Desde que Javier me contó la experiencia que tuvo con sus vecinas, no se me quitaba de la cabeza las imágenes de ese trío. En cualquier momento aparecían esos recuerdos, estando en mi casa, al lado de mi esposo, de mis hijos, de mis amigas o estando en el trabajo, en una reunión importante y esos recuerdos provocaba que me mojara, a veces tanto que tenía que cambiarme de trusa. Mi amiga Sara, la que pidió el taxi la primera vez que fui infiel y la que me invitó a almorzar al día siguiente y después me cancelo facilitándome el encuentro con Javier y poder despedirme de él antes de mi largo viaje con mi esposo, me dijo que me notaba distraída y pregunto si me pasaba algo. Eso sucedió cuando estábamos en una noche de chicas, que siempre organizábamos entre mi grupo de amigas en la casa de algunas de nosotras. Después de una larga charla, bromas y muchos tragos nos fuimos a dormir. Me quede profundamente dormida.
Fui la primera en despertarme, me bañé, me puse un babydoll color rojo, transparente que hacía notar mis pezones y sin trusa. Encima me puse un abrigo largo y salí de la casa. Mis amigas seguían durmiendo. No sé por qué motivo fui a la casa de Javier, presentía que tenía que hacer algo. La puerta de su edificio estaba abierta, entro, subo hasta el último piso. Al llegar encuentro la puerta abierta de su cuartucho. Lo abro lentamente y lo veo a él, parado sobre su colchón, desnudo y a sus vecinas completamente desnudas arrodilladas ante él, chupándole su enorme pene. Actúe sin dudarlo, decidida. Me acerqué a ellos y me quite el abrigo, me quede solo con el babydoll rojo transparente. Las vecinas me extendieron la mano, como pidiendo que me acercara. Tome la mano de cada una de ellas y me subí al colchón. Ellas me ayudaron arrodillarme y me pusieron en el medio de ellas y acercaron mi boca a la enorme verga erecta de Javier. Comencé a chupársela mirándolo a los ojos, sumisa, entregada, tal cual las vecinas. Luego retiro mi boca y las vecinas comienzan a chupársela también, entre las tres nos turnábamos para chupársela. Mientras Clarisa le chupaba la verga a Javier, Carmen me agarró del mentón y me dio un beso, me metió toda la lengua, era un beso muy pasional, luego Carmen volteo mi cara y apunto mi mirada a Clarisa, las dos la entendimos y me bese con Clarisa, era un beso más tierno. Luego ambas me recostaron sobre el colchón, cada una se puso a mi lado Carmen me comenzó a besar y con su mano sobaba mi clítoris y Clarisa me chupaba mis tetas. Javier me abrió las piernas, golpeó con su verga mi conchita húmeda y comenzó a introducir su enorme pinga en mi conchita, mientras Carmen seguía sobando mi clítoris. Yo estire mi mano lo puse sobre su abdomen intentando detenerlo ya que no se había puesto condón. El retiro violentamente mi mano y me agarró fuertemente del cuello, me metió su pinga y me comenzó a follar duro. No sabe lo placentero que era sentir la piel de su enorme pinga. Mientras las vecinas se turnaban en besarme, morder mis pezones y sobar mi clítoris. Comencé a venirme a chorros. Javier me decía: Eso perra! Bota todo. En eso Javier comienza a venirse. Era tan rico sentir como sus chorros de semen golpeaban por dentro mi conchita, podía sentirlo, mientras mi conchita desprendía flujo vaginal blanco, propio de mi ovulación. Si, estaba en mis días fértiles. Todo era muy raro pero podía sentirlo, sentir que Javier me había embarazado. Javier cae sobre mí, las vecinas ya no estaban, todavía no había sacado su verga, es más seguía erecta. Aún no me recuperaba y Javier, sin sacarla, comenzó a follarme de nuevo. No saben la sensación tan rica, mi cuerpo vibraba, el sentir la piel de su pinga, entrando y saliendo de mi conchita que estaba inundada de su leche, producto de su primera venida. Javier era una máquina y no paraba y yo solo gritaba de placer pidiéndole que no pare y repitiendo su nombre una y otra vez: Sigue Javier! No pares Javier! Javier!! Javier!!!
En ese momento sentí que una voz interrumpía tan placentero momento, diciendo: Samy! Samy! Que te pasa?!! Poco a poco fui volviendo a la realidad. Si, era un sueño, uno erótico, de los muchos que había tenido en los últimos días desde que Javier compartió conmigo su experiencia con sus vecinas. La que me despertó fue Sara, mis demás amigas seguían durmiendo, casi todas habían tomado demasiado. Todas estábamos durmiendo en el mismo cuarto, tuve suerte que nadie más me escuchó. Le dije a Sara que había tenido una pesadilla pero ella no me creyó. Me pregunto que quién era Javier, ya que había mencionado su nombre repetidas veces y no supe que responderle. Ella me agarra de las manos y me dijo: Tranquila, yo no te voy a juzgar (puso su mano por debajo de mi cuello, muy cerca de mis senos), mira como estas, estás empapada, ven vamos a la cocina. Sandra me llevo de la mano a la cocina, hizo que me sentara y me sirvió un vaso de agua. Luego me acaricio la frente y me pregunto si ya estaba más tranquila y yo le respondo afirmativamente.
- Samy, amiga mía, ese Javier es tu amante?
- No!! Estás loca!!! El es…, es alguien que…, no sé porque lo mencione (me altere).
- Tranquila, como te dije no estoy para juzgarte pero como amiga si estoy para advertirte.
- Cómo así?
- Sabes qué habría pasado si está “pesadilla” te pasaba delante de tu esposo? Escuchando tus gemidos y repitiendo el nombre de otro hombre? Mira yo no soy una santa, ni mi ex esposo lo fue pero cuando decidimos divorciarnos fue por temas que nada tiene que ver con la infidelidad porque siempre tuvimos el cuidado de no hacernos daño el uno al otro.
- Yo no pienso hacer daño a mi esposo.
- Cuando estás distraída en la reunión con tus amigas, cuando no escuchas cuando te llamamos, cuando olvidas las cosas que te pedimos que trajeras a la reunión y peor aun cuando tienes sueños eróticos gimiendo y gritando el nombre de otro, es obvio que tú esposo se ha dado cuenta o se dará cuenta de que algo te pasa. Todos hemos sido infiel alguna vez en nuestras vidas lo que no puede pasar es que ese desliz interfiera o perjudique tu vida familiar porque ahí si vas hacer sufrir a tu familia y pero aún los puedes perder.
- Yo pensé que estaba actuando normal, que nada había cambiado en mí.
- Muchas veces no nos damos cuenta de nuestros cambios, al contrario, las personas que más nos quieren son las que más rápido se dan cuenta de nuestros propios cambios, evita que eso pase y pon en orden tu vida por ti y por tu familia.
Sara y yo no abrazamos fuerte luego me acomodo el pelo y me dio un piquito en los labios, era algo normal entre nosotras porque nos tenemos bastante confianza. Luego nos fuimos a dormir. Al despertar desayunamos todas juntas y luego cada una se fue a su casa. Al llegar a mi casa abrace a mi esposo e hicimos el amor, entendí cuán importante era mi esposo para mí pero al día siguiente ya estaba en la cama de Javier. Se había vuelto una adicción para mí y me era difícil salir de esa relación. También se había vuelto una costumbre ver sus videos y fotos con otras mujeres. El me prestaba su celular para poder verlo pero yo nunca revisaba más allá de su galería de imágenes. Pero por un corto momento él se fue al baño y me dejo con su celular. Mientras veía uno de sus videos llegó un mensaje de whatsapp, era una mujer, me llamo la atención el nombre. Me gano la curiosidad y abrí el chat y grande fue la sorpresa al descubrir quién era.