigí al estacionamiento del centro comercial donde Javier esperaba. Al llegar, estacione mi auto, baje y me dirigí al auto de Javier. Estaba nerviosa, ansiosa, quería verlo ya, mi vagina palpita de excitación por la ansiedad de verlo. Por fin llego a su auto, abro la puerta de copiloto y veo a Javier sentado con el asiento reclinado, completamente desnudo y masturbándose ese enorme pene que tiene. Me pregunta: Me extrañaste mami? Me subo al auto e inmediatamente quiero agarrar su pene para hacerle un oral. El me detiene y me dice: Tranquila mami todavía no, primero quiero saber que traes debajo de tu ropa. Él tomaba el control y quería hacerme sufrir, sabía que me moría por agarrar su pene, por ser follada por él. Comienzo a desabrochar mi blusa y mostrarle mi sostén rojo transparente. Luego me quito el jean negro y le muestro mi hilo rojo transparente con abertura lo que hizo que se pusiera a mil, me dijo: Ala que rico mami, se puede ver tu conchita mojada. Yo le respondo: Lo hice por ti, me prepare para ti. Él me dijo, señalando su enorme pene: Es todo tuyo. Acerque mi boca a su pene, lo comencé a oler, a sobar mis mejillas con su pene. Restregaba mi cara en su pene como un gato lo hace con su bola de lana. Sobaba sus testículos en mi cara, después lo comencé a lamer desde sus testículos hasta su glande. Estaba en la gloria, deseaba tanto eso. Finalmente me lo metí a la boca, lo sentía más grande, estaba súper hinchado, venoso. Se lo masturba con la boca, con gran esfuerzo solo podía meterme un poco más de la mitad. Escupía sobre su pene para ensalivarlo y me lo volvía a meter a la boca, lo más que pudiera. Mis ojos lagrimeaban por el esfuerzo que hacía. Saque su pene de mi boca y yo misma me golpeaba la cara con su pene, me golpeaba fuerte y dolía, su pene estaba bien erecto, duro, parecía una roca. Javier gemía de placer y yo le decía: Como extrañaba tú pinga, me vuelve loca, quiero que me caches, soy tuya, soy tu perra. Estaba desatada por Javier, por su pene, solo quería ser follada, usada y desechada. Javier reclino aún más su asiento y me puso encima de él, pero en 69, para poder chupar mi conchita mientras yo seguía chupando su enorme pene. Sentir su lengua en mi conchita me ponía a mil y hacia que profundizara más mis mamadas. Mi conchita estaba mojadisima, comenzó a gotear hasta venirme en su boca. En ese momento el me soba mi clítoris con sus dedos y me comienzo a venir aún más. Penetra mi conchita con su lengua, absorbiendo con su boca mi vagina, mientras sigue sobando mi clítoris con sus dedos. Saco su pene de mi boca y emito un grito desgarrador de placer mientras mi cuerpo tiembla como si hubiera sido electrocutado. Me repongo y me pongo cara a cara con Javier, siempre encima de él. Javier se pone el condón y yo con mi mano dirijo su pene a la entrada de mi conchita, entre la abertura de mi hilo rojo transparente. Centímetro a centímetro se fue perdiendo su pene dentro de mi conchita, casi entro todo. Era riquísimo ver cómo su pene había entrado por la abertura de mi hilo rojo, era riquísimo ser follada con mi hilo puesto. Comienzo a cabalgar sobre Javier, yo tengo el control en ese momento, golpeo con mi culo su pelvis de arriba hacia abajo haciendo rebotar mi nalgas. Lo veo a él abrir la boca de placer, gimiendo sin dejar de mirarme, mientras me agarra las tetas y me apretaba mis pezones con sus dedos por encima de mi sostén rojo transparente. Mis pezones estaban duro de placer. Yo seguía moviendo mi culo, de arriba a abajo, lo movía de forma circular. En un momento de máximo placer comencé a moverle el culo imparablemente, golpeando su pelvis y hundiendo todo su pene dentro de mi conchita, el sonido que provocaba eso era riquísimo, era el sonido de dos manos aplaudiendo, aplaudiendo en un charco de agua y el olor de mis venidas se iba penetrando en el auto. No pare de moverle mi culo pero Javier me detuvo, me abrazo y me comenzó a follar de abajo hacia arriba. Que bestia la forma en como levantaba su pelvis para golpear mis nalgas y hacerlas rebotar mientras su enorme pene me penetraba a profundidad. En una pose tan incómoda y que requiere de tanta resistencia no paro y siguió por buen rato. Yo tenía mis tetas en su cara que habían salido por encima de mi sostén, debido a que no paraban de rebotar por la fuerte penetrada recibida por Javier. Mi cabeza la tenía levantada, con la mirada hacia arriba y gritaba de placer. Javier no paraba y comenzó a darme más duro y rápido, mientras el gemía de placer, un gemido masculino que daba la señal de que iba a terminar muy pronto. Clave mis uñas en sus hombros y me comencé a venir como una puerca. Javier saca su pinga de mi conchita y se saca el condón, eyaculando en mis nalgas. Quedamos abrazados y mojados de sudor.
Descansamos en los asientos traseros y acordamos que solo nos quedaríamos en el estacionamiento y ya no iríamos a su casa, ya que no me daba el tiempo. Javier no desaprovecho la oportunidad y me follo dos veces más en los asientos traseros, siempre con mi hilo rojo puesto y siendo penetrado por la abertura de mi hilo, lo cual lo hacía más excitante. Ya eran casi las 4 de la tarde, cuando Javier me follaba mi culo salvajemente piernas al hombro. En un espacio tan pequeño y un hombre tan grande como Javier, yo casi era cubierta por tan enorme cuerpo. Javier me decía: Toma perrita, te vas a ir con el culo bien roto al viaje con tu marido, para que no me olvides, para que te acuerdes quien es tu macho. Me decía todo eso mientras me reventaba mi culo y me agarraba del cuello con las dos manos, ahorcándome. Gritaba de placer, llegue al orgasmo y comencé a venirme como si me estuviera orinando. Javier se saca el condón y me baña con su leche. Me cayó en la cara, en mis tetas y mi abdomen. Se vino un montón a pesar que era la tercera eyaculada. Me limpie rápidamente. En mi cartera llevaba un vestido casual porque no podía ponerme la misma ropa con la que salí de mi casa en un cuerpo sucio de leche y sudoroso. Javier me dijo:
Antes de entrar a la ducha le escribí a Javier y le conté todo. Él se puso muy contento. Salí de la ducha y me llene de fragancias. Me puse un hilo rojo transparenta con abertura para ser penetrada sin necesidad de que me sacaran el hilo. También me puse un sostén rojo transparente. Encima me puse un jean negro bien apretado con unos tacones negro para resaltar aún más mis pronunciadas caderas. Luego me puse una blusa roja con un escote recatado. Mi esposo también me presto su auto. Mi plan era el siguiente: Había salido temprano para llegar antes de la hora pactada al almuerzo con mi amiga. Llegando al restaurante, tomo fotos del lugar para mandárselo a mi esposo, diciendo que ya había llegado y que estaba esperando a Sara. Luego de eso llamaría a Sara y cancelaria el almuerzo, salgo del restaurante a darle el encuentro a Javier, para eso él me estaría esperando cerca del restaurante, precisamente en el estacionamiento de un centro comercial, donde me tendría que acercar. Llego ahí, salgo de mi auto y me subo al de Javier y nos vamos junto a su cuarto. Lo raro sucedió cuando estaba camino al restaurante, Sara me llama para cancelar el almuerzo, dejándome la situación más sencilla. Llegue al restaurante tome foto por fuera del lugar y se lo mande a mi esposo diciéndole que ya había llegado. Mi esposo muy confiado me dijo que lo disfrutara. Nuevamente mi amiga Sara había sido la que propiciaba inconscientemente mi encuentro con Javier. En ese momento lo veía como coincidencia.
Del restaurante me dirigí al estacionamiento del centro comercial donde Javier esperaba. Al llegar, estacione mi auto, baje y me dirigí al auto de Javier. Estaba nerviosa, ansiosa, quería verlo ya, mi vagina palpita de excitación por la ansiedad de verlo. Por fin llego a su auto, abro la puerta de copiloto y veo a Javier sentado con el asiento reclinado, completamente desnudo y masturbándose ese enorme pene que tiene. Me pregunta: Me extrañaste mami? Me subo al auto e inmediatamente quiero agarrar su pene para hacerle un oral. El me detiene y me dice: Tranquila mami todavía no, primero quiero saber que traes debajo de tu ropa. Él tomaba el control y quería hacerme sufrir, sabía que me moría por agarrar su pene, por ser follada por él. Comienzo a desabrochar mi blusa y mostrarle mi sostén rojo transparente. Luego me quito el jean negro y le muestro mi hilo rojo transparente con abertura lo que hizo que se pusiera a mil, me dijo: Ala que rico mami, se puede ver tu conchita mojada. Yo le respondo: Lo hice por ti, me prepare para ti. Él me dijo, señalando su enorme pene: Es todo tuyo. Acerque mi boca a su pene, lo comencé a oler, a sobar mis mejillas con su pene. Restregaba mi cara en su pene como un gato lo hace con su bola de lana. Sobaba sus testículos en mi cara, después lo comencé a lamer desde sus testículos hasta su glande. Estaba en la gloria, deseaba tanto eso. Finalmente me lo metí a la boca, lo sentía más grande, estaba súper hinchado, venoso. Se lo masturba con la boca, con gran esfuerzo solo podía meterme un poco más de la mitad. Escupía sobre su pene para ensalivarlo y me lo volvía a meter a la boca, lo más que pudiera. Mis ojos lagrimeaban por el esfuerzo que hacía. Saque su pene de mi boca y yo misma me golpeaba la cara con su pene, me golpeaba fuerte y dolía, su pene estaba bien erecto, duro, parecía una roca. Javier gemía de placer y yo le decía: Como extrañaba tú pinga, me vuelve loca, quiero que me caches, soy tuya, soy tu perra. Estaba desatada por Javier, por su pene, solo quería ser follada, usada y desechada. Javier reclino aún más su asiento y me puso encima de él, pero en 69, para poder chupar mi conchita mientras yo seguía chupando su enorme pene. Sentir su lengua en mi conchita me ponía a mil y hacia que profundizara más mis mamadas. Mi conchita estaba mojadisima, comenzó a gotear hasta venirme en su boca. En ese momento el me soba mi clítoris con sus dedos y me comienzo a venir aún más. Penetra mi conchita con su lengua, absorbiendo con su boca mi vagina, mientras sigue sobando mi clítoris con sus dedos. Saco su pene de mi boca y emito un grito desgarrador de placer mientras mi cuerpo tiembla como si hubiera sido electrocutado. Me repongo y me pongo cara a cara con Javier, siempre encima de él. Javier se pone el condón y yo con mi mano dirijo su pene a la entrada de mi conchita, entre la abertura de mi hilo rojo transparente. Centímetro a centímetro se fue perdiendo su pene dentro de mi conchita, casi entro todo. Era riquísimo ver cómo su pene había entrado por la abertura de mi hilo rojo, era riquísimo ser follada con mi hilo puesto. Comienzo a cabalgar sobre Javier, yo tengo el control en ese momento, golpeo con mi culo su pelvis de arriba hacia abajo haciendo rebotar mi nalgas. Lo veo a él abrir la boca de placer, gimiendo sin dejar de mirarme, mientras me agarra las tetas y me apretaba mis pezones con sus dedos por encima de mi sostén rojo transparente. Mis pezones estaban duro de placer. Yo seguía moviendo mi culo, de arriba a abajo, lo movía de forma circular. En un momento de máximo placer comencé a moverle el culo imparablemente, golpeando su pelvis y hundiendo todo su pene dentro de mi conchita, el sonido que provocaba eso era riquísimo, era el sonido de dos manos aplaudiendo, aplaudiendo en un charco de agua y el olor de mis venidas se iba penetrando en el auto. No pare de moverle mi culo pero Javier me detuvo, me abrazo y me comenzó a follar de abajo hacia arriba. Que bestia la forma en como levantaba su pelvis para golpear mis nalgas y hacerlas rebotar mientras su enorme pene me penetraba a profundidad. En una pose tan incómoda y que requiere de tanta resistencia no paro y siguió por buen rato. Yo tenía mis tetas en su cara que habían salido por encima de mi sostén, debido a que no paraban de rebotar por la fuerte penetrada recibida por Javier. Mi cabeza la tenía levantada, con la mirada hacia arriba y gritaba de placer. Javier no paraba y comenzó a darme más duro y rápido, mientras el gemía de placer, un gemido masculino que daba la señal de que iba a terminar muy pronto. Clave mis uñas en sus hombros y me comencé a venir como una puerca. Javier saca su pinga de mi conchita y se saca el condón, eyaculando en mis nalgas. Quedamos abrazados y mojados de sudor.
Descansamos en los asientos traseros y acordamos que solo nos quedaríamos en el estacionamiento y ya no iríamos a su casa, ya que no me daba el tiempo. Javier no desaprovecho la oportunidad y me follo dos veces más en los asientos traseros, siempre con mi hilo rojo puesto y siendo penetrado por la abertura de mi hilo, lo cual lo hacía más excitante. Ya eran casi las 4 de la tarde, cuando Javier me follaba mi culo salvajemente piernas al hombro. En un espacio tan pequeño y un hombre tan grande como Javier, yo casi era cubierta por tan enorme cuerpo. Javier me decía: Toma perrita, te vas a ir con el culo bien roto al viaje con tu marido, para que no me olvides, para que te acuerdes quien es tu macho. Me decía todo eso mientras me reventaba mi culo y me agarraba del cuello con las dos manos, ahorcándome. Gritaba de placer, llegue al orgasmo y comencé a venirme como si me estuviera orinando. Javier se saca el condón y me baña con su leche. Me cayó en la cara, en mis tetas y mi abdomen. Se vino un montón a pesar que era la tercera eyaculada. Me limpie rápidamente. En mi cartera llevaba un vestido casual porque no podía ponerme la misma ropa con la que salí de mi casa en un cuerpo sucio de leche y sudoroso. Javier me dijo:
- Te voy a extrañar mucho Samy, esperare con ansia que regreses de tu viaje para volver a verte.
- Imagino que no vas a salir con tus vecinas escandalosas u otras chicas?
- Jajaja (solo atino a reírse y guardar silencio).
- Con eso me respondiste todo Javier (haciéndome la celosa).
- Mami pero con las que este, tu siempre estarás en mi cabeza.