golosisimaperu
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Reciban todos un cordial saludo, mi nombre es jaqueline tengo 40 años, me separe de mi esposo por una infidelidad de parte de él hace más de dos años, vine a la ciudad de México en busca de un futuro mejor, sin embargo las cosas no son como una cree y cuando se me acabo los pocos ahorros que tenía me recibió una pareja de amigos, hasta conseguir empleo y poder solventar mis gastos.
Fueron varios días buscando en los clasificados sin encontrar trabajo, hasta que encontré un anuncio en el que se necesitaba una mujer para la limpieza del hogar, no tenía elección la paga era buena así que no lo pensé 2 veces y fui a la entrevista.
Fui lo más presentable a la entrevista, sabía que no era una chiquilla pero tengo mis propias armas: soy una mujer trigueña clara, cabello ondulado y tengo unos preciosos ojos pardos, No lo digo yo, es lo que siempre me han dicho. Mido 1.65 y mis caderas se han vuelto un poco anchas lo que llama la atención. Mi mejor atributo unos senos enormes (una 110) que supongo fue lo que enamoro; a mi exmarido.
El dueño de la casa era un hombre que había enviudado hace unos años y que tenía un hijo en plena pubertad, su entrevista fue seria, no se fijó en nada en mi apariencia; me explico que necesitaba una mujer que se encargue de las labores de la casa y que este detrás de su hijo porque desde la muerte de la madre se había vuelto retraído, creo que al final le inspire confianza al ser una mujer madura y me dio el puesto.
Al no haber sido madre pensé que podría encariñarme con el joven (su nombre es Iván), mi trabajo consistía en levantarlo, estar con él hasta que fuera a la escuela, hacer las labores del hogar, prepararle su almuerzo, estar detrás de sus labores de colegio, y tener la cena lista para cuando llegue el padre.
Mis primeros días trate en lo posible de conversar con Iván pero mis esfuerzos eran inútiles, se la pasaba mirando a todo menos a mí, daba respuestas cortas y siempre era distante.
Mis labores en la casa me exigían llevar una falda hasta las rodillas, así como una blusa algo escotada ambas de color plomo. El padre de Iván (Sr. Jeremy) siempre llegaba pasado las 7 de la noche, lo esperaba con la cena lista y me retiraba a mi hogar, él era todo un caballero aunque lo sorprendí más de una vez mirando en la abertura de mi escote y recreándose con mis senos, no le daba mayor importancia.
Ya habían pasado más de 3 meses y el Sr. Jeremy me ofreció quedarme en su casa por motivos de viaje, me aumentaría el sueldo y no tendría que pagar alquiler, acepte gustosa, pero eso significaba estar más tiempo al cuidado de Iván y procurar que no descuide sus estudios ya que habían reclamos de su escuela.
Durante los primeros días de quedarnos ambos solos en la casa, yo trataba de ser lo más cariñosa posible con él, hacia todo lo posible por atenderlo pero él ni me miraba; incluso le dije que si deseaba me dijera mama, pero ni siquiera eso cambio en algo nuestra relación, por todo lo demás me sentía a gusto en mi trabajo.
A mi cuarta noche escuche unos gritos, era Iván que me llamaba: mama, mama sonaba asustado, salte de la cama y fui a su habitación, se encontraba llorando desconsoladamente, lo tome en mis brazos y le di un amoroso abrazo calmándolo y dándole besos en su frente, estuvimos así por unos minutos cuando sentí un calor especial, un calor que hace mucho no sentía, ese calorcito por la cercanía de otro cuerpo, me di cuenta que solo llevaba un polo que usaba para dormir y que mis senos estaban libres, uno de mis pezones estaba cerca a la cara de Iván y él se aferraba a mi provocando que mi pezón rozara en su rostro suavemente, ambos estábamos en silencio, sabía que debía alejarlo pero tampoco quería asustarlo, sentía que el suavemente pasaba su rostro por mi pezón provocándome un suave placer, con lo que con mi mano libre acaricia sus cabellos sin decir palabra alguna, luego bese su frente y le dije: Iván te sientes mejor? Fue una pesadilla nada más
Si mami estoy mucho mejor gracias, al oír su respuesta me sentí feliz, le di un beso en la mejilla y sali de su habitación.
Esa noche no podía conciliar el sueño, las sensaciones que su piel habían provocado en mis senos me habían excitado mucho, me quite el polo y solo quede con mi ropa interior dentro de la cama, me acariciaba los senos, suspiraba muy suave y después de muchos años extrañe a mi esposo ahí conmigo, haciéndome el amor y cachándome de muchas maneras quedando profundamente dormida.
Al día siguiente de esta experiencia había cambiado nuestra relación, Iván me saludaba y respondía, se le notaba más cariñoso conmigo y poco a poco se fue soltando incluso ayudándome cuando estaba en casa.
Cuando Sr. Jeremy volvió a casa se mostró feliz con el cambio que había hecho su hijo, se sorprendió mucho cuando lo oyó dirigirse a mi llamándome mami, en ese momento me di cuenta que su mirada cambio, creo que por primera vez me vio como mujer y le gusto lo que vio.
Durante la siguiente semana, el trato entre el Sr. Jeremy y yo fue más cordial, incluso me pidió que dejara de utilizar el uniforme y que me vista como si estuviera en mi casa, por las mañanas llevaba a Iván a su colegio, conversábamos como si fuéramos madre e hijo, nos abrazábamos y él era muy cariñoso, por la tarde cuando terminaba la cena esperaba a Sr. Jeremy y comíamos juntos luego los tres mirábamos TV y cada uno se dirigía a su habitación. Me sentía parte de esa familia, era feliz después de más de un año en México, me sentía en familia
Sin embargo un día me lleve una sorpresa, fui a despertar a Ivancito pero esta vez más temprano de lo normal, ingrese de golpe y lo encontré en una escandalosa situación: Iván tendido en su cama se masturbaba con los ojos cerrados, su rostro estaba descompuesto, estaba con unos audífonos y no se percataba de mi presencia, me quede ahí en la puerta unos breves segundos que para mí fueron horas de horas, hasta que dio un suspiro ahogado y eyaculo delante de mí, mire ese semen salir de su pene y salí asustada de su cuarto tapándome la cara de vergüenza.
Continuara
Fueron varios días buscando en los clasificados sin encontrar trabajo, hasta que encontré un anuncio en el que se necesitaba una mujer para la limpieza del hogar, no tenía elección la paga era buena así que no lo pensé 2 veces y fui a la entrevista.
Fui lo más presentable a la entrevista, sabía que no era una chiquilla pero tengo mis propias armas: soy una mujer trigueña clara, cabello ondulado y tengo unos preciosos ojos pardos, No lo digo yo, es lo que siempre me han dicho. Mido 1.65 y mis caderas se han vuelto un poco anchas lo que llama la atención. Mi mejor atributo unos senos enormes (una 110) que supongo fue lo que enamoro; a mi exmarido.
El dueño de la casa era un hombre que había enviudado hace unos años y que tenía un hijo en plena pubertad, su entrevista fue seria, no se fijó en nada en mi apariencia; me explico que necesitaba una mujer que se encargue de las labores de la casa y que este detrás de su hijo porque desde la muerte de la madre se había vuelto retraído, creo que al final le inspire confianza al ser una mujer madura y me dio el puesto.
Al no haber sido madre pensé que podría encariñarme con el joven (su nombre es Iván), mi trabajo consistía en levantarlo, estar con él hasta que fuera a la escuela, hacer las labores del hogar, prepararle su almuerzo, estar detrás de sus labores de colegio, y tener la cena lista para cuando llegue el padre.
Mis primeros días trate en lo posible de conversar con Iván pero mis esfuerzos eran inútiles, se la pasaba mirando a todo menos a mí, daba respuestas cortas y siempre era distante.
Mis labores en la casa me exigían llevar una falda hasta las rodillas, así como una blusa algo escotada ambas de color plomo. El padre de Iván (Sr. Jeremy) siempre llegaba pasado las 7 de la noche, lo esperaba con la cena lista y me retiraba a mi hogar, él era todo un caballero aunque lo sorprendí más de una vez mirando en la abertura de mi escote y recreándose con mis senos, no le daba mayor importancia.
Ya habían pasado más de 3 meses y el Sr. Jeremy me ofreció quedarme en su casa por motivos de viaje, me aumentaría el sueldo y no tendría que pagar alquiler, acepte gustosa, pero eso significaba estar más tiempo al cuidado de Iván y procurar que no descuide sus estudios ya que habían reclamos de su escuela.
Durante los primeros días de quedarnos ambos solos en la casa, yo trataba de ser lo más cariñosa posible con él, hacia todo lo posible por atenderlo pero él ni me miraba; incluso le dije que si deseaba me dijera mama, pero ni siquiera eso cambio en algo nuestra relación, por todo lo demás me sentía a gusto en mi trabajo.
A mi cuarta noche escuche unos gritos, era Iván que me llamaba: mama, mama sonaba asustado, salte de la cama y fui a su habitación, se encontraba llorando desconsoladamente, lo tome en mis brazos y le di un amoroso abrazo calmándolo y dándole besos en su frente, estuvimos así por unos minutos cuando sentí un calor especial, un calor que hace mucho no sentía, ese calorcito por la cercanía de otro cuerpo, me di cuenta que solo llevaba un polo que usaba para dormir y que mis senos estaban libres, uno de mis pezones estaba cerca a la cara de Iván y él se aferraba a mi provocando que mi pezón rozara en su rostro suavemente, ambos estábamos en silencio, sabía que debía alejarlo pero tampoco quería asustarlo, sentía que el suavemente pasaba su rostro por mi pezón provocándome un suave placer, con lo que con mi mano libre acaricia sus cabellos sin decir palabra alguna, luego bese su frente y le dije: Iván te sientes mejor? Fue una pesadilla nada más
Si mami estoy mucho mejor gracias, al oír su respuesta me sentí feliz, le di un beso en la mejilla y sali de su habitación.
Esa noche no podía conciliar el sueño, las sensaciones que su piel habían provocado en mis senos me habían excitado mucho, me quite el polo y solo quede con mi ropa interior dentro de la cama, me acariciaba los senos, suspiraba muy suave y después de muchos años extrañe a mi esposo ahí conmigo, haciéndome el amor y cachándome de muchas maneras quedando profundamente dormida.
Al día siguiente de esta experiencia había cambiado nuestra relación, Iván me saludaba y respondía, se le notaba más cariñoso conmigo y poco a poco se fue soltando incluso ayudándome cuando estaba en casa.
Cuando Sr. Jeremy volvió a casa se mostró feliz con el cambio que había hecho su hijo, se sorprendió mucho cuando lo oyó dirigirse a mi llamándome mami, en ese momento me di cuenta que su mirada cambio, creo que por primera vez me vio como mujer y le gusto lo que vio.
Durante la siguiente semana, el trato entre el Sr. Jeremy y yo fue más cordial, incluso me pidió que dejara de utilizar el uniforme y que me vista como si estuviera en mi casa, por las mañanas llevaba a Iván a su colegio, conversábamos como si fuéramos madre e hijo, nos abrazábamos y él era muy cariñoso, por la tarde cuando terminaba la cena esperaba a Sr. Jeremy y comíamos juntos luego los tres mirábamos TV y cada uno se dirigía a su habitación. Me sentía parte de esa familia, era feliz después de más de un año en México, me sentía en familia
Sin embargo un día me lleve una sorpresa, fui a despertar a Ivancito pero esta vez más temprano de lo normal, ingrese de golpe y lo encontré en una escandalosa situación: Iván tendido en su cama se masturbaba con los ojos cerrados, su rostro estaba descompuesto, estaba con unos audífonos y no se percataba de mi presencia, me quede ahí en la puerta unos breves segundos que para mí fueron horas de horas, hasta que dio un suspiro ahogado y eyaculo delante de mí, mire ese semen salir de su pene y salí asustada de su cuarto tapándome la cara de vergüenza.
Continuara