NO SE PIERDEN LAS MALAS MAÑAS.... NOSTALGIA
A dos años después de mi último comentario en esta secuencia, la cual no pensé que continuaría, la vida me sorprende pero no de manera casual, ya que pienso que nosotros nos buscamos de manera consiente o no lo que queremos que suceda en nuestras vidas.
No cofrades, no se puede dar en este tipo de situaciones un encuentro fortuito ya que nosotros, los protagonistas de este relato vivimos vivas distantes y opuestas, no frecuentamos lugares ni personas en común y nunca nos encontraremos por casualidad... la única casualidad fue la primera vez, hace ya varios años en un night club, hace mucho ya y lo cual recuerdo poco... de ahí en adelante todo fue planeado y pensado.
Después de nuestro encuentro de una noche ya narrado en el relato anterior, no nos volvimos a ver. Él estuvo lejos -o yo estuve lejos- depende desde donde nos leas, pero mantuvimos una amistad por medio de todas las vías de contacto que ahora nos facilitan la vida. Siento que fui en ciertas formas una tortura en sus noches de ganas y soledad, ya que mis mensajes subidos de tono llegaban de manera perturbadora a sacarlo de su calma (y a veces de su cama), ya que, según sus palabras textuales, había despertado en él, las ganas animales de agarrar en el momento a una puta y hacerle de todo. Y sí, eso mismo hacía, se despedía rápidamente de mis mensajes de texto, para irse a buscar la puta que le saque de su súbita y bestial necesidad que yo le había despertado.
Este contacto duró muchos meses (pocos años), se volvió en parte mi amigo y si, además uno de mis entretenimientos preferidos cuando en algún momento del día te da por alborotar la mente de alguien y de paso la tuya inyectando un poco de morbo y picardía a tu rutina. Seguía mi juego - o acaso él jugaba conmigo?- también es muy probable esa hipótesis, ya que me gusta ser el juguete de alguien en ciertas ocasiones. En fin, a este punto de la vida, los cofrades asiduos a mis relatos, historias, opiniones y que en fin me conocen un poco, sabrán que tengo una racionalidad terrible pero que a la vez por momentos me sale la locura de adentro, pero locura de la buena, de la que se disfruta y que lleva a hacer estupideces incomprensibles.
Bueno, en el anterior relato, el vino hacia mi, a mi encuentro. En esta ocasión había ya llegado el momento de vernos y materializar todas las bestialidades que habíamos escrito que queríamos que sucedan, así que fui por él!. En realidad fueron dos encuentros los que hubieron, pero los mezclaré y narraré como uno solo, ya que la verdad se me cruzan situaciones y acontecimientos entre ellos, así que es mejor agruparlos. Fue una época algo loca y agitada así que sepan disculpar las imprecisiones, no hace falta el usar drogas o alcohol para perder la cabeza o la memoria, yo no uso nada de esas substancias que alteran la mente, pero aún así, hay veces que se me nublan los recuerdos.
Dirán que es memoria selectiva, ¿ puede ser? creo que si, ya que nunca salgo lastimada. Sólo recuerdo lo bueno, por suerte.
Tengo nostalgia en narrar lo que sucedió, ya que no volverá a ser nunca más, esto ya no depende de mí, de mis ganas o de mi logística, hay cosas que no se pueden controlar. Estuve pensando varios meses si escribiría o no sobre este encuentro, y me decido ahora por esa misma nostalgia que siento, a manera de despedida de lo poco usual y loco que fue encontrarnos, y re encontrarnos y re re encontrarnos. Te extrañaré.
Fue a mi encuentro en un lugar que habíamos acordado (de paso, que lugar que me trajo recuerdos nostálgicos de otros hechos y otras personas, que loco, lugares que no son tuyos pero se vuelven parte de tu historia y te arrancan una sonrisa melancólica. Pienso a veces que no debería moverme tanto de mi zona de confort para no extrañar nada. En fin, cosas que pasan...), nos dimos un abrazo sincero, cariñoso a manera de saludo y comimos algo ligero mientras conversábamos de todo un poco.
Había una consigna clara desde hace meses anteriores, y era que esta vez SI iba a ser pagado el encuentro. Pensarán ustedes, ahí está, esta flaca no pierde sus mañas, ajaja bueno, si en parte es cierto, soy una loca en recuperación que a veces recae y a veces a propósito busca recaer jaja, pero por lo general me porto bien. -Hoy no iba a ser el caso- el sentido del pago era otro, él me había dicho que iríamos a un hotel y él pondría en la mesa $xxx (una buena suma) cantidad de dinero y se retiraría al baño por unos minutos. Si al salir, el dinero no estaba, quería decir que yo aceptaba absolutamente todas las condiciones de toda una noche sin límites a todos sus caprichos y deseos. Eso despertó en mi el instinto dormido (bueno bueno no nos demos de santa, ya no estaba tan dormido tampoco ese instinto para esa época)
Fuimos a un hotel de esos que tiene su temática de pole dance, luces y una barrita y llegó el momento... se retiró al baño dejando un puñado de billetes. Me sentí extraña, aún conservo mi lado nerd también, pero ya saben que me gusta este tipo de perversiones a veces, solamente a veces. La suma estaba buena, no lo niego, pero ya saben por donde apuntan mis objetivos deseos y fantasías y no precisamente recaen en los billetes, sino en el hecho de que para mí el sexo pago es el que más disfruto, el que me estimula, el que me calienta, ya que adopto un rol bien putañesco y mucho más desinhibido y también ese hecho da pie para que la otra persona se sienta en una posición de poder, superioridad y eso aflora un instinto algo animal que difícilmente se ve en un novio enamorado.
Yéndome un poco por las ramas, después de un auto análisis algo psicológico a mi misma, creo que un instinto sexual sumiso aflora en mí y es eso lo que me impulsa a hacer estas locuras, ya que en la vida real soy lo opuesto y si alguien me quiere decir que hacer, los mando a la csm (perdón la palabrota), pero al aceptar un intercambio de dinero por placer, me vuelvo en el objeto sumiso de deseo y de necesidad básica y eso me encanta.
Bueno, volviendo a los hechos... miré el dinero y pensé, y por primera vez dudé, ya que era una noche entera sin poner un pero, ese era el trato, pero, siempre hay un pero, si bien es cierto que soy bastante desinhibida, hay cosas y prácticas puntuales que no me gustan y hasta me dan temor, pero él sabía bien cuales eran así que la pregunta era: ¿ será lo suficientemente caballero para saber hasta donde llegar y no cruzar esa línea? ¿si cruza la línea, podré aguantar?. Llena de dudas, tomé el dinero.....