Lisa S.
General
Esto lo encontré en una web femenina, pero les puede servir para que se den cuentan si son malos amantes o no (AUNQUE TODOS SE CREEN SUPER BUENOS), ahí se los dejo... léanlo que esta interesante.
Si no hay buena química en la cama, es difícil que lo demás funcione. En cuestión de sexo el ego masculino es mal consejero y puede hacerte pensar que el problema es la mujer.
1.Sexo oral... para él.
Siempre te lo pide, le vuelve loco y le hace prometerte amor eterno. Pero cuando llega la hora de intercambiar los papeles se hace el perezoso, te dice que no le gusta, lo hace sin ningún tipo de interés o francamente mal. Veredicto. Muy buen amante no puede ser quien no sabe proporcionarle placer a su pareja y tampoco se le podría calificar de generoso en la cama. Solución. Si le da pereza, cierra el grifo, que tampoco haya sexo oral para él. Si el problema es que lo hace muy mal, dale una oportunidad, seguro que agradecerá que le guíes con la voz o con las manos.
2.No quiere usar juguetes.
¿Puso mala cara cuando le dijiste que tenías un vibrador? ¿Se ha negado en rotundo a introducirlo en vuestras relaciones? ¿Crees que nunca ha utilizado un complemento erótico? Veredicto. Está claro que se siete atacado e intimidado por ellos. Seguramente es de los que piensa que si utilizas un dildo es porque él no te satisface lo suficiente. Sea lo que sea, su falta de apertura mental le convierte en un mal amante. Solución. Si de verdad te gusta, ármate de paciencia para explicarle que tu juguete nunca le va a sustituir a él. Para que no se sienta intimidado, comienza con la cosmética erótica (aceites de masaje, lubricantes comestibles, etc.), continúa con complementos para los dos (antifaces, esposas), juguetes para él (anillas vibradoras) y, finalmente, juguetes para ti.
3.El sexo dura poco.
¿No puedes recodar una noche de sexo apasionado con él? ¿Siempre lo hacéis en cinco minutos, sin apenas preliminares ni pasión? ¿Si os alargáis más suele perder la erección? Veredicto. O sólo le interesas para el sexo (y encima malo), o estás ante un hombre con problemas de erección o una gran falta de experiencia. Solución. Por tu parte, pasa por tomar la iniciativa y alargar los preliminares y el coito para ver qué pasa. Por la suya, reconocer un posible problema de erección o falta de experiencia.
4.Necesita llevar el ritmo.
Tiene que ser él quien tome la iniciativa, quien decida la postura y quien lleve el ritmo, que normalmente no coincide con el tuyo y casi nunca consigues llegar al orgasmo. Es tan dominante en la cama como fuera de ella y no admite una crítica en ninguna situación, incluso te hace sentir que si no llegas al clímax es culpa tuya. Veredicto. Estás ante un pésimo amante, absolutamente dominado por su ego. Por muy viril que sea y muy buenos atributos que tenga, si no te hace disfrutar es él quien tiene un problema, no tú. Solución. Con un hombre así jamás finjas un orgasmo, no harías sino alimentar su ego. Es más, háblale claramente de su narcisismo sexual y dile que ese trío no te apetece montártelo.
5.No conoce tus puntos erógenos.
Ni los suyos. Te acaricia mal, de forma brusca y en el lugar equivocado. No sabe que tu cuello es tu punto débil, que te encanta que te besen el pecho, que su perineo es un punto lleno de placenteras terminaciones nerviosas. Veredicto. Tu pareja carece de la información sexual básica acerca del erotismo femenino y del suyo propio. Lo bueno es que, si está dispuesto, puede mejorar exponencialmente. Solución. Necesita educación sexual, mediante libros y prácticas contigo: dedica un día a enseñarle cuáles son tus zonas erógenas y cómo te gusta que las estimule. Después, hazle el favor de mostrarle las suyas.
6.Siempre te quedas a medias.
No existen mujeres anorgásmicas sino malos amantes. A no ser que tú tengas algún tipo de bloqueo o problema real, él no te está estimulando lo suficiente (en tiempo y calidad) como para que llegues al clímax. O falla en tamaño y no te enteras de nada, o es eyaculador precoz, o hace el amor en plan peli porno o cuando él llega al clímax pasa olímpicamente de ti. Veredicto. O es un mal amante al que nunca se lo han dicho, no es consciente de que la falta de tamaño hay que compensarla con otras cosas o es un egoísta. Solución. No se te ocurra fingir el orgasmo, dile claramente que tú no disfrutas, que necesitas más dedicación y te gustaría enseñarle lo que necesitas para llegar al clímax.
7.Casi no hay besos.
El beso es el preliminar más potente que existe, un acto profundamente sensual y sexual. Se puede prescindir de ellos cuando se trata de sexo rápido (muy rápido), pero no si hablamos de un coito normal. Sin besos, el sexo es sólo eso, sexo. Veredicto. O tu chico es un amante tan poco inteligente como para prescindir de los besos, o la rutina se ha instalado en vuestra relación, o no siente mucho amor por ti. Solución. Bésale tú y demuéstrale, con oportunos gemidos, el efecto que produce en tu libido. Si no te corresponde, tal vez no merezca la pena seguir compartiendo cama con él.
8.Siempre en la misma postura.
Aunque consigues llegar al orgasmo, el sexo con él te resulta aburrido. Los mismos preliminares, el mismo escenario, las mismas posturas Cuando has intentado cambiar la performance se ha bloqueado e incluso se le ha bajado la erección. Veredicto. O estás ante un amante poco experimentado, ante uno muy puritano o ante uno muy poco osado. Solución. Tirar de diplomacia y hablarlo con él, empezar a tomar la iniciativa en la cama o regalarle un Kama Sutra para que se instruya e inspire.
Si no hay buena química en la cama, es difícil que lo demás funcione. En cuestión de sexo el ego masculino es mal consejero y puede hacerte pensar que el problema es la mujer.
1.Sexo oral... para él.
Siempre te lo pide, le vuelve loco y le hace prometerte amor eterno. Pero cuando llega la hora de intercambiar los papeles se hace el perezoso, te dice que no le gusta, lo hace sin ningún tipo de interés o francamente mal. Veredicto. Muy buen amante no puede ser quien no sabe proporcionarle placer a su pareja y tampoco se le podría calificar de generoso en la cama. Solución. Si le da pereza, cierra el grifo, que tampoco haya sexo oral para él. Si el problema es que lo hace muy mal, dale una oportunidad, seguro que agradecerá que le guíes con la voz o con las manos.
2.No quiere usar juguetes.
¿Puso mala cara cuando le dijiste que tenías un vibrador? ¿Se ha negado en rotundo a introducirlo en vuestras relaciones? ¿Crees que nunca ha utilizado un complemento erótico? Veredicto. Está claro que se siete atacado e intimidado por ellos. Seguramente es de los que piensa que si utilizas un dildo es porque él no te satisface lo suficiente. Sea lo que sea, su falta de apertura mental le convierte en un mal amante. Solución. Si de verdad te gusta, ármate de paciencia para explicarle que tu juguete nunca le va a sustituir a él. Para que no se sienta intimidado, comienza con la cosmética erótica (aceites de masaje, lubricantes comestibles, etc.), continúa con complementos para los dos (antifaces, esposas), juguetes para él (anillas vibradoras) y, finalmente, juguetes para ti.
3.El sexo dura poco.
¿No puedes recodar una noche de sexo apasionado con él? ¿Siempre lo hacéis en cinco minutos, sin apenas preliminares ni pasión? ¿Si os alargáis más suele perder la erección? Veredicto. O sólo le interesas para el sexo (y encima malo), o estás ante un hombre con problemas de erección o una gran falta de experiencia. Solución. Por tu parte, pasa por tomar la iniciativa y alargar los preliminares y el coito para ver qué pasa. Por la suya, reconocer un posible problema de erección o falta de experiencia.
4.Necesita llevar el ritmo.
Tiene que ser él quien tome la iniciativa, quien decida la postura y quien lleve el ritmo, que normalmente no coincide con el tuyo y casi nunca consigues llegar al orgasmo. Es tan dominante en la cama como fuera de ella y no admite una crítica en ninguna situación, incluso te hace sentir que si no llegas al clímax es culpa tuya. Veredicto. Estás ante un pésimo amante, absolutamente dominado por su ego. Por muy viril que sea y muy buenos atributos que tenga, si no te hace disfrutar es él quien tiene un problema, no tú. Solución. Con un hombre así jamás finjas un orgasmo, no harías sino alimentar su ego. Es más, háblale claramente de su narcisismo sexual y dile que ese trío no te apetece montártelo.
5.No conoce tus puntos erógenos.
Ni los suyos. Te acaricia mal, de forma brusca y en el lugar equivocado. No sabe que tu cuello es tu punto débil, que te encanta que te besen el pecho, que su perineo es un punto lleno de placenteras terminaciones nerviosas. Veredicto. Tu pareja carece de la información sexual básica acerca del erotismo femenino y del suyo propio. Lo bueno es que, si está dispuesto, puede mejorar exponencialmente. Solución. Necesita educación sexual, mediante libros y prácticas contigo: dedica un día a enseñarle cuáles son tus zonas erógenas y cómo te gusta que las estimule. Después, hazle el favor de mostrarle las suyas.
6.Siempre te quedas a medias.
No existen mujeres anorgásmicas sino malos amantes. A no ser que tú tengas algún tipo de bloqueo o problema real, él no te está estimulando lo suficiente (en tiempo y calidad) como para que llegues al clímax. O falla en tamaño y no te enteras de nada, o es eyaculador precoz, o hace el amor en plan peli porno o cuando él llega al clímax pasa olímpicamente de ti. Veredicto. O es un mal amante al que nunca se lo han dicho, no es consciente de que la falta de tamaño hay que compensarla con otras cosas o es un egoísta. Solución. No se te ocurra fingir el orgasmo, dile claramente que tú no disfrutas, que necesitas más dedicación y te gustaría enseñarle lo que necesitas para llegar al clímax.
7.Casi no hay besos.
El beso es el preliminar más potente que existe, un acto profundamente sensual y sexual. Se puede prescindir de ellos cuando se trata de sexo rápido (muy rápido), pero no si hablamos de un coito normal. Sin besos, el sexo es sólo eso, sexo. Veredicto. O tu chico es un amante tan poco inteligente como para prescindir de los besos, o la rutina se ha instalado en vuestra relación, o no siente mucho amor por ti. Solución. Bésale tú y demuéstrale, con oportunos gemidos, el efecto que produce en tu libido. Si no te corresponde, tal vez no merezca la pena seguir compartiendo cama con él.
8.Siempre en la misma postura.
Aunque consigues llegar al orgasmo, el sexo con él te resulta aburrido. Los mismos preliminares, el mismo escenario, las mismas posturas Cuando has intentado cambiar la performance se ha bloqueado e incluso se le ha bajado la erección. Veredicto. O estás ante un amante poco experimentado, ante uno muy puritano o ante uno muy poco osado. Solución. Tirar de diplomacia y hablarlo con él, empezar a tomar la iniciativa en la cama o regalarle un Kama Sutra para que se instruya e inspire.