Jonielperpetuador
Sargento
Era Noche Crema de 2018. Fui con algunos amigos a la tradicional presentación del equipo, me había peleado con mi flaca y bueno, decidí alentar contra la adversidad.
Recuerdo que vi a una flaca que de inmediato captó mi atención. Quizás porque tenía unas tetazas o por la gran cantidad de tatuajes que se filtraban entre la camiseta merengue y un short que parecía no existir. No era, particularmente, una top, pero despertó al muchacho y me dieron ganas de abordarla. A los minutos ví que jugaba con un niño y se besaba con otro pata mientras traían los choripanes. Ese día la U empató, pero lo más resaltante fue esa flaca.
Voy a todos los partidos. Siempre a Norte, aunque en ese partido fuimos a Oriente, decidí mantener el ritual a ver si me la encontraba de nuevo. Pasaron varias fechas y no apareció. Sin embargo, me encontraba revisando Badoo, un aplicativo tipo Tinder, y volví a encontrarla. Sabía, al menos, su nombre y pensaba en hacerle el habla para ver qué salía. No lo hice.
Recuerdo que salí del Estadio y realicé la tradicional caminata. Esa vez fui solo. Me encontré con un pata por la avenida la Molina, en el Ovalo. Me jaló hasta Aviación y enrrumbe a un casino para probar la suerte.
Estuve cerca de media hora y no subía ni bajaba. Le metí la fe al 14 y la pelota empezó a girar. 20 soles estaba sobre el 14, yo esperaba que solo sea de una maldita vez ese número. Sale 14. El pago es 720, había entrado con 100, podía considerarlo una chiqui.
Me detuve en la terraza del casino a fumar un cigarro. Luego fui al baño para armar el troncho. Pedí una chela y esperé al buffet cerca de las 9. Comí y fumé un cigarro nuevamente. Pero estaba vez buscaba las kines de turno. Vi un point interesante y llamé. Estaba ubicado por Villarán, antes del Óvalo higuereta. Apagué el cigarro y me dirigí al point.
Cuando entré no me gustó mucho la kine. Me sentí estafado. Me dijo que tenía otra amiga. Esperé unos minutos y cuando apareció era la misma flaca que estaba en el estadio y no había podido encontrar. Me explicó el service y lo demás. Accedí en una.
La conversa, sus tatuajes, hubo cierta química, comenzamos a agarrar pendejazo y me dijo que no se besaba con clientes y que no sabía porqué esta vez estaba haciéndolo. Fue un señor polvo y lo mejor era que la imagen ya había sido proyectada meses atrás. Concretar el deseo. Le iba a pedir su número, pero guardé silencio. Se quedaba mirándome, tocando mi barba y jugando con mis pestañas. Volvimos por el segundo. Hicimos un par de bromas para la próxima. Ella lo esbozó, para la próxima me daba su número. Se detuvo, me dijo: mejor ven el sábado que salgo a las 7. Era martes creo. Me dijo para ir a comer porque le había parecido interesante.
Llegó el sábado y la esperé en un parque que me dijo que la esperara. Comenzó a besarme y me llevó al conocido Sanguchon Campesino. Quería una enchilada mixta a como de lugar. También me provocó, comimos y hablamos de.distintas cosas. Me dijo el nombre desde el servicio, pero yo sabía que no era su verdadero nombre. Badoo me lo había dicho. Le dije que era de la U que amo al equipo. Ella me reafirmó el amor por el equipo. No le pregunté por si tenía pareja o hijo, solo disfruté el momento. Fuimos al telo y me estuvo diciendo que me cobraría si íbamos a un telo. Después del Sanguchon y la caminata, vimos un telo y ella me dijo para entrar. Le dije que solo quería comer con ella y conocerla un toque más. Me jaló de la mano y me dijo "pagamos a medias". Tenía que estar alerta quizás se trataba de algún truco o huevada que siempre pueden ocurrir, pero no. Entramos y tremendo polvo, sus tetas yendo y viniendo, asfixiandome por momentos. Doblando sobre mi pene, estaba cada vez más mojada y derramé todo el fenómeno del niño.
Nos quedamos agarrando y quedamos en repetirla. Pero que esta vez tenía que ir al point, ver a las chicas y luego quitarme. Solo era para no darme su celular y poder esperarla cerca.
(Continuará)
Recuerdo que vi a una flaca que de inmediato captó mi atención. Quizás porque tenía unas tetazas o por la gran cantidad de tatuajes que se filtraban entre la camiseta merengue y un short que parecía no existir. No era, particularmente, una top, pero despertó al muchacho y me dieron ganas de abordarla. A los minutos ví que jugaba con un niño y se besaba con otro pata mientras traían los choripanes. Ese día la U empató, pero lo más resaltante fue esa flaca.
Voy a todos los partidos. Siempre a Norte, aunque en ese partido fuimos a Oriente, decidí mantener el ritual a ver si me la encontraba de nuevo. Pasaron varias fechas y no apareció. Sin embargo, me encontraba revisando Badoo, un aplicativo tipo Tinder, y volví a encontrarla. Sabía, al menos, su nombre y pensaba en hacerle el habla para ver qué salía. No lo hice.
Recuerdo que salí del Estadio y realicé la tradicional caminata. Esa vez fui solo. Me encontré con un pata por la avenida la Molina, en el Ovalo. Me jaló hasta Aviación y enrrumbe a un casino para probar la suerte.
Estuve cerca de media hora y no subía ni bajaba. Le metí la fe al 14 y la pelota empezó a girar. 20 soles estaba sobre el 14, yo esperaba que solo sea de una maldita vez ese número. Sale 14. El pago es 720, había entrado con 100, podía considerarlo una chiqui.
Me detuve en la terraza del casino a fumar un cigarro. Luego fui al baño para armar el troncho. Pedí una chela y esperé al buffet cerca de las 9. Comí y fumé un cigarro nuevamente. Pero estaba vez buscaba las kines de turno. Vi un point interesante y llamé. Estaba ubicado por Villarán, antes del Óvalo higuereta. Apagué el cigarro y me dirigí al point.
Cuando entré no me gustó mucho la kine. Me sentí estafado. Me dijo que tenía otra amiga. Esperé unos minutos y cuando apareció era la misma flaca que estaba en el estadio y no había podido encontrar. Me explicó el service y lo demás. Accedí en una.
La conversa, sus tatuajes, hubo cierta química, comenzamos a agarrar pendejazo y me dijo que no se besaba con clientes y que no sabía porqué esta vez estaba haciéndolo. Fue un señor polvo y lo mejor era que la imagen ya había sido proyectada meses atrás. Concretar el deseo. Le iba a pedir su número, pero guardé silencio. Se quedaba mirándome, tocando mi barba y jugando con mis pestañas. Volvimos por el segundo. Hicimos un par de bromas para la próxima. Ella lo esbozó, para la próxima me daba su número. Se detuvo, me dijo: mejor ven el sábado que salgo a las 7. Era martes creo. Me dijo para ir a comer porque le había parecido interesante.
Llegó el sábado y la esperé en un parque que me dijo que la esperara. Comenzó a besarme y me llevó al conocido Sanguchon Campesino. Quería una enchilada mixta a como de lugar. También me provocó, comimos y hablamos de.distintas cosas. Me dijo el nombre desde el servicio, pero yo sabía que no era su verdadero nombre. Badoo me lo había dicho. Le dije que era de la U que amo al equipo. Ella me reafirmó el amor por el equipo. No le pregunté por si tenía pareja o hijo, solo disfruté el momento. Fuimos al telo y me estuvo diciendo que me cobraría si íbamos a un telo. Después del Sanguchon y la caminata, vimos un telo y ella me dijo para entrar. Le dije que solo quería comer con ella y conocerla un toque más. Me jaló de la mano y me dijo "pagamos a medias". Tenía que estar alerta quizás se trataba de algún truco o huevada que siempre pueden ocurrir, pero no. Entramos y tremendo polvo, sus tetas yendo y viniendo, asfixiandome por momentos. Doblando sobre mi pene, estaba cada vez más mojada y derramé todo el fenómeno del niño.
Nos quedamos agarrando y quedamos en repetirla. Pero que esta vez tenía que ir al point, ver a las chicas y luego quitarme. Solo era para no darme su celular y poder esperarla cerca.
(Continuará)