User504
Teniente
Viendo la lluvia caer, (acá le dicen lluvia a esta caída de agua ridícula y esporádica) antes de bajar del taxi que me dejó en la puerta de mi centro de labores. Esta chompa resultó ser tan abrigadora como lo imaginé. Que buena, hacer que me lo regale ese cliente. Cayó en la trampa de la salida y me lo llevé a Ripley, cayó redondito...
Bueno, mi noche empieza y debo quitarme tanto abrigo, pero no hay apuro, son casi las 10, no hay mucha gente, y los que me han visto llegar, me esperarán... de hecho, soy la que ellos han venido a ver.
Mirándome al espejo veo que estoy muy pálida, no me caería mal un poco de sol, salir de Lima, digo, ya habrá alguien con suficientes fichas para mí... y estas dos gemelitas (digo acomodándome mi nuevo brasierr) y esta cinturita (hay no, noto un rollo, tamare) este cuerpazo, ¿si o no? que soy un lomazo (le pregunto al espejo)...
Me miro de cuerpo entero antes de salir, aquí debo caminar más erguida que en cualquier otro sitio, soy la mas rica del local, eso he leido por ahí, en una hoja que me regaló un cliente, que dice que era de internet...y tal vez tengan razón... pero de elogios no se vive, así que... a fichar...
Salgo y no miro a nadie, noto las miradas de clientes, eso es bueno. Espero que no sólo hayan venido a mirarme. Les echo una mirada a algunos, mi mirada dulce y perversa, esa que ví en una película. Aunque hoy no tengo ganas de perder el tiempo.
Pronto se me acerca el primer sapo, me saluda y se va. Mejor. Vete sino tienes fichas. Y otro me pide la hora, (este ta bien huevón, pienso) pero tambien se va, mejor. El tercero tiene cara de buena gente, me invita a tomar un simple, para no hacerle roche acepto, y nos sentamos, a pesar de su cara de buena gente, siento que ya maneja cierta experiencia.
Manejo sutilmente sus perversas manos, le hago oler la parte de mi cuello donde me eché este perfume carísimo que me vendió la tía Maura, y surte el efecto deseado... me invita al privado, sin siquiera preguntarme que iríamos a hacer allí. Lo acompaño, trata de cogerme por la cintura, se lo permito, no vaya a ser que se me desanime.
Una vez en la oscuridad, pagada dos champañas y dado el vuelto, me trata de engreír, me habla bonito, me suelta algunas frases célebres de amor (esa que vienen en las tarjetitas) y me cuenta cosas sobre el amor y otros demonios, la paso chévere con él, me parece divertido, bailamos, baila muy mal, pero no importa, me da risa, mientras dura el trago me porto como su enamorada, aunque una enamorada un tanto fría, le aguanto eso de los arrumacos, bailaditas, paleteadas no tan impúdicas, pero a mí eso de los chapes no me parece, no es mi rollo, (y si por ahí se me escapó algún otro día sería porque el trago estaba a su máxima expresión, aunque eso es raro en mí ya que me da sueño cuando eso pasa y ya no ficho, me quito a dormir al vestuario...)
Me cae bien el tipo que está conmigo ahorita, pero parece que ya no me va a invitar, por hoy, creo que él quería que le ofreciera más cositas, pero así soy yo. Además le mando el recién te conozco, así que espero que yo le guste lo suficiente para que regrese, me corrijo, de hecho va a regresar, tenía cara de que yo le gustaba y bastante... démosle tiempo... Me despido de él con un beso a medio labio... al menos es divertido, no es guapo, pero sabe conversar y tratar a una dama...
Ya estoy en mi casa y se me ocurre llamar al cliente de anoche, el tipo chévere. Me invita a salir de arranque, que entusiasmo le noté. Lo cité de nuevo al local. Total va a ser un día bajo. Viene ahora sólo, ayer vino con amigos. Me lleva al privado. Se porta muy bien. Luego del tercer champán trata de besarme. Lo bloqueo. Se irrita, me insulta, bota el trago, bueno, creo que me voy, le digo y lo hago. El ya estaba ebrio. Me llaman a bailar.
Mientras bailo noto que ya no está. Termino mi rutina y voy al vestuario. Él me hizo la noche, así que no tengo prisa, es más me quedo jato un rato. Vuelvo a salir y lo veo bajando las escaleras, ha vuelto, se acerca, me invita un doble, me pide disculpas, típico, me digo, está templado, ya cayó...
Y así lo mantengo, de vez en cuando le mando mensajes a su celu, y hasta hemos salido, gracias a él tengo una nueva casaquita de cuero, bien nice y la otra vez lo llevé a wong al huevón; me está yendo bien en mi chamba, me dice, y por supuesto a mí también... debo aprovechar, no vaya a ser que Alan la cague de nuevo.... o este cliente se aburra. O se dé cuenta que soy una calientahuevos...
Saludos.
p.d.1 Todo parecido con la realidad es pura coincidencia. No me vayan a estar analizando. Jajaja.
p.d.2 Gracias por la lectura, y comenten.
Bueno, mi noche empieza y debo quitarme tanto abrigo, pero no hay apuro, son casi las 10, no hay mucha gente, y los que me han visto llegar, me esperarán... de hecho, soy la que ellos han venido a ver.
Mirándome al espejo veo que estoy muy pálida, no me caería mal un poco de sol, salir de Lima, digo, ya habrá alguien con suficientes fichas para mí... y estas dos gemelitas (digo acomodándome mi nuevo brasierr) y esta cinturita (hay no, noto un rollo, tamare) este cuerpazo, ¿si o no? que soy un lomazo (le pregunto al espejo)...
Me miro de cuerpo entero antes de salir, aquí debo caminar más erguida que en cualquier otro sitio, soy la mas rica del local, eso he leido por ahí, en una hoja que me regaló un cliente, que dice que era de internet...y tal vez tengan razón... pero de elogios no se vive, así que... a fichar...
Salgo y no miro a nadie, noto las miradas de clientes, eso es bueno. Espero que no sólo hayan venido a mirarme. Les echo una mirada a algunos, mi mirada dulce y perversa, esa que ví en una película. Aunque hoy no tengo ganas de perder el tiempo.
Pronto se me acerca el primer sapo, me saluda y se va. Mejor. Vete sino tienes fichas. Y otro me pide la hora, (este ta bien huevón, pienso) pero tambien se va, mejor. El tercero tiene cara de buena gente, me invita a tomar un simple, para no hacerle roche acepto, y nos sentamos, a pesar de su cara de buena gente, siento que ya maneja cierta experiencia.
Manejo sutilmente sus perversas manos, le hago oler la parte de mi cuello donde me eché este perfume carísimo que me vendió la tía Maura, y surte el efecto deseado... me invita al privado, sin siquiera preguntarme que iríamos a hacer allí. Lo acompaño, trata de cogerme por la cintura, se lo permito, no vaya a ser que se me desanime.
Una vez en la oscuridad, pagada dos champañas y dado el vuelto, me trata de engreír, me habla bonito, me suelta algunas frases célebres de amor (esa que vienen en las tarjetitas) y me cuenta cosas sobre el amor y otros demonios, la paso chévere con él, me parece divertido, bailamos, baila muy mal, pero no importa, me da risa, mientras dura el trago me porto como su enamorada, aunque una enamorada un tanto fría, le aguanto eso de los arrumacos, bailaditas, paleteadas no tan impúdicas, pero a mí eso de los chapes no me parece, no es mi rollo, (y si por ahí se me escapó algún otro día sería porque el trago estaba a su máxima expresión, aunque eso es raro en mí ya que me da sueño cuando eso pasa y ya no ficho, me quito a dormir al vestuario...)
Me cae bien el tipo que está conmigo ahorita, pero parece que ya no me va a invitar, por hoy, creo que él quería que le ofreciera más cositas, pero así soy yo. Además le mando el recién te conozco, así que espero que yo le guste lo suficiente para que regrese, me corrijo, de hecho va a regresar, tenía cara de que yo le gustaba y bastante... démosle tiempo... Me despido de él con un beso a medio labio... al menos es divertido, no es guapo, pero sabe conversar y tratar a una dama...
Ya estoy en mi casa y se me ocurre llamar al cliente de anoche, el tipo chévere. Me invita a salir de arranque, que entusiasmo le noté. Lo cité de nuevo al local. Total va a ser un día bajo. Viene ahora sólo, ayer vino con amigos. Me lleva al privado. Se porta muy bien. Luego del tercer champán trata de besarme. Lo bloqueo. Se irrita, me insulta, bota el trago, bueno, creo que me voy, le digo y lo hago. El ya estaba ebrio. Me llaman a bailar.
Mientras bailo noto que ya no está. Termino mi rutina y voy al vestuario. Él me hizo la noche, así que no tengo prisa, es más me quedo jato un rato. Vuelvo a salir y lo veo bajando las escaleras, ha vuelto, se acerca, me invita un doble, me pide disculpas, típico, me digo, está templado, ya cayó...
Y así lo mantengo, de vez en cuando le mando mensajes a su celu, y hasta hemos salido, gracias a él tengo una nueva casaquita de cuero, bien nice y la otra vez lo llevé a wong al huevón; me está yendo bien en mi chamba, me dice, y por supuesto a mí también... debo aprovechar, no vaya a ser que Alan la cague de nuevo.... o este cliente se aburra. O se dé cuenta que soy una calientahuevos...
Saludos.
p.d.1 Todo parecido con la realidad es pura coincidencia. No me vayan a estar analizando. Jajaja.
p.d.2 Gracias por la lectura, y comenten.