asi es muchachon.... y no es primera vez q me la cruzo, ya son como 3 veces una haciendo mercado y las ultimas asi en la calletienes razon q a decaido en cuerpo un toq, yo fui casi uno de sus ultimos clientes y si me acuerdo bien de ella, desearle suerte nomas ps.
asi es man, serio es ultimo que seria
... aunq soy de acuerdo a la ocasion, todo el tiempo tambien no es para estar riendose, mas bien aplica lo de ... HAKUNA MATATA 
cofrade un dato en que parte esta este burdel estuve una temporada por esa zona y siempre escuchaba que cerca al km 40 habia uno pero nunca pude ir porque era mas chibolo e incluso habai una flaca en punta hermosa bien rica y escuchaba que la flaca trabjaba de kine en ese burdel.gracias
haber muchachon y muchachones que quieran ir ahi... aca esta el thread del local en mencion.... la imagen es de el cofrade el artesano, creditos para el.
Quien es esa poquebola?
hace rato me regrese... mas bien voy a regresar, pero ya le apunte la placa
). Estando allí, se dieron cuenta de que no había jabón. Entonces, Chiquitin dijo: - “Yo tengo jabones en mi cuarto, voy a buscarlos”. Pensando en ganar tiempo y sin imaginar que pudiera aparecerse alguien a esas horas, Chiquitin fue a buscar los jabones completamente desnudo, tolaca, parecia un ropero con su llavesita . Ya en su cuarto, tomó dos jabones, uno en cada mano y se dirigió al baño, donde lo esperaba pitbull1973... (tamare, sigue siendo sospechoso). A mitad del corredor, se encontró con tres monjas (sor-vete (valeri) sor-rita (kendra) y sorrento (la choka)que se quedaron perplejas. Como no había donde esconderse, chiquitin se pegó a la pared y se quedó inmóvil, como una estatua. Las tres monjas (vestas cunch!!!) se acercaron a la estatua, admirando la perfección de la Guata, hasta que Sor-vete, llevó una mano a los genitales, tiró del miembro de chiquitin que, asustado, dejó escapar un jabón. Sor-Rita exclamó: - “¡Madre mía! ¡Es una estatua distribuidora de jabones!”. Las hermanas se quedaron maravilladas y, para comprobarlo, Sor-Rita también tiró del miembrito de chiquitin, que inmediatamente soltó el otro jabón. Entonces, Sorrento repitió la operación, pero no cayó ningún jabón. Intentó tirar una vez más, y otra vez, y otra vez, para recibir un jabón. Y… nada. Pero, de repente, llena de entusiasmo, gritó: - ¡CHAMPÚ, CHAMPÚ, HERMANAS!
