VOLVIENDO AL PASADO.... después de un corto receso de los acontecimientos de estos días, vuelvo a recordar el pasado, vuelvo al día en el que mi fantasía (la de esos momentos) se hacía realidad.
(....) ese hombre me poseía por completo. Sentada sobre su miembro erecto sintiéndolo tan dentro mío, tanto que tocaba mi pubis, su verga dentro de mi cuerpo bombeándome con todas sus fuerzas, con toda su potencia, lamiendo a la vez sus deliciosos dedos con sabor a mi sexo y sintiendo sus testículos rozando mis nalgas veo su cara arrecha, cara de mañoso me doy cuenta que ese extraño me trata como lo que soy, como su perrita, me doy cuenta que él hizo conmigo lo que quiso, que mi cuerpo al fin se convirtió en una herramienta para ofrecer placer. Siento que me usó, que me usa, que me tiene como el quiere. En cámara lenta observo la imagen de mis piernas abiertas ante su verga, mi boca tragándose sus dedos, su mano amasando mis senos de manera ruda y desesperada... empiezo a sentir un placer indescriptible que sube por mi cuerpo, es una parálisis que irónicamente no me paraliza sino me hace moverme como loca, incontroladamente, mojada, arrecha. Siento una explosión dentro de mi cuerpo que me estremece, que me hace suplicar que siga, que no pare, que me posea mas aún. Una descarga eléctrica se apodera de mí. Emito unos gemidos ahogados y caigo en su pecho rendida, extasiada, complacida de al fin haber sentido ese placer acumulado por meses dentro de mí.
Cuando me estaba relajando, lista para descansar un rato, mojada, exhausta de placer, él me vuelve a la realidad y me dice huyy que rica puta me estoy comiendo, tan arrecha, tan mojadita.. no, no vas a descansar ahora, vas a descansar cuando yo me canse de cacharte. Claro, es que con todo este placer interno me había ya olvidado de ese cuerpo que me ayudaba a satisfacerme, él aun estaba erecto, aun le faltaba su segundo round. Me agarra de mis cabellos y me dirige a su pene y sus testículos, me empuja la cara y me dice putita me dejaste mojado con tus fluidos cuando te viniste así que ahora quiero que limpies todos ellos con tu lengua. Yo obediente y sumisa, tratando de recompensarle el gran orgasmo que el me había proporcionado, empiezo a limpiar con mi lengua sus testículos embarrados con mi sabor, chupo su entre pierna, estaba todo mojado de mi y todo eso se lo limpié. Cuando no quedó ni una gota de mi sobre él lo miro con carita de niña asustada y le digo "ya estas limpio mi amor", el me dice mas te vale putita, ahora acuéstate que te quiero cachar. Yo obedezco, a ese punto ya estaba totalmente excitada nuevamente. Tenía ante mi a este hombre misterioso que jugaba conmigo y seguía mi juego. El había comprendido sin palabras lo que yo buscaba y me lo estaba proporcionando, ese juego a él también le ofrecía una satisfacción indescriptible, ya que valgan verdades, cuan a menudo un hombre se encuentra con una mujer dispuesta a cumplir absolutamente todos los caprichos que el quiera?
Obedecí, me acosté boca arriba y el me dijo -mas bien me ordenó- tócate, métete los dedos en la concha mientras me masturbo en tu cara. Obedecí, introduje uno de mis dedos en mi vagina mientras que con el dedo pulgar masajeaba mi clítoris. El se arrodillo frente a mi cara y empezó a masturbarse, le empecé a besar los testículos mientras lo hacía. Se excitó demasiado, lo sentí así. El no pudo mas y se acomodó encima mío para penetrarme. No saques tu dedo me dijo. Quiero que sientas con tu dedo mi pinga adentro tuyo. Yo seguí obedeciendo. El se introdujo dentro mío mientras yo le abría paso con mis dedos. Con ellos sentía sus embestidas frenéticas, salvajes. Únicamente se escuchaba el ruido a sexo, el choque de su cuerpo sobre el mío. Me dolían ya las piernas de tanto abrirlas así que con ellas abracé su cintura y así me cacho un rato más.
Lo sentía ya muy duro, muy excitado, muy jadeante, cuando pensé que se vaciaría en mi interior se salió, pienso tratando así de contenerse y me dijo, quiero venirme viendo tu rico culo, ponte en cuatro que te voy a cachar como la perrita que eres. Obedecí sin objeción. Una de mis poses preferidas es en perrito. En esta pose es donde mas fuerte y profundo siento un pene. Siento que llegan hasta el fondo de mi ser, siento dolor y placer. Me gusta además admirar al espejo la escena, yo mostrando mi culito, mi vagina, mis agujeritos a disposición de quien los quiera usar. Cuando mi amante entra en mi en perrito, este arremete con fuerza, con ganas, descontroladamente, como queriéndome castigar por cachera y lo único que yo puedo hacer para aplacar los golpes es hundir mi cabeza en la almohada y aguantar. Así lo hizo. Hundió su pene en mí y me dio con fuerza mientras introducía uno de sus dedos en mi ano y con su otra mano me daba nalgadas para que me mueva mas y mas fuerte. La escena era salvajemente excitante. Se miró al espejo y encontró ahí mi mirada arrecha y los dos como espectadores de nuestra propia película seguimos mirando el reflejo de todo lo que el me hacía. Así lo vi gemir y así el me vió, vi virar sus ojos, contraerse, no vi más ya que yo también perdí la visión. Lo sentí a él alcanzar un orgasmo intenso mientras yo sentía el mío.
Quedamos los dos jadeantes, abrazados en la cama, exhaustos y aun con rezagos del efecto del alcohol, nos hundimos en un profundo sueño que no se cuanto duró, solo se que cuando despertamos por los golpeteos de la puerta que anunciaban que debíamos retirarnos ya había amanecido. El abrió los ojos y me susurró al oído: me encantó. Que haces mañana? nos vemos fuera de acá? siii le contesté.....