ozil
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12 Years of Service
Mi mamá y su nuevo amigo
Esta historia es real y ocurrió hace casi 12 años.
Anónimo.
Yo tenía 7 años, era hijo único y vivía con mis padres, mi papá tenía 37 años y mi mamá 34. Mi papá trabajaba en una empresa como administrador y mi mamá era ama de casa; ellos se llevaban relativamente bien aunque últimamente tenían discusiones constantemente.
Era el mes de Julio y comenzaban las vacaciones de verano para mi, desde medio año atrás mis papás habían planeado y ahorrado para un viaje a la playa en estas épocas. Yo estaba muy emocionado, ya que solamente había visitado la playa una vez y tenía muchas ganas de volver. Pero justo una semana antes de partir mi papá nos avisó que en la oficina le dijeron que tendría que trabajar en esos días y que tendríamos que postergar el viaje para las siguientes vacaciones; yo me puse muy triste al grado de llorar, mi mamá al verme le preguntó a mi papá si no podía hacer nada para poder ir, pero él respondió que no, que eso no dependía de él.
Mi mamá ante tal situación se molestó y comenzó a discutir con mi papá diciéndole que «no sabía cumplir promesas» y otras cosas de ese tipo. Después de casi media hora de discusión mi papá dijo que si queríamos realizar el viaje, que fuéramos solamente mi mamá y yo, que incluso nos podíamos llevar el auto. Mi mamá algo inconforme termino por aceptar al igual que yo.
Finalmente llegó el día, era un día viernes y partimos temprano, mi mamá fue manejando todo el camino haciendo ocasionales paradas para ir al baño o descansar un poco. El plan era quedarnos hasta el martes, así que cuando llegamos a la playa lo primero que hicimos fue buscar un hotel para quedarnos, después de buscar un buen rato encontramos un hotel que aunque no era muy grande, era bastante cómodo, con alberca y habitaciones bien equipadas. Mamá rentó una habitación con dos camas individuales que estaban separadas por apenas metro y medio de distancia.
Por cierto he decir que mi mamá es una persona muy amigable, educada y respetuosa, pero evidentemente lo que más sobresalía de ella era su increíble belleza física. Mi mamá mide 1.70 m., es de tez blanca, cabello castaño claro ondulado que le llegaba a los hombros, tiene unos hermosos ojos azules, nariz respingada, labios normales, cejas cafés; tiene un muy buen cuerpo gracias a que hace ejercicio regularmente, una cintura bien formada con curvas, pechos medianos de talla de sostén 36-B, un buen trasero pero sobre todo, unas hermosas piernas bien torneadas y carnosas; en resumen, tengo que admitir que era un monumento de mujer.
Debido al intenso calor que hacía mamá llevaba unos tenis blancos, un short de mezclilla bastante corto, lentes oscuros y una blusa azul sin mangas. Cuando íbamos rumbo a nuestra habitación pude notar que casi todos lo hombres que nos topábamos se le quedaban viendo a las piernas y había otros más descarados que incluso ya que pasaban volteaban para verle el trasero; como es de imaginar a pesar de mi corta edad de entonces eso me hacía sentir incómodo, más que nada porque he de reconocer que yo era un niño muy tímido e inseguro, y a esto sumándole que mi mamá era muy cariñosa y me consentía mucho me hizo ser muy dependiente a ella y no querer tenerla lejos en lugares extraños, por lo que me daban un poco de celos verla con alguien que no fuera de la familia.
Ya una vez llegando a nuestra habitación, nos instalamos y mi mamá me dijo que me cambiara para ir la playa, mientras yo me cambiaba ella salió para apreciar la vista del mar, de repente apareció a lado de ella un hombre de unos 28 años quien la saludó y le empezó a hacer plática, mamá le seguía la charla con amabilidad; pude escuchar que se presentaron y hablaban de cosas normales como el clima, el tráfico, etc. Escuché cuando mi mamá le dijo que venía conmigo, él respondió que viajaba solo para distraerse un poco después de haber terminado con su novia de más de cinco años. Yo sabía lo guapa que era mi mamá y el verla con ese sujeto no me hacía mucha gracia, pero lo dejé pasa. Lo malo fue que cuando mi mamá dijo que íbamos a la playa, él respondió que también planeaba ir, que si ella quería nos podría acompañar, a lo que mi mamá acepto.
(Continuara)
Esta historia es real y ocurrió hace casi 12 años.
Anónimo.
Yo tenía 7 años, era hijo único y vivía con mis padres, mi papá tenía 37 años y mi mamá 34. Mi papá trabajaba en una empresa como administrador y mi mamá era ama de casa; ellos se llevaban relativamente bien aunque últimamente tenían discusiones constantemente.
Era el mes de Julio y comenzaban las vacaciones de verano para mi, desde medio año atrás mis papás habían planeado y ahorrado para un viaje a la playa en estas épocas. Yo estaba muy emocionado, ya que solamente había visitado la playa una vez y tenía muchas ganas de volver. Pero justo una semana antes de partir mi papá nos avisó que en la oficina le dijeron que tendría que trabajar en esos días y que tendríamos que postergar el viaje para las siguientes vacaciones; yo me puse muy triste al grado de llorar, mi mamá al verme le preguntó a mi papá si no podía hacer nada para poder ir, pero él respondió que no, que eso no dependía de él.
Mi mamá ante tal situación se molestó y comenzó a discutir con mi papá diciéndole que «no sabía cumplir promesas» y otras cosas de ese tipo. Después de casi media hora de discusión mi papá dijo que si queríamos realizar el viaje, que fuéramos solamente mi mamá y yo, que incluso nos podíamos llevar el auto. Mi mamá algo inconforme termino por aceptar al igual que yo.
Finalmente llegó el día, era un día viernes y partimos temprano, mi mamá fue manejando todo el camino haciendo ocasionales paradas para ir al baño o descansar un poco. El plan era quedarnos hasta el martes, así que cuando llegamos a la playa lo primero que hicimos fue buscar un hotel para quedarnos, después de buscar un buen rato encontramos un hotel que aunque no era muy grande, era bastante cómodo, con alberca y habitaciones bien equipadas. Mamá rentó una habitación con dos camas individuales que estaban separadas por apenas metro y medio de distancia.
Por cierto he decir que mi mamá es una persona muy amigable, educada y respetuosa, pero evidentemente lo que más sobresalía de ella era su increíble belleza física. Mi mamá mide 1.70 m., es de tez blanca, cabello castaño claro ondulado que le llegaba a los hombros, tiene unos hermosos ojos azules, nariz respingada, labios normales, cejas cafés; tiene un muy buen cuerpo gracias a que hace ejercicio regularmente, una cintura bien formada con curvas, pechos medianos de talla de sostén 36-B, un buen trasero pero sobre todo, unas hermosas piernas bien torneadas y carnosas; en resumen, tengo que admitir que era un monumento de mujer.
Debido al intenso calor que hacía mamá llevaba unos tenis blancos, un short de mezclilla bastante corto, lentes oscuros y una blusa azul sin mangas. Cuando íbamos rumbo a nuestra habitación pude notar que casi todos lo hombres que nos topábamos se le quedaban viendo a las piernas y había otros más descarados que incluso ya que pasaban volteaban para verle el trasero; como es de imaginar a pesar de mi corta edad de entonces eso me hacía sentir incómodo, más que nada porque he de reconocer que yo era un niño muy tímido e inseguro, y a esto sumándole que mi mamá era muy cariñosa y me consentía mucho me hizo ser muy dependiente a ella y no querer tenerla lejos en lugares extraños, por lo que me daban un poco de celos verla con alguien que no fuera de la familia.
Ya una vez llegando a nuestra habitación, nos instalamos y mi mamá me dijo que me cambiara para ir la playa, mientras yo me cambiaba ella salió para apreciar la vista del mar, de repente apareció a lado de ella un hombre de unos 28 años quien la saludó y le empezó a hacer plática, mamá le seguía la charla con amabilidad; pude escuchar que se presentaron y hablaban de cosas normales como el clima, el tráfico, etc. Escuché cuando mi mamá le dijo que venía conmigo, él respondió que viajaba solo para distraerse un poco después de haber terminado con su novia de más de cinco años. Yo sabía lo guapa que era mi mamá y el verla con ese sujeto no me hacía mucha gracia, pero lo dejé pasa. Lo malo fue que cuando mi mamá dijo que íbamos a la playa, él respondió que también planeaba ir, que si ella quería nos podría acompañar, a lo que mi mamá acepto.
(Continuara)