CACHANDO A UNA LOCA (continua)
La loca está me chupaba la pinga y resoplaba (aaaaaaa,aaaaaaa), yo le agarraba la cabeza y se la movía, la pinga la tenía como asta de bandera, de repente se para y se me sienta en la cara, se movía de arriba abajo, yo sólo sacaba la lengua y lamía el clítoris, así que de nuevo empezaron los gritos “ayyyyyyy mi amor sigue así, ahí que rico, ahhhhhhhhhhh” y se agarraba de la cabecera de la cama, se metía el dedo en la concha, hasta adentro, luego me hacía chupárselo, al rato nos pusimos en 69, ella abajo, me chupaba hasta las bolas, se metía la pinga hasta adentro, una verdadera traga sables, llegó un momento en que se sacó la pinga de la boca y se dedicó a dar gritos, me hundió las uñas en las nalgas, me jalaba los vellos de las piernas y el culo, en un momento volvió a lamer la pinga y luego la loca de me empezó a lamer el ano “suave, que pasa” le digo, ella me dice que me va a gustar, le dije que no pero ella seguía, así que para no acabar mal con el polvazo que me estaba metiendo, , me volteo y empezamos a chapar, luego le chupaba las tetazas, que ricas que eran, le hice un ruso pero ella más era lo que quería chuparla, sacaba la lengua y agarrando mi pinga como mazo, se golpeaba la lengua, eso me ponía loco, de nuevo me dice “si acabas te jodes, no te suelto hasta que se te vuelva a parar y me la metas, quiero sentir tu leche adentro”, así que la puse de costado, relevante una pierna y se la metí todita.
De nuevo empezaron los gritos desenfrenados, la cabeza saltando como loca, los pelos entremezclados, volteaba a mirarme y sacaba la lengua como una víbora, yo rozaba su lengua con la mía, el placer era inmenso, en una de la movidas la pinga se salió, y la tentación fue grande, así que en vez de acomodársela en la papa, se la metí por el chico, de un porrazo, la flaca se arqueo pero aguanto, yo me volví un sádico y se la metí toda, no la sacaba para nada, solo hacía chocas mi vientre contra sus nalgas, sin sacar la pichula un centímetro, ella gritaba más que nunca, mordía la almohada, babeaba, la cama la dejo hecha . La flaca estaba para todo, así que le hice el uno dos, esto es, se la metía en la concha una vez y otra por el ojete (el talabartero me enteré a través de un cofrade le dicen a esa jugada), ella me decía “por Dios ya no aguanto, me estás haciendo gozar demasiado”, se voltea, se echa de espaldas y se abre las piernas como contorsionista, me deja toda la papa abiertaza a la vista, así que le di unas cuantas lamidas y se la mande a guardar, los gritos alocados otra vez, de hecho que se estaban ganado los vecinos porque los gritos eran increíbles, pero me llegó al pincho.
En eso, ella me dic que nos echemos en el suelo, yo le digo que en la cama está bien, pero ella me responde “bájate , bájate” y me jala de los pelos, medio que me paltie, pero ya en el suelo ella me echo, se puso encima mío en cuclillas, a la altura de mi barriga, y empezó a masturbarse rápidamente, gritaba como gata en celo y no paraba de pajearse, yo estaba agarrándole las tetas como huevón, ella que me dice “ayúdame, méteme el dedo al culo”, no le metí “el” dedo al culo, le zampé tres de frente, y luego entró otro, así que tenía cuatro dedos metidos en el culo, en eso la veo que pone los ojos blancos y echa la cabeza para atrás, se masturbaba más fuerte y gritaba peor, estaba teniendo un orgasmo terrible, así me baño la panza, no solo con su jugo, sino que al mover el la mano más rápida, empezó a orinarme “ahhhhhhhhhhh, no te muevas, quédate ahí” me decía, estuvo vaciándose como medio minuto, cuando terminó cayó rendida encima mío, se voltio y me la chupó hasta dejarme satisfecho a mi también, no se sacó la verga de la boca hasta que boté la última gota. “No te preocupes, voy a limpiar todo, pero primero preparo algo para comer” y me da un beso. Se para y me pregunta donde están las cosas de limpieza, le digo donde y ella va, mientras tanto me paré rápidamente y me metí un duchazo, ella regresó y limpió, intacto dejó el piso, “he visto que hay arroz y carne ¿Quieres que fría algo para comer?” le dije que sirva para los dos y suba la gaseosa que había. Así que al rato subió con la comida, los dos calatos en la cama, por primera vez en la casa conversamos. Se sintió arrochada, me dijo que disculpe, que se había descontrolado, desde que murió su marido no había estado con ningún hombre para nada, y que eso había sido difícil porque con él tenía una vida sexual plena “hacíamos de todo” me dijo, “incuso le encantaba que le bese el ano, que le meta el dedo, disculpa, pensé que a ti te iba a gustar”, también me dijo que tenían una colección de pornos impresionante (me quede luego yo con la mitad, como después contaré), que con su marido cachaba casi todos los días, que cuando él estaba fuera la llamaba y le decía huevada y media por fono y los dos se pajeaban. Le pregunté si alguna vez lo había engañado y ella me dijo medio molesta que nunca, que no lo necesitaba porque el la satisfacía plenamente, que incluso luego de su muerte era una tortura, porque evitó pecar hasta con el pensamiento, hasta que yo la empecé a cortejar (así dijo la cojuda, pero yo no la cortejaba, la afanaba para tirármela que es muy distinto).
Así estuvimos poco más de una hora, viendo tele y conversando, ella ya se había desinhibido, y me dice que le habían entrado las ganas de nuevo “provócame” le digo, así que se pone a gatas con la cara a la altura de mi pinga, pero no me la chupe, sino que empieza a chocar ese par de sandías que tenía por tetas contra mi pinga, la cual se me armó al toque, ahí si empezó a chupármela, un buen rato, luego s pone en perrito pero bien encogida y me movía el culo, quería su sopón, así que le cumplí, le chupaba el clítoris y el anillo, se volvía loca, y empezaron los gritos nuevamente, cuando ya la tuve bien dura, a punto de reventar, le metí la pinga, me atenazó por la cintura con sus piernas y la cargué, ¡puta madre! Saltaba como resorte, como rebotaba la , un buen rato así hasta que apoya las manos en la puerta del closet, voy por atrás y le hago la concha, un buen rato dándole a la papa, y de nuevo el talabartero, papa – chico – papa – chico, como se movía la cada vez que se la metía por uno de sus orificios, yo también me volví loco, la agarré de los pelos y la tire a la cama, me di cuenta por su cara que le gusto, así que me senté encima de ella y comencé a jugar con mi pinga sobre sus pezones, la cojuda gritaba, le hice un ruso un buen rato, pero ella me dice “no acabes todavía, métemela de nuevo y si quieres acabas entre mis tetas”. La puse en misionero y le levante les piernas, clavándola hasta el fondo, que rico se sentía, así estuve unos diez minutos, cuando ella me dice que quería sentarse encima mío, así que cambiamos de pose, así estuvo ella saltando y gritando un buen rato “avísame cuando vayas a acabar” me dice, la volteo y me echo encima nuevamente, había momentos que me quedaba sin moverme con toda mi rata dentro de ella, eso le encantaba, pero la huevada era que me mordía, me jalaba los pelos y me arañaba la espalda (tenía la espalda hecha de los arañones que me metía), en eso siento que me vengo así que la sacó y preparo el ruso, ella misma apretaba sus tetas entre mi pinga y las movía, yo estaba en otro mundo, solo gritaba y le jalaba los pelos, ella también gritaba, hasta que siento que me vengo, fueron creo como diez chisgueteadas, cuando terminé y e tranquilice no veía nada de leche, ella que se abre las tetas y veo que todo mi semen se había quedado entre ese par, la muy enferma agarró la leche con sus dedos y se tragó tolitita, ni un poco dejó, me miró y se río, yo caí encima de ella medio muerto, me quede dormido hasta que Clara me despertó “a que hora regresa tu familia” me dice, veo la hora y le digo que todavía faltaba bastante, así que fueron dos polvos más, sólo con ella me he metido cinco polvos en una faena tan corta, y esa no fue la única vez como les contaré más adelante.
Nos bañamos juntos, ahí fue el quinto que no estaba planificado, se cambió y la lleve hasta su casa, nos bajamos como cinco cuadras antes y estuvimos chapando y manoseo como media hora más, casi se viene el sexto pero en la calle ni cagando, la deje a una cuadra y me regrese en micro, nadie había llegado aún así que me acosté, no podía dormir pensando en la enferma con la que me había acostado, tuve que bañarme de nuevo, con agua fría, porque sino iba a tener que pecar y ya era castigarme por las huevas. Al otro día la encontré donde su tía, el semblante le había cambiado, pero a mí me seguía tratando de Ud. delante de todos, toda su familia se dio cuenta que había cambiado pero no sabían porque, fueron muchísimos más polvos, se vino mi época más cacheril, ya que en un momento tenía dos culos a mi disposición, uno en la oficina y otro en la calle.