Colegas, les reboto un interesante análisis de
Daniel Salas, publicado en Grancomboclub:
Majaz-Vaccaro: Un experimento social involuntario
a propósito de los últimos episodios xenofóbicos, racistas y de intolerancia vertidos en esta última semana por todas las posiciones y bandos involucrados en este lamentable episodio.
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En 1996, el físico Alan Sokal realizó lo que llamó un “experimento en ciencias sociales”. Envió, con su firma, a la prestigiosa revista Social Text un artículo llamado “Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity”. Se trataba de un conjunto de incoherencias y de relaciones sin sentido entre las ciencias sociales y la física, una acumulación de absurdos que debería ser evidente desde el título mismo.
Sin embargo, el artículo fue aprobado por el comité editorial. Una vez publicado, Sokal envió una carta a los editores explicando que su texto no era más que una sarta de ideas insostenibles. De esta manera, el físico proponía haber demostrado la debilidad de las ciencias sociales debido a la facilidad con la que los científicos sociales podían ser engañados y seducidos con ideas extravagantes por alguien proveniente de las ciencias duras. Esto era muy preocupante ya que, en los últimos años –argumentaba Sokal – él había notado una fuerte tendecia en las especulaciones filosóficas y sociológicas a insertar conceptos científicos tergiversando su sentido.
Sokal se refería a su fraude como un “experimento” ya que se trató de una acción conscientemente destinada a medir una reacción.
Lo ocurrido recientemente en el caso de la periodista Yolanda Vaccaro no puede llamarse “experimento” en este sentido, ya que ella simplemente quiso engañar –y, como vemos, lo logró— sin embargo, al igual que Sokal, su mentira puso a prueba dos de las mayores debilidades de la blogósfera peruana: en primer lugar, su poca capacidad crítica para recibir y procesar la noticia y, en segundo, su marcada tendencia hacia la “acción bloguera” sostenida en la idea de que los blogs constituyen una fuerza de opinión emergente capaz de modificar el stablishment. En efecto, Marco Sifuentes publicó la noticia y el correo electrónico del crítico gastronómico Ignacio Medina para que todos los que quieran puedan descargar sus odios, sus resentimientos y sus desprecios a un español que, supuestamente, había tenido el atrevimiento de insultar a una peruana. En los mismos comentarios de los blogos como Pepitas.com y Utero.pe, afloraron una gran cantidad de insultos de diverso calibre. De repente, todos nos sentíamos heridos en lo profundo de nuestra peruanidad y todos éramos Perú.
Esto me resulta interesante porque hace unas semanas nos enteramos de las torturas perpetradas en Majaz contra un grupo de campesinos. La comparación resulta interesante: en los comentarios a esas noticias aparecidas en los blogs ni la cantidad ni la calidad son similares. En el blog de Susana Villarán solo encontramos tres comentarios, dos de ellos condenando con firmeza a la empresa minera. En este post de Desde el tercer piso, solamente hay 10 comentarios y en este otro solamente tres. Hay que reconocer que la mayoría de comentaristas expresa muy bien su indignación pero el grado de agresión verbal con quienes torturaron campesinos no se compara a lo que vemos en Pepitas.com en la nota sobre Yolanda Vaccaro. En el post sobre este tema vemos 90 comentarios, la mayoría de ellos insultando de varias maneras al crítico español. Algunos ejemplos:
- “Estos españoles son la peor cosa que nos pudo pasar en la historia, y ese cocinero españodaca debia limpiarse la boca antes de insultar algun peruano,”
- “Es muy simple no compren la revista donde este malcriado escribe y que la cancilleria se ponga las pilas,esto no le va a gustar al viejito prepotente”
- “El peruano no debe olvidar estos detalles y NO abrirles las puertas a toda gente que “HACEN SU AGOSTO EN EL PERU”.
Tampoco faltaron insultos a los que salieron a cuestionar la version de Vaccaro:
- “PEDOFILO ORTIZ DEJA DE DEFENDER TANTO A ESTE ESPAÑOL DE , PARECE Q FUERA TU MARIDO, DAS ASCO Y VERGUENZA”.
Hay que decir que varios comentaristas olieron a tiempo el engaño y pidieron mayor información. Pero también cabe observar que el blogger de Pepitas (un periodista supuestamente “experimentado”

había llamado a boicotear la revista Cosas para la cual trabaja Medina. Nadie, sin embargo, pidió un boicot a la empresa minera de Majaz y el mismo Sifuentes hasta ahora no publica el teléfono o los correos electrónicos de los implicados en las torturas, ni de la empresa minera, para que podamos decirles por escrito lo que pensamos sobre tales prácticas.
La comparación de ambos casos propone varias especulaciones. Yo quiero proponer algunas y espero que me ayuden a definir cuáles son las que mejor explican el fenómeno (es posible que todas sean aceptables):
- Ignacio Medina es un español. Para él, esto puede ser un punto en contra, no importa que quiera nuestro país y haya contribuido a promocionar en el extranjero nuestra gastronomía. Nuestros complejos postcoloniales siguen allí y son más fuertes.
- Los periodistas se pueden ensañar con la revista Cosas, para la que trabaja Medina. Pueden soltar el correo del crítico. Pero otra cosa es que se metan con una empresa grandota, estrechamente vinculada al poder.
- En el Perú vemos racismo todos los días. Pero compensamos esta debilidad moral a la que nos hemos conformado a través de campañas periódicas de odio, al estilo de 1984. Mostrar odio a un enemigo ficticio y que no nos puede hacer daño alguno es un mecanismo para encubrir la violencia cotidiana y sentirnos moralmente satisfechos.
Finalmente, la lectura que más me gusta:
- Yolanda Vaccaro es “una peruana que triunfa en el extranjero”. Los campesinos de Majaz son…. cholos.
A mí, esta deplorable experiencia no ha hecho sino causarme mayor indignación y mayor disconformidad. Este
post y
este otro revelan muy bien la caída de nuestras expectativas en la era del llamado “periodismo digital”. Disculpen que tenga que taparme la cara de vegüenza.
(
Por Daniel Salas)