darwin9419
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Antes de empezar con la historia quiero decirles que me la conto un amigo cercano. Está historia ocurrió hace unos dos años. Mi amigo se llama Cristian, crecio en un hogar muy estricto el cual lo volvió una persona retraída, lo que repercutió de manera negativa en sus notas en el colegio, cuando cumplí 13 años mis padres decidieron que lo mejor sería que me vaya a vivir con unos tíos doctores que no tenían hijos para que mejoraran en mis estudios, además que ellos eran adventistas muy activos, por lo que pensaron que el acercamiento a una iglesia me haría bien.
Cuando me fui a vivir con ellos mi vida se complico, porque al inscribirme a un colegio adventista choque con gente distinta, no me acostumbraba a ir a la iglesia, pero mis tíos me llevaban todos los sábados, con el tiempo me fui acostumbrando y me gustaba hablar con mi tía Gisella, quien al no tener hijos a sus 35 años aún tenía un buen cuerpo, era algo baja como de 1.60 pero al ser delgada no lo parecía, tenía unos buenos muslos, y unos pechos grandes que le daban esa forma femenina curvada que atraen miradas, de piel trigueña con rostro bonito de esos que se notan que han sido cuidados toda la vida un cabello largo lacio y unos lentes grandes de persona estudiada.
Todo parecía ir normal hasta que un día mientras dormía escuche gritos de mi tía que me levantaron, después se fueron apagando poco a poco hasta convertirse en lamentos, me quede muy preocupado, así que salí con cuidado de mi cuarto y me acerque lo más cerca posible a la puerta de su cuarto para escuchar lo que pasaba.
Ahí puede oír a mi tía Gisella, hay veces en voz alta y otras bajando la voz, reclamando a mi tío, sobre un amorío que habría tenido con una hermana de la iglesia de 21 años, lo más insólito fue cuando ella le pregunto de cuanto tiempo era el embarazo a lo que él le contesto, que de 2 meses.
Mi tío había embarazado a una muchacha de la iglesia, mi tía estaba como loca, solo repetía: “que va decir la gente”, siguieron discutiendo y cuando escuché pasos me fui lo más pronto posible a mi cuarto, no se si ellos me escucharon, pero al día siguiente mi tío se fue de la casa con su maleta.
Cuando salí al colegio, mi tía seguía en su cuarto, al volver alrededor de las 3 de la tarde, mi tía aun estaba en su cuarto, así que me acerqué, llame a la puerta y entre, ahí vi a mi tía con un camisón ancho y unos cortos que dejaban ver sus muslos, se notaba que había llorado, así que la salude:
– hola tía Gisella, como estas.
– estoy mejor, ¿anoche nos escuchaste pelear?
– sí, no fueron muy discretos
– ese maldito, me engaño con una chiquilla puta
Nunca había oído a mi tía maldecir de esa manera, mi tía continuo:
– me siento horrible, acaso soy poca mujer?
– no digas eso tía eres la mujer más hermosa que conozco
– pero para él no fui nada, cambio toda nuestra vida por un momento con una facilona de casi la mitad de su edad.
– mi tío fue un tonto, buscando a una chica teniéndote a ti en casa, si fuera yo nunca buscaría a otra mujer
– que cosas dices sobrinito, pero lo peor de todo es que la gente va a hablar de esto, quedare arruinada en la iglesia, pero como él es hombre lo dejaran pasar, sin embargo, a mi…
Y en ese momento se puso a llorar, así que lo único que atine a hacer fue acercarme a ella y abrazarla, ella acepto mi abrazo y entrelazo sus brazos al rededor mío, ella comenzó a llorar en mi hombro por lo que sentí sus lágrimas, pero más sentía sus grandes pechos frotándose con mi cuerpo, como ella estaba en camisón y yo solo llevaba la camisa del colegio, pude sentir la forma de los pechos y su calor; mientras nos abrazábamos comencé a acariciarle la espalda, pero al tener puesta un camisón ancho de dormir, pude tocarle la espalda desnuda y percatarme que no traía brasier, mi excitación fue tanta que mi erección me incomodaba el pantalón e involuntariamente la abrace más fuerte para sentir más sus pechos, a lo que note que ella también se éxito porque empecé a sentir la dureza de sus pezones.
Ella me aparto y dijo:
– perdón Cristian, no se lo que estaba haciendo
Ella se sentía culpable, más aún se intentaba cubrir sus pechos con su camisón, pero al no tener brasier eso me mostraba sus pezones a través de la delgada tela. Como era un adolescente virgen no supe como continuar, así que solo le pregunté:
– ¿te separaras de mi tío?
– no sé, él dijo que lo arreglaría, creo que quería llevar a esa zorrita a una clínica clandestina de aborto, ese es su problema
– ¿un aborto?, pero eso no es acabar con una vida
– eso que me importa, ellos se lo buscaron, si logra solucionarlo no podremos separarnos rápidamente, la gente sospecharía, hay que mantener las apariencias
Esas palabras de mi tía Gisella me sorprendieron, ella que era tan religiosa y hablaba tanto de la biblia y ayudar al prójimo, le interesaba más su reputación y la opinión de la gente que una vida, en ese momento me quede en silencio y se me ocurrió poder sacar ventaja de la situación, así que empecé a meter cizaña.
– pero no te parece injusto que vuelvas con mi tío, así como si nada
– sobrinito tu no conoces como es la gente de la iglesia, ahí todos esperan que alguien se equivoque, de frente te dicen una cosa, pero a tus espaldas arman todo un festín
– tía, tú deberías buscar la manera de hacerle pagar
– ¿qué dices?, bueno se lo merece, pero no quiero hacer más problemas en la iglesia, la gente ya sospecha y ¿con quién?
Ahí noté que mi tía me estaba viendo el pantalón abultado por mi erección, así que decidí acercarme más a ella, sentándome lado a lado y diciéndole:
– tía tu siempre me has parecido muy hermosa y no me parece justo lo que tu esposo te hizo, yo puedo ayudarte con tu venganza
– que dices sobrino, si tu mamá es mi hermana mayor, ella me mataría si se enterara
– no tiene porque saberlo, no tiene que saberlo nadie
Puse mi mano sobre su muslo, ella no la retiro y comenzamos a hablar entre susurros, ello dijo:
– Cristian te conozco desde que eras un bebe y lo que propones es pecado
– tía ya crecí…
Tomé su mano y la puse sobre mi pantalón donde se notaba mi erección y ella la mantuvo ahí, mientras con mi otra mano seguía acariciando su muslo, subiendo cada vez más hasta rozar su zona púbica, continue diciéndole
– …lo que hizo mi tío también fue un pecado y tiene que pagar por lo que hizo
..............Continuara
Cuando me fui a vivir con ellos mi vida se complico, porque al inscribirme a un colegio adventista choque con gente distinta, no me acostumbraba a ir a la iglesia, pero mis tíos me llevaban todos los sábados, con el tiempo me fui acostumbrando y me gustaba hablar con mi tía Gisella, quien al no tener hijos a sus 35 años aún tenía un buen cuerpo, era algo baja como de 1.60 pero al ser delgada no lo parecía, tenía unos buenos muslos, y unos pechos grandes que le daban esa forma femenina curvada que atraen miradas, de piel trigueña con rostro bonito de esos que se notan que han sido cuidados toda la vida un cabello largo lacio y unos lentes grandes de persona estudiada.
Todo parecía ir normal hasta que un día mientras dormía escuche gritos de mi tía que me levantaron, después se fueron apagando poco a poco hasta convertirse en lamentos, me quede muy preocupado, así que salí con cuidado de mi cuarto y me acerque lo más cerca posible a la puerta de su cuarto para escuchar lo que pasaba.
Ahí puede oír a mi tía Gisella, hay veces en voz alta y otras bajando la voz, reclamando a mi tío, sobre un amorío que habría tenido con una hermana de la iglesia de 21 años, lo más insólito fue cuando ella le pregunto de cuanto tiempo era el embarazo a lo que él le contesto, que de 2 meses.
Mi tío había embarazado a una muchacha de la iglesia, mi tía estaba como loca, solo repetía: “que va decir la gente”, siguieron discutiendo y cuando escuché pasos me fui lo más pronto posible a mi cuarto, no se si ellos me escucharon, pero al día siguiente mi tío se fue de la casa con su maleta.
Cuando salí al colegio, mi tía seguía en su cuarto, al volver alrededor de las 3 de la tarde, mi tía aun estaba en su cuarto, así que me acerqué, llame a la puerta y entre, ahí vi a mi tía con un camisón ancho y unos cortos que dejaban ver sus muslos, se notaba que había llorado, así que la salude:
– hola tía Gisella, como estas.
– estoy mejor, ¿anoche nos escuchaste pelear?
– sí, no fueron muy discretos
– ese maldito, me engaño con una chiquilla puta
Nunca había oído a mi tía maldecir de esa manera, mi tía continuo:
– me siento horrible, acaso soy poca mujer?
– no digas eso tía eres la mujer más hermosa que conozco
– pero para él no fui nada, cambio toda nuestra vida por un momento con una facilona de casi la mitad de su edad.
– mi tío fue un tonto, buscando a una chica teniéndote a ti en casa, si fuera yo nunca buscaría a otra mujer
– que cosas dices sobrinito, pero lo peor de todo es que la gente va a hablar de esto, quedare arruinada en la iglesia, pero como él es hombre lo dejaran pasar, sin embargo, a mi…
Y en ese momento se puso a llorar, así que lo único que atine a hacer fue acercarme a ella y abrazarla, ella acepto mi abrazo y entrelazo sus brazos al rededor mío, ella comenzó a llorar en mi hombro por lo que sentí sus lágrimas, pero más sentía sus grandes pechos frotándose con mi cuerpo, como ella estaba en camisón y yo solo llevaba la camisa del colegio, pude sentir la forma de los pechos y su calor; mientras nos abrazábamos comencé a acariciarle la espalda, pero al tener puesta un camisón ancho de dormir, pude tocarle la espalda desnuda y percatarme que no traía brasier, mi excitación fue tanta que mi erección me incomodaba el pantalón e involuntariamente la abrace más fuerte para sentir más sus pechos, a lo que note que ella también se éxito porque empecé a sentir la dureza de sus pezones.
Ella me aparto y dijo:
– perdón Cristian, no se lo que estaba haciendo
Ella se sentía culpable, más aún se intentaba cubrir sus pechos con su camisón, pero al no tener brasier eso me mostraba sus pezones a través de la delgada tela. Como era un adolescente virgen no supe como continuar, así que solo le pregunté:
– ¿te separaras de mi tío?
– no sé, él dijo que lo arreglaría, creo que quería llevar a esa zorrita a una clínica clandestina de aborto, ese es su problema
– ¿un aborto?, pero eso no es acabar con una vida
– eso que me importa, ellos se lo buscaron, si logra solucionarlo no podremos separarnos rápidamente, la gente sospecharía, hay que mantener las apariencias
Esas palabras de mi tía Gisella me sorprendieron, ella que era tan religiosa y hablaba tanto de la biblia y ayudar al prójimo, le interesaba más su reputación y la opinión de la gente que una vida, en ese momento me quede en silencio y se me ocurrió poder sacar ventaja de la situación, así que empecé a meter cizaña.
– pero no te parece injusto que vuelvas con mi tío, así como si nada
– sobrinito tu no conoces como es la gente de la iglesia, ahí todos esperan que alguien se equivoque, de frente te dicen una cosa, pero a tus espaldas arman todo un festín
– tía, tú deberías buscar la manera de hacerle pagar
– ¿qué dices?, bueno se lo merece, pero no quiero hacer más problemas en la iglesia, la gente ya sospecha y ¿con quién?
Ahí noté que mi tía me estaba viendo el pantalón abultado por mi erección, así que decidí acercarme más a ella, sentándome lado a lado y diciéndole:
– tía tu siempre me has parecido muy hermosa y no me parece justo lo que tu esposo te hizo, yo puedo ayudarte con tu venganza
– que dices sobrino, si tu mamá es mi hermana mayor, ella me mataría si se enterara
– no tiene porque saberlo, no tiene que saberlo nadie
Puse mi mano sobre su muslo, ella no la retiro y comenzamos a hablar entre susurros, ello dijo:
– Cristian te conozco desde que eras un bebe y lo que propones es pecado
– tía ya crecí…
Tomé su mano y la puse sobre mi pantalón donde se notaba mi erección y ella la mantuvo ahí, mientras con mi otra mano seguía acariciando su muslo, subiendo cada vez más hasta rozar su zona púbica, continue diciéndole
– …lo que hizo mi tío también fue un pecado y tiene que pagar por lo que hizo
..............Continuara