Le regalaran cuadritos rojos a Levitsky??? jeje
LA REPUBLICA
Una Gran Transformación
Steven Levitsky
Domingo, 27 de mayo de 2012 | 4:30 am
El apoyo público del presidente Barack Obama al matrimonio gay subraya una gran transformación en la sociedad norteamericana: el triunfo de ideas progresistas en un país que se ha vuelto muy conservador.
La elección de Ronald Reagan en 1980 inauguró un periodo de auge conservador. Entre 1980 y 2008, el Partido Republicano ganó cinco de las siete elecciones presidenciales. Los movimientos radicales y progresistas de los años 1960 y 70 desaparecieron, y las calles fueron tomadas por movimientos sociales de derecha (pro cristiano, antiaborto, antiinmigrante, antiimpuesto). Hoy en día, el 40% de los estadounidenses se identifica como conservador, mientras solo el 21% se considera liberal.
Pero en medio de este auge conservador, los norteamericanos se volvieron mucho más liberales y progresistas en cuanto a los derechos de las minorías, las mujeres y los homosexuales. Según las encuestas de Gallup, en 1958, solo 4% de los norteamericanos consideraba aceptable el matrimonio entre blancos y negros, y una mayoría decía que no votaría por un candidato presidencial negro. En 1967, menos de 20% aceptaba el matrimonio mixto y 41% decía que no votaría por un candidato negro. En 1986, apenas un tercio aceptaba el matrimonio mixto. Hoy, más de 80% acepta el matrimonio mixto, y el sueño de un presidente negro se convirtió en realidad.
La sociedad también se volvió más feminista. En los años 70, menos de 5% de los estudiantes en las mejores escuelas de derecho eran mujeres. Hoy son la mayoría. En 1969, el 40% de los norteamericanos decía que no votaría por una mujer. Hoy 95% votaría por una mujer, y la figura política mas respetada es Hillary Clinton (según las encuestas, si fuera candidata en 2012, ganaría la presidencia).
Más dramático aún es el cambio con respeto a los homosexuales. Antes de los años 90, el matrimonio gay era impensable. En 1996, apenas 25% de la población lo aceptaba. Pero el apoyo al matrimonio gay subió a 34% en 2000, a 42% en 2006 y a 50% en 2011. Entre los jóvenes (18-34 años), ya supera el 70%. En dos décadas, los derechos de los homosexuales pasó de ser una causa marginal a ser una posición mayoritaria (tanto que la declaración de Obama —que antes hubiera sido suicidio político— fue criticada como una “movida electoral” en búsqueda de votos). El matrimonio gay ya es legal en seis estados y Washington, D.C., y lo será pronto en varios otros estados.
¿Cómo se explica este cambio? Para el politólogo Ronald Inglehart, es producto de la modernización. Según Inglehart, la riqueza y la educación generan valores “pos-materialistas”. Donde todos tienen sus necesidades básicas satisfechas y la gran mayoría pertenece a la clase media, las demandas materiales (como mejores salarios) pierden algo de importancia. En su lugar, surgen nuevas demandas posmaterialistas. Un ejemplo es el ecologismo, que surgió en los países industrializados en los años 70 y 80. Otro es la defensa de grupos cuyos derechos han sido negados o violados, como las minorías étnicas, las mujeres y los homosexuales. Defender los derechos de grupos marginados combina el liberalismo —la defensa de los derechos individuales— con valores históricamente asociados con la izquierda, como la reducción de la desigualdad. Inglehart sostiene que esta izquierda liberal o posmaterialista se concentra en la clase media-alta, sobre todo entre gente con estudios universitarios. Pero en los países industrializados, este sector ya es bastante grande.
¿Llegará el matrimonio gay al Perú? Según Inglehart, llegará, pero lentamente. En América Latina, el sector posmaterialista es mucho más pequeño que en los países ricos. Para la mayoría de los peruanos, por ejemplo, los temas materialistas (trabajo, salario, vivienda) siguen predominando. Pero con el desarrollo económico, crecen los sectores medios y universitarios, ampliando la base posmaterialista (en otras palabras: más crecimiento, ¡más caviares!).
Una perspectiva alternativa pone énfasis en las diferencias culturales. Según esta perspectiva, el matrimonio gay es un derecho ultraliberal. Se ha legalizado donde predominan los valores liberales (donde los derechos del individuo se imponen sobre los del colectivo, el Estado y la Iglesia). Donde el liberalismo es débil y la Iglesia es fuerte, una causa como los derechos de los homosexuales tendrá menos eco.
Una tercera perspectiva pone énfasis en la difusión de las ideas. En un mundo globalizado y transnacional, los efectos de la cultura nacional se debilitan. La tecnología (Internet, televisión por cable), la migración, y el trabajo de las ONG y organismos internacionales generan un flujo de ideas y normas mucho más rápido y extenso que en el pasado. Como consecuencia, la difusión de las normas posmaterialistas sería más rápida que la modernización —y más fuerte que la cultura—.
Me convencen más la primera y la tercera perspectiva. El matrimonio gay llegará primero a los países latinoamericanos con mayores niveles de riqueza y educación. Pero se viene —y más rápidamente de lo que se pensaba. Según la encuesta de LAPOP, el matrimonio gay ya tiene apoyo mayoritario en Argentina (58%) y Uruguay (51%), y tiene creciente apoyo en Chile (40%) y Brasil (40%). Ya se legalizó en España, Argentina y la Ciudad de México, y se debate en el parlamento uruguayo.
El opositor más ferviente al matrimonio gay es la Iglesia (el arzobispo de Buenos Aires lo llamó “una movida del diablo”

. Pero la Iglesia ya no ejerce el poder de veto que tenía antes. Sigue predicando, pero la mayoría de los latinoamericanos ya no escucha sus sermones. El cardenal Cipriani dice que el matrimonio gay viola el “orden natural” (a diferencia del celibato), pero una institución que permitía la masiva violación de niños no tiene autoridad para definir el orden natural.
Según LAPOP, solo el 26% de los peruanos apoya al matrimonio gay. Pero si los patrones de los últimos años persisten, este número va a aumentar. En Estados Unidos, un país más religioso que el Perú, el apoyo al matrimonio gay se duplicó, de 25% a mas de 50%, en poco más de una década.
No me sorprendería ver algo parecido en el Perú.