Invasiones de Hideyoshi a Corea
Artículo principal: Invasiones japonesas a Corea (1592 - 1598)
Hideyoshi, ya como figura principal del país, convocó a los principales daimyō a dos invasiones a Corea. La primera invasión comenzó en 1592 y tan sólo veinte días después del desembarco de las tropas japonesas en las costas coreanas, ya habían tomado Seúl. Corea solicitó apoyo a la dinastía Ming, los gobernadores de China, a lo que éstos respondieron enviando un numeroso ejército. Los samuráis se enfrentaron entonces a condiciones adversas y se encontraron con una fiera resistencia tanto de civiles como de irregulares, entre los que se encontraban monjes guerreros budistas, campesinos e incluso mujeres.[57] Después de diversas derrotas en tierra y agua, Hideyoshi decide retirar a sus tropas.
No obstante el primer fracaso, Hideyoshi convocó a una segunda invasión en el año de 1598. En esta campaña encontró una mayor resistencia que la primera ocasión. Hideyoshi falleció mientras las tropas se encontraban en Corea. Éstas, al enterarse de la noticia, deciden regresar de inmediato a Japón, abandonando definitivamente la idea de conquistar aquella nación.[58]
[editar] Shogunato Tokugawa
Artículo principal: Shogunato Tokugawa
Antes de morir, Hideyoshi había nombrado el «Consejo de los Cinco Regentes» con la finalidad de que ellos gobernaran a su muerte y hasta que su hijo Hideyori tuviera la edad suficiente para hacerse cargo del país. Tokugawa Ieyasu había servido primero bajo las órdenes de Oda Nobunaga y después bajo las órdenes del mismo Hideyoshi. Además había sido nombrado como uno de los «cinco regentes». Este personaje comenzó a disputar el gobierno para sí, lo que culminó en la Batalla de Sekigahara. En este suceso, Tokugawa y su «Ejército del Este» salieron victoriosos. Tokugawa era descendiente del clan Minamoto, por lo que fue nombrado como shōgun en el año 1603, por parte del Emperador Go-Yōzei.

Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa.
[editar] Asedio de Osaka
La última amenaza real para el gobierno de Ieyasu era la figura de Toyotomi Hideyori, quien ahora era un joven daimyō que ocupaba el Castillo Osaka. Muchos samuráis que se oponían a Ieyasu se unieron en torno a Hideyori alegando que él era el legítimo gobernador del país. Ieyasu le ordenó que abandonara el castillo, por lo que comenzó a reclutar simpatizantes. Los Tokugawa, bajo el liderazgo del Ōgosho (大御所, shōgun enclaustrado?) Ieyasu y del shōgun Hidetada dirigieron un numeroso ejército al castillo en lo que se conoce como «La Campaña de Invierno de Osaka». El asedio empezó el 19 de noviembre, cuando Ieyasu guió tres mil hombres a través del río Kizu, destruyendo el fuerte que estaba allí. Una semana después, atacó el pueblo de Imafuku con 1.500 hombres, contra una fuerza de defensa de 600. Con la ayuda de una escuadra equipada con arcabuces, las fuerzas shogunales consiguieron otra victoria. Otros pequeños fuertes y pueblos fueron atacados antes que el asedio al mismo castillo de Osaka comenzase el 4 de diciembre.
El Sanada-maru era un enclave defendido por Sanada Yukimura y 7.000 hombres, alineados con los Toyotomi. Los ejércitos del shōgun fueron repetidamente repelidos, y Sanada y sus hombres lanzaron un gran número de ataques contra las líneas de asedio, rompiéndolas tres veces. Ieyasu entonces recurrió a la artillería, llevando 300 cañones, junto con otros hombres para excavar bajo las murallas. El 22 de enero, el asedio de invierno terminó.[59] Toyotomi Hideyori hizo un llamado para prevenir una rebelión y accedió a que se rellenara el foso del castillo y se derrumbaran las murallas exteriores.[59]
Después de que Hideyori comenzó a cavar de nuevo el foso del castillo,[60] el castillo fue asediado, en lo que se conoce como «Asedio de Verano de Osaka». Finalmente, después de la decisiva Batalla de Tennōji de 1615, el castillo cayó bajo el ejército de los Tokugawa y los defensores fueron asesinados, incluyendo a Sanada Yukimura,[61] Hideyori, su madre Yodogimi y Kinimatsu, el hijo de Hideyori de tan sólo ocho años.[62] La esposa de Hideyori, Senhime (nieta de Ieyasu), fue devuelta con su familia a salvo.[63] Con los Toyotomi finalmente exterminados, ya no existían amenazas para la dominación de los Tokugawa de Japón. Fue precisamente esta batalla la última en la que Ieyasu participaría activamente.
[editar] Medidas contra los samuráis
Desde el momento en que Ieyasu estableció el shogunato Tokugawa, inició un proceso para quitar el estatus social y legal a la clase samurái.[64] Del mismo modo, estableció la clase social de los soldados ashigaru como un rango menor a la de los samuráis.[64] Durante este periodo la mayoría de los samuráis perdieron la posesión directa de las tierras y se les plantearon dos opciones: dejar las armas y convertirse en campesinos o trasladarse a la ciudad principal de su feudo y convertirse en sirvientes a sueldo del daimyō. Sólo algunos pocos samuráis permanecieron en las provincias exteriores del norte como vasallos directos del shōgun. Estos samuráis fueron conocidos como «los 5.000 hatamoto».

Samurái del periodo Edo con armadura completa. Destaca su arma, un kanabō.
En el año de 1650, el shogunato expidió una ley con la cual se prohibían los duelos entre los samuráis.[65] En 1690 se prohibió formalmente la práctica de artes marciales.[66] Con este escenario, la destreza en el uso del arco, la lanza y la espada sufrió un severo declive.[66]
Con las medidas tomadas por el gobierno, muchos samuráis se dedicaron al campo y a fabricar artesanías. Algunos se convirtieron en rōnin (浪人, 'rōnin'? lit. «hombre ola»), es decir, samurái sin señor. Muchos otros se embarcaron en el tráfico, contrabando y robo de mercancías en los puertos y en alta mar,[67] lo cual también terminó en el año de 1639[68] con el edicto de «Fronteras Cerradas». Mediante este edicto se buscaba controlar y evitar la influencia de los extranjeros, sobre todo de misioneros católicos, considerados por el gobierno como «subversivos».[69]
Las quejas hacia la figura de los samuráis durante este periodo fueron frecuentes, tal y como evidencia la siguiente cita de Ogyu Sorai (1666-1728):
Se pasean por la ciudad con ese aspecto amenazador y se van abriendo paso a empujones.
Con su fuerza, reprimen a la gente y crean el desorden en la sociedad [...] Simplemente estudian historias de guerra y métodos de combate. Tal vez crean que el mundo del guerrero sólo supone hacer alarde de unas destrezas profesionales.
Otra de las críticas al carácter samurái es la descrita por Murata Seifu (1746-1811):
[...] la espada colgada en el cinturón es lo único que les recuerda a los samuráis que lo son.
Artículo principal: Invasiones japonesas a Corea (1592 - 1598)
Hideyoshi, ya como figura principal del país, convocó a los principales daimyō a dos invasiones a Corea. La primera invasión comenzó en 1592 y tan sólo veinte días después del desembarco de las tropas japonesas en las costas coreanas, ya habían tomado Seúl. Corea solicitó apoyo a la dinastía Ming, los gobernadores de China, a lo que éstos respondieron enviando un numeroso ejército. Los samuráis se enfrentaron entonces a condiciones adversas y se encontraron con una fiera resistencia tanto de civiles como de irregulares, entre los que se encontraban monjes guerreros budistas, campesinos e incluso mujeres.[57] Después de diversas derrotas en tierra y agua, Hideyoshi decide retirar a sus tropas.
No obstante el primer fracaso, Hideyoshi convocó a una segunda invasión en el año de 1598. En esta campaña encontró una mayor resistencia que la primera ocasión. Hideyoshi falleció mientras las tropas se encontraban en Corea. Éstas, al enterarse de la noticia, deciden regresar de inmediato a Japón, abandonando definitivamente la idea de conquistar aquella nación.[58]
[editar] Shogunato Tokugawa
Artículo principal: Shogunato Tokugawa
Antes de morir, Hideyoshi había nombrado el «Consejo de los Cinco Regentes» con la finalidad de que ellos gobernaran a su muerte y hasta que su hijo Hideyori tuviera la edad suficiente para hacerse cargo del país. Tokugawa Ieyasu había servido primero bajo las órdenes de Oda Nobunaga y después bajo las órdenes del mismo Hideyoshi. Además había sido nombrado como uno de los «cinco regentes». Este personaje comenzó a disputar el gobierno para sí, lo que culminó en la Batalla de Sekigahara. En este suceso, Tokugawa y su «Ejército del Este» salieron victoriosos. Tokugawa era descendiente del clan Minamoto, por lo que fue nombrado como shōgun en el año 1603, por parte del Emperador Go-Yōzei.


Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa.
[editar] Asedio de Osaka
La última amenaza real para el gobierno de Ieyasu era la figura de Toyotomi Hideyori, quien ahora era un joven daimyō que ocupaba el Castillo Osaka. Muchos samuráis que se oponían a Ieyasu se unieron en torno a Hideyori alegando que él era el legítimo gobernador del país. Ieyasu le ordenó que abandonara el castillo, por lo que comenzó a reclutar simpatizantes. Los Tokugawa, bajo el liderazgo del Ōgosho (大御所, shōgun enclaustrado?) Ieyasu y del shōgun Hidetada dirigieron un numeroso ejército al castillo en lo que se conoce como «La Campaña de Invierno de Osaka». El asedio empezó el 19 de noviembre, cuando Ieyasu guió tres mil hombres a través del río Kizu, destruyendo el fuerte que estaba allí. Una semana después, atacó el pueblo de Imafuku con 1.500 hombres, contra una fuerza de defensa de 600. Con la ayuda de una escuadra equipada con arcabuces, las fuerzas shogunales consiguieron otra victoria. Otros pequeños fuertes y pueblos fueron atacados antes que el asedio al mismo castillo de Osaka comenzase el 4 de diciembre.
El Sanada-maru era un enclave defendido por Sanada Yukimura y 7.000 hombres, alineados con los Toyotomi. Los ejércitos del shōgun fueron repetidamente repelidos, y Sanada y sus hombres lanzaron un gran número de ataques contra las líneas de asedio, rompiéndolas tres veces. Ieyasu entonces recurrió a la artillería, llevando 300 cañones, junto con otros hombres para excavar bajo las murallas. El 22 de enero, el asedio de invierno terminó.[59] Toyotomi Hideyori hizo un llamado para prevenir una rebelión y accedió a que se rellenara el foso del castillo y se derrumbaran las murallas exteriores.[59]
Después de que Hideyori comenzó a cavar de nuevo el foso del castillo,[60] el castillo fue asediado, en lo que se conoce como «Asedio de Verano de Osaka». Finalmente, después de la decisiva Batalla de Tennōji de 1615, el castillo cayó bajo el ejército de los Tokugawa y los defensores fueron asesinados, incluyendo a Sanada Yukimura,[61] Hideyori, su madre Yodogimi y Kinimatsu, el hijo de Hideyori de tan sólo ocho años.[62] La esposa de Hideyori, Senhime (nieta de Ieyasu), fue devuelta con su familia a salvo.[63] Con los Toyotomi finalmente exterminados, ya no existían amenazas para la dominación de los Tokugawa de Japón. Fue precisamente esta batalla la última en la que Ieyasu participaría activamente.
[editar] Medidas contra los samuráis
Desde el momento en que Ieyasu estableció el shogunato Tokugawa, inició un proceso para quitar el estatus social y legal a la clase samurái.[64] Del mismo modo, estableció la clase social de los soldados ashigaru como un rango menor a la de los samuráis.[64] Durante este periodo la mayoría de los samuráis perdieron la posesión directa de las tierras y se les plantearon dos opciones: dejar las armas y convertirse en campesinos o trasladarse a la ciudad principal de su feudo y convertirse en sirvientes a sueldo del daimyō. Sólo algunos pocos samuráis permanecieron en las provincias exteriores del norte como vasallos directos del shōgun. Estos samuráis fueron conocidos como «los 5.000 hatamoto».


Samurái del periodo Edo con armadura completa. Destaca su arma, un kanabō.
En el año de 1650, el shogunato expidió una ley con la cual se prohibían los duelos entre los samuráis.[65] En 1690 se prohibió formalmente la práctica de artes marciales.[66] Con este escenario, la destreza en el uso del arco, la lanza y la espada sufrió un severo declive.[66]
Con las medidas tomadas por el gobierno, muchos samuráis se dedicaron al campo y a fabricar artesanías. Algunos se convirtieron en rōnin (浪人, 'rōnin'? lit. «hombre ola»), es decir, samurái sin señor. Muchos otros se embarcaron en el tráfico, contrabando y robo de mercancías en los puertos y en alta mar,[67] lo cual también terminó en el año de 1639[68] con el edicto de «Fronteras Cerradas». Mediante este edicto se buscaba controlar y evitar la influencia de los extranjeros, sobre todo de misioneros católicos, considerados por el gobierno como «subversivos».[69]
Las quejas hacia la figura de los samuráis durante este periodo fueron frecuentes, tal y como evidencia la siguiente cita de Ogyu Sorai (1666-1728):
Se pasean por la ciudad con ese aspecto amenazador y se van abriendo paso a empujones.
Con su fuerza, reprimen a la gente y crean el desorden en la sociedad [...] Simplemente estudian historias de guerra y métodos de combate. Tal vez crean que el mundo del guerrero sólo supone hacer alarde de unas destrezas profesionales.
Ogyu Sorai[66]
Otra de las críticas al carácter samurái es la descrita por Murata Seifu (1746-1811):
[...] la espada colgada en el cinturón es lo único que les recuerda a los samuráis que lo son.