Con la mereca que más me atendí en el fenecido local fue con la ecuatoriana milf Analia, a la que le hacían bullying antes de la pandemia de que estaba chancha, gorda, etc, yo la veía voluptuosa con un poto blanco grande, me llegó a dar su fono pero como no guardé los números telefónicos en la nube de Google y al robarme mi celular se me perdió, llegué a pedir si algún cofra que la frecuenta me diera la mano dándome el número y el resto iba por cuenta mía pero nadie tmr, en fin, solo quedan los recuerdos y a buscar nuevos valores aunque ahora están con los precios inflados y piden como consagradas.
