Infiel en mis Bodas de Plata

Reiteró, pueden dar la opinión sobre lo que deseen, detalles o morbo, estoy abierta a recibir todas las opiniones.

Agresiva yo? No amor agresivos algunos lectores que sufren como si fueran mi esposo. Yo recibo sus comentarios relajada pero respondo con sarcasmo. Así que aguanten. Saludos a todos mis lectores.

P. D.: Por fa de nuevo les pido que no me defiendan y céntrense más en el relato
 
Reiteró, pueden dar la opinión sobre lo que deseen, detalles o morbo, estoy abierta a recibir todas las opiniones.

Agresiva yo? No amor agresivos algunos lectores que sufren como si fueran mi esposo. Yo recibo sus comentarios relajada pero respondo con sarcasmo. Así que aguanten. Saludos a todos mis lectores.

P. D.: Por fa de nuevo les pido que no me defiendan y céntrense más en el relato
Entonces continua con los otros encuentros, es decir si gozaste más con el venezolano, como fue las siguientes veces, es decir cómo se encontraron para que no sospechen nada.
 
Tu estuviste ahí o lo soñaste?

Yo más bien creo que ni cuarentona ni ventiañeras. Besitos.
Jajaja q cerrada de culo… me he cagado de risa buen rato… bien dice la milf q sola se defiende y lo hace muy bien

Volviendo al asunto, Samy tú dices q cachas rico con tu esposo y q tu vida sexual en general es buena…. Mi pregunta es, yo se q las comparaciones son incómodas pero quien te cacha mas rico tu esposo o el veneco? q encuentras en uno que no encuentras en el otro? Espero tu respuesta estimada troll Samy jajaja
 
Iba abrir la puerta y fugar pero pensé que estar sola en esas calles era muy peligroso, no vi que pasaran mucho taxis y si pasaban que seguridad tenía de que fuera seguro. Pero mi mayor duda era fugar, como la vez pasada en su auto y luego arrepentirme, porque después que fugue de su carro no deje de pensar en Javier los siguientes días, pensar lo rico que hubiera sido ser suya, pensar en su enorme pene. Me dije, si ya estoy aquí aprovechare el momento, además aún seguía muy caliente. Solté el cerrojo y tome la decisión de entregarme a Javier.

Javier seguía tendiendo la cama, así que me quite el saco y luego el vestido. Me quede en ropa interior. El brasier era de encaje negro y abajo tenía un hilo transparente también negro, además de mis tacos color crema. El termino de tender la cama y al voltear se dio con la sorpresa, me miro atónito y con mucha lujuria. Yo le dije: no me importa donde estemos, solo quiero que me hagas el amor. El me respondió: Y te lo voy hacer bien rico mami, como te lo mereces. Él se quitó rápidamente el polo y luego el jean para quedarse solo en bóxer. Me agarro de mis nalgas y nos besamos con pasión, me besaba el cuello, detrás de la oreja y eso me ponía a mil. Me arrincono contra la pared endeble de ese cuarto prefabricado y me comenzó a sobar mi conchita con una de sus manos y con la otra mano me desabrocho y me arranco el brasier en cuestión de segundos. Me comenzó a morder y chupar mis pezones que se me hincharon como nunca antes y estaban duros como una piedra producto del placer que sentía. Sentía que mis pezones latían al contacto de su boca, nunca había sentido una sensación así. Luego comenzó a bajar, me quito el hilo pero sin sacarme los tacos. Comenzó a lamerme muy despacio mi conchita, lamia desde la parte más baja de mi concha hasta llegar al clítoris, lamia como si fuera un helado y, como el helado, mi conchita se iba derritiendo a cada lamida. Mi conchita se comenzó abrir producto de la excitación que me provocaba sus lamidas y eso hacía que su lengua entrara más adentro de mi conchita. Me dijo: Mira mami como se va abriendo tu conchita a cada lenguazo, que cosa más deliciosa. Sus palabras me excitaban más. Beso mis labios vaginales como si me besara la boca y cuando comenzó a lamer y chupar mi clítoris me volví loca de placer y solté unos gritos desgarradores. La fiesta del piso de abajo atenuaba el ruido de mis gritos. Yo tenía una pierna encima de su hombro y con mis manos hundía su cabeza en mi conchita. Siento que algo me baja, es un pequeño chorrito, me estoy viniendo en su boca. Luego me voltea y yo me quiebro apoyando mis manos contra la pared. Me comienza a dilatar mi ano con su lengua pero también me sigue comiendo la concha y con el líquido de mi concha humedece mi ano e introduce un dedo. Me decía: Ese culo mami!!! Ese culo, va ser mío también. Me folla con su dedo mientras me come el clítoris. Yo le respondo: Ese culo y todo mi cuerpo es tuyo, haz lo que gustes conmigo. El placer que me hacía sentir era indescriptible. Le pedí que me penetrara, ya no aguantaba más. Pero en ese momento sentí que tenía que hacer algo que no había hecho antes y le dije: Amor antes quiero chupártela, quiero meterme ese guevo en la boca. El dejo lamer mi culo y se paró erguido y me dijo: Voltéate mami y haz lo tuyo. Voltee y ver ese hombre grande, desnudo, solo con su bóxer, de 1.85 metros, musculoso, me hacía pensar el hombre tan rico que me iba a cachar. Lo bese, bese su cuello, sus hombros, sus brazos, sus tetillas se las mordí, le lamí hasta la axila, le metí la lengua hasta dentro de su ombligo, sus piernas de futbolista y velludas que tanto me encanta se las bese, se las lamí, restregué mi cara en sus muslos. Ya tirada en el suelo él me puso sus pies en la cara y yo le chupe dedo por dedo. Me sentía tan excitada en mi papel de sumisa y él disfrutaba ser un macho dominante. Luego me acerque a su pene y de un golpe le baje el bóxer. Su enorme pene salió disparado. Por fin pude ver de nuevo ese enorme pene largo y grueso. Me sentía como una perra alunada, sobaba mi rostro con su pene, lo olía. El me agarro de los pelos y me cacheteo con su pene, literal sentía que me metían unas cachetadas con la mano. Su pene parecía una roca, macizo y duro.
  • Si amor castígame, golpéame con tu guevo.
  • Te mereces eso por perra, por haberme hecho esperar tanto. Te hiciste la difícil cuando en el fondo querías mi guevo, toma perra (me seguía golpeando)
  • Amor nunca deje de pensar en ti estos dos meses, me masturbaba pensando en ti, hasta hacia el amor con mi esposo pensando en ti.
  • Y tu marido tiene esto? (muy orgulloso agarraba su enorme pene).
  • No amor, tu guevo es lo más grande que he visto.
  • Y lo más grande que te vas a comer, perra.
Los modales que me demostró en un principio al conocerlo desaparecieron, la vergüenza que sentía al mostrarme su humilde morada también desaparecieron, ahora que me tenía en sus manos me trataba como una perra pero saben, eso me excitaba demasiado. Me dejo los cachetes rojos de los golpes que recibí de su pene. Finalmente agarre su pene y me lo introduje en la boca. Lo que tanto fantasee por fin pude hacerlo realidad. Le chupe primero la cabecita, pase toda mi lengua alrededor de su cabeza, luego le escupí a su pene para tratar de introducírmelo en la boca, no llegue ni a la mitad. Lo ensalive bien, lo masturbaba y me lo volvía a meter, se lo masturbaba con la boca y cuando lo sacaba para tomar aire los hilos de saliva colgaban. Lo ensalive tanto y con un poco más de esfuerzo y la excitación a mil pude meterme más de la mitad de su verga, lo sentí dentro de mi garganta. Sentía arqueadas pero yo seguía. Eso le excito tanto a Javier que me agarro de la nunca y me comenzó a follar la boca. Sentía un placer enorme, tanto que deseaba que eyaculara en mi boca. Cuando me soltó caí rendida al suelo, ya me sentía muerta. Javier me alcanzo un vaso de agua para recuperar energía. Me repuse y se la seguí chupando. El me agarra con la fuerza que tiene y como si nada me carga y voltea en el aire, me pone de cabeza, con mi boca a la atura de su pene para seguir chupándosela y mi concha cerca de su boca y digo cerca porque él es tan alto y yo tan bajita que tenía encorvarse para que su boca llegara a mi concha. El me seguía estimulando mi conchita con su lengua y yo no dejaba de chuparle su pene. Nuevamente me mete un dedo en mi ano, entro con más facilidad, mientras me tenía sujetada solo con un brazo. Mis piernas con los tacos que no me había sacado estaban en el aire, apoyados en su hombro. Esa imagen era muy excitante y lo podía ver porque él se había puesto en dirección al espejo. El escupía sobre mi ano y me lo seguía dilatando, ahora me había metido dos dedos y después de un rato tres dedos pero si su intención era meterme su pene tendría que meterme la mano. Con sus tres dedos en mi ano sentía un poco de dolor al principio pero luego se me pasaba, estaba tan excitada que el dolor se me iba rápido. Finalmente me echo sobre el colchón, el momento de sentir ese enorme pene había llegado. Me dijo: Ahora vas a saber lo que es bueno mami.

Colocó el espejo frente a la cama, mejor dicho al colchón, para darle más morbo a la situación. Me siguió chupando mi conchita mientras me follaba el culo con sus dedos, ya había metido cuatro dedos y cuando tenía adentro los dedos los abría para dilatar aún más mi ano. Yo ya le pedía a grito que me la metiera. Me puso en cuatro, yo me quebré bien para recibir como se debe su enorme pene. Con su macizo pene comenzó a golpear mi conchita, ya lo quería adentro. Me agarro mis nalgas y me las abrió.
  • Que delicioso mami ver tu conchita tan mojada y tu culo tan abierto y verte bien quebrada para recibir mi guevo.
  • Amor estoy ansiosa por recibir tu guevo, cáchame!
  • Quieres que te cache amor? Quieres mi guevo dentro de ti? Ruega amor, ruega por mi guevo.
  • Por favor dame tu guevo, te lo ruego, cachame!!!
  • Así me gusta, por fin te tengo como quería, perra (me mete una nalgada).
Agarro su pene y lo apunto en mi ano. Yo me sorprendí, pensaba que primero me iba a cachar por mi conchita, le dije que estaba haciendo, que no estaba preparada. El me respondió: Tarde perra, ese culo es mío, aguanta nomas. Comencé a sentir como su enorme pene comenzó abrir mi ano, sus dedos ya lo había dejado algo dilatado, su cabeza entro fácil, y eso que era cabezón, pero el resto de su pene me provocaba un poco de dolor. Lo iba metiendo muy despacio, hasta que entra todo su enorme pene dentro de mi ano. Todo eso lo pude ver por el espejo. Él me dijo: Ufff mami ya está adentro, entro todo, ya eres mía perra, ahora te destrozo el culo. El comenzó hacer movimientos leves de sacar y meter, el dolor desapareció y yo misma le pedí que acelerara, más rápido, más duro. Me agarra bien de las nalgas y me comienza a follar bien duro el culo, cada embestida hacia que sintiera más adentro su guevo, incluso lo sentía más grande. Mis nalgas revotaban sobre su pelvis por cada bombeada que recibía. Sentía que cada embestida a mi ano provocaba como una resonancia que viajaba de mi culo hasta salir por mi boca y se manifestaban en gemidos que salían naturalmente y cada vez más fuerte mientras aumentaba la intensidad hasta que se volvieron en gritos desenfrenados que se perdían entre la música y la bulla de la fiesta del piso de abajo, eso me hacía sentir menos estresadas para poder gritar como loca sin importar en incomodar a los vecinos. Escuchar mis gritos lo excitaba mucho más a Javier y me decía: Delicioso mami, suelta tus gritos de perra mami, suelta todo.

Javier tenía una resistencia increíble, no iba a parar hasta dejarme destrozada. Mi conchita lubricaba de placer, mis líquidos comenzaban a mojar mi muslo hasta goteaban y mojaban las sabanas. En eso me agarra de los pelos y me levanta la cabeza, me hace mirar al espejo, sin dejar de follarme. En eso me disminuye la intensidad y saca casi todo su pene de mi ano, solo deja la enorme cabezota que tiene y después de unos segundos vuelve a meter lentamente todo su pene dentro de mí. Lo vuelve a repetir varias veces. Ver como metía cada centímetro de su pene, como ese enorme pene desaparecía dentro de mi culo, ver eso me arrechaba tanto.
  • Mira mami, mira cómo entra y sale, ufff delicioso mami, para que te acuerdes de mí cuando caches con tu marido (lo metía y sacaba lentamente).
  • Si amor, nunca me voy a olvidar de esta cachada que me estas dando, no pares amor, dame más duro
  • Feliz aniversario mami (en ese momento me comenzó a dar más duro, era una máquina, golpeándome con su pelvis), esto es mi regalo para ti y para tu marido también porque voy a dejar bien cachada a su mujer.
  • Ahhh, no pares, me vengo. Siiiii.
Sentí que algo me estaba bajando, el que me tenía agarrada de los cabellos me los soltó bruscamente como si fuera cualquier cosa y con sus dos manos me agarro de la cintura para darme con más fuerza y yo me sobaba el clítoris. Era una bestialidad la fuerza con la que me daba, sentía que me estaba rompiendo literalmente. No aguante más, me venía, Salí de su pene, caí boca abajo al colchón pero con el culo levantado. Gran cantidad de liquido salió disparado por mi conchita, acompañado por un fuerte grito de placer. Javier me decía: Eso perra, botado todo. El sobaba mi conchita y yo me retorcía de placer, sentía una sensibilidad en mi vagina que nunca lo había sentido antes. Los últimos residuos de líquido salían, mientras Javier me seguía diciendo con ese acento venezolano y morboso que botara todo, que sacara todo. Quede muerta tirada en el colchón, mientras Javier estaba arrodillado detrás de mí con el cuerpo empapado de sudor pero bien erguido, bien plantado como si hubiera hecho sus ejercicios rutinarios en el gym y claro ese enorme guevo seguía erecto y blanco como si lo hubieran enjabonado producto de mis líquidos vaginales. Yo decía entre mí, dios mío todavía no se ha venido. Él me dijo: Que buena perra eres mami. Me comienza a dar unas cuantas nalgadas. Su mano era grande y casi cubría toda mi nalga. Mi culo termino rojo de recibir sus nalgadas. El me volvió alcanzar un vaso de agua para recuperarme y también de paso aproveche en descansar un poco. Ya había pasado unos minutos y yo seguía gimiendo, respiraba profundamente entre gemidos para que tengan en cuenta la bestialidad de su cachada.

Sin preguntarme, si estaba lista de nuevo, me pone boca arriba y me levanta las piernas (seguía con los tacos) y me las abre, agarrando cada pierna mía con cada uno de sus mano y comienza a meterme de nuevo su enorme pene por mi culito. Yo levante la cabeza para ver ese momento. Era increíble como el pene más grande que había visto en mi vida entraba con tanta facilidad, estaba bien abierta. Me comienza a dar duro, sin parar. Yo lo miraba con cara de lujuria pidiéndole con la mirada que me diera más. Él me pone los dedos en la boca y yo se lo muerdo, luego lo saca y me da unas cachetadas en la cara y yo le digo: Si amor, castígame. Me comienza a dar duro por el culo. Mi celular comienza a sonar, mi esposo me estaba mandando mensaje. Javier estira la mano para agarrar mi cartera y me la alcanza. Yo saco mi celular de la cartera para responder los mensajes de mi esposo, sin que Javier sacara su pene de mi culo. Mi esposo me decía que ya estaba camino a casa y que estaba un poco mareado y que un amigo lo estaba acompañando a la casa, yo le respondí que me iba a demorar un poco más, sabiendo que cuando mi esposo esta mareado se duerme rápido y profundamente. Mientras escribía Javier me decía muchas morbosidades: Dile que te estoy metiendo harto guevo, que te estoy rompiendo el culo y que conmigo estas celebrando tu aniversario la perra de tu mujer. No saben lo morboso y excitante que era escribir esos mensajes mientras Javier me seguía penetrando y me decía todas esas morbosidades. Deje el celular a un lado y seguí con lo mío, me levante y me agarre de su cuello, sentada sobre su pene movía mi culo de lado a lado, de arriba abajo, saltaba sobre su pene, sintiendo que en ese momento yo tenía el control, mientras yo le ponía mis tetas en su cara, el me las chupaba, yo le agarraba sus bien desarrollados hombros, era tan musculoso, esos brazos eran tan grande. En eso él se levanta cargándome, agarrándome bien de mi culo y me comienza a follar así, él bien parado y yo alzada con las piernas en el aire. El me levantaba como si no le pesara nada. La sacaba y metía así de rápido, yo le clavaba las uñas en la espalda, no aguantaba tanto placer. De mi conchita chorreaba líquido que caí al colchón donde él estaba parado. El parecía no cansarse, tampoco es que pese mucho pero me sorprendía que no perdiera el ritmo, cada vez chorreaba más líquido de mi conchita y yo me arrechaba más y comencé a saltar encima de él, como una adicta al sexo y Javier seguía bien parado, sus piernas ni le temblaba. Salte tanto que me canse, me volví a morir de placer.
  • Que bestia que eres, necesito agua
  • Ahora vas a saber lo que es bueno perra (él camina, seguía cargándome, y me arrincona contra la pared).
  • Que haces? Espera dame un poco de agua, necesito descanso
  • Aguanta perra como buena hembra (plap, plap, plap me estaba dando con una fuerza y una profundidad, es que sentía su guevo en el ombligo).
  • Dios que me estas destrozando, me estas matando.
  • Es que tu marido no te cacha así.
  • Jamás como tú me estas cachando
  • Ahora cuando regreses a tu casa a celebrar tu aniversario con tu esposo, quiero que recuerdes este momento, que yo he sido tu macho este día.
  • Ahhh, si amor, lo recordare hoy y siempre.
  • Y no quiero que caches con tu esposo hoy, espera a que termine el día, quiero ser el único que te cacho el día de tus bodas de plata.
  • Hare lo que tú me pidas amor, soy tuya.
Plap, plap, plap, Javier no paraba y a pesar de lo exhausta que estaba yo aguantaba y pedía más. Luego me recostó de nuevo en la cama y me puso piernas al hombre y dios la fuerza con la que me daba era increíble, yo en ese momento me dejaba llevar, ya estaba muerta nuevamente. Seguía follándome piernas al hombro, solo que se paró y se echó encima de mí. Mis pies, con los tacos aun puestos, los tenía al lado de mi cara, no imagine lo flexible que podía ser. Él estaba cara a cara conmigo, las gotas de sudor de su rostro caían sobre mi cara. Ambos estábamos empapado de sudor. El no paraba y yo estaba llegando al éxtasis. Mi conchita se vuelve un caño de la venida orgásmica que tuve. Él saca su pinga de mi culo y se saca el condón y se sienta encima de mí y pone su tremenda pinga entre mis tetas y me la comienza a follar. Yo agarro mis tetas para hacer más presión hasta que finalmente su pinga también se vuelve en un caño que bota tremendo chorros de leche que me caen en la cara, el cuello y en mis tetas. Que cantidad de leche! Boto como cuatro veces más que mi esposo y me quedo corta. Con mi mano me la embarro en todo el cuerpo. Javier me dice: Ufff ahí tienes perra toda la leche que querías, bien servida estas. Feliz aniversario.

Wow , que relato ehhh una pregunta lo volverías a repetir ? Con otra persona que no sea la de este relato ?
 
Iba abrir la puerta y fugar pero pensé que estar sola en esas calles era muy peligroso, no vi que pasaran mucho taxis y si pasaban que seguridad tenía de que fuera seguro. Pero mi mayor duda era fugar, como la vez pasada en su auto y luego arrepentirme, porque después que fugue de su carro no deje de pensar en Javier los siguientes días, pensar lo rico que hubiera sido ser suya, pensar en su enorme pene. Me dije, si ya estoy aquí aprovechare el momento, además aún seguía muy caliente. Solté el cerrojo y tome la decisión de entregarme a Javier.

Javier seguía tendiendo la cama, así que me quite el saco y luego el vestido. Me quede en ropa interior. El brasier era de encaje negro y abajo tenía un hilo transparente también negro, además de mis tacos color crema. El termino de tender la cama y al voltear se dio con la sorpresa, me miro atónito y con mucha lujuria. Yo le dije: no me importa donde estemos, solo quiero que me hagas el amor. El me respondió: Y te lo voy hacer bien rico mami, como te lo mereces. Él se quitó rápidamente el polo y luego el jean para quedarse solo en bóxer. Me agarro de mis nalgas y nos besamos con pasión, me besaba el cuello, detrás de la oreja y eso me ponía a mil. Me arrincono contra la pared endeble de ese cuarto prefabricado y me comenzó a sobar mi conchita con una de sus manos y con la otra mano me desabrocho y me arranco el brasier en cuestión de segundos. Me comenzó a morder y chupar mis pezones que se me hincharon como nunca antes y estaban duros como una piedra producto del placer que sentía. Sentía que mis pezones latían al contacto de su boca, nunca había sentido una sensación así. Luego comenzó a bajar, me quito el hilo pero sin sacarme los tacos. Comenzó a lamerme muy despacio mi conchita, lamia desde la parte más baja de mi concha hasta llegar al clítoris, lamia como si fuera un helado y, como el helado, mi conchita se iba derritiendo a cada lamida. Mi conchita se comenzó abrir producto de la excitación que me provocaba sus lamidas y eso hacía que su lengua entrara más adentro de mi conchita. Me dijo: Mira mami como se va abriendo tu conchita a cada lenguazo, que cosa más deliciosa. Sus palabras me excitaban más. Beso mis labios vaginales como si me besara la boca y cuando comenzó a lamer y chupar mi clítoris me volví loca de placer y solté unos gritos desgarradores. La fiesta del piso de abajo atenuaba el ruido de mis gritos. Yo tenía una pierna encima de su hombro y con mis manos hundía su cabeza en mi conchita. Siento que algo me baja, es un pequeño chorrito, me estoy viniendo en su boca. Luego me voltea y yo me quiebro apoyando mis manos contra la pared. Me comienza a dilatar mi ano con su lengua pero también me sigue comiendo la concha y con el líquido de mi concha humedece mi ano e introduce un dedo. Me decía: Ese culo mami!!! Ese culo, va ser mío también. Me folla con su dedo mientras me come el clítoris. Yo le respondo: Ese culo y todo mi cuerpo es tuyo, haz lo que gustes conmigo. El placer que me hacía sentir era indescriptible. Le pedí que me penetrara, ya no aguantaba más. Pero en ese momento sentí que tenía que hacer algo que no había hecho antes y le dije: Amor antes quiero chupártela, quiero meterme ese guevo en la boca. El dejo lamer mi culo y se paró erguido y me dijo: Voltéate mami y haz lo tuyo. Voltee y ver ese hombre grande, desnudo, solo con su bóxer, de 1.85 metros, musculoso, me hacía pensar el hombre tan rico que me iba a cachar. Lo bese, bese su cuello, sus hombros, sus brazos, sus tetillas se las mordí, le lamí hasta la axila, le metí la lengua hasta dentro de su ombligo, sus piernas de futbolista y velludas que tanto me encanta se las bese, se las lamí, restregué mi cara en sus muslos. Ya tirada en el suelo él me puso sus pies en la cara y yo le chupe dedo por dedo. Me sentía tan excitada en mi papel de sumisa y él disfrutaba ser un macho dominante. Luego me acerque a su pene y de un golpe le baje el bóxer. Su enorme pene salió disparado. Por fin pude ver de nuevo ese enorme pene largo y grueso. Me sentía como una perra alunada, sobaba mi rostro con su pene, lo olía. El me agarro de los pelos y me cacheteo con su pene, literal sentía que me metían unas cachetadas con la mano. Su pene parecía una roca, macizo y duro.
  • Si amor castígame, golpéame con tu guevo.
  • Te mereces eso por perra, por haberme hecho esperar tanto. Te hiciste la difícil cuando en el fondo querías mi guevo, toma perra (me seguía golpeando)
  • Amor nunca deje de pensar en ti estos dos meses, me masturbaba pensando en ti, hasta hacia el amor con mi esposo pensando en ti.
  • Y tu marido tiene esto? (muy orgulloso agarraba su enorme pene).
  • No amor, tu guevo es lo más grande que he visto.
  • Y lo más grande que te vas a comer, perra.
Los modales que me demostró en un principio al conocerlo desaparecieron, la vergüenza que sentía al mostrarme su humilde morada también desaparecieron, ahora que me tenía en sus manos me trataba como una perra pero saben, eso me excitaba demasiado. Me dejo los cachetes rojos de los golpes que recibí de su pene. Finalmente agarre su pene y me lo introduje en la boca. Lo que tanto fantasee por fin pude hacerlo realidad. Le chupe primero la cabecita, pase toda mi lengua alrededor de su cabeza, luego le escupí a su pene para tratar de introducírmelo en la boca, no llegue ni a la mitad. Lo ensalive bien, lo masturbaba y me lo volvía a meter, se lo masturbaba con la boca y cuando lo sacaba para tomar aire los hilos de saliva colgaban. Lo ensalive tanto y con un poco más de esfuerzo y la excitación a mil pude meterme más de la mitad de su verga, lo sentí dentro de mi garganta. Sentía arqueadas pero yo seguía. Eso le excito tanto a Javier que me agarro de la nunca y me comenzó a follar la boca. Sentía un placer enorme, tanto que deseaba que eyaculara en mi boca. Cuando me soltó caí rendida al suelo, ya me sentía muerta. Javier me alcanzo un vaso de agua para recuperar energía. Me repuse y se la seguí chupando. El me agarra con la fuerza que tiene y como si nada me carga y voltea en el aire, me pone de cabeza, con mi boca a la atura de su pene para seguir chupándosela y mi concha cerca de su boca y digo cerca porque él es tan alto y yo tan bajita que tenía encorvarse para que su boca llegara a mi concha. El me seguía estimulando mi conchita con su lengua y yo no dejaba de chuparle su pene. Nuevamente me mete un dedo en mi ano, entro con más facilidad, mientras me tenía sujetada solo con un brazo. Mis piernas con los tacos que no me había sacado estaban en el aire, apoyados en su hombro. Esa imagen era muy excitante y lo podía ver porque él se había puesto en dirección al espejo. El escupía sobre mi ano y me lo seguía dilatando, ahora me había metido dos dedos y después de un rato tres dedos pero si su intención era meterme su pene tendría que meterme la mano. Con sus tres dedos en mi ano sentía un poco de dolor al principio pero luego se me pasaba, estaba tan excitada que el dolor se me iba rápido. Finalmente me echo sobre el colchón, el momento de sentir ese enorme pene había llegado. Me dijo: Ahora vas a saber lo que es bueno mami.

Colocó el espejo frente a la cama, mejor dicho al colchón, para darle más morbo a la situación. Me siguió chupando mi conchita mientras me follaba el culo con sus dedos, ya había metido cuatro dedos y cuando tenía adentro los dedos los abría para dilatar aún más mi ano. Yo ya le pedía a grito que me la metiera. Me puso en cuatro, yo me quebré bien para recibir como se debe su enorme pene. Con su macizo pene comenzó a golpear mi conchita, ya lo quería adentro. Me agarro mis nalgas y me las abrió.
  • Que delicioso mami ver tu conchita tan mojada y tu culo tan abierto y verte bien quebrada para recibir mi guevo.
  • Amor estoy ansiosa por recibir tu guevo, cáchame!
  • Quieres que te cache amor? Quieres mi guevo dentro de ti? Ruega amor, ruega por mi guevo.
  • Por favor dame tu guevo, te lo ruego, cachame!!!
  • Así me gusta, por fin te tengo como quería, perra (me mete una nalgada).
Agarro su pene y lo apunto en mi ano. Yo me sorprendí, pensaba que primero me iba a cachar por mi conchita, le dije que estaba haciendo, que no estaba preparada. El me respondió: Tarde perra, ese culo es mío, aguanta nomas. Comencé a sentir como su enorme pene comenzó abrir mi ano, sus dedos ya lo había dejado algo dilatado, su cabeza entro fácil, y eso que era cabezón, pero el resto de su pene me provocaba un poco de dolor. Lo iba metiendo muy despacio, hasta que entra todo su enorme pene dentro de mi ano. Todo eso lo pude ver por el espejo. Él me dijo: Ufff mami ya está adentro, entro todo, ya eres mía perra, ahora te destrozo el culo. El comenzó hacer movimientos leves de sacar y meter, el dolor desapareció y yo misma le pedí que acelerara, más rápido, más duro. Me agarra bien de las nalgas y me comienza a follar bien duro el culo, cada embestida hacia que sintiera más adentro su guevo, incluso lo sentía más grande. Mis nalgas revotaban sobre su pelvis por cada bombeada que recibía. Sentía que cada embestida a mi ano provocaba como una resonancia que viajaba de mi culo hasta salir por mi boca y se manifestaban en gemidos que salían naturalmente y cada vez más fuerte mientras aumentaba la intensidad hasta que se volvieron en gritos desenfrenados que se perdían entre la música y la bulla de la fiesta del piso de abajo, eso me hacía sentir menos estresadas para poder gritar como loca sin importar en incomodar a los vecinos. Escuchar mis gritos lo excitaba mucho más a Javier y me decía: Delicioso mami, suelta tus gritos de perra mami, suelta todo.

Javier tenía una resistencia increíble, no iba a parar hasta dejarme destrozada. Mi conchita lubricaba de placer, mis líquidos comenzaban a mojar mi muslo hasta goteaban y mojaban las sabanas. En eso me agarra de los pelos y me levanta la cabeza, me hace mirar al espejo, sin dejar de follarme. En eso me disminuye la intensidad y saca casi todo su pene de mi ano, solo deja la enorme cabezota que tiene y después de unos segundos vuelve a meter lentamente todo su pene dentro de mí. Lo vuelve a repetir varias veces. Ver como metía cada centímetro de su pene, como ese enorme pene desaparecía dentro de mi culo, ver eso me arrechaba tanto.
  • Mira mami, mira cómo entra y sale, ufff delicioso mami, para que te acuerdes de mí cuando caches con tu marido (lo metía y sacaba lentamente).
  • Si amor, nunca me voy a olvidar de esta cachada que me estas dando, no pares amor, dame más duro
  • Feliz aniversario mami (en ese momento me comenzó a dar más duro, era una máquina, golpeándome con su pelvis), esto es mi regalo para ti y para tu marido también porque voy a dejar bien cachada a su mujer.
  • Ahhh, no pares, me vengo. Siiiii.
Sentí que algo me estaba bajando, el que me tenía agarrada de los cabellos me los soltó bruscamente como si fuera cualquier cosa y con sus dos manos me agarro de la cintura para darme con más fuerza y yo me sobaba el clítoris. Era una bestialidad la fuerza con la que me daba, sentía que me estaba rompiendo literalmente. No aguante más, me venía, Salí de su pene, caí boca abajo al colchón pero con el culo levantado. Gran cantidad de liquido salió disparado por mi conchita, acompañado por un fuerte grito de placer. Javier me decía: Eso perra, botado todo. El sobaba mi conchita y yo me retorcía de placer, sentía una sensibilidad en mi vagina que nunca lo había sentido antes. Los últimos residuos de líquido salían, mientras Javier me seguía diciendo con ese acento venezolano y morboso que botara todo, que sacara todo. Quede muerta tirada en el colchón, mientras Javier estaba arrodillado detrás de mí con el cuerpo empapado de sudor pero bien erguido, bien plantado como si hubiera hecho sus ejercicios rutinarios en el gym y claro ese enorme guevo seguía erecto y blanco como si lo hubieran enjabonado producto de mis líquidos vaginales. Yo decía entre mí, dios mío todavía no se ha venido. Él me dijo: Que buena perra eres mami. Me comienza a dar unas cuantas nalgadas. Su mano era grande y casi cubría toda mi nalga. Mi culo termino rojo de recibir sus nalgadas. El me volvió alcanzar un vaso de agua para recuperarme y también de paso aproveche en descansar un poco. Ya había pasado unos minutos y yo seguía gimiendo, respiraba profundamente entre gemidos para que tengan en cuenta la bestialidad de su cachada.

Sin preguntarme, si estaba lista de nuevo, me pone boca arriba y me levanta las piernas (seguía con los tacos) y me las abre, agarrando cada pierna mía con cada uno de sus mano y comienza a meterme de nuevo su enorme pene por mi culito. Yo levante la cabeza para ver ese momento. Era increíble como el pene más grande que había visto en mi vida entraba con tanta facilidad, estaba bien abierta. Me comienza a dar duro, sin parar. Yo lo miraba con cara de lujuria pidiéndole con la mirada que me diera más. Él me pone los dedos en la boca y yo se lo muerdo, luego lo saca y me da unas cachetadas en la cara y yo le digo: Si amor, castígame. Me comienza a dar duro por el culo. Mi celular comienza a sonar, mi esposo me estaba mandando mensaje. Javier estira la mano para agarrar mi cartera y me la alcanza. Yo saco mi celular de la cartera para responder los mensajes de mi esposo, sin que Javier sacara su pene de mi culo. Mi esposo me decía que ya estaba camino a casa y que estaba un poco mareado y que un amigo lo estaba acompañando a la casa, yo le respondí que me iba a demorar un poco más, sabiendo que cuando mi esposo esta mareado se duerme rápido y profundamente. Mientras escribía Javier me decía muchas morbosidades: Dile que te estoy metiendo harto guevo, que te estoy rompiendo el culo y que conmigo estas celebrando tu aniversario la perra de tu mujer. No saben lo morboso y excitante que era escribir esos mensajes mientras Javier me seguía penetrando y me decía todas esas morbosidades. Deje el celular a un lado y seguí con lo mío, me levante y me agarre de su cuello, sentada sobre su pene movía mi culo de lado a lado, de arriba abajo, saltaba sobre su pene, sintiendo que en ese momento yo tenía el control, mientras yo le ponía mis tetas en su cara, el me las chupaba, yo le agarraba sus bien desarrollados hombros, era tan musculoso, esos brazos eran tan grande. En eso él se levanta cargándome, agarrándome bien de mi culo y me comienza a follar así, él bien parado y yo alzada con las piernas en el aire. El me levantaba como si no le pesara nada. La sacaba y metía así de rápido, yo le clavaba las uñas en la espalda, no aguantaba tanto placer. De mi conchita chorreaba líquido que caí al colchón donde él estaba parado. El parecía no cansarse, tampoco es que pese mucho pero me sorprendía que no perdiera el ritmo, cada vez chorreaba más líquido de mi conchita y yo me arrechaba más y comencé a saltar encima de él, como una adicta al sexo y Javier seguía bien parado, sus piernas ni le temblaba. Salte tanto que me canse, me volví a morir de placer.
  • Que bestia que eres, necesito agua
  • Ahora vas a saber lo que es bueno perra (él camina, seguía cargándome, y me arrincona contra la pared).
  • Que haces? Espera dame un poco de agua, necesito descanso
  • Aguanta perra como buena hembra (plap, plap, plap me estaba dando con una fuerza y una profundidad, es que sentía su guevo en el ombligo).
  • Dios que me estas destrozando, me estas matando.
  • Es que tu marido no te cacha así.
  • Jamás como tú me estas cachando
  • Ahora cuando regreses a tu casa a celebrar tu aniversario con tu esposo, quiero que recuerdes este momento, que yo he sido tu macho este día.
  • Ahhh, si amor, lo recordare hoy y siempre.
  • Y no quiero que caches con tu esposo hoy, espera a que termine el día, quiero ser el único que te cacho el día de tus bodas de plata.
  • Hare lo que tú me pidas amor, soy tuya.
Plap, plap, plap, Javier no paraba y a pesar de lo exhausta que estaba yo aguantaba y pedía más. Luego me recostó de nuevo en la cama y me puso piernas al hombre y dios la fuerza con la que me daba era increíble, yo en ese momento me dejaba llevar, ya estaba muerta nuevamente. Seguía follándome piernas al hombro, solo que se paró y se echó encima de mí. Mis pies, con los tacos aun puestos, los tenía al lado de mi cara, no imagine lo flexible que podía ser. Él estaba cara a cara conmigo, las gotas de sudor de su rostro caían sobre mi cara. Ambos estábamos empapado de sudor. El no paraba y yo estaba llegando al éxtasis. Mi conchita se vuelve un caño de la venida orgásmica que tuve. Él saca su pinga de mi culo y se saca el condón y se sienta encima de mí y pone su tremenda pinga entre mis tetas y me la comienza a follar. Yo agarro mis tetas para hacer más presión hasta que finalmente su pinga también se vuelve en un caño que bota tremendo chorros de leche que me caen en la cara, el cuello y en mis tetas. Que cantidad de leche! Boto como cuatro veces más que mi esposo y me quedo corta. Con mi mano me la embarro en todo el cuerpo. Javier me dice: Ufff ahí tienes perra toda la leche que querías, bien servida estas. Feliz aniversario.
Que elegante, a la espera de la continuación
 
Esta sección son de relatos pueden ser reales o ficticios. Si quieren casos de la vida real busquen en otro foro.
 
Iba abrir la puerta y fugar pero pensé que estar sola en esas calles era muy peligroso, no vi que pasaran mucho taxis y si pasaban que seguridad tenía de que fuera seguro. Pero mi mayor duda era fugar, como la vez pasada en su auto y luego arrepentirme, porque después que fugue de su carro no deje de pensar en Javier los siguientes días, pensar lo rico que hubiera sido ser suya, pensar en su enorme pene. Me dije, si ya estoy aquí aprovechare el momento, además aún seguía muy caliente. Solté el cerrojo y tome la decisión de entregarme a Javier.

Javier seguía tendiendo la cama, así que me quite el saco y luego el vestido. Me quede en ropa interior. El brasier era de encaje negro y abajo tenía un hilo transparente también negro, además de mis tacos color crema. El termino de tender la cama y al voltear se dio con la sorpresa, me miro atónito y con mucha lujuria. Yo le dije: no me importa donde estemos, solo quiero que me hagas el amor. El me respondió: Y te lo voy hacer bien rico mami, como te lo mereces. Él se quitó rápidamente el polo y luego el jean para quedarse solo en bóxer. Me agarro de mis nalgas y nos besamos con pasión, me besaba el cuello, detrás de la oreja y eso me ponía a mil. Me arrincono contra la pared endeble de ese cuarto prefabricado y me comenzó a sobar mi conchita con una de sus manos y con la otra mano me desabrocho y me arranco el brasier en cuestión de segundos. Me comenzó a morder y chupar mis pezones que se me hincharon como nunca antes y estaban duros como una piedra producto del placer que sentía. Sentía que mis pezones latían al contacto de su boca, nunca había sentido una sensación así. Luego comenzó a bajar, me quito el hilo pero sin sacarme los tacos. Comenzó a lamerme muy despacio mi conchita, lamia desde la parte más baja de mi concha hasta llegar al clítoris, lamia como si fuera un helado y, como el helado, mi conchita se iba derritiendo a cada lamida. Mi conchita se comenzó abrir producto de la excitación que me provocaba sus lamidas y eso hacía que su lengua entrara más adentro de mi conchita. Me dijo: Mira mami como se va abriendo tu conchita a cada lenguazo, que cosa más deliciosa. Sus palabras me excitaban más. Beso mis labios vaginales como si me besara la boca y cuando comenzó a lamer y chupar mi clítoris me volví loca de placer y solté unos gritos desgarradores. La fiesta del piso de abajo atenuaba el ruido de mis gritos. Yo tenía una pierna encima de su hombro y con mis manos hundía su cabeza en mi conchita. Siento que algo me baja, es un pequeño chorrito, me estoy viniendo en su boca. Luego me voltea y yo me quiebro apoyando mis manos contra la pared. Me comienza a dilatar mi ano con su lengua pero también me sigue comiendo la concha y con el líquido de mi concha humedece mi ano e introduce un dedo. Me decía: Ese culo mami!!! Ese culo, va ser mío también. Me folla con su dedo mientras me come el clítoris. Yo le respondo: Ese culo y todo mi cuerpo es tuyo, haz lo que gustes conmigo. El placer que me hacía sentir era indescriptible. Le pedí que me penetrara, ya no aguantaba más. Pero en ese momento sentí que tenía que hacer algo que no había hecho antes y le dije: Amor antes quiero chupártela, quiero meterme ese guevo en la boca. El dejo lamer mi culo y se paró erguido y me dijo: Voltéate mami y haz lo tuyo. Voltee y ver ese hombre grande, desnudo, solo con su bóxer, de 1.85 metros, musculoso, me hacía pensar el hombre tan rico que me iba a cachar. Lo bese, bese su cuello, sus hombros, sus brazos, sus tetillas se las mordí, le lamí hasta la axila, le metí la lengua hasta dentro de su ombligo, sus piernas de futbolista y velludas que tanto me encanta se las bese, se las lamí, restregué mi cara en sus muslos. Ya tirada en el suelo él me puso sus pies en la cara y yo le chupe dedo por dedo. Me sentía tan excitada en mi papel de sumisa y él disfrutaba ser un macho dominante. Luego me acerque a su pene y de un golpe le baje el bóxer. Su enorme pene salió disparado. Por fin pude ver de nuevo ese enorme pene largo y grueso. Me sentía como una perra alunada, sobaba mi rostro con su pene, lo olía. El me agarro de los pelos y me cacheteo con su pene, literal sentía que me metían unas cachetadas con la mano. Su pene parecía una roca, macizo y duro.
  • Si amor castígame, golpéame con tu guevo.
  • Te mereces eso por perra, por haberme hecho esperar tanto. Te hiciste la difícil cuando en el fondo querías mi guevo, toma perra (me seguía golpeando)
  • Amor nunca deje de pensar en ti estos dos meses, me masturbaba pensando en ti, hasta hacia el amor con mi esposo pensando en ti.
  • Y tu marido tiene esto? (muy orgulloso agarraba su enorme pene).
  • No amor, tu guevo es lo más grande que he visto.
  • Y lo más grande que te vas a comer, perra.
Los modales que me demostró en un principio al conocerlo desaparecieron, la vergüenza que sentía al mostrarme su humilde morada también desaparecieron, ahora que me tenía en sus manos me trataba como una perra pero saben, eso me excitaba demasiado. Me dejo los cachetes rojos de los golpes que recibí de su pene. Finalmente agarre su pene y me lo introduje en la boca. Lo que tanto fantasee por fin pude hacerlo realidad. Le chupe primero la cabecita, pase toda mi lengua alrededor de su cabeza, luego le escupí a su pene para tratar de introducírmelo en la boca, no llegue ni a la mitad. Lo ensalive bien, lo masturbaba y me lo volvía a meter, se lo masturbaba con la boca y cuando lo sacaba para tomar aire los hilos de saliva colgaban. Lo ensalive tanto y con un poco más de esfuerzo y la excitación a mil pude meterme más de la mitad de su verga, lo sentí dentro de mi garganta. Sentía arqueadas pero yo seguía. Eso le excito tanto a Javier que me agarro de la nunca y me comenzó a follar la boca. Sentía un placer enorme, tanto que deseaba que eyaculara en mi boca. Cuando me soltó caí rendida al suelo, ya me sentía muerta. Javier me alcanzo un vaso de agua para recuperar energía. Me repuse y se la seguí chupando. El me agarra con la fuerza que tiene y como si nada me carga y voltea en el aire, me pone de cabeza, con mi boca a la atura de su pene para seguir chupándosela y mi concha cerca de su boca y digo cerca porque él es tan alto y yo tan bajita que tenía encorvarse para que su boca llegara a mi concha. El me seguía estimulando mi conchita con su lengua y yo no dejaba de chuparle su pene. Nuevamente me mete un dedo en mi ano, entro con más facilidad, mientras me tenía sujetada solo con un brazo. Mis piernas con los tacos que no me había sacado estaban en el aire, apoyados en su hombro. Esa imagen era muy excitante y lo podía ver porque él se había puesto en dirección al espejo. El escupía sobre mi ano y me lo seguía dilatando, ahora me había metido dos dedos y después de un rato tres dedos pero si su intención era meterme su pene tendría que meterme la mano. Con sus tres dedos en mi ano sentía un poco de dolor al principio pero luego se me pasaba, estaba tan excitada que el dolor se me iba rápido. Finalmente me echo sobre el colchón, el momento de sentir ese enorme pene había llegado. Me dijo: Ahora vas a saber lo que es bueno mami.

Colocó el espejo frente a la cama, mejor dicho al colchón, para darle más morbo a la situación. Me siguió chupando mi conchita mientras me follaba el culo con sus dedos, ya había metido cuatro dedos y cuando tenía adentro los dedos los abría para dilatar aún más mi ano. Yo ya le pedía a grito que me la metiera. Me puso en cuatro, yo me quebré bien para recibir como se debe su enorme pene. Con su macizo pene comenzó a golpear mi conchita, ya lo quería adentro. Me agarro mis nalgas y me las abrió.
  • Que delicioso mami ver tu conchita tan mojada y tu culo tan abierto y verte bien quebrada para recibir mi guevo.
  • Amor estoy ansiosa por recibir tu guevo, cáchame!
  • Quieres que te cache amor? Quieres mi guevo dentro de ti? Ruega amor, ruega por mi guevo.
  • Por favor dame tu guevo, te lo ruego, cachame!!!
  • Así me gusta, por fin te tengo como quería, perra (me mete una nalgada).
Agarro su pene y lo apunto en mi ano. Yo me sorprendí, pensaba que primero me iba a cachar por mi conchita, le dije que estaba haciendo, que no estaba preparada. El me respondió: Tarde perra, ese culo es mío, aguanta nomas. Comencé a sentir como su enorme pene comenzó abrir mi ano, sus dedos ya lo había dejado algo dilatado, su cabeza entro fácil, y eso que era cabezón, pero el resto de su pene me provocaba un poco de dolor. Lo iba metiendo muy despacio, hasta que entra todo su enorme pene dentro de mi ano. Todo eso lo pude ver por el espejo. Él me dijo: Ufff mami ya está adentro, entro todo, ya eres mía perra, ahora te destrozo el culo. El comenzó hacer movimientos leves de sacar y meter, el dolor desapareció y yo misma le pedí que acelerara, más rápido, más duro. Me agarra bien de las nalgas y me comienza a follar bien duro el culo, cada embestida hacia que sintiera más adentro su guevo, incluso lo sentía más grande. Mis nalgas revotaban sobre su pelvis por cada bombeada que recibía. Sentía que cada embestida a mi ano provocaba como una resonancia que viajaba de mi culo hasta salir por mi boca y se manifestaban en gemidos que salían naturalmente y cada vez más fuerte mientras aumentaba la intensidad hasta que se volvieron en gritos desenfrenados que se perdían entre la música y la bulla de la fiesta del piso de abajo, eso me hacía sentir menos estresadas para poder gritar como loca sin importar en incomodar a los vecinos. Escuchar mis gritos lo excitaba mucho más a Javier y me decía: Delicioso mami, suelta tus gritos de perra mami, suelta todo.

Javier tenía una resistencia increíble, no iba a parar hasta dejarme destrozada. Mi conchita lubricaba de placer, mis líquidos comenzaban a mojar mi muslo hasta goteaban y mojaban las sabanas. En eso me agarra de los pelos y me levanta la cabeza, me hace mirar al espejo, sin dejar de follarme. En eso me disminuye la intensidad y saca casi todo su pene de mi ano, solo deja la enorme cabezota que tiene y después de unos segundos vuelve a meter lentamente todo su pene dentro de mí. Lo vuelve a repetir varias veces. Ver como metía cada centímetro de su pene, como ese enorme pene desaparecía dentro de mi culo, ver eso me arrechaba tanto.
  • Mira mami, mira cómo entra y sale, ufff delicioso mami, para que te acuerdes de mí cuando caches con tu marido (lo metía y sacaba lentamente).
  • Si amor, nunca me voy a olvidar de esta cachada que me estas dando, no pares amor, dame más duro
  • Feliz aniversario mami (en ese momento me comenzó a dar más duro, era una máquina, golpeándome con su pelvis), esto es mi regalo para ti y para tu marido también porque voy a dejar bien cachada a su mujer.
  • Ahhh, no pares, me vengo. Siiiii.
Sentí que algo me estaba bajando, el que me tenía agarrada de los cabellos me los soltó bruscamente como si fuera cualquier cosa y con sus dos manos me agarro de la cintura para darme con más fuerza y yo me sobaba el clítoris. Era una bestialidad la fuerza con la que me daba, sentía que me estaba rompiendo literalmente. No aguante más, me venía, Salí de su pene, caí boca abajo al colchón pero con el culo levantado. Gran cantidad de liquido salió disparado por mi conchita, acompañado por un fuerte grito de placer. Javier me decía: Eso perra, botado todo. El sobaba mi conchita y yo me retorcía de placer, sentía una sensibilidad en mi vagina que nunca lo había sentido antes. Los últimos residuos de líquido salían, mientras Javier me seguía diciendo con ese acento venezolano y morboso que botara todo, que sacara todo. Quede muerta tirada en el colchón, mientras Javier estaba arrodillado detrás de mí con el cuerpo empapado de sudor pero bien erguido, bien plantado como si hubiera hecho sus ejercicios rutinarios en el gym y claro ese enorme guevo seguía erecto y blanco como si lo hubieran enjabonado producto de mis líquidos vaginales. Yo decía entre mí, dios mío todavía no se ha venido. Él me dijo: Que buena perra eres mami. Me comienza a dar unas cuantas nalgadas. Su mano era grande y casi cubría toda mi nalga. Mi culo termino rojo de recibir sus nalgadas. El me volvió alcanzar un vaso de agua para recuperarme y también de paso aproveche en descansar un poco. Ya había pasado unos minutos y yo seguía gimiendo, respiraba profundamente entre gemidos para que tengan en cuenta la bestialidad de su cachada.

Sin preguntarme, si estaba lista de nuevo, me pone boca arriba y me levanta las piernas (seguía con los tacos) y me las abre, agarrando cada pierna mía con cada uno de sus mano y comienza a meterme de nuevo su enorme pene por mi culito. Yo levante la cabeza para ver ese momento. Era increíble como el pene más grande que había visto en mi vida entraba con tanta facilidad, estaba bien abierta. Me comienza a dar duro, sin parar. Yo lo miraba con cara de lujuria pidiéndole con la mirada que me diera más. Él me pone los dedos en la boca y yo se lo muerdo, luego lo saca y me da unas cachetadas en la cara y yo le digo: Si amor, castígame. Me comienza a dar duro por el culo. Mi celular comienza a sonar, mi esposo me estaba mandando mensaje. Javier estira la mano para agarrar mi cartera y me la alcanza. Yo saco mi celular de la cartera para responder los mensajes de mi esposo, sin que Javier sacara su pene de mi culo. Mi esposo me decía que ya estaba camino a casa y que estaba un poco mareado y que un amigo lo estaba acompañando a la casa, yo le respondí que me iba a demorar un poco más, sabiendo que cuando mi esposo esta mareado se duerme rápido y profundamente. Mientras escribía Javier me decía muchas morbosidades: Dile que te estoy metiendo harto guevo, que te estoy rompiendo el culo y que conmigo estas celebrando tu aniversario la perra de tu mujer. No saben lo morboso y excitante que era escribir esos mensajes mientras Javier me seguía penetrando y me decía todas esas morbosidades. Deje el celular a un lado y seguí con lo mío, me levante y me agarre de su cuello, sentada sobre su pene movía mi culo de lado a lado, de arriba abajo, saltaba sobre su pene, sintiendo que en ese momento yo tenía el control, mientras yo le ponía mis tetas en su cara, el me las chupaba, yo le agarraba sus bien desarrollados hombros, era tan musculoso, esos brazos eran tan grande. En eso él se levanta cargándome, agarrándome bien de mi culo y me comienza a follar así, él bien parado y yo alzada con las piernas en el aire. El me levantaba como si no le pesara nada. La sacaba y metía así de rápido, yo le clavaba las uñas en la espalda, no aguantaba tanto placer. De mi conchita chorreaba líquido que caí al colchón donde él estaba parado. El parecía no cansarse, tampoco es que pese mucho pero me sorprendía que no perdiera el ritmo, cada vez chorreaba más líquido de mi conchita y yo me arrechaba más y comencé a saltar encima de él, como una adicta al sexo y Javier seguía bien parado, sus piernas ni le temblaba. Salte tanto que me canse, me volví a morir de placer.
  • Que bestia que eres, necesito agua
  • Ahora vas a saber lo que es bueno perra (él camina, seguía cargándome, y me arrincona contra la pared).
  • Que haces? Espera dame un poco de agua, necesito descanso
  • Aguanta perra como buena hembra (plap, plap, plap me estaba dando con una fuerza y una profundidad, es que sentía su guevo en el ombligo).
  • Dios que me estas destrozando, me estas matando.
  • Es que tu marido no te cacha así.
  • Jamás como tú me estas cachando
  • Ahora cuando regreses a tu casa a celebrar tu aniversario con tu esposo, quiero que recuerdes este momento, que yo he sido tu macho este día.
  • Ahhh, si amor, lo recordare hoy y siempre.
  • Y no quiero que caches con tu esposo hoy, espera a que termine el día, quiero ser el único que te cacho el día de tus bodas de plata.
  • Hare lo que tú me pidas amor, soy tuya.
Plap, plap, plap, Javier no paraba y a pesar de lo exhausta que estaba yo aguantaba y pedía más. Luego me recostó de nuevo en la cama y me puso piernas al hombre y dios la fuerza con la que me daba era increíble, yo en ese momento me dejaba llevar, ya estaba muerta nuevamente. Seguía follándome piernas al hombro, solo que se paró y se echó encima de mí. Mis pies, con los tacos aun puestos, los tenía al lado de mi cara, no imagine lo flexible que podía ser. Él estaba cara a cara conmigo, las gotas de sudor de su rostro caían sobre mi cara. Ambos estábamos empapado de sudor. El no paraba y yo estaba llegando al éxtasis. Mi conchita se vuelve un caño de la venida orgásmica que tuve. Él saca su pinga de mi culo y se saca el condón y se sienta encima de mí y pone su tremenda pinga entre mis tetas y me la comienza a follar. Yo agarro mis tetas para hacer más presión hasta que finalmente su pinga también se vuelve en un caño que bota tremendo chorros de leche que me caen en la cara, el cuello y en mis tetas. Que cantidad de leche! Boto como cuatro veces más que mi esposo y me quedo corta. Con mi mano me la embarro en todo el cuerpo. Javier me dice: Ufff ahí tienes perra toda la leche que querías, bien servida estas. Feliz aniversario.
Esperando la continuacion
 
Jajajaja que agresiva, pero @Samy-Samantha ya tu misma habías dicho que den opiniones. Obvio que no dan opiniones sobre el morbo del relato, ni sobre lo que experimentaste, es decir están comentando sobre los detalles de forma del relato, no sobre el porque y el goce de la infidelidad. Me gusta como te defiendes, saludos.
U interesante
 
Jajaja q cerrada de culo… me he cagado de risa buen rato… bien dice la milf q sola se defiende y lo hace muy bien

Volviendo al asunto, Samy tú dices q cachas rico con tu esposo y q tu vida sexual en general es buena…. Mi pregunta es, yo se q las comparaciones son incómodas pero quien te cacha mas rico tu esposo o el veneco? q encuentras en uno que no encuentras en el otro? Espero tu respuesta estimada troll Samy jajaja
.
 
Samy, continúa con tu relato....
 
Samy a mí me gustó mucho tu relato,espero que continúes tus historia.

Sé lo que es querer mucho pero tb tener esas ganas que despiertan emociones.

Admiro mucho tu balance y escapadas creo que podríamos llegar a conversar sin fines a más.
 
Contradicciones y más contradicciones es la troll sammy, por un lado pide opiniones pero cuando alguno de los lectores la califica fuertemente allí se hace la digna, tenga en cuenta esto sammy, las opiniones son libres, cuando aquí varios del género masculino contamos infidelidades y me incluyo, no nos molestamos si nos tildan de pendejos, de traidores, de serruchos, y siempre decimos también lo felices que somos con nuestras parejas estables a la par, así que es lo que le toca a Ud desde el otro lado, nada de hacerse la digna , la dama honorable cuando cuenta relatos de infidelidad.
 
Última edición:
sammy , sigue contandonos tus experiencias
 
Contradicciones y más contradicciones es la troll sammy, por un lado pide opiniones pero cuando alguno de los lectores la califica fuertemente allí se hace la digna, tenga en cuenta esto sammy, las opiniones son libres, cuando aquí varios del género masculino contamos infidelidades y me incluyo, no nos molestamos si nos tildan de pendejos, de traidores, de serruchos, y siempre decimos también lo felices que somos con nuestras parejas estables a la par, así que es lo que le toca a Ud desde el otro lado, nada de hacerse la digna , la dama honorable cuando cuenta relatos de infidelidad.
Ya antes te había respondido y veo que esperaste varias semanas y que estuviera desconectada para responderme y habrás imaginado que no iba a seguir con mi relato, bueno eso dice mucho de ti.

Pido y seguiré pidiendo opiniones, todo tipo de opiniones, lo que no tolero es la falta de respeto. Me defenderé de los faltosos y siempre hablaré de manera directa y sin tapujos porque también tengo derecho a responder y a opinar, eso no es hacerse la “digna” ni “dama honorable” esas palabras son las que menos me califica. Soy todo lo contrario. Me sorprende de donde saco unas palabras que jamás he usado para calificarme. En la psicología suele decirse que cuando acusas a una persona de usar unas palabras que jamás uso, suele delatar tu inconsciente. Eso quiere decir que de repente buscas a una mujer digna y honorable que nunca tuviste y solo has estado rodeado de puras p…. que te han engañado. Bueno esa es mi opinión. Besitos
 
Ya antes te había respondido y veo que esperaste varias semanas y que estuviera desconectada para responderme y habrás imaginado que no iba a seguir con mi relato, bueno eso dice mucho de ti.

Pido y seguiré pidiendo opiniones, todo tipo de opiniones, lo que no tolero es la falta de respeto. Me defenderé de los faltosos y siempre hablaré de manera directa y sin tapujos porque también tengo derecho a responder y a opinar, eso no es hacerse la “digna” ni “dama honorable” esas palabras son las que menos me califica. Soy todo lo contrario. Me sorprende de donde saco unas palabras que jamás he usado para calificarme. En la psicología suele decirse que cuando acusas a una persona de usar unas palabras que jamás uso, suele delatar tu inconsciente. Eso quiere decir que de repente buscas a una mujer digna y honorable que nunca tuviste y solo has estado rodeado de puras p…. que te han engañado. Bueno esa es mi opinión. Besitos
me gustaría abrirte ese culo mi estimada sigue con tu relato que aquí el que esta alguna vez a pecado e incluso lo sigue haciendo me da morbo tu relato
 
Que mujer!!!
Le doy toda la razón. Usted es suficiente para defenderse.
Espero que nos deleite con su literatura y nos narre el desenlace del trama de esas noches de pasión con Javier.
Saludos.
@Samy-Samantha
 
  • Ahhh!!! Si amor, que rico. No pares
  • Ahhh!!! Me encantas mami, que rica concha tienes
Cerca de amanecer, Javier me seguía follando. Era la tercera de la noche. Él estaba encima de mí, en posición de misionero Sus caderas las movía incesantemente, sacando casi todo su pene para volver a hundirlo en mi conchita y yo disfrutaba cada golpe de su pelvis. Me chupaba mis pezones, lamia mi cuello, nos besábamos, nos comíamos la boca. De un momento a otro bajo el ritmo y comenzó hacerlo más suave, yo también me puse más serena. Sin dejar de penetrarme comenzó acariciar cada centímetro de mi cuerpo y yo también hice lo mismo con cada parte de su musculoso cuerpo. Lo acariciaba también con mis piernas, deslizándola por su espalda, glúteos y muslos. Nos besarnos lentamente. Ufff no dejábamos de besarnos, casi media hora de besos. Sus palabras morbosas y sucias se volvieron tiernas. Me decía: “Me encantas, me fascinas” “Me gustas mucho” “Me hubiera encantado conocerte soltera”. Esas palabras me puso más romántica, fue el momento más tierno de la noche. Javier me estaba haciendo el amor y yo lo disfrutaba tanto que me provocaba responder sus halagos. Le decía, que también me encantaba y que quería que se volviera a repetir nuestro encuentro pero sobretodo le repetía: “Hazme el amor”. Pero de a poco la lujuria volvió, comenzó acelerar sus penetradas y yo volví a los gritos de placer. Sentía que me volvía a venir los orgasmos y volvió uno tras otro hasta que comencé a mojarme. En ese momento Javier gemía apunto de venirse, yo clave mis uñas en su espalda y con un grito ensordecedor bote todo dentro de mí, a chorros y Javier con un gemido varonil eyaculo adentro, sin sacarlo (tenia condón). Se quedó rendido encima de mí. Así nos quedamos descansando después de tres maratónicas folladas. Comencé a quedarme dormida pero en una ráfaga de lucidez me levante de un sobresalto, empujado a Javier a un lado. De inmediato agarro mi celular y eran las 5:50am. Me desespere, Javier me dijo que me tranquilizara, que él me llevaría a mi casa. Su cuarto no tenía baño propio así que si quería usar la ducha tenía que salir del cuarto. Me era muy incómodo eso, así que solo me limpie con la toalla que él me alcanzo. Me vestí rápidamente y ya lista me subí al carro de Javier. El me llevo hasta mi casa.

Camino a mi casa, no dejaba de mirar mi celular rogando que mi esposo no despertase y me llamara, al ver que no llegaba a la casa. Javier me tranquilizaba acariciándome. No sé qué me pasaba ese día, que a pesar de la preocupación me volví a calentar, la verdad es que teníamos ganas de más. Saque su pene de su pantalón y se lo masturbaba mientras él seguía manejando, luego le hice oral. El no aguanto más y estaciono su carro en una zona despejada. Yo no dejaba de chupársela, intentando meterme todo lo posible de su pene en mi boca, a pesar de las arqueadas o el riesgo de lastimarme la garganta. Finalmente, con los ojos lagrimeados, pude meterme gran trozo de su verga pero no por completo. Lo masturbaba con mi mano y me lo volvía a meter a la boca, se lo ensalivaba, luego el me agarraba de la nuca y me follaba la boca. Él me decía: “Ahhh!!! Eso mami, sácalo todo, sácame toda la leche, ahhh!!!”. Estaba haciéndolo gemir con mi oral y eso me excitaba demasiado, tanto que no pare de chupársela hasta escuchar decirme: “Ahhh!!! Ya sale!!!”. En ese momento quite mi boca y toda su eyaculación embarro mi cara. Quede hecha un desastre. Me puse a buscar en su gaveta algo con que limpiarme, mientras Javier se masturbaba, me dijo que aún tenía más leche, su pene seguía erecto. Me dijo: “Siento que no bote toda mi leche”. Reclino mi asiento hacia atrás, me volteo poniéndome casi en cuatro, me levanto el vestido, se puso condón, se colocó detrás de mí y me penetro por mi empapada conchita. Plap, plap, plap Javier me estaba dando duro, era una follada que no iba a durar mucho pero que sería intensa. Javier me agarro fuerte de mi pelo y me metía manotazos en mis nalgas. Luego me volteo quedando boca arriba, agarrándome de las piernas y abriéndomelas, quería ver como su enorme pene penetraba mis paredes vaginales. Me bajo la parte superior del vestido para liberar mis tetas y ver como rebotaban por sus embestidas, mientras yo me sobaba mi clítoris. Ambos gemíamos y sudábamos de placer en medio de la incomodidad del carro, que parecía una sauna por el vapor de nuestros alientos. Comencé a venirme. El saca su pene y se retira el condón y comienza a dispararme con su leche. Me cae en las tetas y también me mancha el vestido. Javier se repuso, encendió el carro y siguió con dirección a mi casa, mientras yo me limpiaba su leche con un trapo que al parecer era con el que limpiaba su carro.

Tres cuadras antes de llegar a mi casa, me despedí de Javier con un apasionado beso. Me dijo que me quería volver a ver, es más, me hizo prometerlo. También me hizo recordar que no follara con mi esposo durante ese día, que él quería ser el único con el que haya follado en mis bodas de plata. Luego metió sus manos por debajo de mi vestido y me saco mi hilo negro transparente. Yo observaba anonadada sin poner resistencia. Se lo puso en la nariz, lo olio, y me dijo: Me lo llevo como recuerdo de la noche que pasamos. Lo mire y me tire sobre él, a besarlo. Después de la despedida arranco el carro y me dejo en la puerta de mi casa. Baje rápidamente de su carro sin mirar atrás. Llegue pasada las 7:30am a mi casa, mi esposo a un dormía. Seguro había tomado bastante porque cuando lo hace, no hay nada que lo despierte. Lo primero que hice fue meterme a la ducha, luego metí toda mi ropa en el cesto de ropa sucia y finalmente me metí a la cama al lado de mi esposo. Estaba exhausta, me quede rápidamente dormida.

A las 11 de la mañana mi esposo me despierta. Tuvo el hermoso detalle de llevarme el desayuno a la cama. Por fin nos pudimos saludar en persona por nuestro aniversario pero mi esposo quería más y en ese momento recordé la promesa que le hice a Javier. No tenía que cumplirlo, no estaba obligada a cumplir mi promesa a un casi completo extraño, pero el morbo que me daba de decirle a Javier, la próxima vez que lo viera, que cumplí mi promesa y ver su reacción. Quizá fuera un afrodisiaco que produzca una noche de sexo aún más salvaje de la que viví, porque tenía toda la intención de volver a ver a Javier las veces que se pudiera. Rechace a mi esposo, la verdad también me sentía cansada, Javier me había destrozado literal. Había quedado brutalmente satisfecha y Javier seguía en mi mente mientras hablaba con mi esposo y lo seguiría estando el resto del día, el día de mi aniversario, de mis bodas de plata.
 
Guau que buena continuación del relato esperemos prosiga pronto
 
  • Ahhh!!! Si amor, que rico. No pares
  • Ahhh!!! Me encantas mami, que rica concha tienes
Cerca de amanecer, Javier me seguía follando. Era la tercera de la noche. Él estaba encima de mí, en posición de misionero Sus caderas las movía incesantemente, sacando casi todo su pene para volver a hundirlo en mi conchita y yo disfrutaba cada golpe de su pelvis. Me chupaba mis pezones, lamia mi cuello, nos besábamos, nos comíamos la boca. De un momento a otro bajo el ritmo y comenzó hacerlo más suave, yo también me puse más serena. Sin dejar de penetrarme comenzó acariciar cada centímetro de mi cuerpo y yo también hice lo mismo con cada parte de su musculoso cuerpo. Lo acariciaba también con mis piernas, deslizándola por su espalda, glúteos y muslos. Nos besarnos lentamente. Ufff no dejábamos de besarnos, casi media hora de besos. Sus palabras morbosas y sucias se volvieron tiernas. Me decía: “Me encantas, me fascinas” “Me gustas mucho” “Me hubiera encantado conocerte soltera”. Esas palabras me puso más romántica, fue el momento más tierno de la noche. Javier me estaba haciendo el amor y yo lo disfrutaba tanto que me provocaba responder sus halagos. Le decía, que también me encantaba y que quería que se volviera a repetir nuestro encuentro pero sobretodo le repetía: “Hazme el amor”. Pero de a poco la lujuria volvió, comenzó acelerar sus penetradas y yo volví a los gritos de placer. Sentía que me volvía a venir los orgasmos y volvió uno tras otro hasta que comencé a mojarme. En ese momento Javier gemía apunto de venirse, yo clave mis uñas en su espalda y con un grito ensordecedor bote todo dentro de mí, a chorros y Javier con un gemido varonil eyaculo adentro, sin sacarlo (tenia condón). Se quedó rendido encima de mí. Así nos quedamos descansando después de tres maratónicas folladas. Comencé a quedarme dormida pero en una ráfaga de lucidez me levante de un sobresalto, empujado a Javier a un lado. De inmediato agarro mi celular y eran las 5:50am. Me desespere, Javier me dijo que me tranquilizara, que él me llevaría a mi casa. Su cuarto no tenía baño propio así que si quería usar la ducha tenía que salir del cuarto. Me era muy incómodo eso, así que solo me limpie con la toalla que él me alcanzo. Me vestí rápidamente y ya lista me subí al carro de Javier. El me llevo hasta mi casa.

Camino a mi casa, no dejaba de mirar mi celular rogando que mi esposo no despertase y me llamara, al ver que no llegaba a la casa. Javier me tranquilizaba acariciándome. No sé qué me pasaba ese día, que a pesar de la preocupación me volví a calentar, la verdad es que teníamos ganas de más. Saque su pene de su pantalón y se lo masturbaba mientras él seguía manejando, luego le hice oral. El no aguanto más y estaciono su carro en una zona despejada. Yo no dejaba de chupársela, intentando meterme todo lo posible de su pene en mi boca, a pesar de las arqueadas o el riesgo de lastimarme la garganta. Finalmente, con los ojos lagrimeados, pude meterme gran trozo de su verga pero no por completo. Lo masturbaba con mi mano y me lo volvía a meter a la boca, se lo ensalivaba, luego el me agarraba de la nuca y me follaba la boca. Él me decía: “Ahhh!!! Eso mami, sácalo todo, sácame toda la leche, ahhh!!!”. Estaba haciéndolo gemir con mi oral y eso me excitaba demasiado, tanto que no pare de chupársela hasta escuchar decirme: “Ahhh!!! Ya sale!!!”. En ese momento quite mi boca y toda su eyaculación embarro mi cara. Quede hecha un desastre. Me puse a buscar en su gaveta algo con que limpiarme, mientras Javier se masturbaba, me dijo que aún tenía más leche, su pene seguía erecto. Me dijo: “Siento que no bote toda mi leche”. Reclino mi asiento hacia atrás, me volteo poniéndome casi en cuatro, me levanto el vestido, se puso condón, se colocó detrás de mí y me penetro por mi empapada conchita. Plap, plap, plap Javier me estaba dando duro, era una follada que no iba a durar mucho pero que sería intensa. Javier me agarro fuerte de mi pelo y me metía manotazos en mis nalgas. Luego me volteo quedando boca arriba, agarrándome de las piernas y abriéndomelas, quería ver como su enorme pene penetraba mis paredes vaginales. Me bajo la parte superior del vestido para liberar mis tetas y ver como rebotaban por sus embestidas, mientras yo me sobaba mi clítoris. Ambos gemíamos y sudábamos de placer en medio de la incomodidad del carro, que parecía una sauna por el vapor de nuestros alientos. Comencé a venirme. El saca su pene y se retira el condón y comienza a dispararme con su leche. Me cae en las tetas y también me mancha el vestido. Javier se repuso, encendió el carro y siguió con dirección a mi casa, mientras yo me limpiaba su leche con un trapo que al parecer era con el que limpiaba su carro.

Tres cuadras antes de llegar a mi casa, me despedí de Javier con un apasionado beso. Me dijo que me quería volver a ver, es más, me hizo prometerlo. También me hizo recordar que no follara con mi esposo durante ese día, que él quería ser el único con el que haya follado en mis bodas de plata. Luego metió sus manos por debajo de mi vestido y me saco mi hilo negro transparente. Yo observaba anonadada sin poner resistencia. Se lo puso en la nariz, lo olio, y me dijo: Me lo llevo como recuerdo de la noche que pasamos. Lo mire y me tire sobre él, a besarlo. Después de la despedida arranco el carro y me dejo en la puerta de mi casa. Baje rápidamente de su carro sin mirar atrás. Llegue pasada las 7:30am a mi casa, mi esposo a un dormía. Seguro había tomado bastante porque cuando lo hace, no hay nada que lo despierte. Lo primero que hice fue meterme a la ducha, luego metí toda mi ropa en el cesto de ropa sucia y finalmente me metí a la cama al lado de mi esposo. Estaba exhausta, me quede rápidamente dormida.

A las 11 de la mañana mi esposo me despierta. Tuvo el hermoso detalle de llevarme el desayuno a la cama. Por fin nos pudimos saludar en persona por nuestro aniversario pero mi esposo quería más y en ese momento recordé la promesa que le hice a Javier. No tenía que cumplirlo, no estaba obligada a cumplir mi promesa a un casi completo extraño, pero el morbo que me daba de decirle a Javier, la próxima vez que lo viera, que cumplí mi promesa y ver su reacción. Quizá fuera un afrodisiaco que produzca una noche de sexo aún más salvaje de la que viví, porque tenía toda la intención de volver a ver a Javier las veces que se pudiera. Rechace a mi esposo, la verdad también me sentía cansada, Javier me había destrozado literal. Había quedado brutalmente satisfecha y Javier seguía en mi mente mientras hablaba con mi esposo y lo seguiría estando el resto del día, el día de mi aniversario, de mis bodas de plata.
Demoraste mucho, pero la experiencia fue intensa, eso de prometer y cumplir es ya un sentimiento. Se que si te digo esto es porque eso denota, aunque lo niegues, claro también puede ser eso de que te dejo destrozada.
Javier fue el único? No hubo por ahí alguien más? Sería bueno que no te desaparescas meses y respondas, por favor. Saludos.
 
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