Aqui viene lo bueno...
– Debe ser frustrante, -le respondí- llegar a esa edad y tener tan poca actividad sexual, yo pienso disfrutar al máximo mi sexualidad, incluso cuando tenga más edad que tú ahora.- Lo es, aunque a veces me manoseo pero no quedo completamente satisfecha, a veces lo hago aquí, mientras escucho coger a mi hija con tu hermano.- ¿Te excita escuchar como gime tu hija? jajajajajaa.- No es eso, lo que me excita es que ellos puedan escucharme a mi. Me respondió junto con una risa que mostraba lo atrevida que podía ser.
– Bueno me voy, así aprovechas para desahogar un poco esa frustración. La verdad es que ya era muy tarde y debía llegar a casa.
– ¿Cómo que te vas? -me reprochó Rebeca- Tu hermano dijo que podías quedarte, además aún queda alcohol en la botella ¿No me vas a ayudar?.
Accedí a terminarnos la botella y cuando lo hicimos me despedí de nuevo- ¿Enserio te vas a ir? Estás tomado, no debes manejar así – La verdad no quiero quedarme en el sillón, es muy pequeño para mi, mis pies quedarán flotando en el aire, además no quiero escuchar como aquellos 2 cogen, (si ponías atención podías escuchar sus gemidos) y no quedan cuartos disponibles, están todos ocupados.- Bueno, quédate en mi cama.- ¿Y qué? ¿Tú dormirás en el sillón? No podría hacerte eso, mejor me iré.- Es una cama matrimonial, ahí cabemos perfecto los dos.
Mis ojos se abrieron completamente y se iluminaron, pensé que había perdido mi oportunidad, pero ahí estaba y no pensaba desperdiciarla pero tampoco quería notarme ansioso.
– ¿No tienes problemas con que duerma contigo? Le pregunté a Rebeca.- Entre tú y yo habrá toda la confianza que quieras.
Acepté sin más y la ayudé a levantarse para dirigirnos al cuarto, con una mano sujetaba la suya por detrás de mi cuello para que pudiera apoyarse en mi y con la otra mano la tomaba de la cintura, su playera se había levantado un poco por la posición en la que estaba así que pude tocar su piel, era muy suave, quería seguir tocándola así que la apoyé fuerte contra mi y una de sus tetas se apoyó en mi pecho, con mi mano en su cintura le daba ligeros y «accidentales» masajes circulares.
– No me vayas a «tirar» por que si lo haces, nadie me va a querer «recoger». No comprendí bien si estaba usando palabras en doble sentido o era otro comentario más de su humor característico por lo cuál sólo respondí:- No te preocupes, te estoy agarrando muy bien.
La ayudé a recostarse sobre la coma y le dije:- Sé que me comentaste que no había problema con que durmiera contigo pero la verdad es que suelo dormir desnudo ¿No te importa?. Realmente sólo duermo en ropa interior pero en esta ocasión estaba dispuesto a arriesgarlo todo.- No hay problema, de hecho, yo me quitaré el short, si no te molesta.- Claro que no. Yo estaba encantado, ella llevaba puesto unas bragas negras de encaje, de esos que llaman cacheteros, su culo se veía precioso, ese trasero aún estaba firme, quería propinarle una buena nalgada en ese momento, mi verga ya estaba bastante dura así que apagué la luz del cuarto y me metí bajo las cobijas para evitar que notara mi erección, sentía que mis huevos estaban a punto de explotar.
Ella también se metió debajo de las cobijas, se recostó de lado dejando su culo a escasos 30cm de mi, me giré en dirección a ella para, poco a poco, acercar mi verga a su culo ¡MMMMM! como deseaba restregar con fuerza mi verga en esas nalgas ya estaba cerca y no quería perder la oportunidad por ser imprudente. cuando por fin sentí que tenía mi falo en la raja de su culo comencé a mover mis pies fingiendo rascarme las piernas para poder restregarle y al mismo tiempo empujaba más mi verga contra sus nalgas, mi calentura subía y los empujones que le daba se volvían más fuertes y con más frecuencia, comencé a sentir como el líquido pre seminal salía de la punta de mi falo, la escuché roncar ¡ESTABA COMPELTAMENTE DORMIDA!, seguramente el alcohol había hecho efecto, de sólo pensar en lo siguiente que haría hizo que me mordiera el labio inferior y restregué mi verga en su culo con tanta fuerza que pude recorrerla a la orilla de la cama al mismo tiempo que dejaba salir un ruido de placer, alcancé a poner una almohada sobre mi rostro para ahogar el gemido y evitar despertarla, cuando quité la almohada pude escucharla roncar de nuevo «¡Qué bien! no se despertó», eso me dio más confianza para poder manosearla a mi antojo, metí una mano por debajo de su blusa y le agarré las tetas con fuerza, con mis dedos apretaba y estiba sus pezones, no podía más y la acomodé boca arriba.
Con cuidado de no despertarla, levanté su blusa para poder ver sus tetas, esos pechos que desde hace mucho quería ver y pude hacerlo gracias a la poca luz que se colaba por las ventanas, eran magnificas, comencé a chuparlas, mientras chupaba una apretaba la otra, ella seguía roncando y mi verga estaba más dura que nunca, estaba tan dura que me dolía (debo decirles que esas son las mejores tetas que he probado) dirigí mi manoseo a su panocha, por arriba de sus bragas negras, pero sus piernas estorbaban para meter mi mano completa entre ellas y poder agarrarla a mi antojo así que con cuidado le abrí las piernas, ufff esa panocha depilada era lo mejor de la vida, yo no dejaba de chuparle las tetas y lo hacía cada vez más frenéticamente, estuve varios minutos lamiendo sus pezones, agarrando y metiéndole dedos a esa vagina depilada, tenía que bajarle sus bragas, quería verla con mis propios ojos y probarla con mi lengua, con cuidado de no moverla demasiado le quite su ropa interior.
La tomé con mis manos y la llevé a mi rostro para poder olerla, era un aroma delicioso, bajé la vista y ahí estaba esa deliciosa y rosadita panocha con la que sólo había podido imaginar para después pajearme hasta varias veces al día, estuve contemplándola por un instante, era suave, hermosa y con labios perfectos, los separé con mis dedos para verla mejor y ahí me di cuenta que ¡Estaba húmeda! lo cual me hizo entender que se había despertado, me quedé helado por un instante levanté la mirada y me encontré con la de ella, mirándome fijamente y sonriéndome, entendí que le estaba gustando lo que hacía, bajé de nuevo mi vista y NO PUDE MÁS comencé a chupar su deliciosa panocha, al principio era lento y suave, después fui subiendo el ritmo de mi lengua, ella gemía, movía sus caderas, me tomaba con fuerza del cabello y me jalaba con fuerza hacía su vagina, eso me excito bastante así que moví más a prisa mi lengua y ella gemía más fuerte.
– Sigue, así, sigue ¡SIGUEEE! Me ordenaba. «No te preocupes, no pienso despegarme de aquí hasta conseguir mi premio» -pensaba- mientras seguía estimulando su clítoris con mi lengua, ella se estaba mojando más y aproveché sus líquidos vaginales para lubricar mis dedos y dirigirlos hacía su ano, poco a poco, con movimientos circulares comencé a masajear la entrada de su recto, metía mis dedos en su panocha para lubricarlos más y después los metía en su ano sin dejar de atacar su clítoris, ella dejó escapar otro gemido, yo de nuevo aumenté la velocidad de mi lengua y mis dedos, ahora eran 2 los que tenía dentro de Rebeca, me excitaba tanto escucharla.
– ¡SIGUEEE!… ¡QUE RICO!… ¡MMMM!