Father Frost
Platinium Member
Bueno cofrades, en vista de que vamos a volver a hacer cuarentena he decidido narrar algunas vivencias pasadas bastante interesantes para pasar el rato, incluso trataré de apoyarme con material visual de apoyo. Dividiré la historia en partes para que no se vuelva muy densa.
INTRO
Hace unos años atrás realicé unas prácticas de trabajo durante las vacaciones de verano en un resort de invierno del estado de Nevada, en los Estados Unidos. Vivía en un pueblo pequeño, a una hora del resort y más o menos a un par de horas de Las Vegas, mi objetivo era ahorrar suficiente dinero como para pasar mis dos últimas semanas de farra en aquel lugar, era joven y sentía que tenía toda la vida por delante así que pensé por qué no?
Llegué al pueblito éste más o menos la quincena de Diciembre, ya estaban instalados en la casa rentada dos compatriotas peruanos, chibolos también. Ellos eran amigos de la universidad y sus clases reiniciaban a inicios de Marzo, en cambio las mías empezarían a fines de Marzo o incluso Abril, dependiendo del calendario académico. Estos patas fueron los que me dieron la idea de juntar nuestros días de descanso precisamente para ir a Las Vegas (ellos a jugar, yo tenía en mente ligarme alguna gringa).
Pero la realidad era otra, en dicho lugar todo funciona en base a cuánto tengas disponible para gastar, literalmente gastar y realmente hay fortunas que se hacen y deshacen en cuestión de minutos ahí. Aprendimos la lección rápidamente.
Tuve que cambiar de meta para cuando me tocara ir solo, mi idea ya no sería solo ir a despilfarrar dinero en los casinos, tendría que invertir en alguna flaca. Eso de tratar de conocer gringas en los salones de juego no funcionaba, a menos que tuvieras EL billete, pero en esa época distaba mucho de tenerlo.
Ahora bien, había algo que había pasado por alto pero finalmente fue a lo que quise ponerle empeño: en Nevada, la prostitución está permitida. No era legal al 100%, habían muchas restricciones y cosas por el estilo pero de una u otra forma era factible, mucho más que en otros estados. No podía ir por la calle solicitando sexo (eso sí estaba penado) así que tendría que encontrar a las kines de una forma mucho más sutil. Tampoco quería una callejera, de las baratas, la verdad es que quería alguien caleta.
Entonces se me ocurrió recurrir a la internet, como hacía en Lima pero con un cambio: usaría una especie de anuncios clasificados digital (craigslist) en donde especificaría lo que estaba buscando, para que todo fuese consensuado y coordinado de antemano. Incluso indiqué mis preferencias físicas, quería una milf, caucásica, muy muy tetona... básicamente eso... y como ya no pensaba ir a los casinos a gastar a lo loco iba a tener más dinero disponible para este encuentro así que decidí hacerlo más interesante todavía.
Sabía que en los estados aledaños a California residen mujeres con la idea de ser actrices, de cualquier tipo (obviamente su meta es llegar a Hollywood). Así que indiqué en mi aviso que de preferencia la señora interesada tuviera algo de experiencia como actriz. Dejé el anzuelo y no volví a ver el anuncio hasta una semana después cuando tuve mi siguiente descanso y pudimos salir de compras, era ahí cuando iba a un cyber café a revisar el correo personal (por obvias razones no revisaba nada de eso en la laptop de uno de los patas peruanos) y fue muy grata mi sorpresa cuando vi que mi llamado había sido contestado
INTRO
Hace unos años atrás realicé unas prácticas de trabajo durante las vacaciones de verano en un resort de invierno del estado de Nevada, en los Estados Unidos. Vivía en un pueblo pequeño, a una hora del resort y más o menos a un par de horas de Las Vegas, mi objetivo era ahorrar suficiente dinero como para pasar mis dos últimas semanas de farra en aquel lugar, era joven y sentía que tenía toda la vida por delante así que pensé por qué no?
Llegué al pueblito éste más o menos la quincena de Diciembre, ya estaban instalados en la casa rentada dos compatriotas peruanos, chibolos también. Ellos eran amigos de la universidad y sus clases reiniciaban a inicios de Marzo, en cambio las mías empezarían a fines de Marzo o incluso Abril, dependiendo del calendario académico. Estos patas fueron los que me dieron la idea de juntar nuestros días de descanso precisamente para ir a Las Vegas (ellos a jugar, yo tenía en mente ligarme alguna gringa).
Pero la realidad era otra, en dicho lugar todo funciona en base a cuánto tengas disponible para gastar, literalmente gastar y realmente hay fortunas que se hacen y deshacen en cuestión de minutos ahí. Aprendimos la lección rápidamente.
Tuve que cambiar de meta para cuando me tocara ir solo, mi idea ya no sería solo ir a despilfarrar dinero en los casinos, tendría que invertir en alguna flaca. Eso de tratar de conocer gringas en los salones de juego no funcionaba, a menos que tuvieras EL billete, pero en esa época distaba mucho de tenerlo.
Ahora bien, había algo que había pasado por alto pero finalmente fue a lo que quise ponerle empeño: en Nevada, la prostitución está permitida. No era legal al 100%, habían muchas restricciones y cosas por el estilo pero de una u otra forma era factible, mucho más que en otros estados. No podía ir por la calle solicitando sexo (eso sí estaba penado) así que tendría que encontrar a las kines de una forma mucho más sutil. Tampoco quería una callejera, de las baratas, la verdad es que quería alguien caleta.
Entonces se me ocurrió recurrir a la internet, como hacía en Lima pero con un cambio: usaría una especie de anuncios clasificados digital (craigslist) en donde especificaría lo que estaba buscando, para que todo fuese consensuado y coordinado de antemano. Incluso indiqué mis preferencias físicas, quería una milf, caucásica, muy muy tetona... básicamente eso... y como ya no pensaba ir a los casinos a gastar a lo loco iba a tener más dinero disponible para este encuentro así que decidí hacerlo más interesante todavía.
Sabía que en los estados aledaños a California residen mujeres con la idea de ser actrices, de cualquier tipo (obviamente su meta es llegar a Hollywood). Así que indiqué en mi aviso que de preferencia la señora interesada tuviera algo de experiencia como actriz. Dejé el anzuelo y no volví a ver el anuncio hasta una semana después cuando tuve mi siguiente descanso y pudimos salir de compras, era ahí cuando iba a un cyber café a revisar el correo personal (por obvias razones no revisaba nada de eso en la laptop de uno de los patas peruanos) y fue muy grata mi sorpresa cuando vi que mi llamado había sido contestado