El Chantaje

Cuando trabaja en un supermercado, mis pretensiones eran ganar dinero pero con la mira a un empleo mejor. Por esa época mi cuerpo tenía las hormonas alborotadas. Las promotoras eran el blanco al que todo mundo apuntaba. Yo tuve suerte con algunas. Era sexo y nada más. Pero, todo eso cambio cuando conocí a una rubia que empezó a hacer sus prácticas en el supermercado. Fue amor a primera vista. Ella era súper blanca, con mucho estilo, con enormes senos pero con poco trasero. Sus dientes brillaban como el sol matinal. Por semanas solo la observaba, esperando el día que se de la oportunidad para entrarle.
Cuando el día llego, me di cuenta que era muy inocente y que con ella sí podría formar una relación duradera. Ese mismo día le pedí su número. Pasamos noches en vela conociéndonos. Supe que ella era tan pálida por una enfermedad que tenía en la sangre, que no era contagioso, pero que cada dos meses tenía que tratar. Supe que su nacimiento fue un "milagro" y que por eso era devota. Pequeño detalle que más tarde criaría conflicto.

Le encantaba leer, viajar y sobretodo tener amigos. Yo fiel a mi estilo, fui cocinando el zarpazo a fuego lento. Así unas semanas pasaron y me di cuenta que sus amigas cada vez que yo llegaba nos dejaban solos. Supe que el momento había llegado. Le dije para salir y ella aceptó.
Triste fue mi sorpresa que después de una tarde hermosa ella me dijo que nuestro primer beso solo podría ser en el altar. Me quede helado sin piso. Mi respuesta no le agrado y nos separamos un tiempo. Finalmente, su contrato en la empresa vencía, así que tome coraje y le dije que yo era católico pero no al extremo como ella y que la amaba y que las cosas no podían ser así. Ella me pidió para conversar con el padre de su iglesia. Acepte sin dudar.

El día que fuimos a la iglesia ambos acordamos ir despacio y con la bendición del padre teníamos una unión aún no formal, pero si bendecida. Ese mismo día fue nuestro primer besó. Todo iba bien hasta que se me ocurre contarle a un amigo del supermercado mi felicidad. Mal sabía yo que el tipo también moría de amores por ella y que mi felicidad despertó su peor lado.

Pasaron los meses y después de mucha lucha la convencí de hacer el amor. Por dármelas de campeón le conté a mi amigo del super y este me dijo sí ya tenía todo listo. Yo aún no había pensado en el lugar, así que este me ofreció un departamento que su primo alquilaba y que estaba vacío. Acepte, por que creí que era de buena fe. Lo limpie y arregle con globos, rosas y velas.

En el depa mi chica muy estaba muy nerviosa, tuve que tocarle el cuerpo poco a poco. Primero bese bastante su cuello y atrás de sus orejas. Luego le saque la blusa y la falda. Bese sus piernas y sus brazos. Mordí sus dedos con delicadeza. Pase mis dedos por su espalda y piernas, dibujando corazones. Finalmente la desnude por completo. Recostados y con muchos besos, poco a poco ella subió encima de mí y con mucha paciencia fue perdiendo la virginidad. Cuando mi pene ya estaba bien acomodado ella me sorprendió moviéndose de arriba a abajo con fuerza. Yo aproveche para nalguearla. Chupar sus pechos. Con fuerza, pero sin llegar a ser bruto, la coloque de perrito. No le metí el pene en una, sino que empecé a toquetearle los labios, pasaba mi pene fingiendo que entraría pero al final nada, así fue por unos minutos, hasta ella mismo me dijo "mételo ya". En ese momento supe que lo "perrita" poco a poco saldría a flote. Era cuestión de tiempo y paciencia. Terminamos con ella recostada y yo por encima. Ella con mucha delicadeza me abrazo y me besó diciendo que fue mágico. Yo correspondí a sus besos y para no malograr el momento no le pedí un segundo round.

Unos días después llegue a mi casa hecho polvo por el cansancio del trabajo. Me bañe y cuando me disponía a dormir recibí un vídeo en el whatsapp. Era YO teniendo sexo con mi chica.

continuará...

Relato basado en hechos reales
 
Esa noche me quede pensando quien habría podido ser la persona que me grabo. Muchos nombres vinieron a mi cabeza, pero sin dudas los primeros de mi lista serian mi “amigo” del supermercado y su primo. Lo extraño es que el número que me envío el vídeo me bloqueo sin decir ninguna palabra.
En el trabajo mi plan no era encarar a mi “amigo”, si no ver como él se comportaría o si es que me preguntaría algo. No me dijo absolutamente nada, pero su comportamiento no era el de siempre, evitaba que estemos solos para conversar. Entonces supe que el probablemente tenía algo que ver. Cuando vi que estaba cerca, llame al número del vídeo y su celular no toco.

Al día siguiente fui al cine con mi chica, pero no le relate nada de lo que pasó. Al final de la película ella me dijo sí algo había pasado, que estaba como que en la Luna. Le dije que era por el exceso de trabajo. Ella respondió diciendo que nada que un masaje no arregle. Así terminamos en un hotel. A pesar de que ella estaba más desinhibida, yo no podía dejar de pensar en el vídeo. Eso influencio en el sexo. La penetre con rabia, sin esperar si quiera que ella este húmeda. Ella no dijo nada, pero su expresión era de dolor. Cuando no aguanto más de perrito me pidió para cambiar de pose. Sin mucha energía terminamos de cucharita. Después de bañarnos me dijo que quería decirme dos cosas. La primera no escuche, estaba pensando en si nos habrían grabado nuevamente. El segundo punto era que su lugar favorito en la tierra era el País Vasco.

Pasaron unos días y mis investigaciones estaban estériles. Sentía que ya no podía con ese peso solo. A pesar de no haber una amenaza de por medio, no podía dejar de pensar en quien me habría enviado el vídeo y que ganaba con eso. Cuando pensaba en contarle a mi chica todo lo sucedido recibí un mensaje. Este me decía que vaya a las 7 a un café. Mi cuerpo se erizo y mis piernas me temblaron. Desesperado le pedí a un amigo, profesor de jiu-jitsu, que me acompañe. No le puse al tanto de lo que pasaba, para él fue una invitación de amigo.
En el café mire a todos con cara de sospechosos, pero nadie se me acerco. Estuve dos horas y llame diversas veces al número del menaje, pero sonaba apagado. Me fui a casa más confundido que al principio.

Al día siguiente, se me ocurrió seguir al dueño del departamento donde me grabaron. Me di con la sorpresa de que vivía en un barrio muy humilde. No entendía, porque teniendo un “depa” tan bueno vivía en un lugar tan hostil. Le toque la puerta y salió una mujer de unos treinta años. Cuando ella me vio, su cara se volvió un papel y me suplico para irme y estar al tanto del celular. No sabía qué hacer, pero como el barrio era peligroso y el tipo no parecía de fiar, decidí irme.

Ya en mi casa no entendía absolutamente nada. Quería llamar a la policía, pero me intrigaba porque esa mujer se comportó así. Mi chica en ese momento llego de sorpresa trayendo comida. Cenamos y no escuche mucho de lo que me decía. Cuando ella estaba en el baño, tome una copa para contarle todo. No había acabado de pronunciar las primeras palabras y mi celular toco. Vi que era el número del mensaje. Me retire de la sala y acepte la llamada. Dije “Aló” con el corazón palpitando a mil. En respuesta escuche el susurro de una mujer. Ella me decía que me ayudaría a desaparecer el vídeo pero que por favor no le diga nada a la policía. Y que en breve me citaría en el café nuevamente. Antes que pueda responder colgó. Regrese a la sala y mi chica me pregunto quién era, le dije que era número equivocado. Después ella me hablo más cosas, pero no le preste atención.

Pasaron unos días y recibí un mensaje: en el café a las 7. Esta vez decidí ir solo. En el camino me acorde que había quedado con mi chica para ver una película en su casa. Como las llamadas eran caras en esa época no tuve como comunicarle que no iría. Cuando llegue al café, la misma chica que me atendió en su casa estaba sentada esperándome.

Continuará…
 
Se perdio el lado erotico, pero nos dejo en suspenso, continue cofrade con el final de la historia.
 
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