Nunca pensé regresar a mi antiguo barrio, viví allí gran parte de mi adolescencia; pero, el fallecimiento de mi padre me golpeó duro y no podía dejar sola a mi mamá, así que alisté mis maletas y regresé a esa pequeña urbanización entre el campo y la ciudad, donde había pasado una de las mejores etapas de mi vida.
Ni bien llegué me cruce en la tienda con una antigua enamorada, Dalia, ella aun conservaba ese aire fresco y sonrisa inocente, pero a sus 30 años ya se había casado y tenía un pequeño de 4 años, del que pronto me convertiría en padrino.
Dalia es de estatura promedio (1.60) siempre fue flaquita, pero creo que la maternidad le hizo ganar cuerpo y cuando la volví a ver estaba más voluptuosa, pero sin llegar a ser "gordita". Ella me reconoció, nos saludamos y luego de comprar la acompañé a su casa que esta a solo una cuadra de la tienda, me invitó a pasar y nos metimos una lora casi una hora, mientras conversábamos me contó que tenía un peque de 4 añitos y que su esposo era ingeniero y siempre salía de viaje por 14 días y luego estaba en casa una semana entera. Ese día quedamos en volver a conversar pues antes de ser enamorados siempre fuimos amigos y teníamos conocidos en común; compartimos números y me despedí con un beso en la mejilla donde al sentir su piel instintivamente apreté su nalga y ella solo atinó a decir "que gracioso" y bueno me tuve que ir.
Esa noche, conversé con mi mamá, en su casa, hasta tarde y luego me fui a mi casa, que queda justo a lado, a descansar. Saqué mi teléfono y pude ver que tenía 5 mensajes nuevos de Dalia: "Oye, te pasaste, no me vuelvas a tocar el culo" "recuerda que ahora estoy casada" "llámame mañana" "quiero invitarte un jugo para seguir conversando" "bye".
Esa noche empecé a recordar todo lo que hacía con ella cuando éramos enamorados (ambos teníamos 19) siempre me gusto que fuera delgada pero con buenas caderas, era la típica chica con buenas piernas, buen culo; pero sin tetas. Así vino a mi mente la primera vez que lo hicimos, ella se hacía la difícil; pero, al final aceptó que la llevará a un hostal donde por primera vez le lamí su conchita ajustadita y peladita. Ella gemía como loca y me pedía a gritos que parara, yo naturalmente no le hice caso y seguía lamiendo hasta que luego de 10 minutos, sentí como sus piernas empezaban a temblar y luego de unos segundos un liquido calientito comenzó a emanar desde dentro de su vagina, yo aproveche y me lo chupe todito, hasta la ultima gotita que salía de esa hermosa conchita. Al reaccionar, ella me abrazó y solo me dijo "abrázame fuerte, prométeme que no me vas a dejar" yo solo asentí con mi cabeza y esperé pacientemente hasta que se recuperara (era chibolo y realmente sentía algo por ella). Cuándo ya sentí que ella estaba más tranquila, comencé a besarla y a acariciarle nuevamente su conchita, estaba calientita y poco a poco se fue mojando nuevamente y ahí si se me salió el Hulk que llevo dentro y sin dudarlo se lo comencé a meter en misionero, como ajustaba esa conchita, era una delicia ver su rostro rosadito con una expresión entre dolor y gusto que aun llevo grabada en mi mente. Estuve así por unos minutos y luego la levante en peso y la lleve cargando hasta la pared donde había un espejo de piso a techo, la baje y la comencé a penetrar a full mientras ella miraba como entraba y salía mi pinga. Ella no paraba de gemir y eso me hacia perder el control, la jalé del cabello y la hice arrodillarse y colocar su cabeza en piso, para luego penetrarla a mil. Esa vista de sus nalgas y su ano cerradito me volvían loco, pero para mi mala suerte sonó su teléfono (el clásico Tango 300) así que tuvimos que parar, era su mamá que la llamaba porque quería que le llevará unas cosas cuando regrese a su casa. Pucha gente, me cortaron la viada, yo quise seguirla, pero ella estaba más preocupada porque la llamaran otra vez, así que no quedó de otra más que irnos (yo no pude acabar).
Continuo mañana, ahora tengo que seguir trabajando.
Ni bien llegué me cruce en la tienda con una antigua enamorada, Dalia, ella aun conservaba ese aire fresco y sonrisa inocente, pero a sus 30 años ya se había casado y tenía un pequeño de 4 años, del que pronto me convertiría en padrino.
Dalia es de estatura promedio (1.60) siempre fue flaquita, pero creo que la maternidad le hizo ganar cuerpo y cuando la volví a ver estaba más voluptuosa, pero sin llegar a ser "gordita". Ella me reconoció, nos saludamos y luego de comprar la acompañé a su casa que esta a solo una cuadra de la tienda, me invitó a pasar y nos metimos una lora casi una hora, mientras conversábamos me contó que tenía un peque de 4 añitos y que su esposo era ingeniero y siempre salía de viaje por 14 días y luego estaba en casa una semana entera. Ese día quedamos en volver a conversar pues antes de ser enamorados siempre fuimos amigos y teníamos conocidos en común; compartimos números y me despedí con un beso en la mejilla donde al sentir su piel instintivamente apreté su nalga y ella solo atinó a decir "que gracioso" y bueno me tuve que ir.
Esa noche, conversé con mi mamá, en su casa, hasta tarde y luego me fui a mi casa, que queda justo a lado, a descansar. Saqué mi teléfono y pude ver que tenía 5 mensajes nuevos de Dalia: "Oye, te pasaste, no me vuelvas a tocar el culo" "recuerda que ahora estoy casada" "llámame mañana" "quiero invitarte un jugo para seguir conversando" "bye".
Esa noche empecé a recordar todo lo que hacía con ella cuando éramos enamorados (ambos teníamos 19) siempre me gusto que fuera delgada pero con buenas caderas, era la típica chica con buenas piernas, buen culo; pero sin tetas. Así vino a mi mente la primera vez que lo hicimos, ella se hacía la difícil; pero, al final aceptó que la llevará a un hostal donde por primera vez le lamí su conchita ajustadita y peladita. Ella gemía como loca y me pedía a gritos que parara, yo naturalmente no le hice caso y seguía lamiendo hasta que luego de 10 minutos, sentí como sus piernas empezaban a temblar y luego de unos segundos un liquido calientito comenzó a emanar desde dentro de su vagina, yo aproveche y me lo chupe todito, hasta la ultima gotita que salía de esa hermosa conchita. Al reaccionar, ella me abrazó y solo me dijo "abrázame fuerte, prométeme que no me vas a dejar" yo solo asentí con mi cabeza y esperé pacientemente hasta que se recuperara (era chibolo y realmente sentía algo por ella). Cuándo ya sentí que ella estaba más tranquila, comencé a besarla y a acariciarle nuevamente su conchita, estaba calientita y poco a poco se fue mojando nuevamente y ahí si se me salió el Hulk que llevo dentro y sin dudarlo se lo comencé a meter en misionero, como ajustaba esa conchita, era una delicia ver su rostro rosadito con una expresión entre dolor y gusto que aun llevo grabada en mi mente. Estuve así por unos minutos y luego la levante en peso y la lleve cargando hasta la pared donde había un espejo de piso a techo, la baje y la comencé a penetrar a full mientras ella miraba como entraba y salía mi pinga. Ella no paraba de gemir y eso me hacia perder el control, la jalé del cabello y la hice arrodillarse y colocar su cabeza en piso, para luego penetrarla a mil. Esa vista de sus nalgas y su ano cerradito me volvían loco, pero para mi mala suerte sonó su teléfono (el clásico Tango 300) así que tuvimos que parar, era su mamá que la llamaba porque quería que le llevará unas cosas cuando regrese a su casa. Pucha gente, me cortaron la viada, yo quise seguirla, pero ella estaba más preocupada porque la llamaran otra vez, así que no quedó de otra más que irnos (yo no pude acabar).
Continuo mañana, ahora tengo que seguir trabajando.
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