Parte 21
Me subí a mi auto de inmediato, en cada luz roja me ponía a revisar los videos y pude ver que Lupe se había vestido de forma muy sexi. Se había puesto un enterizo color negro, con los hombros desnudos y la falda estaba por encima de sus rodillas. Además llevaba puesto un blazer color blanco. Cuando llegue a Miraflores llame a Mateo. El seguía buscando. Me indico las zonas por donde había buscado, entonces me puse a buscar por otras zonas. Estaba desesperado, no sabía de qué iba ser capaz Lupe. Casi una hora después Mateo me llama y me dice que la encontró. La encontró tomando un taxi con otro tipo, estaban abrazados. No logro detenerla pero se subió a otro taxi para seguirla. Mateo me mando ubicación. Me fui a mi carro y me puse a manejar como loco. Al rato Mateo me hace una videollamada y me dice que el taxi los ha dejado al frente de un hotel. Vi como Mateo se acercó a ellos, el chico con el que estaba Lupe era un tipo joven de unos 25 años aproximadamente. El tipo ese, no dejaba que Mateo se la lleve, pero Mateo se puso bravo, al final no llego a mayores. Lupe decidió irse con Mateo. Le dije a Mateo que me esperen ahí, pero Mateo me dice que me apure. Lupe esta algo mareada y dice que si no la lleva a otro lado (hotel, mi casa), se regresa a Miraflores a buscar a otros y que si Mateo la retiene va a comenzar a gritar como loca de que él es un acosador y la está reteniendo en contra de su voluntad. Para mi mala suerte me detiene la policía cuando estaba cerca de llegar, me había pasado dos luces rojas, en realidad fueron más, pero eso fue lo que vio la policía. Mientras el policía revisaba mis documentos, aproveche en volver a llamar a Mateo.
Mateo: Juan porque te demoras tanto? Lupe ya se quiere ir, ya sabe que estas viniendo y dice que le estamos mintiendo, está desesperada.
Juan: Espera un rato más, me ha parado la policía.
Mateo: No sé cuánto más podre retenerla (en eso escucho gritar a Lupe, diciéndole a Mateo que la suelte y que es un acosador). No puedo Juan, la gente ya está mirando y hay un policía cerca.
Juan: Llévatela Mateo, dile lo que quiere escuchar y llévatela a mi casa. Yo les doy el alcance.
Mateo se la llevo a mi casa, mientras yo solucionaba mi problema. Para alargar aún más mi tragedia, el policía me dice que tengo una fotopapeleta pendiente de pago, por la cual no había sido notificado. Me estaba demorando más de lo pensado y Mateo ya había llegado a mi casa con mi mujer. El policía quería llevarme a la comisaria y mientras hacia una llamada a su dependencia, llame a Mateo y apenas me contesto escuchaba los gritos de Lupe, que le decía a Mateo que era un mentiroso y que la dejara ir, para buscar a un hombre que si desee satisfacerla. Mateo estaba en la puerta de entrada, impidiendo que Lupe saliera.
Mateo: Juan cuanto te vas a demorar? Se ha vuelto a poner incontrolable, no creo que pueda retenerla (en ese momento Lupe se tranquiliza y se va a la cocina).
Yo: Mateo que es lo que ella quiere, que le dijiste para llevarla a la casa, como la convenciste.
Mateo: Tú me dijiste que le dijera lo que ella quería escuchar y lo hice.
Yo: Si, está bien yo te autorice. Que le dijiste?
Mateo: Ella quiere acostarse conmigo, sino se iba a ir con ese tipo o con otro que encontrara en Miraflores o donde sea. Así que le tuve que decir que la iba a llevar a su casa y que lo haríamos en su cama. Tuve que besarla para convencerla aún más. Finalmente acepto irse conmigo, pero ahora estoy en tu casa y como no me voy acostar con ella, se ha vuelto loca.
Yo: Y en el taxi, que paso? Dime la verdad.
Mateo: Nos besamos unas cuantas veces. Apúrate Juan
Yo: Solo eso? Dime todo lo que paso (estaba ansioso por saber que mas había pasado).
Mateo: Ptm Juan, ehhh... nos besamos todo el camino y después ella metió su mano dentro de mi pantalón y saco mi pinga y me comenzó a masturbar, tape eso con el blazer de ella, para evitar que el taxista viera. Mi intención era mantenerla distraída hasta llegar a la casa y no me podía oponer a lo que ella me pedía, tenía temor que detuviera el taxi y se bajara.
Yo: Solo fue por temor o porque te excitaba lo que te hacia mi mujer?
Mateo: Ehhh… La verdad es que estaba muy excitado, pero que tiene que ver eso ahora.
Yo: Y que más paso en el taxi. Dímelo por favor.
Mateo: Es en serio? Quieres saber todos los detalles.
Yo: Si! Cuéntame todos los detalles.
Mateo: Bueno nos seguimos besando y ella seguía masturbándome. Hasta que comenzó a bajar.
Yo: Y bajo? Te la chupo?
Mateo: Bajo y me la comenzó a chupar, no pude aguantar la excitación, la agarre de la nuca y hundí su cabeza en mi pinga. Tu mujer masturbaba mi pinga con su boca, la escupía, la ensalivaba, me chupaba los huevos.
Yo: Te hizo venir?
Mateo: No, pero estuvo cerca. Lo chupaba tan rico. Quieres más detalle Juan? (en eso veo que Lupe trata de golpear a Mateo con el rodillo de cocina pero Mateo logra esquivarlo. Lupe aprovecha para abrir la puerta, pero Mateo la agarra antes que lo haga y la empuja hacia adentro, él se sigue quedando en la puerta).
Yo: Que carajo le pasa a mi mujer? Que le hiciste? En que la has convertido? (estaba sorprendido de lo que Lupe era capaz de hacer, golpear a alguien con un rodillo, nunca lo imagine).
Mateo: Perdóname Juan, nuca quise ocasionarte este daño y estoy tratando de enmendarlo, por eso te he estado llamando cada vez que ella me buscaba y por eso hoy te ayude a buscarla y casi me peleo con ese tipo con el que estaba tu esposa (la verdad que Mateo había cuidado a mi mujer cuando no le correspondía hacerlo).
Yo: Olvida lo que te dije (en eso Lupe saca un cuchillo de la cocina y amenaza a Mateo, para que la deje salir, mientras grita como loca).
Mateo: Juan no voy poder detenerla. Disculpa pero la voy a tener que dejar salir.
Yo: No la dejes salir por nada del mundo. Llévatela al dormitorio y haz todo lo que ella te pida.
Mateo: Estas seguro de lo que me estás diciendo?
Yo: Si, hazlo!
Mateo: Pero no creo que ella quiera dejar el cuchillo. Pensara que es otra mentira. Lo siento Juan pero Lupe me está dando mucho miedo, creo que la voy a dejar salir.
Yo: Tú la dejas salir y yo voy y te parto la cara (respire profundo para no asustar a Mateo). No la dejes salir, convéncela de que suelte el cuchillo y llévatela al dormitorio, por favor. Hazlo!
Mateo: Esta bien Juan, hare todo lo posible.
Con el temor de que esto llegue a mayores, ya que Lupe no está bien emocionalmente y de que los vecinos e inquilinos se enteraran de la humillación que pase, decidí pasar por una humillación privada, donde los únicos testigos e involucrados seriamos Mateo, Lupe y yo. Esperaba con ansias de que Mateo convenciera a mi mujer, iba ser peor si salía y se acostaba con otro. En ese momento me di cuenta que no podía seguir siendo reacio a buscar ayuda profesional. Así que me propuse a buscar psicólogos o hasta psiquiatras, pasada esa noche. Mientras tanto los policías decidieron ayudarme y dejarme ir, pero ya imaginaran cuanto me iba a costar su ayuda. El lugar donde estábamos era muy transitado y tuvimos que movernos a otro lugar más caleta para hacer la operación. Después de zafar de la policía, conduje hacia mi casa, con mucho cuidado para evitar otra detención, mientras conducía a mi casa llame a Mateo para evitar que pase lo que minutos antes le había pedido a Mateo que hiciera, pero él no contestaba e imaginaba que ya era muy tarde, pero insistí en llamarlo. Mientras tanto esto era lo que había pasado:
Mateo: Suelta el cuchillo preciosa y vamos al dormitorio.
Lupe: Ya no te creo, me estas mintiendo otra vez.
Mateo: No preciosa, ahora si te voy a llevar al dormitorio y te voy a cachar como a ti te gusta (Mateo comenzó a sacarse la ropa. Se sacó el polo y luego el pantalón. Se quedó solo en bóxer).
Lupe: En serio? Pero Juan? Él ya debe estar viniendo.
Mateo: Si, ya debe estar viniendo, pero él ya sabe que te voy a cachar, él ya me autorizo. Se rindió, sabe que tu no vas a dejar de pensar en mi (Lupe suelta el cuchillo y corre hacia él).
Lupe se lanza hacia Mateo y lo comienza a besar. Luego se agacha y le baja el bóxer. La pinga erecta de Mateo sale el violentamente y golpea la cara de Lupe. Ella agarra rápidamente la pinga y se lo meta a la boca. Mateo cae rendido de placer por la tremenda mamada que le está dando Lupe, apoya su cuerpo en la puerta de entrada de la casa, su mirada apunta hacia arriba y comienza a gemir de placer, mientras que agarraba la cabeza de Lupe con sus manos. Lupe esta agachada ante Mateo chupándole la pinga y lo mira a él desde abajo, con una mirada sumisa. Mateo ignoraba mis llamadas, hasta que cansado de mis insistentes llamadas, me contesta.
Mateo: Ahhh! Ahora que quieres Juan ahhh!
Yo: Pudiste controlar a mi esposa?
Mateo: Ahhh! Si ya lo hice.
Yo: Como? Que le estás haciendo ahora? Porque gimes?
Mateo: En serio? Quieres que te relate en vivo y directo? Solo hago lo que tú me has pedido.
Yo: Si carajo! Cuéntame que está pasando (en ese momento Mateo colgó y al rato me hizo una videollamada y yo conteste de inmediato).
Mateo: Esto me está haciendo tu mujer. Satisfecho? (pude ver como Lupe le estaba chupando la pinga).
Mateo estaba furiosos y estresado. Tenía que soportar a la ninfómana de mi mujer y al marido celoso que quería saber detalle a detalle lo que le hacía a su mujer. En parte lo entendía, un chico de 21 años no tenía por qué cargar con tanta responsabilidad. Mateo bastante molesto por la situación se hartó y le dijo a Lupe que yo la estaba mirando y a ella ni le importaba. Miraba fijamente a la cámara y se golpeaba la cara con la pinga, la masturbaba, la escupía y se la volvía a meter. Luego Mateo le dijo que se parara y se diera la vuelta. Lupe se paró y volteo. Levanto su falda hasta la cintura y se inclinó, pude ver su tremendo culo y su diminuto hilo rojo. Mateo apunto su pinga a la concha de Lupe y ella solo hizo a un lado su hilo. Pude ver en vivo y directo como hundía centímetro a centímetro su pinga en la vagina de mi mujer. Mateo sin soltar el celular la comenzó a bombear su pelvis golpeaba con la nalgas carnosas de mi mujer. Mateo estaba muy excitado, como si hubiera deseado con anisas volver a tirarse a mi mujer y no le importaba que estuviera mirando.
Mateo: Ahhh!!! A la csm, como extrañaba este culo, plap (le mete varios lapos en sus nalgas).
Yo: No tengo que ver esto.
Mateo: Ahhh! eso quería, pues ahí tienes, metiéndole pinga a la perra de tu mujer, ahhh!.
Yo: Haz lo que quieras. Solo, no la dejes salir (termine la videollamada).
Mateo: Ya colgó el cornudo de tu marido. No sabes cómo te extrañaba perrita.
Lupe: Yo también, no sabes cómo añoraba este momento. Hazme tuya una vez más (Mateo le saca la pinga y la voltea hacia él y comienzan a besarse, Mateo la arrincona contra la pared).
Mateo: Es lo que quiero. No sabes cómo me aguantaba las ganas de cacharte, las veces que ibas a buscarme y me rogabas por pinga (le baja el enterizo de la parte de arriba, dejando libre sus tetas y se la comienza a chupar, el enterizo se queda en la cintura de Lupe).
Lupe: Y te seguiré rogando las veces que sea necesario, con tal de sentir tu pinga dentro der mí.
Mateo: Entonces te daré pinga, perra.
Lupe: Cáchame!!!
Mateo le rompe el hilo y la carga. Lupe lo abraza con sus brazos y piernas y Mateo la sujeta del culo. Se la entierra todo de un solo golpe. Comienzan a follar salvajemente, Mateo le daba contra la pared. La pelvis de Mateo golpeaba la concha de Lupe y sus tremendos glúteos rebotaban contra la pared. Luego Mateo se la lleva en esa misma pose al dormitorio, sin sacársela. Ambos cayeron en la cama, Mateo encima de Lupe. Se besaban con mucha pasión, desenfrenadamente, como si se hubieran estado aguantando, algo que deseaban hace mucho tiempo. Estaban cachando en misionero. Lupe lo abrazo con sus piernas, mientras que sus manos las apoya en la cabecera de la cama, para contrarrestar sus embestidas y evitar que su cabeza golpee con la cabecera. Mateo la mete y saca con potencia y rapidez. Da la impresión que está por venirse. Lupe comienza a venirse y no para botar sus líquidos vaginales. Mateo está gimiendo de placer como no lo había hecho antes. Ahora Lupe aferre sus uñas en la espalda de Mateo y en medios de su grito le pide su leche. La leche de Mateo comenzó a desbordarse por la concha de Lupe. Los dos se quedan abrazados, pegados uno al otro pero siguen gimiendo de placer. Minutos después de llenar a mi mujer, Mateo levanta su torso y cabeza y da un fuerte gemido.
Lupe: Te sigues viniendo. Que rico!!!
Mateo: Si!!! Ahhhhhhhhhhhh! La ptm!!! Ahhhhhhhhhhhhhhh!!!
Lupe: Si!!! Que rico! Cuanta leche. Dame más!
Era tanto el placer, que Mateo había tenido como una segunda eyaculación seguida. Mateo cayó sobre Lupe y se abrazaron fuertemente. Ambos respiraban profundamente, el polvo había sido corto pero muy intenso. Mateo seguía con la pinga dentro. Mateo comenzó a darle unas leves embestidas, al parecer la mantenía dura y de un momento a otro Mateo ya le estaba bombeando salvajemente. Lupe le agarraba las nalgas para que lo hundiera más y Mateo le hundía su boca en el cuello de Lupe. Las bombeadas eran fuertemente sonoras plap, plap, plap, esos se sumaban a los sonidos de las flatulencias vaginales, que lejos de incomodar, los arrechaba más, ya que Mateo no dejaba de bombearla. Mateo casi sacaba la pinga, solo dejaba la cabeza y lo volvía a meter con fuerza y rapidez. Su pinga salía blanca y la concha de Lupe comenzaba a botar su venida, pero era más espesa, espumosa y blanca, pronto hasta los huevos y muslos de Mateo estaba embarrada de esa venida espumosa. Lupe tenía toda la concha, su culo y muslo blanco de esa venida. Lupe lanzo un grito desgarrador y comenzó a brotar más espuma, como si su concha fuera botella de champagne. Al rato Mateo lanzo un fuerte gemido, señal que la volvió a llenar. Yo en ese momento estaba dentro del dormitorio, había llegado unos minutos antes, y fui testigo de tan salvaje cachada que le dio Mateo a mi mujer. Ellos ni se dieron cuenta que estaba yo ahí. Seguían abrazado, muy agitados, embarrados con esa venida espumosa y blanca que Lupe había botado. Lupe con un inmenso chupetón en el cuello. Finalmente ambos casi sincronizadamente, dirigieron sus miradas hacia mí y pudieron percatarse de mi presencia, pero lejos de sorprenderse, siguieron recobrando aliento, estaban muy exhaustos y ni se movieron. Me ignoraron totalmente. En mi mano tenía la ropa de Mateo que había dejado en la sala, la deje a un lado y me salí del dormitorio. Los deje ahí y me fui al otro dormitorio, intente dormir pero era imposible más aun cuando comencé a escuchar de nuevo gemidos. Me fui a la cocina, saque una lata de cerveza y me puse tomar solo, con la luz apagada, reflexionando sobre este triste momento que estaba pasando, en medio de los gemidos desgarradores de Lupe. Sin darme cuenta ya llevaba tres latas y estaba algo mareado (para alguien que casi no toma, es mucho) y la casa volvía a estar en silencio. Al rato, comienzo a sentir pasos acercándose a la cocina. Alguien prende la luz de la cocina. Era… Continuara…