golosisimaperu
General
- 2.154
- 3.938
- 229
- Registrado
- 11 Sep 2011
Máximo Nivel
- Registrado
- 11 Sep 2011
- Mensajes
- 2.154
- Puntos de reacción
- 3.938
- Puntos
- 229
13 Years of Service
A mis 24 años había cumplido el sueño de toda mujer: ser madre de un precioso bebe, di el parto por cesarea tan solo tres meses atrás, y mi cuerpo por supuesto había cambiado. La transformación más evidente en esos momentos era la de mis pechos si antes mis senos median 105 cm ahora ostentaba unos 120 cm, que para mi eran demasiado lo que para mi esposo le parecía un tamaño muy apetecible según sus propias palabras.
A pesar de ello yo no le permitía que los toque, mucho menos que lo tocara con sus labios, y eso fue motivo de discusiones como pareja, para mí el alimento de mi bebe era sagrado, sin embargo un día cualquiera, él bebe simplemente no quiso mamar de mi tetita. Y por más que intenté el bebé, no quiso mamar de mi teta, al día siguiente pasó lo mismo, y al tercero igual.
Sin poder evitarlo empecé a sentir dolor en mis senos, me recomendaron usar un peine para tratar de expulsar la leche que se me estaba almacenando en el seno y así evitar una posible mastitis, mientras mi esposo compro un aparato saca leche.
En eso estaba cuando llegó mi marido del trabajo y al verme en esta situación se ofreció a ayudarme. Liberé mi teta y le pasé el sacaleche que me había comprado días atrás; mi marido en lugar de ponerlo sobre mi pezón, lo dejó sobre la mesa y sorprendiéndome acercó su rostro a mi pecho. Estirando la lengua, muy suavemente acarició la punta de mi pezón, que se arrugó al sentir una sensación a la que durante meses me había negado.
Poco a poco fue pasando su lengua por la aureola, como pintándola, soplaba aire sobre mi punta, y volvía a acariciarla.
Uhmmm que haces . Uhmmm no sigas que me estas poniendo rara . Uhmmmm aaaaaa
Con sus manos comenzó a acariciar mi teta, lo hacía con muchísima suavidad, para que yo disfrutara y no sintiera dolor, sus dedos masajeaban, estimulaban mi seno, la falta de sexo debido a mi cesárea me estaba pasando factura provocando que mi libido se eleve. Cuando llegó al pezón, paró sus movimientos, me miró a la cara por un largo segundo en que me dejó en suspenso, y apretó.
Un pequeño chorro de leche salió de la punta de mi pezón, y la lengua de mi marido rápidamente la atrapó. Al verlo gemí, y podía sentir como mi entrepierna latía.
Así mi querido esposito se puso a mamar, succionando mi leche y produciéndome sensaciones distintas: sentir su barba raspando, ver su nuez moverse al tragar, era lo más erótico que había sentido en mi vida.
Lancé suaves gemidos sin evitarlo una mano se deslizo hacia mi entrepierna aprovechando el vestido que usaba. Mi esposo empezó a chupar más rápido de mi seno, haciendo ruidos de placer al tragar; mientras yo mojaba mis dedos en mi vagina, y los subía hasta tocar mi clítoris. Lo rodeaba, lo apretaba, lo movía y esas caricias me llevaban cerca del orgasmo.
Me empecé a mover más y más rápido sintiendo el calor que subía por mi cuerpo, mi cuerpo se tensó, mis ojos se cerraron, sentí una deliciosa electricidad que recorrió todos mis músculos explotando en mi sexo: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh ssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
Mi esposo estaba a mi lado mirándome con su enorme verga hinchada a punto de explotar, ambos sabíamos que aún no estaba al 100% repuesta de la cesárea así que no pudo penetrarme como tanto lo deseábamos así que a quien le toco lactar fue a mi: succione con un apetito voraz su verga chupe y lamí hasta hacerlo terminar en mi boca tragándome completamente su semen espeso y caliente.
Nos quedamos dulcemente abrazados hasta que mi otro hombre se levantó llorando y exigiendo atención, en fin es la labor de una madre no es así?.
Continuara ..
A pesar de ello yo no le permitía que los toque, mucho menos que lo tocara con sus labios, y eso fue motivo de discusiones como pareja, para mí el alimento de mi bebe era sagrado, sin embargo un día cualquiera, él bebe simplemente no quiso mamar de mi tetita. Y por más que intenté el bebé, no quiso mamar de mi teta, al día siguiente pasó lo mismo, y al tercero igual.
Sin poder evitarlo empecé a sentir dolor en mis senos, me recomendaron usar un peine para tratar de expulsar la leche que se me estaba almacenando en el seno y así evitar una posible mastitis, mientras mi esposo compro un aparato saca leche.
En eso estaba cuando llegó mi marido del trabajo y al verme en esta situación se ofreció a ayudarme. Liberé mi teta y le pasé el sacaleche que me había comprado días atrás; mi marido en lugar de ponerlo sobre mi pezón, lo dejó sobre la mesa y sorprendiéndome acercó su rostro a mi pecho. Estirando la lengua, muy suavemente acarició la punta de mi pezón, que se arrugó al sentir una sensación a la que durante meses me había negado.
Poco a poco fue pasando su lengua por la aureola, como pintándola, soplaba aire sobre mi punta, y volvía a acariciarla.
Uhmmm que haces . Uhmmm no sigas que me estas poniendo rara . Uhmmmm aaaaaa
Con sus manos comenzó a acariciar mi teta, lo hacía con muchísima suavidad, para que yo disfrutara y no sintiera dolor, sus dedos masajeaban, estimulaban mi seno, la falta de sexo debido a mi cesárea me estaba pasando factura provocando que mi libido se eleve. Cuando llegó al pezón, paró sus movimientos, me miró a la cara por un largo segundo en que me dejó en suspenso, y apretó.
Un pequeño chorro de leche salió de la punta de mi pezón, y la lengua de mi marido rápidamente la atrapó. Al verlo gemí, y podía sentir como mi entrepierna latía.
Así mi querido esposito se puso a mamar, succionando mi leche y produciéndome sensaciones distintas: sentir su barba raspando, ver su nuez moverse al tragar, era lo más erótico que había sentido en mi vida.
Lancé suaves gemidos sin evitarlo una mano se deslizo hacia mi entrepierna aprovechando el vestido que usaba. Mi esposo empezó a chupar más rápido de mi seno, haciendo ruidos de placer al tragar; mientras yo mojaba mis dedos en mi vagina, y los subía hasta tocar mi clítoris. Lo rodeaba, lo apretaba, lo movía y esas caricias me llevaban cerca del orgasmo.
Me empecé a mover más y más rápido sintiendo el calor que subía por mi cuerpo, mi cuerpo se tensó, mis ojos se cerraron, sentí una deliciosa electricidad que recorrió todos mis músculos explotando en mi sexo: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh ssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
Mi esposo estaba a mi lado mirándome con su enorme verga hinchada a punto de explotar, ambos sabíamos que aún no estaba al 100% repuesta de la cesárea así que no pudo penetrarme como tanto lo deseábamos así que a quien le toco lactar fue a mi: succione con un apetito voraz su verga chupe y lamí hasta hacerlo terminar en mi boca tragándome completamente su semen espeso y caliente.
Nos quedamos dulcemente abrazados hasta que mi otro hombre se levantó llorando y exigiendo atención, en fin es la labor de una madre no es así?.
Continuara ..