"EL QUE SE ENAMORA, PIERDE...."
Ahora si no haré honor al título de mis relatos, eso si no es un mito, es verdad, el que se enamora, pierde!. Nunca entré al mundo kinero con la intención de "conocer a mi príncipe azul", "una pareja", "alguien que me saque de ahí", "alguien que me salve", huyyy no, al contrario, siempre estuvo claro en mi mente, primero que no necesito ser salvada, segundo que yo me metí ahí porque quise y saldría cuando quisiera (como lo hice), tercero un príncipe azul no se consigue en un night club y menos un marido - o una esposa jeje-. Ante tantos intentos de fans enamorados con promesas de sacarme de ese mundo, a que no pertenezco ahí, eso no hacía mas que aburrirme..... si supieran que soy mas de lo que ven, que me desenvuelvo mas que bien en la sociedad y me puedo adaptar desde a una reunión o cocktail elegante e intelectual, hasta una noche de bambalinas y caños de strip dance, sin fingir y siempre siendo quien soy.
Como comentaba, estaba en mi etapa de experimentación sexual, de juegos eróticos, que rico era el sentir uno dos, tres, cuatro orgasmos cada noche, ser tocada, acariciada, poseída, tomada por cuerpos que me tocaban, lamian, me penetraban, era un placer absoluto, placer que sabía era limitado, no duraría mucho mas, llegaría el momento en el que de un punto final a todo eso y siga con mi vida normal de 9:00am a 5:00pm, llegar a casa, ver tv, cenar algo, dormir temprano y despertarme con la alarma del reloj, salir con tomada de la mano a pasear mi enamorado de turno, capaz un colega, un ex compañero, un amigo de una amiga, una relación normal, tranquila, sin que tenga idea de lo que he vivido.... pero mientras tanto, soltera, joven, con ganas de gozar, hacía lo que se me cantaba la gana. Me encantaba ir a trabajar al Club. No lo hacía siempre, solo de vez en cuando, cuando las obligaciones de la vida diaria me lo permitían. EL común de los mortales salía a una discoteca, yo salía a mi Club a tomar, bailar y cachar.
Es así que una noche apareció un chico joven, tenía mi edad, 24 años, lindo, guapo. Había ya estado con él en una ocasión, que rico fue sentir su cuerpo grande y fuerte sobre mí, sentir su lengua recorrer mi cuello, mis senos, su verga dentro mío moviéndose en círculos me hizo llegar a un orgasmo profundo.... lo vi y lo reconocí instantáneamente, me gustaba, como olvidarlo. Cuando yo ya me relamía los labios pensando que esa pinga dura iba a estar de nuevo dentro de mi boca acariciando mis amígdalas, el me sacó de mis pensamientos y me saludó con un efusivo abrazo, seguidamente me presentó a su amigo que lo acompañaba, te presento a Cristian, mi compañero de trabajo, me dijo. Miré a Cristian, el también era joven y guapo, tenía una sonrisa fresca, alegre, jovial. Lo saludé y el inmediatamente me tomó de la mano, me dijo que era muy linda, que su amigo había hablado muy bien de mí y me invitó a que lo acompañe, así que buscamos una mesa y nos sentamos. Entendí muy bien lo que pasaba. Mi cliente me había recomendado a su amigo y el había venido expresamente a conocerme. Pedimos unos tragos, mi típico whisky o otro para Cristian. Tomamos, nos reímos, conversamos, hablamos, bailamos..... la noche seguía su curso y habían llegado otros amigos mas de ellos. No se a que momento eran unos 6 o 7 chicos con sus respectivas parejas de turno y yo con Cristian.... ni cuenta me había dado de quien llegaba, quien se iba, que decían, que hacían, para mí solo existía el, su abrazos, sus brazos rodeando mi cintura. No me gusta tomar mucho pero con el a su lado el alcohol pasaba como agua... estaba feliz, el también. La noche seguía su curso y daba paso a los primeros rayos de sol, poco a poco se iban retirando los demás. Para nosotros la noche recién empezaba. Yo lo deseaba, deseaba entregarle mi cuerpo desnudo por completo, quería sentir su respiración sobre mi pecho, su saliva sobre mis labios, sobre mi cuerpo. No me gusta besar a gente que no conozco. No no no es el mito de que no se besa a una kine, bueno, si, en parte si, yo no quiero ser besada por cualquiera, irónicamente para mí eso es mas personal e implica mayor entrega que incluso, tener sexo. Yo por primera vez en ese lugar, quería besar a alguien, quería besar a Cristian, sentir su lengua dentro de mi boca húmeda. El me miró y me dijo que lo acompañe a un lugar mas privado, lo seguí.... una vez solos, yo en una nube confusa de alcohol (después de no se cuantos tragos, pero fueron unas 5 horas seguidas de baile, roces y alcohol), excitación, deseo, pasión, me entregué a el totalmente. Sentía las cosquillas de una adolescente cuando es desvestida por primera vez. Sentía mariposas en el estómago y me sentía a la vez estúpida pero una estúpida feliz. El me desnudó y recorrió todo mi cuerpo con sus manos y su boca. Tendida en la cama entregada por completo a sus caprichos el me besaba profundamente la boca mientras sus manos apretaban mis pechos, tiraban mis pezones, acariciaban mi conchita húmeda, se sumergían dentro de mi cuerpo y salían totalmente húmedos. El introdujo su rico y erectísimo pene un mi boca y yo lo besé, lo lamí y lo succioné como si mi vida dependiera de ello, No me bastaba con eso, trataba de tragármelo entero quería que no se escape un milímetro de su pinga fuera de mí. Le pasé la lengua a sus testículos, los succionaba y escupía frenéticamente, se sentían suaves, ricos, deliciosos, me los pasaba por la cara, estaban mojados de mi saliva, los limpiaba con mi lengua y los volvía a mojar. No se cuanto tiempo estuvimos así, creo fue mucho, no recuerdo, solo recuerdo su olor a sexo, mi boca y sus testículos siendo acariciados por mi lengua, no recuerdo nada mas... solo sé que después el estaba dentro mío. No fuerte, no siendo usada como me gustaba, estaba suavemente dentro mío, su pecho junto a mi pecho, algo que ocasionalmente me aburriría un poco ya que soy mas del tipo hard, algo tan suave y delicado en ese momento me generaba un placer extremo. Sigue, le dije, entra en lo mas profundo de mi. Estando el dentro mío, empezó a mamar mis pechos, pasaba su lengua sobre mis pezones erectísimos, los mordía suavemente, los amasaba. Sus manos estaban apretando mis nalgas y las empujaba suavemente para que las embestidas sean mas profundas. Con esa delicadeza y suavidad me vino un orgasmo largo, muy largo e intenso. Diferente a las ráfagas y corrientasos extremos a los que estaba acostumbrada, este era un multi orgasmo que incrementaba con cada movimiento, no pares le dije, sigue, el seguía manteniendo el ritmo y yo me seguía viniendo una y otra vez. Con mi última contracción, el también se vino. No fue un sexo loco, desenfrenado, porno, lleno de poses y morbo. Fue un clásico misionero pero que me llevó a sensaciones inimaginables. Eso no es otra cosa que cuestión de piel, química pura 100%. Me abrazó y nos dormimos..... despertamos no se cuanto tiempo después, creo que mucho por que ya era de día, el sol brillaba y yo me sentía una completa vampiresa jaja.
Me dio un beso en la frente y se despidió, me dijo que era especial y prometió volver.... yo me quedé como una tonta..... el también era especial. Decidí que era una locura, que NO estaba permitido para mi mismo que nadie me guste mucho que digamos en ese ambiente y decidí sacármelo de la mente. El resto de la semana transcurrió normal, ni me acordé de el. Llegó el próximo fin de semana y pensaba si ir o no al Club, en eso me acordé de Cristian y pensé... él prometió volver... y si vuelve?? no, no lo quiero ver mas, como una cobarde, decidí alejarme de la tentación, decidí que el club no lo volvería por un tiempo y pasaron tres semanas y aparecí por ahí, llegue tarde, despreocupadamente y el estaba sentado en la mesa junto con su amigo, esperando... su presencia me llamó como un imán, no pude resistir, levitaba entre la gente tratando de abrirme paso para llegar a él. En mi camino hombres me interrumpían tratando de agarrarme la mano, invitándome a acompañarlos, haciéndome preguntas... nadie existía, solo él... pareciera que me cruce en medio de un estadio de futbol en la final del mundial abarrotado de gente, así de largo sentí el camino para llegar a él. Llego y le saludo nerviosamente con un beso en la mejilla, me sentía cohibida, estúpida, así no soy yo!! el me sonríe, esa sonrisa me desarma, me pregunta donde he estado, el ha ido todos los fines de semana a buscarme y nadie le supo dar razón, le dije que estuve ocupada, nada mas... me dice que no permitirá que me desaparezca de nuevo, me pide mi número de teléfono y yo se lo doy, aunque dudando, se lo doy... no le podía decir que no. Quiere conocerme un poco mas, me pregunta sobre mi, sobre lo que hago, yo dudo aún mas en contarle sobre mi vida, no quiero que él forme parte de la mía. Sorpresivamente me cuenta que él trabaja para una empresa que tiene mucho que ver y tiene mucha relación con mi trabajo y mis actividades de la vida diaria.... me sorprendo, pero finjo que no me importa, no le contaría que es muy posible que ya nos hayamos cruzado anteriormente, y muy probable que nos crucemos por ahí en un futuro.... eso me incomoda aún mas, pero aún así no puedo alejarme de él. Volvemos al espacio en que pierdo la noción del tiempo, me encuentro flotando, solo existe él, nadie más en ese lugar. Sus amigos hacen bromas, me preguntan que le hice que el esta así de embobado conmigo, el se ríe y yo me desarmo nuevamente..... me despierto a la mañana nuevamente en sus brazos y así fueron y transcurrieron todos los fines de semana de los meses próximos....
Motivos laborales hacen que me aleje un poco de todo ese ambiente por una buena temporada, lo extrañaba, sí, pero para mí tiene mucho mayor peso mis responsabilidades y obligaciones que las cuestiones del corazón, así que práctica y sencilla como soy, pues, manos a la obra y me concentré 100% en mi vida diurna y mis obligaciones. En eso suena mi celular, era él, yo ya tenía agendado también su número. Seguro trataba de ubicarme después de mi escurridiza desaparición. Siento una punzada en mi corazón y rechazo la llamada, vuelve a sonar el teléfono y dejo que suene y suene. Me interesa tanto que no puedo contestar..... no quiero volver a verlo, si tan solo no te hubiera conocido ahí.....
Un día por un tema laboral voy con unos colegas a la empresa donde él trabaja. Es una empresa grande y poco probable que me lo cruce, así que aunque con temor voy, además debía ir, eso no estaba en discusión. Juegos del destino, lo vi pasar cerca mío y yo me hice la desentendida, el no me vio, también vi a otros de sus amigos y por primera vez en mi vida sentí que mis fantasías y experimentos sexuales con ese tema del kineo podían traerme problemas en mi vida diaria. Yo nunca mezcle una cosa con la otra, se ubicarme en cada circunstancia y en cada lugar, pero sigo siendo una sola persona y por primera vez me cayó la ficha que debía tener mucho mas cuidado con mis decisiones. Era viernes y estaba triste, profundamente triste.... si tan solo nos hubiéramos cruzado unos meses antes en la mañana, en esa empresa y no una noche en un Club, tal ves tendríamos futuro... pero así no, así no había futuro.
Por primera vez fui triste al Club, esta vez no era en plan alegre y desafiante. Mi juego me había vencido... caí en el primer error de toda persona que frecuenta ese lugar, error que siempre se lo advertía a mis clientes, este es un juego y no hay que enamorarse!!. Iba para lo mismo que van muchos hombres a esos mismos lugares, por despecho, para encontrar satisfacción en brazos de otra persona X que llene mi vacío por unas pocas horas. Renegando con el destino y las circunstancias por que algo haya sido diferente. Mi intención era regalarme a cualquiera, dejar que mi mente viaje mientras poseían mi cuerpo. Esa persona no era yo, no era la linda kine que se entregaba por completo a su elegido de turno, mi mente no estaba ahí, mi mente estaba con Cristian..... llego al local algo callada, triste. Las chicas lo notan y me preguntan por el chico que últimamente siempre anda conmigo. No son tontas, no no, ahí todas son muy inteligentes. Estaba tomando unos tragos con un hombre algo mayor, me alagaba, me decía lo bonita que soy y lo que me deseaba. Yo tenía la mirada perdida, sonreía a veces pero no podía de dejar de pensar en él y el porqué yo seguí asistiendo a ese lugar si ya no me hacía feliz. De repente siento que soy observada. Miro en la mesa de atrás esta el, Cristian esta vez no esta acompañado como siempre de su grupo de amigos risueños y parranderos. Está solo, con su vaso de whisky en mano, mirándome como yo comparto con ese extraño, como dejo que me hable al oído, como dejo que me acaricie discretamente las piernas. Ya no tiene su sonrisa característica, esta serio y también su mirada perdida, igual a la mía. Soy un mar de pensamientos en la cabeza. Como quisiera ir a abrazarlo, besarlo, seguir riendo y bailando como antes y que todo siga igual, pero no es así, debo ser fuerte y cortar esta broma del destino sin sentido que no nos lleva a nada. Agradezco la compañía al señor que me invitó a su mesa, me disculpo y le digo que un amigo me está esperando. Me acerco a Cristian y le saludo con el ya característico seco beso en la mejilla. El ya no sonríe, él me mira melancólicamente, me toma de la mano y me dice que me ha extrañado. Le digo que yo también y mas de lo esperado y que por esa misma razón desaparecí. Abrí mi corazón y le dije que sentía algo diferente y especial hacia él y eso me impedía seguirlo viendo. El me dijo que el siente lo mismo pero que no quiere alejarse. Aun así rendida en mi juego le hablo crudamente, sé que me lastimé yo mismo y sé que lo lastimé, pero era la única forma de poder dejar atrás ese sentimiento.
Mi amor, me conociste pagando por mi, por mi compañía, por mi cuerpo. Lo hizo también tu amigo, pasé por muchos de estos hombres que están acá. Nunca podríamos ser felices, aunque soy mucho mas que esto, este sería un fantasma entre nosotros que no nos dejaría ser felices. El agachó la cabeza, sentí que la estocada pegó fuerte. Me dijo que él sabía que yo era mucho mas que eso y que por eso me quería, que me permita conocerlo fuera de todo eso, lejos de ahí, que estaba dispuesto a irnos lejos, muy lejos donde yo decida, donde nadie nos conozca y nadie nos juzgue. Que empecemos juntos nuestra historia, nuestra vida. Le respondí que igual nosotros lo sabríamos, yo no podría mirarle a la cara sin recordar donde empezó nuestra historia. Con pesar me dijo que respeta mi decisión pero que en cualquier momento de mi vida, cuando lo recuerde sepa que a él no le importaba en absoluto mis decisiones pasadas, que hubo ahí una persona que se enamoró de mí a pesar de las circunstancias y si en algún momento cambio de parecer, que lo busque, cuando sea, como sea, que yo sabía como encontrarlo.
Me disculpé, fui al baño mientras una lágrima rodaba por mis mejillas. Mis amigas me vieron, nunca jamás me habían visto así, yo tan práctica, alegre, divertida, come hombres... traté de limpiar y ocultar esa lágrima, pero en mi intento le seguía otra y otra mas.... me calmé, me limpié y salí. Le dí un beso en la frente y le pedí que no vuelva más.
Pasó como un mes, aunque yo sentía aun mucho dolor por lo ocurrido y lo extrañaba mucho, mi mente estaba clara, mi conciencia tranquila. Nunca había mentido, nunca había dado falsas esperanzas o prometido algo que no pudiera cumplir. La vida seguía su curso. Yo no iba al Club. Mis amigas me comentaban que no lo habían visto. Yo tampoco lo vi. Pasó el tiempo y las cosas empezaban a enfriarse. Todo pasaba a ser un lindo recuerdo sobre su hermosa sonrisa.
Ya mejor y con ganas de divertirme un día voy al Club. Me había divertido, bailado, tomado. Cuando la noche casi terminaba, lo veo llegar.... él algo mareado, con vaso en mano. Me mira tristemente. Lo miro y recuerdo haberle pedido que no vaya más. El no iba a ese lugar antes de conocerme a mí. Porque volver ahora insistentemente? es hacerse daño, y hacerme daño. Decido que aunque me destroce el corazón, deberá entender que no es bueno para él ni para mí que siga mis pasos (en ese momento entendí que alguien dentro del local le pasaba el dato de mi presencia porque como es eso que el iba siempre solo cuando yo estaba??). Esta vez no me acerqué a él, esta vez sabía que sería la última vez que lo vería.... Yo estaba acompañada por un conocido amiguito cariñoso que tenía. Fingí divertirme, fingí excitarme y fingí desear a mi compañía de turno. Ya comenté que no me gusta hacer shows el público pero esta vez mi dolor y despecho hablaban por si solos.... permití que mi amiguito me toque, me bese, juegue y se divierta conmigo mientras Cristian miraba todo distante, desde lejos, solo en su mesa con su trago en la mano, desengañándose de mí, yo haciendo conscientemente que el no quiera verme mas, para bien de los dos. Así estuvimos hasta que no quedaba casi nadie en el local, mi amigo cariñoso se retiró (no acepte tener sexo con él) y Cristian se quedo dormido en la mesa, ebrio de tantos tragos que se tomo al verme con aquel hombre. Llamé a mi taxista de confianza, le pedí que lo lleve seguro hasta su casa, pague por su viaje, le dí un beso en la frente y me despedí de él para siempre....... "el que se enamora pierde".... no, no es un mito.