Tranquilas o vagas, a todas las llenan porque no se cuidan y están calenturientas al igual que sus flacos. Hace algunos años, conocí a una señora que vivía a unas cuadras de mi casa, relativamente joven, entrando en sus 40s, contadora profesional, dos hijos. Saludos casuales, conversaciones breves y nada más, tenía buena figura para su edad. Luego en un momento, uno de esos tios viejos chismosos del barrio soltó la lengua, la conocía desde chibolita, un pata chibolo que estudiaba con ella la llenó a los 17, luego a los 25 la llenó un tio obstetra que trabajaba en una clínica y ahora esta señora sale con un pata menor. El asunto es que esta señora siempre se dió a conocer en el barrio como flaca tranquila, era reservada y pocos sabían su historia, pero si le vas a meter mano al yuyo, ya pues lleva tu condón para que después no estés asustado.