blackbird1234
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Hola a todos, en esta ocasión les contaré mi historia de cómo embaracé a una kinesióloga. Tengo que aclarar que esta historia es real y sé que algunos no me crean, sin embargo, no me importa.
Para poder contar esta historia tenemos que regresar en el tiempo cuando tenía sólo 19 años, sí, bastante chico. Como todo jovencito, quería experimentar cosas distintas, cosas locas, cosas de adultos. Ya desde los 18 años sentía curiosidad por las prostitutas pero como todo inexperto sentía temor y vergüenza en acudir a chicas de este mundo. Además estaba el factor de que no tenía mucho dinero, a pesar de que trabajo desde los 18.
Cuando cumplí 19, por fin decido pagar por compañía femenina. Eso si, no niego que al principio tuve temor. La primera prosti con la que empecé en el mundillo puteril fue con una joven de 24 años si mal no recuerdo pero es con la segunda kine con la que tuve la siguiente historia.
Era venezolana, usaba el nombre de Maribel y ya era mayor. Para ser más exactos ella era una milf y como buena mujer caribeña de base 3, pues era voluptuosa. Buenas tetas, buenas piernas, buen culo. En su rostro había las señales de que de jovencita era bien simpática. Maribel era de tez blanca, no como la leche pero sí era blanquita y no muy alta.
Cuando nos encontramos por motivos de su servicio, se sorprendió lo jovencito que era. Hasta me preguntó si era mayor de edad jajaja. No lo voy a negar, Maribel me gustó. Era la primera mujer mayor que yo con quien tenía intimidad. Para un jovencito, estar con una mujer mayor que tú, con más experiencia que tú y con cuerpo de una verdadera mujer, es fuego puro.
Desde el primer momento Maribel me trató bien, siempre fue buena onda y educada conmigo. Tal vez al verme tan chico tuvo piedad de mí jajaja ya que conozco casos de prostis que se aprovechan de los inexpertos y los tratan mal y no cumplen con el servicio solicitado. Con ella las cosas fluyeron bien. Me sentía cómodo pasar el rato con ella y eso me llevó a ser cliente frecuente. No buscaba otras putas, sólo quería tirar con Maribel. Además de que siempre fui educado con ella, nunca la traté mal, siempre la traté como una mujer.
Y así empezó, cada vez teníamos más encuentros, cada vez más nos hacíamos más cercanos y creció la confianza a tal punto de que hablábamos de cosas más personales. Ella me contaba sus experiencias de vida y me daba algunos consejos. Fue bonito el lazo que surgió entre ella y yo. Recuerdo que varias veces nos quedábamos conversando en la cama sin importar el tiempo. Hasta llegamos al punto de saludarnos por celular simplemente para saber cómo se encontraba el otro y preguntarnos qué estábamos haciendo en ese momento y cómo nos iba el día. Hasta sabía su nombre real jajaja. Como dije líneas arriba, se creó un bonito lazo entre nosotros.
Así me enteré de que ella tenía un hijo en Venezuela y el niño se había quedado con su familia. El padre del chico se hizo humo así que ella tenía que hacerse cargo. Ese era el principal motivo por el cual emigró. Nunca le dijo a su familia que se dedicaba al kineo, pues me comentó que le daba vergüenza que algún día su hijo se entere de las cosas que ha hecho su madre por el. Recuerdo que les mintió diciendo que vendía celulares aquí en Lima.
Con el tiempo, Maribel agarró la confianza de chuparme la pinga sin condón. Confiaba en mí de que estaba sanito y yo confiaba en ella, a pesar de saber a qué se dedicaba pero afortunadamente nunca me pegó algo.
Recuerdo la vez que estábamos hablando por celular y me preguntó: "para tu cumpleaños vas a venir a verme, amor?". Sí, ella sabía la fecha de mi cumpleaños porque se lo comenté y yo sabía el de ella. Le dije que sí y me respondió que me me iba a mimar mucho.
Llegó el día de mi cumpleaños y mentí en mi casa diciendo que me iba a trabajar ya que había quedado con Maribel de vernos en su cuarto donde vivía y pasar el rato juntos. Para eso yo ya había hecho los méritos necesarios para que en mi trabajo de entonces me dieran libre ese día.
Fui a donde en ese entonces vivía ella, Maribel bajó para abrirme la puerta y me llevó hasta el cuarto donde vivía. Cerró la puerta de su cuarto, se trepó a mi cuello y me besó apasionadamente. Me saludó por mi cumpleaños y nos volvimos a besar y como cualquier chibolo arrecho la pinga se me puso dura al instante
. Me preguntó si ya había desayunado y yo le dije que sí pero noté en su mesita de que ella estaba en pleno desayuno así que le dije si le puedo acompañar con alguna bebida y ella acepto encantada.
Estuvimos como una hora conversando y riéndonos mucho hasta que la conversación se tornó más "feeling" y me dijo que le sorprendía que se llevara tan bien con un muchachito como yo que nunca pensó llegar a tener este nivel de acercamiento con alguien que conoció por medio del puterío. Me dejó en claro que no tiene intenciones de sacarme dinero ni nada de eso y que no la veré intentar chuparme la plata. Ahora que escribo estas líneas me pregunto si aquello se debió al hecho de que yo sólo era un chibolo misio en ese entonces, sí seguro que sí.
En ese mismo momento yo también me sinceré con ella y le dije que se siente bonito conocer a alguien como ella y que yo tampoco me podía creer que tuviera una amistad con alguien de ese mundo. Maribel me dio unos besitos y me dijo: "eres muy lindo". Se puso de rodillas en el suelo, abrió mi bragueta y sacó mi pene que ya estaba erecto desde hace rato jajaja. Me miró y me dijo: "feliz cumpleaños, mi bello" y comenzó a succionarme la pija. Al principio lo hacía tiernamente, se tomaba su tiempo. Luego se puso a jugar con las velocidades. Le pasaba lengua cual chupete para después continuar succionando ferozmente hasta que me vine y luego de jadear un poco le dije "eres una mujer muy bella". Maribel me miró y me sonrió y luego me dijo que yo era muy lindo con ella.
Le tomé de la mano y la llevé hasta donde estaba su cama. La dejé caer, la desnudé y nuevamente, como siempre, contemplé su cuerpo. También me quité la ropa y me tiré en su encima y la besé y me dijo con una voz de pervertida "amor, todavía no me baño" y yo le dije que no me importaba, que así como está me gusta y me besó.
Le chupé las tetas dulcemente y poco a poco subí la fuerza de las succiones y de a pocos fui notando como se aceleraba su respiración. Desde sus tetas hice un camino de besos hasta llegar a su concha y me la devoré. Me percaté que ella contenía los gemidos, tal vez porque estábamos en la casa donde ella vive y seguramente no quería que la gente escuche lo que estaba pasando.
Su vagina quedó mojadita y lista para recibir mi miembro. Fui a por el condón, me lo puse y entré en su cueva del placer. Mientras la embestía me decía palabras como: "qué rico, amor", "hay sí", pero también me decía que vaya despacio para no hacer mucha bulla. Como buen caballero le hice caso, sin embargo, por momentos le daba duro y sonaba el choque
y nuevamente me decía que vaya más despacio.
Terminamos la faena y nos quedamos conversando en la cama, nos abrazábamos y nos besábamos. Así pasó el rato y llegó la hora del almuerzo. Me la llevé a comer un chifa y la pasamos mostro. Como dije antes, era muy agradable pasar el rato con ella. Luego de que terminara de bajar la comida nos fuimos a un telo para continuarla. En mi mente dije, "aquí podrás hacer bulla" y así fue.
En el telo nuevamente me la chupó y yo la estimulé. Hicimos 69 y me vine pero yo continué estimulándola con lengua y dedos hasta que recupere la energía. Ya dura la pinga de nuevo y en posición de misionero, me preparé para penetrarla y entonces ella dijo, "Amor, sin condón. Quieres?" y yo sin dudar le dije que sí. Sí, lo sé, conducta de riego, pero en esos momentos uno está con la cabeza caliente, además está el factor de que era un chiquillo.
A capela la penetré, era la primera vez que lo hacía sin condón y se sintió la diferencia. Pude sentirla mejor a ella, su calor, su humedad, su sexo.
La embestí durísimo y ella gritaba de placer. La puse en 4 y contemplé la maravillosa vista su culo. Nuevamente la embestí sin piedad, yo estaba borracho la placer . Maribell me decía que no me corra dentro, que lo haga afuera y pasó por mi cabeza la maldad de ignorarla y venirme dentro, sin embargo, reaccioné y me dije que si no hago lo que ella pide probablemente ya no quiera hacerlo sin condón nuevamente, así que obedecí.
Estuvimos el resto de la tarde tirando sin condón, por adelante y por atrás. Solamente terminaba en su interior cuando estaba dentro de su culo y se sentía maravilloso.
Es así como la cercanía entre Maribel y yo aumentó, a tal punto que a veces salíamos a comer, ella me invitaba a pasar el rato en su cuarto y no me cobraba y siempre tirábamos sin condón. El preservativo desapareció de nuestro radar.
Continuará...
Para poder contar esta historia tenemos que regresar en el tiempo cuando tenía sólo 19 años, sí, bastante chico. Como todo jovencito, quería experimentar cosas distintas, cosas locas, cosas de adultos. Ya desde los 18 años sentía curiosidad por las prostitutas pero como todo inexperto sentía temor y vergüenza en acudir a chicas de este mundo. Además estaba el factor de que no tenía mucho dinero, a pesar de que trabajo desde los 18.
Cuando cumplí 19, por fin decido pagar por compañía femenina. Eso si, no niego que al principio tuve temor. La primera prosti con la que empecé en el mundillo puteril fue con una joven de 24 años si mal no recuerdo pero es con la segunda kine con la que tuve la siguiente historia.
Era venezolana, usaba el nombre de Maribel y ya era mayor. Para ser más exactos ella era una milf y como buena mujer caribeña de base 3, pues era voluptuosa. Buenas tetas, buenas piernas, buen culo. En su rostro había las señales de que de jovencita era bien simpática. Maribel era de tez blanca, no como la leche pero sí era blanquita y no muy alta.
Cuando nos encontramos por motivos de su servicio, se sorprendió lo jovencito que era. Hasta me preguntó si era mayor de edad jajaja. No lo voy a negar, Maribel me gustó. Era la primera mujer mayor que yo con quien tenía intimidad. Para un jovencito, estar con una mujer mayor que tú, con más experiencia que tú y con cuerpo de una verdadera mujer, es fuego puro.
Desde el primer momento Maribel me trató bien, siempre fue buena onda y educada conmigo. Tal vez al verme tan chico tuvo piedad de mí jajaja ya que conozco casos de prostis que se aprovechan de los inexpertos y los tratan mal y no cumplen con el servicio solicitado. Con ella las cosas fluyeron bien. Me sentía cómodo pasar el rato con ella y eso me llevó a ser cliente frecuente. No buscaba otras putas, sólo quería tirar con Maribel. Además de que siempre fui educado con ella, nunca la traté mal, siempre la traté como una mujer.
Y así empezó, cada vez teníamos más encuentros, cada vez más nos hacíamos más cercanos y creció la confianza a tal punto de que hablábamos de cosas más personales. Ella me contaba sus experiencias de vida y me daba algunos consejos. Fue bonito el lazo que surgió entre ella y yo. Recuerdo que varias veces nos quedábamos conversando en la cama sin importar el tiempo. Hasta llegamos al punto de saludarnos por celular simplemente para saber cómo se encontraba el otro y preguntarnos qué estábamos haciendo en ese momento y cómo nos iba el día. Hasta sabía su nombre real jajaja. Como dije líneas arriba, se creó un bonito lazo entre nosotros.
Así me enteré de que ella tenía un hijo en Venezuela y el niño se había quedado con su familia. El padre del chico se hizo humo así que ella tenía que hacerse cargo. Ese era el principal motivo por el cual emigró. Nunca le dijo a su familia que se dedicaba al kineo, pues me comentó que le daba vergüenza que algún día su hijo se entere de las cosas que ha hecho su madre por el. Recuerdo que les mintió diciendo que vendía celulares aquí en Lima.
Con el tiempo, Maribel agarró la confianza de chuparme la pinga sin condón. Confiaba en mí de que estaba sanito y yo confiaba en ella, a pesar de saber a qué se dedicaba pero afortunadamente nunca me pegó algo.
Recuerdo la vez que estábamos hablando por celular y me preguntó: "para tu cumpleaños vas a venir a verme, amor?". Sí, ella sabía la fecha de mi cumpleaños porque se lo comenté y yo sabía el de ella. Le dije que sí y me respondió que me me iba a mimar mucho.
Llegó el día de mi cumpleaños y mentí en mi casa diciendo que me iba a trabajar ya que había quedado con Maribel de vernos en su cuarto donde vivía y pasar el rato juntos. Para eso yo ya había hecho los méritos necesarios para que en mi trabajo de entonces me dieran libre ese día.
Fui a donde en ese entonces vivía ella, Maribel bajó para abrirme la puerta y me llevó hasta el cuarto donde vivía. Cerró la puerta de su cuarto, se trepó a mi cuello y me besó apasionadamente. Me saludó por mi cumpleaños y nos volvimos a besar y como cualquier chibolo arrecho la pinga se me puso dura al instante
Estuvimos como una hora conversando y riéndonos mucho hasta que la conversación se tornó más "feeling" y me dijo que le sorprendía que se llevara tan bien con un muchachito como yo que nunca pensó llegar a tener este nivel de acercamiento con alguien que conoció por medio del puterío. Me dejó en claro que no tiene intenciones de sacarme dinero ni nada de eso y que no la veré intentar chuparme la plata. Ahora que escribo estas líneas me pregunto si aquello se debió al hecho de que yo sólo era un chibolo misio en ese entonces, sí seguro que sí.
En ese mismo momento yo también me sinceré con ella y le dije que se siente bonito conocer a alguien como ella y que yo tampoco me podía creer que tuviera una amistad con alguien de ese mundo. Maribel me dio unos besitos y me dijo: "eres muy lindo". Se puso de rodillas en el suelo, abrió mi bragueta y sacó mi pene que ya estaba erecto desde hace rato jajaja. Me miró y me dijo: "feliz cumpleaños, mi bello" y comenzó a succionarme la pija. Al principio lo hacía tiernamente, se tomaba su tiempo. Luego se puso a jugar con las velocidades. Le pasaba lengua cual chupete para después continuar succionando ferozmente hasta que me vine y luego de jadear un poco le dije "eres una mujer muy bella". Maribel me miró y me sonrió y luego me dijo que yo era muy lindo con ella.
Le tomé de la mano y la llevé hasta donde estaba su cama. La dejé caer, la desnudé y nuevamente, como siempre, contemplé su cuerpo. También me quité la ropa y me tiré en su encima y la besé y me dijo con una voz de pervertida "amor, todavía no me baño" y yo le dije que no me importaba, que así como está me gusta y me besó.
Le chupé las tetas dulcemente y poco a poco subí la fuerza de las succiones y de a pocos fui notando como se aceleraba su respiración. Desde sus tetas hice un camino de besos hasta llegar a su concha y me la devoré. Me percaté que ella contenía los gemidos, tal vez porque estábamos en la casa donde ella vive y seguramente no quería que la gente escuche lo que estaba pasando.
Su vagina quedó mojadita y lista para recibir mi miembro. Fui a por el condón, me lo puse y entré en su cueva del placer. Mientras la embestía me decía palabras como: "qué rico, amor", "hay sí", pero también me decía que vaya despacio para no hacer mucha bulla. Como buen caballero le hice caso, sin embargo, por momentos le daba duro y sonaba el choque
Terminamos la faena y nos quedamos conversando en la cama, nos abrazábamos y nos besábamos. Así pasó el rato y llegó la hora del almuerzo. Me la llevé a comer un chifa y la pasamos mostro. Como dije antes, era muy agradable pasar el rato con ella. Luego de que terminara de bajar la comida nos fuimos a un telo para continuarla. En mi mente dije, "aquí podrás hacer bulla" y así fue.
En el telo nuevamente me la chupó y yo la estimulé. Hicimos 69 y me vine pero yo continué estimulándola con lengua y dedos hasta que recupere la energía. Ya dura la pinga de nuevo y en posición de misionero, me preparé para penetrarla y entonces ella dijo, "Amor, sin condón. Quieres?" y yo sin dudar le dije que sí. Sí, lo sé, conducta de riego, pero en esos momentos uno está con la cabeza caliente, además está el factor de que era un chiquillo.
A capela la penetré, era la primera vez que lo hacía sin condón y se sintió la diferencia. Pude sentirla mejor a ella, su calor, su humedad, su sexo.
Estuvimos el resto de la tarde tirando sin condón, por adelante y por atrás. Solamente terminaba en su interior cuando estaba dentro de su culo y se sentía maravilloso.
Es así como la cercanía entre Maribel y yo aumentó, a tal punto que a veces salíamos a comer, ella me invitaba a pasar el rato en su cuarto y no me cobraba y siempre tirábamos sin condón. El preservativo desapareció de nuestro radar.
Continuará...