Hace alguno años, y previo a haberme involucrado en el mundo oculto, tuve una pequeña aventura con un chico encantador. Un colega que dejó de ser mi compañero de trabajo para convertirse en mi compañero de sábanas. El es menor a mí por unos 4 o 5 años, yo me considero joven, pero a él lo veo muy muy joven porque incluso aparenta menos edad; pero lo admiro profundamente. Tiene una inteligencia asombrosa, sabe mucho, es un profesional brillante y sé, estoy segura que llegará muy muy lejos. Su mente, su cerebro me conquistó en aquel tiempo y me gustaba demasiado para mi gusto. Hicimos muchas locuras juntos, locuras que posiblemente alguien 8 o 10 años mayor a él que sería el típico de hombre con el que normalmente saldría, no se animaría a hacer por un sentido de pudor y madurez adquirida propio de haber pasado la barrera de los 30 años (yo estoy al borde ya, será que mis limites cambiaran?, no creo jaja)
Nos alejamos de pronto, se sumaron nuevos planes y proyectos en mi vida. El siguió donde siempre pero creciendo también. Fueron un par de años de nunca vernos y ocasionalmente enviarnos un saludo o mensaje corto mediante Face o whats App, pero esos pequeños mensajes no eran carentes de importancia para mí. Ese chico siempre pudo captar mi atención y arrancarme un sonrisa pícara al recordar episodios bastante locos que pasamos, más nunca nos cruzamos, ni por casualidad ni por suerte, varios años no lo tuve cara a cara.
Hace poco recibí un mensaje " quiero verte", así de simple, así de directo y de la misma manera respondí "te veo a las 8:00", "

" es lo único que respondió y eso era suficiente para los dos, él ya sabía a donde dirigirse, al mismo lugar donde muchas veces había estado.
Llegó 5 minutos antes. ! se sigue viendo aún tan joven jaja, me pregunto si nos vieran en la calle pensarían que somos una pareja dispareja jaja, capaz exagero un poco, no me veo vieja, pero es que él tiene carita de niño y yo definitivamente ya no soy una niña. Nos dimos un gran abrazo largo y sentido y abrimos un champagne que trajo para celebrar las fiestas.
Con un poco de música y poca luz brindamos y conversamos mucho, muchísimo de todo y de todos, pasaron volando un par de horas y no parábamos de reírnos.
Me levanté a servir un poco más de champagne y se me acercó, me tomó con sus brazos fuerte y firmemente y empezó a besarme de una manera deliciosa. Pasaba su lengua por mis labios, saboreaba y succionaba mi lengua húmeda que tímida aparecía dentro de su boca, me besaba el cuello, me mordía la oreja mientras inclinaba mi cabello para un costado de mi hombro, besaba mi nuca dibujando una línea de besos hacia mi espalda y yo sólo me dejaba llevar. Muchos besos por largo tiempo mientras sonaba wake me up when september ends..... sin dejar de besarme, sentí sus dedos bajar por mi vestido negro y sobre mi pequeña tanga también negra empezó a acariciarme suavemente, era algo tan delicado que me produjo pequeñas corrientes y un par de suspiros. Corriendo hacia un costado el pedacito de tela que cubría mis partes íntimas empezó a rozar las yemas de sus dedos con mi clítoris, suave y despacio y yo sentía que me mojaba por montones. Sólo cerré los ojos, sin pensar en nada, solo en lo que sentía, me dejé llevar acompañada de algunos gemidos a un estado de total éxtasis. No paraba de besarme profundamente contrastando con sus suaves caricias. No quería más fuerte, era simplemente ideal. Ayudándose de mis fluidos fue resbalando sus dedos a mi interior. Su índice entraba en mí mientras que si pulgar seguía acariciando mi clítoris y su lengua dentro de mi boca simulaba dicho movimiento. Mi respiración se cortaba al mismo ritmo hasta que no pude más, llené sus dedos de mí, mordí su labio y contraje mi cuerpo hacia su cuerpo mientras me miraba fijamente y me decía lo linda que me veía mientras me venía, abrí mis ojos y se cruzaron con los suyos, nos miramos fijamente mientras aún seguía sintiendo esos deliciosos espasmos en la parte baja de mi cuerpo mmm que delicia.
Me sacó el vestido, se sacó su ropa, sin movernos del mismo sillón que había sido protagonista de otras historias similares años atrás con él mismo como protagonista. Empezó a besarme de la misma manera que antes pero esta vez en mis otros labios. Su lengua entraba y salía suave pero firmemente mientras se re lamía y se turnaba para ir limpiando los fluidos que corrían de mi entre pierna con besos y pequeñas mordidas. Yo acostada en el sillón, él realizó una pequeña maniobra con un giro sobre mí hasta encontrarme con un riquísimo y erecto pene en mi cara. Mi boca se humedecía más de lo normal, misma reacción ante un delicioso postre que estas por comer, primero lamí suavemente la puntita, le pasé la lengua saboreando su deliciosa piel, jugué con el pasándomelo sobre mi cara, dándome pequeñas palmaditas en mis cachetes, masajeando mi rostro con su miembro. Inesperadamente di la sorpresa de metérmelo entero, completo a mi boca. Entró casi todo y ahí lo dejé, succionándolo desde dentro mientras mi lengua juega desde el interior de mi boca llena y copada con su riquísima verga. El no para de besar mis otros labios, aunque si, a veces se detenía para emitir gemidos de placer y concentrarse en cacharme la boca por momentos fuerte y por momentos suave y delicadamente tal parece que aplacando un poco sus ganas de venirse ya que aún no era el momento.
Se incorporó y colocó sobre mí. Empezó a frotar su pene masajeando mi vagina, era tan delicioso como poco a poco iba entrando en mi cuerpo. Lo hizo suave pero firme mientras sostenía mis brazos sobre mi cabeza evitando que me mueva o que escape, aunque yo no quería huir, hacía un poco de fuerza para que me libere, sin éxito ya que él estaba decidido a penetrarme a su tiempo y a su manera. Cuando al fin estuvo dentro por completo, mi cuerpo lo sintió con una sensación de saciedad, de llenura interna y resbalaba suavemente, entraba y salía empapado de fluidos. Lo sé no solo porque lo sentí, sino porque lo vi. Me concentré por varios momentos en ver el espectáculo de su miembro ingresando en mi cuerpo hasta el fondo y saliendo casi completamente para volver a entrar. Me volteó y separó mis piernas, sentía que sus testículos chocaban una y otra vez sobre mis nalgas y eso me excitaba muchísimo. Me daba pequeñas palmaditas mientras introducía su ser en mi ser, su mano se posó nuevamente sobre mi clítoris y me masajeaba suavemente mientras me embestía por atrás, no pude más, me dejé llevar y nuevamente era un mar de fluidos y gemidos que hacían juego con según él, mi carita de satisfecha.
Me subí sobre él y posé mis pechos sobre su cara, empezó a comerlos, lamerlos, morderlos, juntarlos, meterlos a la boca, chuparlos, hizo de todo, jugó mucho tiempo con ellos mientras no paraba de penetrarme. Yo me movía a veces en círculos, a veces de arriba hacia abajo y el por momentos salía tratando de mantenerse aún en juego y contener sus ganas desmedidas de venirse. Estuvimos de costado, mis piernas en sus hombros, también estuve en cuatro, de todas las formas posibles hasta que en misionero, dándome fuerte y yo abrasando su cuerpo con brazos y piernas se vino de una manera intensa y prolongada. Quedamos abrasados empapados de sudor. El reloj marcaba las 2 de la mañana. Estuvimos más de 3 horas teniendo sexo continuo. Bendita juventud que me puede seguir en un ritmo intenso!!
Acostados desnudos abrasados en la cama hablamos aún mas, nuevamente de todo y de todos, nos volvimos a reír de lo locos y desvergonzados que éramos. Hablamos de proyectos, ideas y sueños, mucho en común, demasiado que admiro de él, de sus ganas y energía, virtudes que también espero conservar por mucho tiempo más.
Me doy cuenta que nada ha cambiado, me sigue atrayendo e interesando mucho y la razón se apodera de mi, o no sé si la sin razón más bien....
Me levanto de pronto y me empiezo a vestir. El me mira y me pregunta, ¿qué haces? , -tengo que salir-, le respondo. ¿A donde podrías ir a las 4 de la mañana?, -por ahí-, le contesto, como siempre me enerva tener que dar explicaciones.
-Pensé quedarme a tu lado esta noche y si quieres unas cuantas más-, me dice. - no puedo, tengo cosas que hacer -le contesto. Se levanta y se viste en silencio. Salimos juntos y en la puerta me da un pequeño pico, me acaricia el rostro y me dice, todo sigue igual, a pesar de los años no cambias, siempre huyes de las cosas lindas. Hay cosas que no tienen precio, le contesto.
Subo a mi vehículo y el sube al suyo, nos vamos por calles distintas. En realidad sólo doy la vuelta a la manzana y vuelvo a casa. Estaciono, entro a casa, enciendo las luces, aun sigue sonando la computadora con música, empiezo a levantar las copas sucias y la botella vacía y recibo un mensaje en mi celular que dice "sabía que no tenías que ir a ningún lado", y le respondo "simplemente quería dormir sola". "Que descanses", me responde. "Igual tú", le contesto.