Michael Corleone
Cuenta Verificada
- Solo hay una cosa que lamento.
- Solo una? Bueno algo es algo, por fin desciendes de tu machismo.
- Gracias.
- Te escucho, dime aunque ya no sirva de nada.
La miré a los ojos fijamente, esbozando una media sonrisa y le espeté sin anestesia:
"LO ÚNICO QUE LAMENTO DE LA RELACIÓN ES NO HABERTE REVENTADO MÁS EL CULO".
En verdad ni en mis peores pesadillas pensé que esa historia de amor, sexo y viajes iba a terminar así, pero el destino nos lleva a finales tóxicos y nadie es lo que parece.
Todo había empezado un año antes, ella había escrito en mi blog un comentario groupie o fue al revés, no lo recuerdo ya. Lo que si recuerdo son las grandes y hermosas tetas que parecían salirse de su foto de perfil en esa página de blogs que contenían sus pensamientos, miedos, locuras. De cara tampoco era fea, tenía una hermosa sonrisa, rostro redondo, piel canela y unos ojos color caramelo provocaron que le escriba de inmediato, aunque decepcionado porque vivía en otro país, Ecuador.
Pasados los días los correos se repetían, las llamadas también, los post en los respectivos blogs igual, todo era tan real e imaginario que no había tiempo ni de pensarlo, hasta que llegó el momento en que tuve que dejar Lima e internarme en un pueblo olvidado dónde solo existía un teléfono (si, un puto teléfono en todo el pueblo) y menos internet.
- Me iré por dos meses.
- Me extrañarás?
- Si quieres ven por mí.
- Solo una? Bueno algo es algo, por fin desciendes de tu machismo.
- Gracias.
- Te escucho, dime aunque ya no sirva de nada.
La miré a los ojos fijamente, esbozando una media sonrisa y le espeté sin anestesia:
"LO ÚNICO QUE LAMENTO DE LA RELACIÓN ES NO HABERTE REVENTADO MÁS EL CULO".
En verdad ni en mis peores pesadillas pensé que esa historia de amor, sexo y viajes iba a terminar así, pero el destino nos lleva a finales tóxicos y nadie es lo que parece.
Todo había empezado un año antes, ella había escrito en mi blog un comentario groupie o fue al revés, no lo recuerdo ya. Lo que si recuerdo son las grandes y hermosas tetas que parecían salirse de su foto de perfil en esa página de blogs que contenían sus pensamientos, miedos, locuras. De cara tampoco era fea, tenía una hermosa sonrisa, rostro redondo, piel canela y unos ojos color caramelo provocaron que le escriba de inmediato, aunque decepcionado porque vivía en otro país, Ecuador.
Pasados los días los correos se repetían, las llamadas también, los post en los respectivos blogs igual, todo era tan real e imaginario que no había tiempo ni de pensarlo, hasta que llegó el momento en que tuve que dejar Lima e internarme en un pueblo olvidado dónde solo existía un teléfono (si, un puto teléfono en todo el pueblo) y menos internet.
- Me iré por dos meses.
- Me extrañarás?
- Si quieres ven por mí.
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