Al día siguiente volvió y nos besamos de nuevo pero ella no quería dar el siguiente paso porque siempre había personas pasando por los pasadizos. Le dije para ir a otro lugar y ella me dijo q no acostumbra ir a esos sitios. Entonces le dije podemos ir a pasear, comer o tomar algo y de paso me enseñas la ciudad. Me respondió con un: estas loco, ni hablar. Saben me sentí mal, como q no quería q lo vieran saliendo con un venezolano. Dejo de venir unos días y cuando regreso había un cuarto vacío más. El piso en el q yo estaba tiene cinco cuartos, habían dos vacíos, de otro cuarto se había ido de viaje y el otro cuarto estaba trabajando. Era 4 de la tarde y yo había llegado temprano de trabajar. Justo llega ella y se pone a revisar las áreas comunes, el lavadero, el baño, los pasadizos, luego comienza a tocar las puertas de los q aún viven pero como ninguno le abrió no le quedó otra q tocar la mía. Le abro la puerta. Ella estaba vestida con una blusa color mostaza y una falda negra larga q le llegaba hasta la pantorrilla. No es cristiana pero su mamá sí y una vez al mes la acompañaba a la iglesia para contentarla. Me saluda seria y me pregunta por lo vecinos y yo le digo q uno se ha ido de viaje y el otro se cambio de trabajo y ahora viene más tarde. Ella me responde, ósea solo estas tu. Me mande y le dije, estamos tú y yo, solos. Ella se ríe, una de la pocas veces q lo ha hecho y me dije aquí es, y me mande de nuevo. Le agarre de la mano y la jale para mi cuarto, tire la puerta para cerrarlo y nos comenzamos a besar.
Le comí la boca mientras le agarraba el culo, la tire a la cama, le abrí la blusa y le baje su brasier y comencé a chuparles las tetas, apretarlas con la mano, le chupaba su pezon rico q tenía. Ella me quita el polo y me voltea, me besa el cuello el torso y comienza a bajar, me baja el short y se queda sorprendida. Me dijo, dios santo nunca había visto una cosa tan grande. Se metió mi enorme guevo a su boca y empezó a mamarla y con su boca chiquita q tenia hacía q mi guevo se viera mas grande. Cofras q cosa más rica, como la mamaba esa peruana y eso q no podía meterse todo a la boca, solo un poco más de la mitad. Lo lamía, luego lo escupía y lo chupaba, lo masturbaba con su mano y se lo volvía a meter, sus ojos lagrimeaba por el esfuerzo de abrir grande su boca y poder meterse mi guevo. Ella era todo menos una cristiana, era una mujer q sabía lo q hacía, con experiencia, una actriz porno, una puta q se escondía detrás de su personalidad seria y reservada. La verdad cofras q la perra esa me hacía gemir con su mamada, al punto de q estaba por hacerme venir. Ella se dio cuenta de eso y dejo de mamarmela. Se paró, se levantó la falda y se quitó su braga. Se quiso sentar encima mío pero me paré y la tiré en la cama, le levanté la falda y esa pepita se veía riquísima, era bien oscura, rasurada pero con pelitos al ras. Le abrí un poco su pepita y se veía bien roja entre tanta oscuridad alrededor, empecé a comerle su pepita. Ella se sorprendió. Le pregunté si le gustaba y ella me respondió, q le sorprendió q le hiciera eso, se sentía raro porque casi nunca se lo habían hecho y menos por iniciativa propia. Eso me calentó más y le pase más lengua, le comí su clitoris y empezó a gemir bien fuerte pero lo más rico fue ver cómo se iba humedeciendo su pepita. Le metí lengua en su ano mientras le metía unos dedos en su pepita. Manos la perra ya estaba bien mojada. Ya tocaba, me puse entre su pierna y le metí el guevo, de una le di fuerte y rápido. Le abrí las piernas, con cada mano y le di duro, sin pena. Me eche encima de ella y le di en misionero, le comí la boca, le chupe la teta y ella ya no controlaba sus gemidos, le subí el volumen a la tv pero la perra gritaba sin importarle los vecinos (bueno no había nadie en mi piso). Ambos estábamos bien caliente, yo ya quería venirme y echarle toda la leche, y ella estaba bien mojada con ganas de llegar al orgasmo, pidiéndome q no parara y le dé más fuerte. Me volteo y se puso encima mío, daba unos brincos tremendos sobre mi guevo, movía su culo como toda una experta, hasta q llegó al orgasmo y dio sus gritos más fuertes. Que rico fue sentir su pepita bien mojada. Cayó sobre mi cansada, pero ahora era mi turno y le di vuelta, quedando ahora yo encima de ella y le empecé a dar en misionero bien duro, rápido, sin parar, tenía la leche en la cabeza del guevo, pero no salía y ella me pedía a gritos q le de leche. Le di más rápido, ella estaba mojadisima y llego de nuevo al orgasmo, justo ahí saco mi guevo y la comienzo a bañar en leche, en su cara en su tetas. Ella me exprimía el guevo para sacar hasta la última gota de leche. Manos fue riquísima mi primera experiencia con una peruana.
Los siguientes días nos volvimos a ver aprovechando q el piso estaba vacío a esa hora. Le di en todas la poses. Cómo era pequeña, era bien fácil levantarla y hacerle de todo, pero el piso se volvió a llenar, llegaron nuevos inquilinos y ella no quería chismerio. Le volví a decir para vernos en otro sitio pero no quería ya en ese tiempo la mala fama de los venezolanos iba creciendo y quería evitar los comentarios. Así q por eso dejamos de vernos. Me mudé a otro sitio un poco más grande y q tenía baño propio. Ya no supe más de ella, hasta q una vez me llamo para vernos de nuevo pero eso ya es otra historia. Bueno cofras esta fue mi experiencia con mi primera peruana. Que les pareció? Desean q continúe con esta historia o con otras experiencias con más peruanas.