A continuación relato mi experiencia con Dianita
1.-Tipo de Chica : De cuerpo atractivo
2.- Edad: 30
3.- Cara: De charapa. Naríz operada
4.- Talla: 1. 60
5.- Senos: Armónicos con su figura. Redondos, con pezones marrones carnosos.
6.- Cintura / barriga:TAbdomen trabajado
7.- Caderas / derrier: Proporcional a su figura que es delgada. Buen potito. Bellas nalgas, duritas. Se dejaban entrever esos dos cachetes por encima de su calzoncito celeste tipo tanga
8.- Piernas / pies: Contorneadas
9.- Piel: Suave al tacto. Aparentemente, como toda mujer vanidosa se cuida con cremas y lociones
10.- Tatuajes No vi
11.- Aseo personal: Se aplicó alcohol después de la fornicación. Tiene una botella grande en la mesita de noche.
12.- Fellatio: Después de tiempo me chupaban la verga con cariño
13.- Papita: Bueno, para mí, muy ajustada.
14.- Anal: Al preguntar por el servicio me dijo que no ofrecía el recto, entonces le mencioné que ese no era problema, pues generalmente no entro por esa vía salvo, una excepción, que ya publiqué páginas atrás en mi encuentro con Lorena una pseudo meretriz necesitada de dinero, a quien apoyé con muchísimo gusto.
15.- Trato: Amable.
16.- Calidad de Polvo / Performance: Estaba muy decepcionado por la atención que recibí y el fiasco del cual fui damnificado el día sábado al atenderme con una prostituta del hs lima. Decidí que la suerte debía sonrreirme esta vez, y de casualidad llamé a Dianita y me comunicó que estaba atendiendo hoy Lunes. Con todo esto me animé a probar aquella carne, de la cual muchos en este enlace de s.j.lurigancho comentan y escriben. Llegué a la mejor obra de marito vargas llosa. Antes de ingresar por las escaleras, por afuera, divisé a un tipo de contextura gruesa y pelo hirsuto conversando por celular desde la ventana de una habitación del segundo piso que da a la calle. Toqué el timbre y abrió la puerta el mismo tipo. Me dijo que pasara al "200". Toqué la puerta. Entonces la pude ver: una chica de treinta con un sostén negro y una trusa celeste con bordados. Se le notaban ambas nalgas queriendo escapar de las tiras de la lencería tipo tanga. Que rico!. Pensé que esta sería una buena experiencia. Se me hacía agua la boca. Tranzamos el precio y fui al baño a lavarme las manos. Por el espejo vi como se despojaba de aquella tanga exponiendo su culo redondo. Me acerqué a ella y me quité la ropa, salvo el calzoncillo.La pulseé. Le dí un beso en la mejilla y ella giró su cabeza para que mis labios rozaron los suyos. La besé en el cuello y la abracé, entonces me dijo: "primero te coloco el condón". Me despojé de la trusa y me colocó el preservativo. Comenzó a succionarlo suavemente. Cuando el miembro comenzó a erectarse, pensé, como siempre pasa con las putas de este distrito, que iba a dejar de enviar saludos a los cafichos de perutops, y entregarme su concha con las piernas abiertas de par en par, pero para mi sorpresa no sucedió así. La seguía succionando. Le rocé la piel de la espalda con el lado posterior de la palma de mi mano derecha y le acaricié la cara suavemente como a mi hembra. Seguramento que esto la excitó un poco y comenzó a succionar más rápido. La tomé de la cabeza haciéndole "piojito" delicadamente para que se entregue aún más y coloqué mi glande en la campanilla de sus amigdalas. Hacía mucho que no me daban una chupada de pinga como esta. Mi pene estaba duro y grueso como un roble. La fémina se tiró en la cama en la posición del misionero, lista para soportar la arremetida. Antes del felatio, le pedí prender el foco para ver su cuerpo. Me excitó verla tumbada en la cama, mostrándome esos pechos redondos con los gruesos pezones apuntando al techo de la habitación, su cintura y sus piernas. Me hizo recordar a una amiga de la universidad. Me avalancé sobre ella y comencé a besarle las mejillas. Su reacción fue inexistente. Tenía a una hembra tirada en la cama dispuesta a que la poseyera como me encanta hacerlo. Le besé el cuello, los lóbulos de sus orejas, sus pechos, sus pezones, su abdomen; en eso, pude notar que su vagina tenía poco bello y era agradable a la vista, con labios mayores de tamaño propio de una hembra que no es de este negocio. Con todo esto, ella se estimuló, arqueando su espalda hacia atrás, con la cabeza en el aire y los ojos cerrados-ya que se colocó en posición perpendicular a la disposición natural de dormir-. Seguí succionando sus melones y noté que en el pezón izquierdo tiene mucha sensibilidad y me rogaba que lo hiciera con sumo cuidado. En esta situación rozaba mi verga en sus labios y adopté una posición donde solo entra el glande. Al incursionar en esas fauces, la sentí realmente estrecha. Mi glande intentaba realizar movimientos circulares para estimular su punto "G", pero no era necesario. Su vagina es tan estrecha, que sola con penetrarla ya se estimulaba aquel punto. Seguía "bombeándola" suavemente hasta que ella sola colocó su cadera para lograr una penetración más profunda. Con ambas manos tomé las vigas de madera que sostienen el colchón, para obtener un mayor impulso. Arremetí con todo logrando incrustar la totalidad de mi falo. En ese momento sentí como sus paredes vulvares exprimían el miembro. Que deliciosa sensación. Hacía mucho que no cojía con una hembra tan estrecha. En ese momento me sentí un hombre poderosos y sentí que mi pene se engrosaba más. La tomé de la espalda. la abracé fuerte y le seguí dando duro, con besos en el cuello y los senos. Ella tendía su cabeza hacia atrás, en clara sensación de satisfacción. Tomé sus pierna y las puse en mi hombro. Comencé a embestir mi cuerpo contra el suyo con sonidos tipo "aplauso". Ella gemía de placer, pero no era muy expresiva. Se mordía los labios y me abrazaba más fuerte para lograr una penetración ideal. Siempre en la posición del misionero, junté sus piernas y la sentí más ajustada aún. Con esto ella ya no podía seguir inhibiéndose. Gemía de placer. Retiré mi pene para observar la almeja y me agradó el panorama. Se la incrusté, sin querer, de manera violenta, y soltó un quejido anaudible de dolor, se llevó la mano a la boca y se la tapó. De pronto, tomé con ambas manos, nuevamente, una de las vigas que sirven de sostén para el colchón y la caché de alma. Sentía esa concha bien ajustada, mucho. Con todas mis fuerzas eyaculé. Quería seguir dándole sin sacar la verga y ella no se quejaba. En esos momentos sentí como sus labios apretaban. Sin retirar el pincho, la besé apasionadamente. Después de eso, recordé que a esta chica ya la había disfrutado hace muchos años (seguro que tres) en el mismo lugar. Hizo lo mismo que en aquellos años: sentarse en la cama sin mediar palabra, arreglándose el cabello con una ligera sonrisa de satisfacción mirando al vacío. En aquel tiempo le pregunté por lo estrecha que era y me comentó que lo mismo le había dicho su ginecólogo, a pesar de haber alumbrado a una pequeña. Me da mucho gusto saber que después de tanto tiempo sigue con esa vagina tan deliciosa.
19.- Anuncia en : La ubiqué en este foro
20.- Precio: 40
21.- Costo / beneficio: Después de mucho tiempo que me tiro un polvazo
23.- Local: green house
24.- Volveria?: Eso espero
25.- Puntaje final: 8.97 (escala sobre 10.00)