dalymanu
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Mi esposa me pidió como favor que la acompañe al aeropuerto a recibir a su amiga de la infancia, (se conocían desde que estaban en el inicial) Jani. A ella solo la vi una vez hace como 20 años atrás, antes de que se vaya a hacer su maestría a Francia y por su puesto antes que me casará como mi esposa.
No recordaba muy bien su rostro; pero, si recordaba que era muy delgada y blanca tipo fantasma. Mi esposa siempre conversaba con ella por el Facebook y WhatsApp, pero nunca me entró la curiosidad de preguntarle más sobre ella, pues como no la frecuentaba ni la veía, solo pasaba desapercibida para mi.
La tarde en que llegó junto a su esposo, un francés buena onda y más o menos de mi edad, no paraba de lorear con mi esposa, mientras el francés y yo tomábamos una cerveza y hablamos en español. Conversando con el man, me contó que era profesor de educación física en Francia y conoció Jani en una visita que hizo el colegio a los laboratorios de genética donde trabajaba Jani. (Los chibolos allá van de visita a plantas de ensamblaje de autos, fábricas de chocolate y laboratorios). La hora pasó rápido, Janí le dijo a mi esposa para que la llevara a la casa de su papá que no había podido venir porque estaba un poco mal de salud y era el motivo por el que ella estaba acá. Así que me convertí en chofer, cargue las dos maletas que habían traído y enrumbé a la dichosa casa, el franchute iba adelante conmigo y las dos amigas atrás. Enzo: "Manu, puedo poner música" y luego busco algo en la radio, el man conocía armonía 10 y el grupo 5 y sintonizó de casualidad La karibeña, yo me mate de risa y el man estaba en lo suyo mientras sonaba "La valentina". Atrás, Jani, en una le dijo a en Enzo, con voz firme, bájale el volumen que no puedo conversar.
En mi mente decía, carajo que tal carácter, pobre franchute a este lo mandonean. Llegamos, bajé las maletas, mismo Uber, y pasamos todos, nos recibió una señora que se hacía cargo de la casa y del cuidado del papá de Jani. El señor estaba algo delicado, no había quedado bien después de tener Covid y pues desde hace ya como un año estaba desmejorado, por eso Jani había regresado y se quedaría por un buen tiempo.
Gente, la hora pasaba rápido y yo en una le hice recordar a mi esposa que ya teníamos que irnos, pues al día siguiente tenía que trabajar y hacer unos trámites. Al despedirnos, Jani nos invitó a almorzar en su casa el domingo y ahí empezaría todo.
No recordaba muy bien su rostro; pero, si recordaba que era muy delgada y blanca tipo fantasma. Mi esposa siempre conversaba con ella por el Facebook y WhatsApp, pero nunca me entró la curiosidad de preguntarle más sobre ella, pues como no la frecuentaba ni la veía, solo pasaba desapercibida para mi.
La tarde en que llegó junto a su esposo, un francés buena onda y más o menos de mi edad, no paraba de lorear con mi esposa, mientras el francés y yo tomábamos una cerveza y hablamos en español. Conversando con el man, me contó que era profesor de educación física en Francia y conoció Jani en una visita que hizo el colegio a los laboratorios de genética donde trabajaba Jani. (Los chibolos allá van de visita a plantas de ensamblaje de autos, fábricas de chocolate y laboratorios). La hora pasó rápido, Janí le dijo a mi esposa para que la llevara a la casa de su papá que no había podido venir porque estaba un poco mal de salud y era el motivo por el que ella estaba acá. Así que me convertí en chofer, cargue las dos maletas que habían traído y enrumbé a la dichosa casa, el franchute iba adelante conmigo y las dos amigas atrás. Enzo: "Manu, puedo poner música" y luego busco algo en la radio, el man conocía armonía 10 y el grupo 5 y sintonizó de casualidad La karibeña, yo me mate de risa y el man estaba en lo suyo mientras sonaba "La valentina". Atrás, Jani, en una le dijo a en Enzo, con voz firme, bájale el volumen que no puedo conversar.
En mi mente decía, carajo que tal carácter, pobre franchute a este lo mandonean. Llegamos, bajé las maletas, mismo Uber, y pasamos todos, nos recibió una señora que se hacía cargo de la casa y del cuidado del papá de Jani. El señor estaba algo delicado, no había quedado bien después de tener Covid y pues desde hace ya como un año estaba desmejorado, por eso Jani había regresado y se quedaría por un buen tiempo.
Gente, la hora pasaba rápido y yo en una le hice recordar a mi esposa que ya teníamos que irnos, pues al día siguiente tenía que trabajar y hacer unos trámites. Al despedirnos, Jani nos invitó a almorzar en su casa el domingo y ahí empezaría todo.
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