p.l.u.c.k
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Cuando eres fan, es inevitable buscar siempre pistas de tu grupo favorito. Cuando alguien como Peter Buck decide editar, por diversión, su primer disco en solitario con una tirada mínima en vinilo (2.000 copias y ya; nada de cd, nada de digital de momento), es aún más inevitable para mí, echar esas miradas. R.E.M. han muerto (los cabrones) y aún me tienen escudriñando rincones. Lo mejor del disco de Peter es que me he pasado más tiempo en otras cosas que en buscar a los que ya no están.
Peter Buck también busca pistas de sus grupos favoritos en sus canciones. La más clara es Some Kind of Velvet Morning, puramente Velvet Underground; la letra va y viene jugando con esa referencia, a la vez que la música casi plagia. La otra ominipresente es Tom Waits: Peter canta como él, quizás porque no sabe cantar o quizás porque lo que realmente le pegan a sus canciones es ese aspecto rugoso, áspero, de la voz de Waits. So Long Johnny, 10 Million BC (¿apelando a su condición de dinosaurio?) Les queda bien tener a Peter así.
Hay más cosas: Im Alive es Black Francis decidiendo que quiere hacer un disco de hard-rock. Vaso Loco es de lo más garagero de un lote que todo el mundo que ya había escuchado algunas de las canciones en directo esperaba como mucho más garage (cierto que la cara B va más en esa línea que la A).
Curiosamente, aunque Mike Mills aparece por aquí, no es en Nothing Matters Anymore donde más R.E.M. encontramos (de hecho, ahí lo que tenemos es un tono Byrds muy goloso).
Plus 5
A los que hayáis seguido a Minus 5, no penséis que esto es sólo una extensión del otro grupo de Peter. Aquí queda bastante más claro que las obsesiones (o chistes) de Buck como músico incluyen cosas que no siempre entrarían en el resto de su carrera, por mucho que Scott McCaughey esté todo el rato echándole una mano.
También hay espacio para experimentos locos. Migraine, que quizás haga a referencia que ya encontrábamos en Monster con el chico migrañas de Monster, es atmosférica; LVMF es un descojone con sampleados, clavicordios y scratch.
Y esto es lo que hay. El debut de Peter Buck es, por encima de todo, muy divertido, pasa rápido y se pilla con ganas en cada escucha. No sé cuánto nos durará y, con esa tirada, no hace falta remarcar que es sólo para fans. Pero si, como dice, lo ha hecho sólo para pasarlo bien, no hay que olvidar que es de agradecer que también sirva para que el resto podamos divertirnos con él. ¿O hacemos lista de discos que, en una situación así, no tuvieron ni puñetera gracia?
