giorghi
Sargento
La siguiente historia sucedió hace algunos años. Por esa época ya tenía algunos problemas con la madre de mi hijo, (a quien llamaré Tania) con la que convivía. Ella tenía una amiga del norte y esta amiga tenía una sobrina que había llegado para buscar chamba. La chica tenía 18 añitos, era delgada, blanca, no bonita bonita, pero simpática como muchas chicas del norte, coqueta, siempre olía rico, bonito cabello, y parece que había tenido algunos problemas con su familia en el norte por su carácter un poco rebelde. Entonces como ellas se frecuentaban, la sobrina también llegaba a la casa donde tuve oportunidad de conocerla. De inmediato congeniamos y mientras su tía y la madre de mi hijo, Tania, chismeaban, fumaban, en fin, nosotros conversábamos, hasta ese momento de manera sana. Me contó sus problemas con su mamá y con el padrastro y yo trataba de aconsejarla. Decía q no pensaba quedarse mucho tiempo con la tía, que en realidad no era un pariente muy cercano, tenía muchas cosas en mente, quería trabajar y estudiar. Ofrecí buscarle algo por mi chamba.
Así fuimos entrando más en confianza, hasta que un día regresando de trabajar la encontré en la puerta de la casa, llorosa, me contó que había discutido fuerte con su tía y agarro sus cosas y se fue sin un destino. Entonces pensó en buscarme porq yo le generaba mucha confianza. Comenzó a llorar y yo no sabía que hacer. La abracé, consolé, le pedí q se calme y la hice pasar. No había nadie en la casa. Pero aunque a estas alturas de la historia, la mayoría de lectores y con razón, podrían pensar en que yo tenía segundas intenciones, les aseguro que no era así. Quería ayudarla, claro empezaba a reconocer en mí cierta atracción pero por una historia q relaté en otro post y sucedió antes q esta, me había quedado medio curado de meterme con chibolas. Luego llegó la mamá de mi hijo, quien también la escuchó y llamó a su amiga pero no la encontró. Entonces le ofrecí a Flor (lógicamente es un nombre ficticio) quedarse esa noche en la casa para al día siguiente con más tranquilidad tomar una decisión. Ella dijo q no quería incomodar, que solo llegó para contarme lo sucedido. A la mamá de mi hijo no le pareció mal, incluso esa noche Flor le ayudó a lavar y ordenar las cosas. Hasta ahí todo bien.
Al día siguiente se fue a trabajar y así sucedió durante varios días. Como dije antes, ella había agarrado mucha confianza con nosotros y se nos fue haciendo habitual tenerla en casa. Aparte a veces Tania se hacía la que estaba muy cansada y Flor se quedaba hasta tarde arreglando todo. Como esta historia sucedió hace casi 10 años, pido a los lectores disculpas si me enredo o se me escapa algo, porq trato de ser detallista.
Pasados casi dos meses en que nos habíamos acostumbrado a su compañía, Tania q era de provincia tenía q viajar a ver a su familia, cosa q hacía a menudo, pero estaba indecisa por la palta de tener q dejarnos solos. Entonces tuve q hablar con Flor y explicarle la situación, lo que no me imaginé es que se fueron a resentir un poco por la desconfianza. Se hizo la que entendía y dijo que le iba a pedir a una amiga del trabajo quedarse con ella hasta que regresara Tania y si no era una carga para nosotros le dijéramos para regresar. Como era chibola se estaba poniendo en plan de pobrecita, buscando que la engrían. Yo sabía que tenía pocas amigas, así que le dije que me avisara donde se iba a quedar por cualquier cosa y me dijo que no preocupara por eso.
Tania viajó por una semana y yo estaba full chamba. A mitad de semana llamé a Flor para ver como y donde estaba y no me contestaba, insistía pero nada. Hasta que por fin me contestó y con un tono de indiferencia me dijo que no me preocupara q estaba bien. Hasta ahí ya notaba actitudes raras hacía mi. Le pedí la dirección de su amiga para ir a buscarla y conversar pero me dijo que me llamaba después para dármela, pero me quedé esperando y nada.
Para no hacerla muy larga, el sábado era cumpleaños de un pata del trabajo y saliendo de la chamba nos fuimos un grupazo a celebrar. De ahí se quisieron ir a bailar a una disco. Como a las 10 todos ya estaban huascas y yo estaba medio movido, claro tomando desde temprano cualquiera. Había una flaca que era nueva en el trabajo que estaba picadaza y se me pegó. No me soltaba, me sacaba a bailar, me decía huevadas insinuándose. Mis patas me decían: ya, llévatela, pero a pesar que estaba en algo yo trataba de zafar. Cuando en eso suena mi celu y era Flor en una bomba, llorando. Que había llamado a su tía con la intención de amistarse y pelearon peor. Después se cruzó con su ex que en ese momento estaba con una chica y se le veía feliz. Entonces unas amigas le dijeron para salir a tomar y bailar y tuvo ganas de llamarme porq se sentía muy mal. Primero pensé: claro, ahora que necesitas si me llamas puta otra vez a hacerla de paño de lágrimas y la loca seguía acosándome. Así que aproveché y le dije Flor ¿quieres que te vaya a buscar? Si dijo, entonces me quité porque ya había tenido experiencias anteriores con borrachas y pocas fueron buenas.
Flor estaba en una disco con unas amigas que también estaban movidazas. Como no me conocían ni sabían quien era, aparte que estaban baile y baile, nos quedamos en una mesa apartada del ruido conversando.
Ella hablaba y lloraba, pero seguíamos tomando. Trataba de tranquilizarla, la abrazaba, consolaba hasta que por fin se calmó. Después fuimos a bailar un rato. Para esto, una de sus amigas se había quitado con un patín que había conocido ahí y las otras dos se fueron asadas, más porque creo que no ligaron nada. Entonces le pregunté con cual de ellas se estaba quedando y me dijo que con ninguna. Entonces con cual le pregunté y me dijo ah no te preocupes ahora por eso, estoy en un hostal. Puta madre, como te vas a quedar sola en un hostal, no es muy seguro para una chica como tu dije. Ella dijo entonces acompáñame pues lo que me dejó estupido. Luego se cagó de la risa y me sacó a bailar tratando de barajarla.
Ya eran como las dos de la mañana y no se quería ir. En eso pusieron algunas canciones lentas y quiso ir a bailar pero le expliqué que no me gustaban las baladas. Se puso media sentimental otra vez con ganas de llorar. La abracé y le di un beso en la frente. Ella me agarró de sorpresa y me dio un suave beso en la boca. Otra vez me quedé cojudo. Es un instante en que parece que los efectos del alcohol desparecen. Me abrazó y me volvió a besar, un poco más largo. Yo no sabía qué hacer, ni qué decir. Solo atiné a besarla también, embriagado por la suavidad de sus labios y su aliento, a pesar del olor de alcohol y tabaco, que en muchos casos son una especie de afrodisíaco. Su labial tenía sabor, lo que aumentaba el placer de besarla. Habremos estado así, sin decir nada, diez o quince minutos, besándonos y abrazándonos.
Luego de eso me dijo en el oído: vamonos y ya estuve seguro de lo que iba a pasar.
Continuará...
Así fuimos entrando más en confianza, hasta que un día regresando de trabajar la encontré en la puerta de la casa, llorosa, me contó que había discutido fuerte con su tía y agarro sus cosas y se fue sin un destino. Entonces pensó en buscarme porq yo le generaba mucha confianza. Comenzó a llorar y yo no sabía que hacer. La abracé, consolé, le pedí q se calme y la hice pasar. No había nadie en la casa. Pero aunque a estas alturas de la historia, la mayoría de lectores y con razón, podrían pensar en que yo tenía segundas intenciones, les aseguro que no era así. Quería ayudarla, claro empezaba a reconocer en mí cierta atracción pero por una historia q relaté en otro post y sucedió antes q esta, me había quedado medio curado de meterme con chibolas. Luego llegó la mamá de mi hijo, quien también la escuchó y llamó a su amiga pero no la encontró. Entonces le ofrecí a Flor (lógicamente es un nombre ficticio) quedarse esa noche en la casa para al día siguiente con más tranquilidad tomar una decisión. Ella dijo q no quería incomodar, que solo llegó para contarme lo sucedido. A la mamá de mi hijo no le pareció mal, incluso esa noche Flor le ayudó a lavar y ordenar las cosas. Hasta ahí todo bien.
Al día siguiente se fue a trabajar y así sucedió durante varios días. Como dije antes, ella había agarrado mucha confianza con nosotros y se nos fue haciendo habitual tenerla en casa. Aparte a veces Tania se hacía la que estaba muy cansada y Flor se quedaba hasta tarde arreglando todo. Como esta historia sucedió hace casi 10 años, pido a los lectores disculpas si me enredo o se me escapa algo, porq trato de ser detallista.
Pasados casi dos meses en que nos habíamos acostumbrado a su compañía, Tania q era de provincia tenía q viajar a ver a su familia, cosa q hacía a menudo, pero estaba indecisa por la palta de tener q dejarnos solos. Entonces tuve q hablar con Flor y explicarle la situación, lo que no me imaginé es que se fueron a resentir un poco por la desconfianza. Se hizo la que entendía y dijo que le iba a pedir a una amiga del trabajo quedarse con ella hasta que regresara Tania y si no era una carga para nosotros le dijéramos para regresar. Como era chibola se estaba poniendo en plan de pobrecita, buscando que la engrían. Yo sabía que tenía pocas amigas, así que le dije que me avisara donde se iba a quedar por cualquier cosa y me dijo que no preocupara por eso.
Tania viajó por una semana y yo estaba full chamba. A mitad de semana llamé a Flor para ver como y donde estaba y no me contestaba, insistía pero nada. Hasta que por fin me contestó y con un tono de indiferencia me dijo que no me preocupara q estaba bien. Hasta ahí ya notaba actitudes raras hacía mi. Le pedí la dirección de su amiga para ir a buscarla y conversar pero me dijo que me llamaba después para dármela, pero me quedé esperando y nada.
Para no hacerla muy larga, el sábado era cumpleaños de un pata del trabajo y saliendo de la chamba nos fuimos un grupazo a celebrar. De ahí se quisieron ir a bailar a una disco. Como a las 10 todos ya estaban huascas y yo estaba medio movido, claro tomando desde temprano cualquiera. Había una flaca que era nueva en el trabajo que estaba picadaza y se me pegó. No me soltaba, me sacaba a bailar, me decía huevadas insinuándose. Mis patas me decían: ya, llévatela, pero a pesar que estaba en algo yo trataba de zafar. Cuando en eso suena mi celu y era Flor en una bomba, llorando. Que había llamado a su tía con la intención de amistarse y pelearon peor. Después se cruzó con su ex que en ese momento estaba con una chica y se le veía feliz. Entonces unas amigas le dijeron para salir a tomar y bailar y tuvo ganas de llamarme porq se sentía muy mal. Primero pensé: claro, ahora que necesitas si me llamas puta otra vez a hacerla de paño de lágrimas y la loca seguía acosándome. Así que aproveché y le dije Flor ¿quieres que te vaya a buscar? Si dijo, entonces me quité porque ya había tenido experiencias anteriores con borrachas y pocas fueron buenas.
Flor estaba en una disco con unas amigas que también estaban movidazas. Como no me conocían ni sabían quien era, aparte que estaban baile y baile, nos quedamos en una mesa apartada del ruido conversando.
Ella hablaba y lloraba, pero seguíamos tomando. Trataba de tranquilizarla, la abrazaba, consolaba hasta que por fin se calmó. Después fuimos a bailar un rato. Para esto, una de sus amigas se había quitado con un patín que había conocido ahí y las otras dos se fueron asadas, más porque creo que no ligaron nada. Entonces le pregunté con cual de ellas se estaba quedando y me dijo que con ninguna. Entonces con cual le pregunté y me dijo ah no te preocupes ahora por eso, estoy en un hostal. Puta madre, como te vas a quedar sola en un hostal, no es muy seguro para una chica como tu dije. Ella dijo entonces acompáñame pues lo que me dejó estupido. Luego se cagó de la risa y me sacó a bailar tratando de barajarla.
Ya eran como las dos de la mañana y no se quería ir. En eso pusieron algunas canciones lentas y quiso ir a bailar pero le expliqué que no me gustaban las baladas. Se puso media sentimental otra vez con ganas de llorar. La abracé y le di un beso en la frente. Ella me agarró de sorpresa y me dio un suave beso en la boca. Otra vez me quedé cojudo. Es un instante en que parece que los efectos del alcohol desparecen. Me abrazó y me volvió a besar, un poco más largo. Yo no sabía qué hacer, ni qué decir. Solo atiné a besarla también, embriagado por la suavidad de sus labios y su aliento, a pesar del olor de alcohol y tabaco, que en muchos casos son una especie de afrodisíaco. Su labial tenía sabor, lo que aumentaba el placer de besarla. Habremos estado así, sin decir nada, diez o quince minutos, besándonos y abrazándonos.
Luego de eso me dijo en el oído: vamonos y ya estuve seguro de lo que iba a pasar.
Continuará...