Gattuso2006
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Desde hace unos 7 años he tenido encuentros sexuales esporádicos con una mujer 10 años mayor que yo. Cuando era mucho más joven estuve fascinado con el sexo con mujeres mayores y aunque no tuve muchas de ellas sí que me marcaron. Quizás sea material para otro relato, pero luego será.
El punto es que con esta mujer, que tendrá de nombre Mariana, nunca perdí el contacto, claramente en los tiempos es los que tuve pareja o ella también mantuvimos la distancia pero siempre fuimos el capricho de cada uno. Ahora mismo ella tiene 41 pero está aún bastante aceptable de cuerpo pero cada vez más experta en el arte del sexo y cada una de sus formas.
La cuestión es que, durante el último año, tiempo en el que estuve con mi ex pareja, dejé de contactar y escribir a Mariana, iba a kinear ocasionalmente cuando tenía viajes pero ninguna relación con personas reales que no tengan que ver con el sexo transaccional que te brinde una prosti. Es por eso que me conformaba con ver su perfil de FB e Instagram, donde subía sus fotos en el gimnasio, una loca del gym desde siempre y del baile. Buenas arrechadas me metí en ese entonces, ganas que se acumularon para cuando se acabó mi relación, estaba libre para tomar mi revancha.
Mariana ha tenido una relación con el padre de sus hijos, desde hace muchos años, pero no es una relación estable, regresan y terminan, por lo que Mariana siempre pudo alternar penes cada vez que pudo, entre ellos yo, un muchacho que desde los 22 años cayó en sus redes, y hoy con 31 no tengo intenciones de parar.
Días previos a fin de año le escribí y me saludó con mucho cariño, tuve la sensación que me hablaba con una amiga cualquiera que no tiene apuros de follar, sin muchas ansias, que luego confirmé cuando me contó que estaba con su marido de siempre, que estaban intentando de nuevo etc.
Instinto de varón hambriento, no me alejé, más bien seguí conversando con ella, feliz año, feliz 2 de enero, etc, ella siempre fue de tomar harto trago, cuando follabamos siempre se pedía su chela o su vino y se calentaba más rico, siempre pidiendo su anal cuando estaba bien arrecha y ya borrachita.
Sorpresa mía fue que durante días de juerga que tuvo esta mujer subía sus estados y yo la veía bailando y celebrando, en uno de esos estados salió puteando a su marido, y mandándolo a la puta que lo parió jajaj. Al día sgte le escribo y le dió qué fue? Y me dijo putamare me llegan al pincho todos los hombres y ese es un cojudo etc. La es que me dijo "quiero un hombre de verdad". Aquel reto llenó de sangre las paredes cavernosas de mi pene y supe que era el llamado que estaba esperando.
La recogí en un punto neutro, compré trago y fuimos a un telo. En el auto ya venía toqueteandome, cogiendome la pinga y besándome como a su marido. Ya estando en el cuarto tuvimos una sesión de sexo inolvidable.
Nos besamos como si nos fuéramos a morir y nos desvestiamos, cada prenda que le sacaba le chupaba esa parte del cuerpo, le saqué el polo y le chupé las tetas, le saqué las sandalias y le chupé los pies, le saqué el calzón y le chupé la concha y el culo, ese culazo.
Haciendo un paréntesis, Mariana es una hembra de 1.65 aprox, de contextura gruesa y fuerte, ya que hace muchas pesas, de piel blanca y ojos grandes. Labios con botox y nariz operaba respingada. Si bien tenía tetas medianas y con la gravedad un poco en contra, ese culo es un monumento, cachetón y parado, con silicona pero riquísimos.
Continuando, Mariana se arrodilló, me bajó el ahorro, sí, estaba en shorts, y me comenzó a dar una mamada inolvidable, muy fuerte, muy intensa y lenta. Por ratos bastante profunda, como para que salive bien la pinga. A los 2 minutos ya estaba chupando mi pene en un mar de saliva espesa que sonaba cual película porno de throated. Menos mal estoy entrenado en recibir buenas chupadas así que aguanté cómo campeón pero a los 10 minutos o menos ya estaba sintiendo la pegada, porque me decía que ya estaba sintiendo el agüita de coco cada vez que succionaba fuerte. Estuvimos en 69 un buen rato y quería ver cómo la mamaba porque el ruido que hacía entre la succión la saliva y la masturbada era de película. Yo hacía lo mío chupando y deseando concha y culo.
Dejamos el oral y comenzamos con misionero, me puse el condón y comenzamos el coito muy violento y cada vez que me sobreexcitaba tocaba frotarse en su clítoris y así hasta que comenzó a calentarse mucho y abrazarme con sus piernas, ponermelas al hombro, cerrarlas para que le ajuste duro etc, se volvió loquisima y de un arranque de furia se safó y me sacó el condón, yo ni lo pensé. Se la metí y lo hicimos tan intenso que se vino arañandome toda la espalda.
Decidí guardar el semen para otro polvo así que nos duchamos y luego, inmediatamente, comenzamos a hacerlo. Si bien me la chupó por un tiempo más corto, fue igual de bueno. Tiramos de frente sin condón en misionero y saqué mi pene y jugué con su ano, me dijo ¿Me la vas a meter en esa pose amor? Y yo le dije sí mi amor, saqué el lubricante y embarramos bien ese ano tragón y mi pene. Comenzamos a cachar y fue un anal buenísimo. Mary ya no tenía el ajuste de los primeros años pero un anal sin condón siempre es un acontecimiento que no tiene ningún desperdicio, al contrario, es una explosión de sensaciones, es como un orgasmo todo el rato. Sentí todo momento que estaba a punto de eyacular dentro de su ano pero me las ingeniaba para continuar.
Mariana como la mujer experimentada que es lograba un orgasmo tras otro, masajeandose el clítoris y metiéndose los dedos y mis dedos en su vagina a su voluntad mientras yo taladraba su ano como un loco, lento y rápido pero siempre intenso y profundo.
La voltee sin que salga el pene y terminé en perro alocandome en ese tremendo vicio. Mirando alucinado cómo desaparecía mi pene, brillando de tanto lubricante, en su ano una y otra vez. Entré lo más hondo que pude la envolví con un brazo del cuello y con el otro abrazándola de la cintura y penetrando con rapidez y violencia no dure ni 5 segundos más y eyaculé una semana de abstinencia dentro de su ano, la más grande descarga de mi vida. No lo puedo medir pero uno sabe cuándo hace grandes descargas. Y este fue mi mayor orgullo jajaja.
Espero quedar nuevamente y follar un poco más con esta señora. El tiempo no la hará más joven ni más bella. Pero serán grandes recuerdos. Dudo que tengamos mejor polvo que ese, fue el pico.
El punto es que con esta mujer, que tendrá de nombre Mariana, nunca perdí el contacto, claramente en los tiempos es los que tuve pareja o ella también mantuvimos la distancia pero siempre fuimos el capricho de cada uno. Ahora mismo ella tiene 41 pero está aún bastante aceptable de cuerpo pero cada vez más experta en el arte del sexo y cada una de sus formas.
La cuestión es que, durante el último año, tiempo en el que estuve con mi ex pareja, dejé de contactar y escribir a Mariana, iba a kinear ocasionalmente cuando tenía viajes pero ninguna relación con personas reales que no tengan que ver con el sexo transaccional que te brinde una prosti. Es por eso que me conformaba con ver su perfil de FB e Instagram, donde subía sus fotos en el gimnasio, una loca del gym desde siempre y del baile. Buenas arrechadas me metí en ese entonces, ganas que se acumularon para cuando se acabó mi relación, estaba libre para tomar mi revancha.
Mariana ha tenido una relación con el padre de sus hijos, desde hace muchos años, pero no es una relación estable, regresan y terminan, por lo que Mariana siempre pudo alternar penes cada vez que pudo, entre ellos yo, un muchacho que desde los 22 años cayó en sus redes, y hoy con 31 no tengo intenciones de parar.
Días previos a fin de año le escribí y me saludó con mucho cariño, tuve la sensación que me hablaba con una amiga cualquiera que no tiene apuros de follar, sin muchas ansias, que luego confirmé cuando me contó que estaba con su marido de siempre, que estaban intentando de nuevo etc.
Instinto de varón hambriento, no me alejé, más bien seguí conversando con ella, feliz año, feliz 2 de enero, etc, ella siempre fue de tomar harto trago, cuando follabamos siempre se pedía su chela o su vino y se calentaba más rico, siempre pidiendo su anal cuando estaba bien arrecha y ya borrachita.
Sorpresa mía fue que durante días de juerga que tuvo esta mujer subía sus estados y yo la veía bailando y celebrando, en uno de esos estados salió puteando a su marido, y mandándolo a la puta que lo parió jajaj. Al día sgte le escribo y le dió qué fue? Y me dijo putamare me llegan al pincho todos los hombres y ese es un cojudo etc. La es que me dijo "quiero un hombre de verdad". Aquel reto llenó de sangre las paredes cavernosas de mi pene y supe que era el llamado que estaba esperando.
La recogí en un punto neutro, compré trago y fuimos a un telo. En el auto ya venía toqueteandome, cogiendome la pinga y besándome como a su marido. Ya estando en el cuarto tuvimos una sesión de sexo inolvidable.
Nos besamos como si nos fuéramos a morir y nos desvestiamos, cada prenda que le sacaba le chupaba esa parte del cuerpo, le saqué el polo y le chupé las tetas, le saqué las sandalias y le chupé los pies, le saqué el calzón y le chupé la concha y el culo, ese culazo.
Haciendo un paréntesis, Mariana es una hembra de 1.65 aprox, de contextura gruesa y fuerte, ya que hace muchas pesas, de piel blanca y ojos grandes. Labios con botox y nariz operaba respingada. Si bien tenía tetas medianas y con la gravedad un poco en contra, ese culo es un monumento, cachetón y parado, con silicona pero riquísimos.
Continuando, Mariana se arrodilló, me bajó el ahorro, sí, estaba en shorts, y me comenzó a dar una mamada inolvidable, muy fuerte, muy intensa y lenta. Por ratos bastante profunda, como para que salive bien la pinga. A los 2 minutos ya estaba chupando mi pene en un mar de saliva espesa que sonaba cual película porno de throated. Menos mal estoy entrenado en recibir buenas chupadas así que aguanté cómo campeón pero a los 10 minutos o menos ya estaba sintiendo la pegada, porque me decía que ya estaba sintiendo el agüita de coco cada vez que succionaba fuerte. Estuvimos en 69 un buen rato y quería ver cómo la mamaba porque el ruido que hacía entre la succión la saliva y la masturbada era de película. Yo hacía lo mío chupando y deseando concha y culo.
Dejamos el oral y comenzamos con misionero, me puse el condón y comenzamos el coito muy violento y cada vez que me sobreexcitaba tocaba frotarse en su clítoris y así hasta que comenzó a calentarse mucho y abrazarme con sus piernas, ponermelas al hombro, cerrarlas para que le ajuste duro etc, se volvió loquisima y de un arranque de furia se safó y me sacó el condón, yo ni lo pensé. Se la metí y lo hicimos tan intenso que se vino arañandome toda la espalda.
Decidí guardar el semen para otro polvo así que nos duchamos y luego, inmediatamente, comenzamos a hacerlo. Si bien me la chupó por un tiempo más corto, fue igual de bueno. Tiramos de frente sin condón en misionero y saqué mi pene y jugué con su ano, me dijo ¿Me la vas a meter en esa pose amor? Y yo le dije sí mi amor, saqué el lubricante y embarramos bien ese ano tragón y mi pene. Comenzamos a cachar y fue un anal buenísimo. Mary ya no tenía el ajuste de los primeros años pero un anal sin condón siempre es un acontecimiento que no tiene ningún desperdicio, al contrario, es una explosión de sensaciones, es como un orgasmo todo el rato. Sentí todo momento que estaba a punto de eyacular dentro de su ano pero me las ingeniaba para continuar.
Mariana como la mujer experimentada que es lograba un orgasmo tras otro, masajeandose el clítoris y metiéndose los dedos y mis dedos en su vagina a su voluntad mientras yo taladraba su ano como un loco, lento y rápido pero siempre intenso y profundo.
La voltee sin que salga el pene y terminé en perro alocandome en ese tremendo vicio. Mirando alucinado cómo desaparecía mi pene, brillando de tanto lubricante, en su ano una y otra vez. Entré lo más hondo que pude la envolví con un brazo del cuello y con el otro abrazándola de la cintura y penetrando con rapidez y violencia no dure ni 5 segundos más y eyaculé una semana de abstinencia dentro de su ano, la más grande descarga de mi vida. No lo puedo medir pero uno sabe cuándo hace grandes descargas. Y este fue mi mayor orgullo jajaja.
Espero quedar nuevamente y follar un poco más con esta señora. El tiempo no la hará más joven ni más bella. Pero serán grandes recuerdos. Dudo que tengamos mejor polvo que ese, fue el pico.