Después de devolver la caja a su posición original para no levantar sospechas mamá salió del baño unos minutos después para seguir con «normalidad» nuestras actividades. Voltee al reloj que estaba en la habitación para darme cuenta de que ya eran casi las 10 de la noche, fue entonces que entró al celular de mi mamá una llamada, lo primero que me vino a la mente era que esa llamada era de mi padre; mi mamá se levantó de la cama en la que estaba conmigo y salió de la habitación para hablar.
Yo no hice nada en ese momento porque estaba casi seguro que era mi papá, pero lo raro aquí era que cuando mi papá hablaba mamá no se salía de la habitación ni hablaba bajito como lo estaba haciendo en esa ocasión; fue entonces que los malos pensamientos empezaron a rondar mi cabeza y decidí ir a espiar a mi mamá para tratar de averiguar con quién hablaba. Me acerqué sigilosamente y solo escuchaba murmullos de ella en su mayoría, apenas una que otra palabra; pero si puedo decir que escuché perfectamente cuando mi mamá le dijo a la persona con la que estaba hablando «entonces vienes como a la una», «sí yo lo duermo», «te vienes descalzo para que no te escuche». ¿Quién iba a venir en la madrugada a nuestra habitación?, ¿Para qué? ¿y porqué cuando yo estuviera dormido? ¿será que a mi papá finalmente le habían dado descanso e iba a venir con nosotros?, tenía muchas dudas al respecto, así que ante la ansiedad de saber que pasaba fui con mi mamá.
-Mamá tengo hambre- Mi mamá despegó el teléfono de su oído y volteó a verme con un poco de asombro.
-Ya voy, espérame
-¿Es mi papá?- Mamá puso cara de fastidio
-Ehh… sí- Mamá se pegó otra vez el teléfono-Al rato hablamos es que el niño está aquí, sí, ya quedamos, bye.
Mamá colgó la llamada, nos metimos a la habitación; cuando le pregunté porqué se había salido y hablaba en voz baja, me dijo que porque la señal dentro de la habitación era muy mala y porque mi papá estaba en un lugar donde no podía hablar bien.
Después de decirle que tenía hambre, mi mamá me dije que saldría a comprar algo a la tienda; yo me ofrecí a acompañarla, y a pesar de que me dijo que no era necesario, yo insistí; no quería dejarla sola ni un solo momento, no quería verla con otra persona, la acompañaba a donde fuera, la tienda, la recepción, el balcón, etc. A donde fuera mi mamá yo iba con ella, fue a tal grado que incluso creo que la llegué a hartar
Eran ya las 11:30 pm., mamá ya se había preparado para dormir, llevaba puesto unos calzones blancos, un brasier rosa pastel y encima un camisón blanco delgado y muy corto para sobrellevar el calor; el camisón era tan corto que incluso se lograba asomar su ropa interior dejando a la vista completamente sus estupendas piernas, que por cierto humectó con crema, cosa que no hacía regularmente. Yo decidí no comentarle nada a mi mamá sobre lo que había escuchado en su conversación por el teléfono apenas unos minutos antes porque sabía que me regañaría por estarla espiando, pero más importante porque deseaba saber que era lo que estaba planeando mi madre a mis espaldas, en verdad que la duda que carcomía.
Después de cambiarse mamá me mandó a dormir con la excusa de que ya era muy tarde (a pesar de que la noche anterior me dejó quedarme despierto hasta la hora que quise), yo obedecí sin reprochar.
Ya estando en la cama estuve como 15 minutos dando vueltas en ella, más que no poder dormir, no quería. Mamá me decía en repetidas ocasiones «ya duérmete» desde su cama viendo televisión. Cuando vi que eran casi las 12 me quedé quieto y cerré los ojos para disimular, pero como supuestamente había quedado dormido viendo en dirección a la cama de mi mamá ella me preguntó si no quería dormir del otro lado; por supuesto eso sonaba muy raro, así que cuando yo le pregunté porqué ella respondió diciendo que pensaba que del otro lado estaba más cómodo, pero que si no quería estaba bien, que ya me durmiera. Pasando ese extraño momento volví a cerrar mis ojos para fingir.
Estando «dormido» ocasionalmente abría un ojo de manera discreta para ver la hora, en ese momento eran ya las 12:30, lo único que seguía prendido era la televisión, mamá se notaba ansiosa, como si algo le faltara porque noté que sus piernas templaban ligeramente debajo de las sábanas y se mordía el dedo índice. Ella volteó a verme y pensando que ya estaba profundamente dormido se levantó de su cama, se dirigió hacia mi, me tomó con sus brazos y comenzó a girarme para que quedara viendo en posición contraria a su cama; cuando me di cuanta de su intención, abrí los ojos inmediatamente preguntándole que hacía, ella me contestó con tono nervioso que había perdido un arete y lo estaba buscando, pero ya luego lo buscaba; nuevamente me dijo «ya duérmete» dándome una palmada en el pecho y un beso en la frente, sus manos estaban heladas
Permanecí unos minutos en posición vertical para no levantar sospechas, pero después volví a girar hacia mi mamá; era muy obvio que mi mamá no quería que yo viera algo, ese algo debía ser muy malo o prohibido por su manera tan extraña de comportarse; así que yo quería ver a toda costa. Ese pensamiento produjo en mi una ansiedad en el pecho inexplicable y unos escalofríos que me producían temblar sin control, tenía que hacer esfuerzos sobrehumanos para ocultar mi temblorina.
Mamá seguía despierta, pero esta vez su mirada estaba fijada en mi y no en la televisión, posiblemente trataba de asegurarse que estuviera verdaderamente dormido. Ya eran las 12:50 y si era cierto lo que escuché, no faltaba mucho para que llegara la persona que mamá esperaba. Algo que me desconcertó mucho fue que en un momento mamá metió una mano por debajo de las sábanas y comenzó a masajearse en su entre pierna mientras mordía otra vez su dedo índice, cada vez que yo hacía un movimiento para «acomodarme» ella quitaba la mano de ahí y fingía estar dormida; al verme «dormido» retomaba su labor.
Ya era la 1:15 y todavía no llegaba nadie, mamá se volteó dándome la espalda y parecía estar dormida aunque la tele seguía encendida. Miraba el reloj ocasionalmente, 1:20, 1:30, 1:40 y no había señal de que nadie viniera. Ya faltaba poco para las 2 de la mañana y al ver que en la habitación solo estábamos mi mami y yo me relajé creyendo que nada pasaría esa noche.
Justo cuando comenzaba a sentirme aliviado y a agarrar sueño escuché que alguien tocó la puerta muy suave, mi mamá casi saltó de la cama y fue hacia la ventana que estaba abierta (la manteníamos así por el calor), se asomó e hizo una seña de «espérame» con la mano. Mi mamá se acercó a mi lentamente descalza y caminando de puntas tratando de hacer el menor ruido posible con sus pasos; me miró para cerciorase que durmiera, una vez que «comprobó» que así era, fue hacia la puerta de la misma forma, la abrió cuidadosamente y de ella como seguramente ya adivinaron entró Javier. Casi abro los ojos ante la impresión de verlo, tal como le dijo mi mamá iba descalzo, solo con una camiseta gris sin mangas y un short
¿Por qué tardaste?
-Es que todavía había gente en la alberca y no quería que me vieran, perdón
-No, está bien, hasta estuvo mejor porque sí tardo en dormirse
-¿Ya revisaste que no esté despierto?
-Sí, ya
-¿En donde lo vamos a hacer?
-Pues estaba pensando que aquí en mi cama, pero va a rechinar, entonces yo creo que mejor nos jalamos las almohadas y las sábanas y lo hacemos en el piso, nada más que no hay que hacer mucho ruido para que mi hijo no despierte
-¿Segura que no se va a dar cuenta?
-Pues eso espero
-Mejor vamos a mi cuarto, allá si podemos hacer rechinar la cama y hacer todo el ruido que queramos
-Pues sí me gustaría, pero como voy a dejar a mi hijo aquí solo con la ventana abierta, no como crees
-Nada más va a ser un rato
-No, no puedo, debo cuidarlo
-Como quieras entonces, tu dices cuando empezamos
-Pues ya, ya me urge-Mi mamá y Javier tomaron la sábana más gruesa de la cama y la extendieron en el piso a un lado de la cama, donde aún yo podía ver muy bien, después tomaron un par de sábanas más delgadas y las echaron sobre la primera junto con un par de almohadas. Mientras armaban su cama mamá le dijo a Javier.
-A noche soñé contigo
-¿A sí?, ¿qué soñaste?-Mamá puso cara coqueta
-Que te la chupaba
-Pues ahorita tus sueños se hacen realidad- ambos rieron bajito. Después de terminar de acomodar las sábanas se levantaron, se quedaron viendo frente a frente, de repente Javier le sonrió a mi mamá y le dejo «ven», mamá le devolvió la sonrisa y se acercó a él, puso sus brazos alrededor del cuello de él y se besaron apasionadamente, aprovechando que los dos cerraron sus ojos, yo abrí los míos, veía como sus lenguas se enredaban la una con la otra, sus bocas empezaban a producir chasquidos de los besotes que se daban.
Mi mamá le quitó a Javier su camiseta dejando su torso desnudo, Javier comenzó a desabrochar los botones del camisón de mi mamá para terminar quitándoselo y tirándolo al suelo, dejando a mi mamá en calzones y brasier. Javier aún besando a mi mamá puso sus manos en su espalda y cuidadosamente le desabrocho el brasier. El brasier cayo de igual manera, Javier se quitó el short dejándose en boxers; mi mamá antes de continuar le dijo a Javier que la esperara. Mi mamá en calzones y con los pechos descubiertos caminó hacia mi, yo cerré bien los ojos, pero aún así sentía su cara a unos centímetros, por un momento creí que se daría cuanta que estaba fingiendo dormir, pero por suerte no fue así, lo único que hizo fue pedirle a Javier que le pasara una almohada, él obedeció, mamá puso esa almohada parada enfrente de mi para tapar mi vista de lo que pasaba; después de eso volvió a su labor