Tengo buenos recuerdos de este lugar, una pena que no estén atendiendo por esto de la pandemia, pero desde el 2017 se vino a pique, ya no tenía buenos jales y subió los precios.
Uno de mis mejores recuerdos, fue el 2015. Salía de celebrar el cumpleaños de un amigo, que terminó casi a medianoche porque tenía que salir con su flaca y mis otros patas se quedaron en el aire. Los invite a ir al sixty que había descubierto con otro amigo unos meses antes.
Si bien primero los palteo el costo de la entrada (Casi cien lucas), ya una vez adentro, viendo el level de las flacas, se quedaron analizando la situación.
Luego de unos tragos y una conversa entre nosotros, salieron de cacería y me dejaron sentado cerca a una mesa redonda pequeña, mientras acababa lentamente mi jugo de naranja con vodka y hielo.
Andaba algo desanimado debido a que días antes había decidido no seguir viendo a una flaca de la cual estaba templado; y en ese momento, apareció a medio metro de mi, una chica de aproximadamente 1,75, piel clara, cabello rubio oscuro, sonrisa linda, labios carnosos, cejas delgadas y pestañas grandes, medio cachetona, de pechos y derrier grandes, de 23 años aproximadamente. Me quedé asombrado viendo tanta belleza, ella se dió cuenta y me sonrió. Correspondi el saludo y se sentó a mi lado. Me saludó y con un acento charapa me preguntó "Qué tomas ah?", Vodka con naranja, le respondí; y de frente agarro mi vaso y lo secó. Que confianzuda, le dije; se sonrió y me dijo "Me encanta sorprender siempre". Estuvimos hablando un rato y por varios minutos solamente me quedé mirando su rostro hermoso y su sonrisa. Me enamoré a primera vista y ella hablaba y hablaba.
Ya casi siendo las 3 am y luego de una ronda de tragos, le dije para salir y luego de negociar la salida, aceptó por casi 400 lucas. Pague aparte por su salida y nos fuimos a un hotel cercano.
Al llegar al lugar, prendi la luz del cuarto y pude ver la belleza de la mujer que me acompañaba, alta, preciosa, de buenas piernas y sonrisa ideal. Llevaba un vestido azul claro y le pedí que me deje quitárselo. Bajé suavemente su vestido y pude sentir el olor de su perfume mezclado con su sudor y eso aceleró mis ganas de sentir su piel.
Su ropa interior era fina y bien cuidada, me agaché a quitársela con los dientes, mientras ella se reía diciendo con su dejo charapa "Eres un loco". Soy tu loco le dije y comencé a besar todo su cuerpo, con paciencia y delicadeza, contando los segundos para que no acabe nunca ese momento.
Se volteó, sobo su trasero con mi pene y pidió que la abrace. Le hice caso y luego de eso se puso frente a mí y con sus labios me puso el preservativo de forma suave.
Tenía técnica y experiencia y verla en esa posición me hacía sentir en una película porno. La tomé suavemente de la cabeza y le hundía mi pene cada vez con más fuerza, hasta que le pedí que se ponga sobre la cama. Verla acostada sobre la cama y luego verla sobre mi, con sus pechos grandes y desnudos, los cuales besaba en cada movimiento, me hizo olvidar mi tristeza.
Agote hasta mis últimas fuerzas en esa hora y media que estuvimos juntos. Pero como siempre, el sol empieza a salir y todo tiene que terminar. Se duchó y luego se volvió a poner el vestido que con tanto cuidado logré sacar. Hablamos de algunas cosas, le pagué y se fue sonriendo.
Me dijo su nombre de batalla antes de salir del local, pero con el sonido estridente y mi fascinación por su rostro, no presté atención, sólo tenía en mente verla desnuda y conocer cada rincón de su cuerpo.
Luego de algunos meses de casualidad encontré su perfil de Facebook, pero decidí no escribirle para evitar que se asuste y me bloqueé. Al menos verla por foto me da la esperanza de volverla a encontrar algún día.