El cochino indulto que se está cocinando
Mineros que presionan, apristas que se adhieren, Aguinaga que se jacta, el PPC que respalda, Valdés que negocia por lo bajo: todo parece listo para que Fujimori vuelva a la política y le saque la lengua (sin cáncer) a la decencia.
Escribe: Alonso Ramos
El amante de los perros, Kenji Fujimorri, con un elocuente aviso cuyo titular grita: ¡Escápate!
Claro que sí.
La campaña para indultar a Alberto Fujimori ha llegado hasta Palacio de gobierno. Desde varios frentes se acercan al presidente Ollanta Humala para convencerlo de que lo “humaniatario” y “politicanmente correcto” es perdonar al jefe de la banda cuyo alias más notorio fue “Presidente de la República”. Entre los operadores se encontrarían connotados mineros. Fuentes informadas hablan de reuniones entre el mandatario y empresarios de este rubro fuera de Palacio de Gobierno. Incluso, se ha escuchado al médico de Fujimori, el congresista Alejandro Aguinaga, jactarse de los encuentros.
Otros de los interesados en crear un clima propicio para la liberación son los apristas. En público, aparece el expresidente Alan García abogando por el indulto. Mientras tanto, en privado, el excongresista aprista Luis Gonzales Posada tiene llegada con Humala gracias a su cercanía con los militares. La ronda de negociaciones busca también que García salga limpio de la investigación que realizará la subvaluada “megacomisión” en el Congreso.
Los fujimoristas han encontrado en Raúl Castro, el hombre del Jockey Plaza, un aliado más. El nuevo secretario general del PPC estaría en coqueteos con el humalismo desde hace unos días. “Castro ha pedido a los pepecistas apoyo para el indulto y para el gobierno. Dice que es lo mejor para crear un frente común ante los embates de la izquierda”, cuenta una fuente enterada.
Para el congresista de Solidaridad Nacional, Heriberto Benitez, la estrategia de la derecha es arrinconar a Humala aprovechando la actual debilidad de su gobierno, sin el apoyo de la izquierda y sin una alianza firme con Perú Posible en el Congreso: “Tengo información de que emisarios del primer ministro Oscar Valdés ya se viene reuniendo con la familia Fujimori para negociar el indulto”, dice Benítez. El parlamentario respalda su versión en dos hechos concretos: la cerrada defensa de la designación de Valdés por parte de Keiko Fujimori y el pasado fujimorista del primer ministro reseñado por este semanario en su edición pasada.
“La intención de Valdés al negociar el indulto es contar con los votos fujimoristas cuando se presente con su gabinete abte el pleno del Congreso, el próximo cinco de enero”, dice. Ese día, el presidente del Consejo de Ministros solicitará un voto de confianza. Necesitará, como mínimo, de 66 votos para salir airoso. Sin el eventual apoyo de la bancada de Alejandro Toledo, los oficialistas se ven en la necesidad de buscar votos por otros lados. En la actualidad, la correlación de fuerzas parlamentarias es la siguiente: Gana Perú tiene 47 integrantes en su bancada; Fuerza 2011, 37; Perú Posible, 20; Alianza por el Gran Cambio, 12; Solidaridad Nacional, 8; y Concertación Parlamentaria (apristas más inesperados aliados), 6.
Por su parte, según Benítez, el fujimorismo buscaría por todos los medios indultar a su líder para contar con él en la próxima campaña electoral, ya que su inhabilitación, según el congresista, para ejercer un cargo público quedaría fuera de vigencia. El 23 de febrero de 2001, el Congreso inhabilitó por diez años a Fujimori tras su fuga al Japón. “El poder Judicial también inhabilitó al exmandatario para postular, pero la restricción quedaría desactivada automáticamente si el presidente Humala decide concederle el beneficio penitenciario”, dice Benítez.
Heriberto Benítez: "Valdés va a ser el hombre clave"
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos viene analizando el tema. El lunes pasado, el titular del portafolio, Juan Jiménez Mayor, se reunió con sus colaboradores para abordar la situación. Jiménez Mayor, hombre cercano al presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Diego García Sayán, ha comentado en privado que el pedido no tiene ni pies ni cabeza. El razonamiento es claro: no se puede dar un indulto a un condenado por violaciones a los derechos humanos. Incluso, se conoció que desde ese portafolio le han enviado un correo electrónico a Humala advirtiéndole de lo peligroso que sería si decide optar por el indulto. Le advierte que hasta podría ser denunciado por encubrimiento real.
En el Ministerio de Justicia también se oponen a que la solicitud de Fujimori tenga un trato privilegiado en la Comisión de Gracias Presidenciales, que preside Oscar Manuel Ayzanoa Vigil. Dicha comisión, dependiente del portafolio, ha tramitado 114 solicitudes de indulto en lo que va del año. De ellas, diez fueron aceptadas por el gobierno de Alan García y cuatro por el de Humala. No hay plazo fijo para un pronunciamiento, pero en promedio el trámite dura tres meses. Según el reglamento, la comisión podrá recomendarle al presidente el indulto humanitario para los que padecen enfermedades terminales, enfermedades no terminales graves, males que se encuentren en etapa avanzada, degenerativa e incurable, transtornos mentales crónicos, irreversibles y degenerativos y los que tengan condiciones carcelarias que puedan colocar en grave riesgo su vida, salud e integridad.
Fujimori no encaja en ninguna de esas figuras. En la suntuosa prisión que el estado le ha acondicionado en la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía, en Ate, puede recibir visistas a cualquier hora. Y eso que los guardias del penal provisional dicen que el horario vence, indefectiblemente, a las cuatro de la tarde. Sin embargo, el domingo 18 de diciembre este semanario pudo comprobar que una camioneta rural Nissan X-Trail, de placa B8Y-522, entró al presidio a las 3 y 50 de la tarde. Al menos, una hora después, el auto no había salido, violándose así, sin ningún pudor, el horario establecido. El moderno vehículo, fanbricado este año, pertenece a Keiko Fujimori y su esposo Mark Vito Villanella. De acuerdo con Registros Públicos, la excandidata presidencial y su pareja adquirieron la camioneta, el 26 de septiembre pasado, a un precio de US$25,900. Nissan debe de haberles hecho un considerable descuento surgido, seguramente, de una nipona afinidad.
La plata de la mafia sigue apareciendo. En septiembre pasado, Keiko Fujimori y su marido
se compraron una nueva camioneta Nissan Rural X Trail 4x4 que les costó, aparentemente,
"tan solo" 25,992 dólares. Ese vehículo (arriba) es el que ingresa a la DIROES el domingo 18
de diciembre a las 3:50 de la tarde. A pesar de que "el enfermo" no puede recibir visitas después
de las 4 pm, Keiko y su marido permanecieron varias horas en el lujoso alojamiento
donde reside el condenado
El 18 de abril de 2011, en plena segunda vuelta, Keiko Fujimori gritó a los cuatro vientos que no iba a recurrir a ese mecanismo. “No es intención de la familia indultar a Alberto Fujimori. Lo ratifico, como lo he dicho. Juro por Dios que no voy a indultar a Alberto Fujimori”, dijo a los periodistas. Hoy ya se sabe, oficialmente, que será ella quien solicite la gracia presidencial. Esa es la coherencia fujimorista llevada a su máxima expresión.
En plena campaña electoral, Keiko Fujimori citó a Dios para jurar que
no haría lo que estaba dispuesta a hacer apenas ensuciara Palacio de
Gobierno en el caso de ganar las elecciones.
"El Comercio del jueves 22 de diciembre del 2011. Ahora será
la exprimera dama de alias "Presidente de la República",
la beneficiaria del dinero negro de alias "Asesor", quien
solicitará el indulto.
Para el constitucionalista y exasesor jurídico de la PCM, César Valega, Fujimori no se encuentra en una cárcel sino en una residencia. “¿Qué pasa cuando un interno de Lurigancho sufre un infarto? Tiene que pasar un buen rato para que, a lo mucho, lo lleven al Hospital dos de Mayo. En cambio, Fujimori tiene un problema de salud y a los cinco minutos lo están atendiendo, con enfermera y todo”, dice Valega.
Valega propone que una junta médica muy calificada informe a la opinión pública del real estado de salud de Fujimori. “El médico del expresidente, el congresista Aguinaga, es un pediatra. No es alguien capacitado para decirnos la verdad”, dice. Y agrega: “A Fujimori sólo se le puede indultar si se determina que le queda poco tiempo de vida. No tendría sentido que se le perdone si hay la seguridad de que se pueda recuperar”.
Por su parte, el exfiscal Avelino Guillén, quién acuso a Fujimori en el juicio que lo llevó a la cárcel, dice que es inconcebible que se hable de un indulto sin contar con un exámen médico que sea creíble. “No es serio opinar en base a conjeturas. Hay mucho ruido. Una negociación y un acuerdo político para liberarlo sería un duro golpe a la administración de justicia”, dice. Guillén, quien colaborara con Gana Perú en la comisión de transferencia del sector Justicia, considera sospechoso que la campaña por el indulto se inicie en un momento en que el gobierno muestra señales de debilidad: con poca capacidad para resolver conflictos sociales, con el vicepresidente Omar Chehade caído en desgracia y ante el cambio drástico en el gabinete. “No hay que olvidar que, en junio de este año, Fujimori apareció desde la cama de un hospital, agradeciendo a Dios por no tener cáncer terminal. Todos esperamos que se mejore, pero el indulto no procede”, dice.
Avelino Guillén: "Es inconcebible que no haya un exámen médico creíble".
Como lo demostró el periodista Daniel Yovera, Fujimori sigue siendo un farsante contumaz. El “deprimido” recibe visitas a diario, el “canceroso abatido” coordina hasta siete horas seguidas con la bancada congresal de Fuerza 2011, el “enfermo terminal” despacha hasta en horas de la madrugada con sus serviles parlamentarios. Fujimori sigue siendo el mismo. Vamos a ver si Humala decide favorecer ilegalmente a quien antes condenó política y moralmente. El problema de la política peruana no es el cáncer supuesto de Fujimori sino el cáncer ético que nos devora.
Tomado de
Revista
Hildebrandt en sus trece
Edición del 23 de diciembre de 2011