El día de ayer estuve en el Casablanca. Hay autos que te cobran 25 soles desde el Trebol de Javier Prado y llegan en hora y media a Cañete, de allí tomas un soyuz que por 3 soles te lleva a Chincha, luego por 6 soles el taxi te lleva a Casablanca. La entrada cuesta 3 soles.
Un cambio que he notado en los prostíbulos del sur, es decir, El Eden de Lurín, El café rojo de Mala, El Casablanca de Cañete y El Casablanca de Chincha es que el 75 por ciento de féminas son extranjeras, ecuatorianas, venezolanas y colombianas. Cada vez hay pocas mujeres peruanas en estos sitios.
Di varias vueltas y en la habitación 8 encontré una ecuatoriana de nombre Marlene de 19 años, muy buen polvo, todo lo tenía duro, era muy dócil, me cobró 25 soles y estuvo muy bueno, una época las ecuatorianas tenían la fama de ser mala gracia y de pésima atención, pues esto también a cambiado, su servicio es mucho mejor, mas bien son las venezolanas que dan un pésimo servicio.
Seguí dando vueltas, y en el segundo corredor, al fondo, abre la puerta una flaca bien jovencita, también de Ecuador. Me dijo que tenía 18 años y sí los aparentaba. Se notaba que era nueva y me gustó tanto que pedí dos sesiones con ella, osea, gasté 50 soles, era mamá y se notaba el corte de cesarea en el abdomen, pero salvo ese detalle, todo lo demás me gustó.
Tuve una buena incursión en el Casablanca. Es mucho mejor este lugar que estar pagando 180, 200 o 250 soles a una agencia en Lima que muchas veces te estafan.