Entre tres....Según mi punto de vista femenino, nunca encontré la gracia o las ganas de los hombres de tener a dos mujeres al mismo tiempo en su cama, sin embargo, para algunos de mis "amigos" era una pregunta o morbo recurrente el imaginarse, fantasear o querer llevarme a realizar un trio junto con alguna amiga mía. Yo había alcanzado un grado de amistad con ciertas chicas en el club, que a pesar de lo que ustedes se puedan imaginar o suponer (algo que por cierto es comúnmente comentado por varios foristas en algunos topic del foro), que la plata manda, que no hay códigos, que todo vale, pues no es así, yo sentía respeto genuino por esas chicas y no podía imaginarme la situación de encontrarnos desnudas en una cama compartiendo un cuerpo. Peor aun que exista algún tipo de roce con esa chica, tocarla, besarla, mmmm, paso.
Había un "amigo" en especial, al que no podía decirle que no y no supe nunca el porque. No es que estaba templada de él, ni era porque era potentado económicamente, no, no, era mas bien que me hacia sentir cómoda , era un chico normal, tranquilo, interesante, educado y medio mañoso jajaja y todo eso me gustaba. Este chico en cuestión fue el protagonista de uno de mis anteriores relatos, con el primero que tuve una experiencia anal... así que imagínense a que punto lo complacía jaja. Este chico salía siempre con el pedido de que le complazca con un trio, que elija yo a la chica que me vaya a sentir cómoda y me convenció, prometí hacerlo.
Elegí una chica que no era mi amiga, pero con la que a veces habíamos cruzado unas cuantas palabras, parecía descomplicada, divertida. Físicamente alta y voluptuosa, casi casi (y dejando de lado lo grotesco, ya que nunca me gustó ver ese tipo de mujeres y ese tipo de show estilo "circo romano"), el estilo vedette, si, casi parecía vedette pero mas joven, mas fina, mas delicada. Ella llevaba tiempo en el negocio y sin pensarlo mucho, me dijo estar de acuerdo en complacer a mi amigo. Pactamos un lugar, hora y fecha. Mi amigo estaba impaciente, si bien el había ya hecho tríos, pues sabia que modestia aparte, yo sabría darle su valor agregado. Llegó el momento. El compró un vino para desinhibir un poco la situación. Nos hospedamos en un hotel como una pareja, seguidamente mi amiga iría a pedir otra habitación y nos daría encuentro a nosotros. Ella tocó la puerta, fui a abrir, mientras ella entraba, vi que en él se dibujaba una sonrisa, le brillaban los ojos. Al condenado le gustó mi elección jajaja, un poquito de celos tuve, no voy a mentir... ella era mercadería nueva para él, sin embargo yo tengo lo mío y sé que a él le encanta.
Se presentaron, nos servimos un vaso de vino cada uno, tomamos rápido, otro y después otro mas. Empezó a hacer calor. El dijo que se daría un duchaso antes que nada, y nosotras decidimos sorprenderlo. Mientras él estaba en la ducha, las dos desnudas, de pies a cabeza, cada una con un jabón en la mano, nos unimos a él bajo el agua. Su sorpresa fue grande, ver dos chicas desnudas y mojadas acariciando su cuerpo. Le pedimos que no haga nada aun, que lo consentiríamos un poco.... mi amiga empezó a frotar y enjabonar su espalda, le frotaba sus pechos desnudos los cuales resbalaban y se deslizaban sobre la piel enjabonada. Yo por mi parte empecé a enjabonar su pecho, empecé a bajar, pasaba mis manos por su ombligo, por sus caderas, por su pelvis, hasta llegar a sus testículos, su verga ya dura, durísima se deslizaba sobre mis manos jabonosas mientras mi amiga besaba su cuello. El suspiraba, lanzaba gemidos suaves, como lo disfrutaba... era un jueguito, no lo dejábamos tocar nuestro cuerpo, solo sentir levemente los roces "accidentales" que se daban en nuestra tarea de bañarlo de pies a cabeza. Nuestros senos prominentes fueron tomando el lugar de las manos, ahora frotábamos con ellos su cuerpo resbaloso.
Mi amiga se puso al lado mío y lo empujamos a el contra la pared. El agua húmeda seguía corriendo sobre nuestros cuerpos, las dos nos agachamos una alado de la otra a la altura de su rica verga erecta y el empezó a cachetear su miembro contra esos cuatro pechos desnudos que se exhibían a su disposición. Empezó a hacer una rusa con mis tetas, al ser grandes, agarran muy bien, seguidamente pasó a hacer lo mismo con las tetas de mi amiga y así fue alternándose con cada par de tetas que apretaban su verga, cacheteaba nuestros pezones con la punta de su miembro, lo sacudía fuerte, como sabiendo que esas tetas turgentes aguantarían cualquier tipo de maltrato. Seguidamente empezó a golpear mi cara con su miembro, la cara de ella, nos castigaba arrodilladas a sus pies con los cabellos mojados y desordenados.
Voltéense nos dijo, con un tono firme. Obedecimos sumisamente y nos colocamos ahora nosotros contra la pared de la misma manera que los policías inspeccionan a los delincuentes, con las manos sobre la pared, inclinadas sacando las nalgas casi casi en posición de perrito. El empezó a manosear e inspeccionar nuestras vaginas, nuestro culito.... sentía que abría con sus dedos mi vagina, dejando expuestos mis labios rosaditos, húmedos, jugosos, sé que lo hacía también con ella... empezó a introducir sus dedos en mi conchita, uno, dos tres dedos, lo mismo hacía al mismo tiempo con la concha de mi amiga con su otra mano. Tenía sus manos dedos introducidos dentro nuestro mientras se acercaba a nuestro cuello, me mordió el lóbulo de la oreja, me metió su lengua en el oído y susurraba que éramos unas ricas putitas, ella gemía, yo gemía y el cada vez nos introducía mas sus dedos fuertemente. Sentía que mis tetas desnudas chocaban y se balanceaban contra los azulejos mojados de la pared. De repente sentí unos dedos introducirse en mi ano. Estaba apretado, se sentía apretado, pero eso a él lo encendía mas. Mientras introducía ya dos dedos por mi culito, yo empecé a gemir de dolor y placer. El se acercó a la oreja de mi amiga y le dijo... sabes que yo le rompo el culo a tu amiga, por eso se queja, le duele pero siempre me pide más.
Vamos a la cama, nos dijo....
El salió primero, nosotras nos secamos y lo seguimos. El estaba sentado en la cama ya con su preservativo puesto. No quería perder tiempo!! pareciera que nos pusimos de acuerdo, pero creo que pensamos iguales con mi amiga y procedimos a agacharnos y pasar nuestras lenguas sobre su miembro, lo chupábamos como compartir un helado, cada una agarró un testículo y nos empezamos a tragarlo. El empujaba nuestras cabezas para q traguemos mas. Nos turnábamos en introducirnos su miembro en la boca. Me lo trataba de tragar, el empujaba mi cabeza hasta que yo no resistía mas, llegaba hasta el fondo de mi garganta, cuando sentía la sensación de atorarme, me retiraba y seguía mi amiga a hacer con los mismo. Estuvimos un muy buen rato así, tragando en turnos mientras la otra lamía sus testículos. Fue morboso, fue delicioso.
El se acostó en la cama y mi amiga se adelantó, sin decir nada se montó encima de él como desesperada, deseosa de sentirlo dentro, se introdujo su verga durísima dentro de su concha abierta y dilatada. Yo miraba morbosamente como entraba y salía, el tocaba mis pechos, apretaba mis pezones erectos, me pidió comerlos. Se los ofrecí, se los puse en la cara, le asfixiaba, se los tragaba, los escupía. Gemía de los saltos que le daba mi amiga con su verga adentro. Escuché que sus gemidos eran cada vez mas fuertes y el me dijo, esta putita se va a venir, que rico. Ella empezó a moverse como loca, frenéticamente y el también, se que ella se vino, empezó a relajarse, pero el seguía, la volteó y ahora el estaba sobre ella. En medio de su frenesí me pidió que me acueste a su lado y junte mis tetas, obedecí rápidamente, así lo hice. Penetró unas veces más a mi amiga y se retiró abruptamente, sacó su miembro y derramó su rica y caliente leche sobre mis tetas. Sacudía su verga sobre mi cuerpo botando las últimas gotas de placer.
Me levanté y me metí nuevamente a la ducha, el me siguió, nos dimos un duchaso rápido para sacar todo ese sudor y semen de nuestro cuerpo. No te voy a dejar con las ganas, me dijo, aún falta comerme ese culito. Salió del baño pero volvió rápidamente. Tu amiga se quedo jato, me dijo, jajaja me la imaginaba sobre la cama dormida de cansancio con mezcla de algo de vino pero sonriente.
Me conocía, sabía que mi culito ajustadito y su poco uso necesitaban un poco de lubricante y estimulación. Se había retirado unos segundos únicamente para traer todo el arsenal para su segundo round. Me arrinconó contra la pared de la ducha. Te voy a dar con todas mis fuerzas para que no estés celosa, me dijo. Jugué a estar enojada, me rehusaba a ser penetrada, el siguió mi juego y sujetaba mis manos con fuerza, me mordía los pezones mientras me decía que si no me gustó ser usada para derramar la leche que otra provocó. Mas me enojaba eso, y mas me rehusaba a que me toque. El me volteó e inclinó, me dijo que ahora si me toca recibir mi leche. Su verga ya lista, erecta, lubricada fue introduciéndose en mi ano. Me dolía, le pedía que pare, pero no quería que pare, quería que siga. Me preguntaba si me gustó verlo cacharse a otra y yo le decía que no, y el me daba con mas fuerza, me decía que yo me lo busqué y seguía bombeándome, rompiéndome, yo gritando, disfrutando, enojada, excitada, adolorida pero gozando como loca, se me vino un orgasmo agresivo, potente, fuerte como el momento que estaba viviendo. El siguió penetrándome frenéticamente, le gustaba verme enojada, arrecha. Me agarró de las caderas fuertemente, me embestía una y otra vez hasta que el choque de los huesos me dolían, sentí sus contracciones, sus jadeos, que rico sentir como se vaciaba, como era mío de nuevo. Se quedó un ratito pegado a mí mientras el agua seguía cayendo sobre nuestros cuerpos, salió suavemente, poco a poco. Que bien la pasé, me dijo, me dio una nalgueada y se fue.