El rico desayuno

Me gusta que las historias tengan un contexto, que los relatos generen emoción/intriga en vez de ir de frente al cache pero el cófrade Halekz ya la está haciendo mas larga que la lista de propiedades de Alan García, no es novela es relato, que el vigilante, que la esposa del chofer, que la camioneta tiene llantas, por favor ya no mas relleno!
o_O

Esperé que Maria me escribiera, estaba atento si algún número desconocido me whatsappeaba. Ya era mediodía y no lo hacía, deduje que estaría ocupada y lo haría más tarde. Así llegó la noche y no lo había hecho, habían varias opciones. La primera es que el señor de seguridad no le había dado el papelito, ya sea por olvido o porque no le dió la gana. La segunda es que si recibió el papelito pero me había choteado. La tercera es que también recibió el papelito pero quería hacer todo caleta, y al darle mi número le traería problemas...
 
Al mediodía me llega un mensaje al número corporativo.

Maria: hola, es María
Yo: hola María
Maria: guárdame este es mi número.
Yo: ok, ¿saliste de trabajar?

La comunicación no era muy fluida, yo seguía trabajando e imaginé que ella también. Después de rato ella me responde, casi a las 5pm.

María: recién salgo de trabajar, disculpa por no responderte.
Yo: no te preocupes, imagino estabas ocupada.
Maria: sí, no podía hablarte bien. Así que mejor decidí escribirte ahora, que estoy libre.
Yo: ¿tan tarde sales de trabajar?
Maria: si normalmente salgo a esta hora. Los martes y viernes salgo más tarde como te conté.
Yo: ¿ahora te vas a casa?
Maria: si, estoy comprando algunas cosas para cocinar. ¿Tú sigues trabajando?
Yo: salgo a las 6pm.
María: te escribo luego. Yo te escribo.

Saliendo del trabajo, tenía una cita para sacarme una radiografía. Cumplí con tomarme las pastillas en la semana pero la molestia seguía. La doctora del tópico me recomendó sacarme la radiografía para descartar un desprendimiento; me pareció innecesario, ya que para estos casos es mejor una resonancia. Llegué a la clínica y mientras hacía mi turno para la radiografía, pensaba en la frase de María: "Yo te escribo". Era obvio que ella quería que yo no le envié ningún mensaje, porque seguro estaría con su novio. También deduje que ella sabía que yo había entendido el mensaje. Me tocó mi turno, me sacaron la radiografía y de nuevo me hicieron esperar. Ya eran más de las 8pm y tenía mensajes de María.

Maria: chamoooo
Yo: hola
Maria: terminé de cocinar ¿qué haces?
Yo: estoy en clínica
Maria: ¿qué te pasó?
Yo: nada de gravedad, solo es rutina. ¿Mañana sales tarde de trabajar verdad?
María: sí y el viernes también
Yo: ¿te parece si después te invito a comer por ahí?
Maria: fino chamo. Vienes lo más temprano porque no puedo llegar muy tarde a casa.
Yo: ¿que prefieres comer?
María: eso lo vemos mañana. Trataré de acabar de trabajar lo más temprano mañana. ¿Qué hora vienes?
Yo: yo puedo estar en tu puesto a las 6:15 pm
María: 6:30 pm esta bien. Pero no vengas al puesto.
Yo: te espero afuera entonces
María: si

Me entregaron mis documentos y me indicaron que a partir del siguiente día podría recoger los resultados ya que era muy tarde. Me fui directo a la casa de mi enamorada, antes de entrar a su casa y bajar de la camioneta, reviso el celular corporativo.

Maria: (foto de un plato de comida) es eso lo que preparé, arroz con pollo.
Yo: se ve bueno. Nuestro arroz con pollo es distinto.
María: si, es más verde. No me gusta mucho.
Yo: mañana nos vemos entonces.
María: si, me esperas fuera.
Yo: dale, buenas noches María.
Maria: ¿no me digas que ya te vas a dormir? ¿O te aburro?
Yo: jajajajaja

Nuestra gastronomía peruana es la mejor del mundo, tenemos variedad de platos y mucha creatividad. Venezuela también tiene nombre de platos, pero pocos. Su plato de arroz con pollo es literal como se lee, es arroz acompañado de pollo. El arroz puede ser preparado de distinta forma, de igual manera el pollo (hasta en trozos). Nuestro plato es más único y tiene su forma de definida de preparación y presentación.

Dejé el celular corporativo en la camioneta, mi enamorada sabe de la existencia de ese celular. Pocas veces lo ha agarrado y revisado (saben como son las mujeres), esta vez decidí dejarlo en la camioneta por seguridad. Al día siguiente, antes de empezar a manejar hacia el trabajo, revisé el celular que dejé en la camioneta y no tenía mensajes de María. Saqué la conclusión que ella entendió que estaría con mi enamorada y por eso no escribió más, así como yo la entendí. Todo era raro, porque directamente no habíamos hablado de nuestras parejas pero ya teníamos códigos raros. Ingresé al trabajo en mi horario normal, no le escribí porque sabía que en el horario temprano ella estaría más full con los clientes. Fue al mediodía que me animé a escribirle, "buenos tardes chama". Después de media hora, observé que me dejó en visto. Plan de 4:00 pm, me escribe.

María: hola halekz. Estaba ocupada, ya estoy más libre.
Yo: ¿Qué tal chama? ¿Cómo vas?
María: bien, avanzando rápido para salir lo más temprano.
Yo: te dejo entonces
María: nos vemos más tarde

Tenía que recoger mi radiografia, pero no iba dejar plantada a la chamita. El resultado de la radiografia puede esperar. Minutos antes de la hora de salida, me fui a los vestuarios del trabajo para asearme, marqué mi salida y me dirigí hacia la camioneta. En el camino me despedía de mis compañeros, algunos me retenían como queriendo hacer hora para hablar, pero mis movimientos corporales les hacía entender que tenía prisa.

Llegué un poco más de 6:20 pm, lo primero que hice fue escribirle "ya llegué". No podía acercarme a su puesto por indicación de ella. Minutos más tarde me responde "ok, ya va". El puesto donde trabaja queda al costado de una de las puertas del mercado (el mercado tiene 4 puertas), yo siempre me estaciono en la calle donde está la puerta más cercana al puesto de María.

María: ¿cuál es tu carro?
Yo: ¿Donde estás?
María: Afuera
Yo: no te veo

Esperaba su salida por la puerta donde ella normalmente sale, hasta que volteé la cabeza hacia la derecha y ahí estaba caminando muy despacio por la vereda, tuvo que darse una vuelta por salir por otra puerta. Le escribí para indicarle el color de la camioneta.

Yo: encenderé las luces
María: ya te vi

Estaba vestida con un pantalón jean negro, unas zapatillas blancas y una casaca marrón. Se acercó dudosa a abrir la puerta del copiloto, las lunas son polarizadas por lo que entendí su miedo a equivocarse. Cuando abrió la puerta y me vió se le fue el miedo.

María: hola
Yo: estaba esperando que salgas por la otra puerta.
María: los martes y viernes siempre salimos todas juntas. Tuve que decir que tenía que ir rápido a mi casa y para que no vean algo raro, decidí salir por la puerta que habitualmente salimos.
Yo: ¿que sería lo raro? (haciéndome él que no sabe nada).
María: que salgo con otra persona que no sea mi novio, yo sé que tú sabes que tengo novio. Ese día, tuviste que escuchar.

En ese momento esperaba que me preguntará por mi enamorada, no lo hizo. Le dije que se colocara el cinturón para cambiar de tema.

Yo: ¿qué deseas comer?
María: no tengo hambre, quizá un helado o un dulce.

Vamos a un lugar que no sea cerca de aquí.
Ella vive cerca del mercado donde trabaja, no sabía a dónde llevarla, terminé eligiendo la Rambla de Javier Prado. En el viaje, me dijo que no pensaba que tenía una camioneta tan bonita y qué ojalá no sea la última vez que la lleve a pasear. Me contaba que ella no tiene muchos momentos para salir y muchos menos dinero para gastarlo. Le dije que cuando ella guste, la puedo llevar donde ella quiera, todo es cosa de coordinar bien. Hablamos un poco del tráfico de lima y recordábamos la primera vez que nos conocimos. Ya estábamos entrando en confianza y reíamos. Llegamos el centro comercial, estacionamos y subimos por las escaleras hacia el primer nivel, quise ponerme detrás para ver su culito. Como ya les comenté no es el "señor culazo", pero para su cuerpecito fino, estaba muy bien. Y así lo corroboré, tenía un culito muy apetecible, todavía seguía con su casaca puesta, pero sabía que los pechos eran normales. Su cabello rizado estaba en cola de caballo y le quedaba muy bien. Era una mini modelito, observé que desviaba algunas miradas, lo que más llamaba la atención era su bello rostro.

La confianza iba fluyendo, comparábamos palabras peruanas versus palabras venezolanas, riéndonos mientras caminábamos. Nos dirigimos al segundo nivel, esperamos el ascensor para subir. Detrás de nosotros ya teníamos varias personas por el ascensor, entramos y nos acomodamos al fondo. Al inicio estábamos pegados a una de las paredes del ascensor, yo en una esquina y ella al costado mío. Luego por la cantidad de gente que entraba, ella se apegó a mi, poniéndome una nalga cerca a mi miembro. Al inicio quizá, ella hay sentido su tamaño normal; pero sólo bastaron pequeños segundos para que sintiera que algo iba creciendo. Lastimosamente esto no duró mucho tiempo, ya que llegamos el segundo nivel y mi pantalón jean ayudó a que no se viera la erección. Ella no me dijo nada, y seguíamos conversando de lo más normal. Nos sentamos en las mesitas del dunkin donuts.

Yo: ¿Cuántas donuts quieres?
María: solo uno chamo. No quiero engordar, tengo unos cauchitos.
Yo: ¿es en serio? Si estás muy bien.
María: en serio tengo cauchos (sacándose la casaca, se paró al costado mio y se agarraba su vientre)
María: mira esto.

No tenía el abdomen definido, pero su abdomen era plano, no sabía si lo hacía por dramática o porque quería que vea lo buena que estaba. "Caucho", traducido a nuestro vocabulario perucho es "rollitos".

Yo: María, te repito "estas muy bien"
Maria: noooo, toca esto, toca (agarró mi mano y le invitó a tocar sus "rollitos")
Yo: no tienes nada, estas perfecta. A ver, date una vueltita.
María: ¿Perfecta? (se dió una vuelta y se echó a reír) Voy a salir más seguido contigo para que me levantes la autoestima
Yo: acepto jajajaja
Maria: jajajaja
Yo: ¿entonces qué? ¿Te pido 5 o 10 donnuts?
María: noooooo jajajajaja

Pedí un donuts y un refresco para cada uno. Al regresar ella estaba pegada a su celular, estaba muy atenta. Comenzamos a comer, mientras seguiamos conversando, ella me contaba como consiguió el trabajo que tiene ahorita y que la dueña la trata muy bien, que ha tenido suerte. Pero todo esto me contaba con pequeñas pausas, ya que tomaba su celular de rato en rato.

Yo: ¿todo fino chama? Si tienes problemas, quizá podemos irnos.
María: no, no, es solo mi novio. Ya entra a trabajar y estoy hablando con él.
Yo: ¿te está preguntando donde estás?
María: no, él piensa que ahorita estoy en casa. Te contaré ...
 
El imperio romano no se construyo en un dia, sigue cofra quizas cuando inicie la otra pandemia ya te le estes comiendo
 
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