Pier10
Capitan
Cuando trabaja en un supermercado, mis pretensiones eran ganar dinero pero con la mira a un empleo mejor. Por esa época mi cuerpo tenía las hormonas alborotadas. Las promotoras eran el blanco al que todo mundo apuntaba. Yo tuve suerte con algunas. Era sexo y nada más. Pero, todo eso cambio cuando conocí a una rubia que empezó a hacer sus prácticas en el supermercado. Fue amor a primera vista. Ella era súper blanca, con mucho estilo, con enormes senos pero con poco trasero. Sus dientes brillaban como el sol matinal. Por semanas solo la observaba, esperando el día que se de la oportunidad para entrarle.
Cuando el día llego, me di cuenta que era muy inocente y que con ella sí podría formar una relación duradera. Ese mismo día le pedí su número. Pasamos noches en vela conociéndonos. Supe que ella era tan pálida por una enfermedad que tenía en la sangre, que no era contagioso, pero que cada dos meses tenía que tratar. Supe que su nacimiento fue un "milagro" y que por eso era devota. Pequeño detalle que más tarde criaría conflicto.
Le encantaba leer, viajar y sobretodo tener amigos. Yo fiel a mi estilo, fui cocinando el zarpazo a fuego lento. Así unas semanas pasaron y me di cuenta que sus amigas cada vez que yo llegaba nos dejaban solos. Supe que el momento había llegado. Le dije para salir y ella aceptó.
Triste fue mi sorpresa que después de una tarde hermosa ella me dijo que nuestro primer beso solo podría ser en el altar. Me quede helado sin piso. Mi respuesta no le agrado y nos separamos un tiempo. Finalmente, su contrato en la empresa vencía, así que tome coraje y le dije que yo era católico pero no al extremo como ella y que la amaba y que las cosas no podían ser así. Ella me pidió para conversar con el padre de su iglesia. Acepte sin dudar.
El día que fuimos a la iglesia ambos acordamos ir despacio y con la bendición del padre teníamos una unión aún no formal, pero si bendecida. Ese mismo día fue nuestro primer besó. Todo iba bien hasta que se me ocurre contarle a un amigo del supermercado mi felicidad. Mal sabía yo que el tipo también moría de amores por ella y que mi felicidad despertó su peor lado.
Pasaron los meses y después de mucha lucha la convencí de hacer el amor. Por dármelas de campeón le conté a mi amigo del super y este me dijo sí ya tenía todo listo. Yo aún no había pensado en el lugar, así que este me ofreció un departamento que su primo alquilaba y que estaba vacío. Acepte, por que creí que era de buena fe. Lo limpie y arregle con globos, rosas y velas.
En el depa mi chica muy estaba muy nerviosa, tuve que tocarle el cuerpo poco a poco. Primero bese bastante su cuello y atrás de sus orejas. Luego le saque la blusa y la falda. Bese sus piernas y sus brazos. Mordí sus dedos con delicadeza. Pase mis dedos por su espalda y piernas, dibujando corazones. Finalmente la desnude por completo. Recostados y con muchos besos, poco a poco ella subió encima de mí y con mucha paciencia fue perdiendo la virginidad. Cuando mi pene ya estaba bien acomodado ella me sorprendió moviéndose de arriba a abajo con fuerza. Yo aproveche para nalguearla. Chupar sus pechos. Con fuerza, pero sin llegar a ser bruto, la coloque de perrito. No le metí el pene en una, sino que empecé a toquetearle los labios, pasaba mi pene fingiendo que entraría pero al final nada, así fue por unos minutos, hasta ella mismo me dijo "mételo ya". En ese momento supe que lo "perrita" poco a poco saldría a flote. Era cuestión de tiempo y paciencia. Terminamos con ella recostada y yo por encima. Ella con mucha delicadeza me abrazo y me besó diciendo que fue mágico. Yo correspondí a sus besos y para no malograr el momento no le pedí un segundo round.
Unos días después llegue a mi casa hecho polvo por el cansancio del trabajo. Me bañe y cuando me disponía a dormir recibí un vídeo en el whatsapp. Era YO teniendo sexo con mi chica.
continuará...
Relato basado en hechos reales
Cuando el día llego, me di cuenta que era muy inocente y que con ella sí podría formar una relación duradera. Ese mismo día le pedí su número. Pasamos noches en vela conociéndonos. Supe que ella era tan pálida por una enfermedad que tenía en la sangre, que no era contagioso, pero que cada dos meses tenía que tratar. Supe que su nacimiento fue un "milagro" y que por eso era devota. Pequeño detalle que más tarde criaría conflicto.
Le encantaba leer, viajar y sobretodo tener amigos. Yo fiel a mi estilo, fui cocinando el zarpazo a fuego lento. Así unas semanas pasaron y me di cuenta que sus amigas cada vez que yo llegaba nos dejaban solos. Supe que el momento había llegado. Le dije para salir y ella aceptó.
Triste fue mi sorpresa que después de una tarde hermosa ella me dijo que nuestro primer beso solo podría ser en el altar. Me quede helado sin piso. Mi respuesta no le agrado y nos separamos un tiempo. Finalmente, su contrato en la empresa vencía, así que tome coraje y le dije que yo era católico pero no al extremo como ella y que la amaba y que las cosas no podían ser así. Ella me pidió para conversar con el padre de su iglesia. Acepte sin dudar.
El día que fuimos a la iglesia ambos acordamos ir despacio y con la bendición del padre teníamos una unión aún no formal, pero si bendecida. Ese mismo día fue nuestro primer besó. Todo iba bien hasta que se me ocurre contarle a un amigo del supermercado mi felicidad. Mal sabía yo que el tipo también moría de amores por ella y que mi felicidad despertó su peor lado.
Pasaron los meses y después de mucha lucha la convencí de hacer el amor. Por dármelas de campeón le conté a mi amigo del super y este me dijo sí ya tenía todo listo. Yo aún no había pensado en el lugar, así que este me ofreció un departamento que su primo alquilaba y que estaba vacío. Acepte, por que creí que era de buena fe. Lo limpie y arregle con globos, rosas y velas.
En el depa mi chica muy estaba muy nerviosa, tuve que tocarle el cuerpo poco a poco. Primero bese bastante su cuello y atrás de sus orejas. Luego le saque la blusa y la falda. Bese sus piernas y sus brazos. Mordí sus dedos con delicadeza. Pase mis dedos por su espalda y piernas, dibujando corazones. Finalmente la desnude por completo. Recostados y con muchos besos, poco a poco ella subió encima de mí y con mucha paciencia fue perdiendo la virginidad. Cuando mi pene ya estaba bien acomodado ella me sorprendió moviéndose de arriba a abajo con fuerza. Yo aproveche para nalguearla. Chupar sus pechos. Con fuerza, pero sin llegar a ser bruto, la coloque de perrito. No le metí el pene en una, sino que empecé a toquetearle los labios, pasaba mi pene fingiendo que entraría pero al final nada, así fue por unos minutos, hasta ella mismo me dijo "mételo ya". En ese momento supe que lo "perrita" poco a poco saldría a flote. Era cuestión de tiempo y paciencia. Terminamos con ella recostada y yo por encima. Ella con mucha delicadeza me abrazo y me besó diciendo que fue mágico. Yo correspondí a sus besos y para no malograr el momento no le pedí un segundo round.
Unos días después llegue a mi casa hecho polvo por el cansancio del trabajo. Me bañe y cuando me disponía a dormir recibí un vídeo en el whatsapp. Era YO teniendo sexo con mi chica.
continuará...
Relato basado en hechos reales