Sigo con la continuación del último relato. Mi experiencia con la Sra Felicia, la madura casada de la camioneta blanca, q conocí en el semáforo mientras trabajaba como ambulante vendiendo bebidas…..
La invité a subir a mi cuarto, ella no lo dudo y aceptó. Al subir pasaba gente mirando y le avergonzaba un poco porque si bien es cierto ella se conserva bien era notorio la diferencia de edad, la diferencia en la vestimenta y de apariencia. Cuando entramos a mi cuarto ella sintió alivio y ahí yo fui el q sintió un poco de vergüenza ya q si bien es cierto mi cuarto era un poco más grande q el anterior, tenia baño propio y estaba ordenado, se veía pobre a diferencia de lo q ella estaría acostumbrada (aunque ella era de Lima norte pero se notaba q tenia plata). Ella vio mi cuarto y sintió ternura, me agarro de la mejilla nuevamente, como muy sobreprotectora y esta vez nos besamos muy lento, con mucha pasión.
La Sra Felicia se sentó en la cama y me dijo: quítate la ropa. Lo hice poco a poco, me quede en boxer y me dijo quítate todo y así lo hice. Sorprendida se quedó de ver tremendo guevo. Se paro y se acercó a mi, se arrodilló agarro mi guevo y empezó a masturbarlo, lo puso duro y se golpeó la cara con mi guevo duro. Me dijo: Casi no hago esto pero no puedo evitar meterme tremenda cosa a mi boca. Abrió su boca y se lo metió, lo abrió de forma exagerada, quería meterse todo mi guevo y la máximo q podía era la mitad pero lo chupaba muy rico, lo escupía, lo ensalivaba, le pasaba lengua y no dejaba de mirarme con ternura. Mientras me lo mamaba se fue sacando la ropa. Puso mi guevo entre sus tetas para follarla, tenía tremenda tetazas. Mi guevo atravesaba sus enorme tetas y golpeaba su mentón. Se recostó en la cama y me abrí las piernas, hundí mi cabeza y le empecé a comer la pepita y la señora empieza con sus gritos q se escuchaba en toda la casa. Le amarre mi polo en la boca para evitar problemas con el vecino. La perra se empieza a venir en mi boca, un líquido transparente y en cantidad. Su pepita le latía y la perra me pedía guevo a grito. Me puse entre sus piernas y me dio un condon q sacó de su cartera, me lo puse en una, le metí el guevo despacio. La perra me miraba con ternura y lujuria a la vez. Y deslizaba su mano por todo mi cuerpo. Me dijo: Que piel tan suave, q cuerpo tan hermoso, hueles a juventud y encima con ese inmenso guevo. La comencé a bombear duro y la perra lanzaba unos gritos como si la estuviera matando, se vino, mojando las sabanas. La puse en cuatro y le empecé a comer ese culo inmenso q tenia, le metía lengua, luego un dedo, ella me dijo: No pares, se siente rico pero no intentes metérmela me va a doler. No le hice caso porque su culo se iba abriendo más, le metí tres dedos y cuando estaban adentro abría los dedos. La comencé a coger en 4 por la pepita, sin sacar mis dedos. Le perra no paraba de venirse. Intente meterle mi guevo por el culo pero a la justa le metía la punta de la cabeza porque empezaba a quejarse, me dijo q para la siguiente y seguí dándole por la pepita en 4, la comencé a nalguear con furia hasta dejarle las nalgas rojas. Le dije: Para q sepas quien es tu macho. Me saque el condon y le tire la leche en su cuerpo. Ella se embarró todo el cuerpo con mi leche, sus tetas, su cuello y hasta su cara.
Revisó su celular y tenía llamadas perdidas de su hijo, era tarde y debía estar preocupado, es q la cogida demoró como una hora. Su esposo estaba en España pero a esa hora en España era de madrugada por eso no la llamaba, era el único momento del día q su esposo no la molestaba. Nos quedamos abrazados desnudos en la cama, comiéndonos la boca. Me dijo q desde un principio le guste pero quería evitar engañar a su esposo pero cuando se enteró q obtuvo la residencia en España y luego su esposo se fue, esperando q ella lo alcance en dos meses. Entonces se pregunto porque no hacerlo antes de irse, total si ya no vivirá acá y nunca más me vera. Y fue así q se animó, claro q yo al ser tan mandado la ayude a q se diera más fácil el encuentro. Estaba feliz, le había gustado la cogida. Me dijo: No puedo creer lo q hice, eres menor q mi hijo. Esos dos meses, antes q se fuera, lo aprovechamos al máximo.