Yo creo que PPK consiguió un grueso voto de los jovenes porque se puso de moda. Hubieron algunos no tan jovenes, viejos semi-analfabetos, que también se pegaron al ritmo del PPKuy. Lo que sí es cierto es que el voto por convicción vino de los sectores más pudientes y favorecidos por el crecimiento. Existe un mapa de Lima en que se constata dónde PPK obtuvo mayor voto: Miraflores, La Molina, San Isidro, etc. Y es curioso porque con Lourdes se obtuvo resultados similares.
No estoy tan seguro Jim. Ppk también capto un colchón de votos importante en los demás sectores, principalmente entre los jóvenes y adultos jóvenes. Hablar de convicción al respecto es un tanto gaseoso, creo que deberíamos esbozar mas bien las razones por las que se puso de moda.
Si algo hizo inteligentemente el vejete fue apelar a su faceta de hombre exitoso y de referente del desarrollo profesional, de la realización personal y generacion de riqueza y patrimonio individual. Todo ello es ppk y no se le puede quitar el merito respectivo. Es lo que todos perseguimos, bienestar personal y familiar. De allí a convertirse en casi héroe de quienes añoran el éxito había una brecha muy corta. Si a eso le añadimos el mensaje, falso pero bien estructurado, de que él buscaba adecentar y acrecentar el nivel de la política de nuestro país, tendremos al "candidato perfecto". Ninguno de quienes se dejo deslumbrar por esa imagen se detuvo a pensar si era también el mas capacitado para acabar con la terrible acumulación de problemas sociales que el alanismo nos dejaba. Como toda moda, era deslumbrante y por lo tanto el resto no formaba parte del análisis.
No creo que el voto "por convicción" al que haces referencia estimado Jim, haya venido solo de los estratos mas pudientes. Hubieron muchos jovenes, y no tan jovenes, de clases medias y bajas que votaron por ppk con esa mezcla de encantamiento y "convicción". Y sabes porqué? porque mientras para la gente de Miraflores, San Isidro, La Molina y demás sectores de clase pudiente ppk era COMO ELLOS, para los de distritos de menor capacidad económica era COMO ELLOS QUISIERAN SER. Y lo era por un tema que se puede catalogar de legitima aspiración, de arribismo, simple optimismo o de infundada ilusión. Legitimo en todos los casos. Pero a la vez todos los casos alejados de una real identidad con los postulados del candidato, postulados que ni estaban interesados en conocer. Y ppk les vendió sumamente bien esa imagen y con ella el sueño ideal en un país que se ha debatido por años en la postergación y la pobreza: posición y dinero.
Era obvio que ese mensaje solo podía calar en Lima urbana, tal y como sucedió, pero no en provincias, ni pensarlo en las de sierra y selva, en las que el ideal para todos, jóvenes y adultos, no es volverse ricos sino tan solo salir de la miseria.
De lo anterior se explica el porqué de la falta de argumentos al debatir durante la campaña con jóvenes absorvidos por la propaganda y el ppkuy. Su único argumento era que querían ser como ppk. Posición mas cercana al fanatismo que a la convicción pero real al fin de cuentas.
Por supuesto que deben haber muchas otras variables que expliquen el éxito de ppk entre el electorado limeño. El que fuera una versión novedosa de gringo acriollado, en una sociedad en la que tras años de envilecimiento cultural noventero equivalía a ser bacan, a ser ya no ya, fue una de ellas. Y existen otras mas, pero creo que las que he dado son algunas de las principales. Como se verá, ninguna de ellas pasa por una noción de país. Nada más alejado entre si que votar por ppk y preocuparse por los problemas sociales del país. Una demasiado improbable elección de ppk como presidente hubiera traído un incremento insostenible de la polarización en el país. Los 80, no hubieran sido ya historia.
No es momento de rebuscar desde ahora al que tomará la posta del liberalismo y el mercantilismo en nuestro país. Seguramente recurrirán a una nueva figura a quien sabrán poner de moda, en su momento. Pero esta vez, estoy seguro que si intentaran proyectarla a todas las regiones. Con la misma tónica de siempre, buscando deslumbrar y encandilar. Y escondiendo por supuesto, su incapacidad para resolver los verdaderos problemas del país.