Fausto
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Estimados foristas, a continuación postearé un tema que ha sido propuesto por el destacado forista de Las Cucardas, Dilbert Boo. El posteo lo hago en esta zona porque el relato trata de Margot, una antigua kine del Troca. Aunque el tema no es de actualidad, lo posteo en esta sección por ser el "offtopic del Troca". Les recomiendo el relato:
Dilbert Boo dijo:Historia de mis putas….Margot….
Recién empiezo mis vacaciones y faltan unos días para emprender un merecido viaje al exterior… esta vez, por fin a descansar….. Después de haber leído los ratings nuevos, y como por fin tengo tiempo para mi, me animo a contarles algunas de mis experiencias con las niñas que me han marcado en el ambiente burdelero. Lástima que no sea un dato actual, porque de ser asi, estoy seguro que me lo agradecerían mucho. Igual pongo esta historia a su consideración y espero que el relato no les resulte aburrido.
No les ha pasado que alguna persona o hecho marca el antes o después de algún periodo de sus vidas??? Bueno a mí me paso esto con Margot. Esta nena marco el antes y el después de mi experiencia en el mundo de los burdeles. Cada vez que he conocido a alguna chica nueva de este ambiente, no he podido evitar compararla con ella. Ahora ella ya no debe ser tan joven como cuando la conocí. Es por eso que digo que mis experiencias en este aspecto siempre estarán marcadas por el antes o el después de conocer a Margot.
Todo empieza en el año 1990. El primer burdel que conocí en mi vida fue “La Salvaje”, en el Callao. Para la gente que recién se inicia, “La Salvaje” era lo que hoy en día es, el corredor central y el corredor izquierdo de lo que hoy se conoce como “El Trocadero”, si mal no recuerdo. “El Trocadero” como lo conocí yo, sólo estaba formado por el corredor derecho, ese corredor amplío que hoy en día sólo esta habilitado en la mitad de su capacidad. En el tiempo en que era asiduo a este sitio todos los cuartos estaban habilitados, incluyendo los cuartos del segundo piso. En ese tiempo no existía el peligroso y temido SIDA o al menos no había llegado al Perú. La principal preocupación era que se te pegue una enfermedad venérea o como se decía en la jerga de mi época, tener cuidado de que no te “quemen”. Eran tiempos en los que la gente que usaba condom, era con el único fin de no procrear sin querer queriendo…. toda la atención era a “pelo” ….
En esa época, estuve buen tiempo probando con diversas chicas en “La Salvaje” sin ton ni son. Era un joven imberbe que lo único que quería era experimentar con todas las chicas posibles. En esa época tenía la idea que las atenciones con estas señoritas iba a ser igual como lo había visto en cuanta película porno que llegaba a mi poder, pero grande fue mi decepción. Además que me aventuraba sólo, ya que los otros amigos de mi edad no podían acompañarme por temas económicos, porque ganas no les faltaba. Un día del año 92 cuando ya me había vuelto habitúe del famoso “Trocadero”, me llamó la atención en este amplio corredor una escalera al final del corredor. En esa época sólo me dedicaba a estudiar y en vacaciones (como estoy en este momento) tiempo era lo que sobraba. Me anime a subir y encontré algo que nunca había visto: en el segundo piso en cada esquina había un cuarto con una banca cada una, en la cual en esa oportunidad habían cinco personas esperando su turno. Pregunte tímidamente al último de la banca del lado izquierdo por el nombre de la ocupante de ese cuarto y su respuesta fue Margot…(en el otro lado estaba… bueno esa es otra historia...) Me quede esperando en la fila para poder ver a la chica, pero era muy difícil, ya que apenas abría su puerta, salía el que se había estado atendiendo y entraba raudamente el siguiente cliente. En esa oportunidad estuve esperando para poder verla, pero fue inútil… ese día como de costumbre, me atendí con alguna chica que cumpliera con mis principales requisitos: que sea de tez blanca y que tenga un buen derriere … listo… eso fue todo, esa vez…tranquilo camino a casa…
Es otro día en “El Trocadero”, ha pasado como una semana desde que trate de ver el rostro de Margot…. Nuevamente subo la escalera (son como las 19:00 hs) y encuentro el mismo panorama… cinco tipos esperando su turno… esta vez me quedo como una hora esperando cerca de la puerta para verla, no me animo a preguntarle a nadie de la banca como es su trato, como es físicamente. Lo particular de sus clientes era que eran gente de 30 años para arriba por lo que puedo recordar, todos tranquilos, inmutables, esperando su turno, tal vez no eran así, pero en mi recuerdo de joven sin experiencia, los recuerdo de esa forma. La puerta se abre y me adelanto para verla… otra persona que quería verla al igual que yo, coloca la mano en la puerta antes de que ella logre cerrarla y le pregunta por la tarifa y la atención y allí, puedo ver su rostro, pero no su cuerpo… un poco desilusionado… me había imaginado a esta diosa de otra forma, habían mujeres más guapas que ella y sin tanto cliente esperando. Pienso que para mis adentros, que no vale la pena esperar por ella, pero igual siento curiosidad mórbida por saber porque hay cinco tipos esperando con calma y paciencia junto a esa puerta.
Ahora, que recuerdo mi primera vez con Margot, me pregunto si todo este bagaje de recuerdos que hay en mi, no son exageraciones de mi mente, de un endiosamiento de mi mente joven hacia esa mujer.
Después de seguir preguntándome como sería atenderse con ella, planificó mi próxima visita al burdel del Callao. En esa época (no se como será en este momento…“El Trocadero” habría a las 3 de la tarde religiosamente, y entonces decido ir a esa hora para ser de los primeros… enrumbo hacia la plaza Dos de Mayo y en una de las calles que desemboca a esta plaza encuentro los famosos “lecheritos”… jajaja… un amigo los llamaba de esa manera y así los recuerdo… la combi recorre la avenida Argentina, cruza la avenida Universitaria, llega a la avenida Faucett y sé que mi destino esta cerca. Por fin llego a ese gran estacionamiento que antecedía al ingreso de lo que antes eran burdeles de categoría: a la izquierda “El Botecito”, en el centro “La Salvaje” y finalmente a la derecha mi objetivo: “El Trocadero”. Calcule mal el tiempo de recorrido desde Lima hacia el Troca y estoy en la boletería del lugar a las 3 y 10 y pienso que no debe haber mucha gente, igual sólo han pasado 10 minutos desde que el lugar abrió… gran error… desde la entrada puedo ver la escalera al final del pasillo (antes ubicada en la parte central) recorro rápidamente la distancia que me aleja del gran encuentro (jajaja… esto ya parece una novelita hecha por “el poeta” de La Ciudad y los Perros…
subo y encuentro en la banca cinco personas esperando…. Cinco personas a las 3 y 10 de la tarde… no lo podía creer… igual estaba decidido y no me iba a quedar con las ganas. Paso a ocupar mi lugar en el sexto lugar, pero parado porque la banca es sólo para cinco personas… parado allí, empieza mi espera…. Cuanto tiempo demorará el primer tipo? 15? 20 minutos? … pasan 30 y aun no se mueve la cola, 40 minutos y al minuto 45, sale el primer cliente…. Por fin me siento… en ese momento hago uso de mis conocimientos básicos de matemática (para algo sirven…
si un cliente se demora 45 minutos en promedio (jajaja, mi promedio era el tiempo de un solo tipo!, que esperanzas!!!) y hay cuatro tipos ahora delante de mí, a que hora me tocará entrar???.. 45 x 4…no puede ser 3 horas!!!!! Y ya son las 3 y 55 según mi reloj… me tocaría atenderme a las…. 6:55 aaaahhhhhh lo podré resistir???