- ¿Por qué estoy dejando que me haga esto? ¿Por qué no lo detengo? ¿Acaso me está gustando?, una nueva orden suya me devolvió a la realidad:
-Cruza las manos detrás de la nuca ordenó mi Amo. Yo lo obedecí mientras él seguía sobándome y tirando de mis senos a lo que ahora yo producía un leve gemido, un suspiro, otro gemido cargado de morbo; cuando sentí sus labios chupando mi teta izquierda, la derecha uhmm otro gemido aaaahhhh jadeos mas fuertes, más intensos
nadie me había amasado las tetas y chupado mis pezones de esa manera, yo gemía de placer cuando me giro como una muñeca levanto mi falda, arranco mi ropa interior y me ordeno
-con tus manos separa tus nalgas quiero que me muestres tus agujeros puta uhmmmm que placer sentí en mi sexo al oírlo, me arquee separando mis nalgas y ofreciéndole mi sexo y ano ante su mirada
tenia expuesta mis redondas nalgas, mis muslos cuando sentí un durísimo azote que me hizo gritar de dolor, luego otro y otro para luego hundir su dedo en mi sexo
..
-¡Oh, Dios! exclame derrotada
Estaba temblando de excitación y deseo,.. Jamás me había sentido tan humillada, fue ahí cuando sentí un dedo hundiéndose en mi interior para moverlo suavemente
-Estas mojadita, estabas deseando esto no es así perrita sumisa?- ahora hundió 2 dedos e inicio un delicioso vaivén. Mi mente lo quería fuera de mí, resistirse de alguna manera, pero mi cuerpo no me pertenecía y mis caderas se movían al ritmo de los dedos de mi Amo
¡Ooooh, oooooh, uuuuuh! Nnnooo.. aaaaaahhhhhhh gemía y aullaba como nunca lo había hecho en mi vida. El Amo saco los dedos muy mojados y los llevo a mi boca ordenándome a chuparlos, yo que nunca lo había hecho moví mi cabeza en señal de asco, pero recibí una fuerte nalgada y me metió los 3 dedos de su otra mano y empezó a moverlos con fuerza y me volvió a ordenar:
-Lámelos puta Obediente y asustada saque la lengua y lamí mis propios flujos mientras mi Amo me seguía penetrando sus dedos, mi Amo repitió el proceso varias veces, mi cuerpo cayó al piso con mis nalgas levantadas mientras esos dedos seguían penetrándome una y otra vez provocando que explotara en un potentísimo orgasmo, como nunca antes había sentido algo similar.
Aun gemía cuando sentí como me ataba las muñecas y dejándome hacer me levanto poniéndome sobre un sillón donde me ofreció su verga larga e hinchada con una cabeza a punto de estallar. Ahora sin recibir ninguna orden comencé a lamerla y succionarla como nunca se lo había hecho a nadie, ni siquiera mi marido, mi mundo giraba en torno a esa hermosa verga.
Mi Amo retiro la verga de mis labios mientras con mi boca trataba de alcanzarla nuevamente desde mi difícil posición para seguir chupándosela y pasándola por mis labios como si fuera un pintalabios cuando me pregunto
-La quieres en tu de perra?
-Si Amo, se lo suplico- gemí avergonzada y con lágrimas en los ojos dije deseo tanto que me haga suya
-
-suplica que te cache, perra - grito el mientras ponía su caliente cabeza en la entrada de mi sexo.
-Por favor Amo cachete, soy suya, cachete, úseme, le pertenezco en cuerpo y alma
. - Grite gimiendo ante mi señor.
Mi Amo me la metió de golpe y cogiéndome de mi cadera empezó a moverse con una fuerza que arranco dolores de placer, era como si todo este tiempo hubiera sido virgen y mi Amo me hubiera desflorado con su verga, gritaba mientras sentía sus nalgadas una y otra vez, sus tirones a mis ondulados cabellos, me sentía tan llena de verga, tan suya, tan feliz, y ese ruido que hacían nuestros cuerpos chop, chop, Chop
. Aaaaa que rico más, mas, mas
..
-Ahhhh que rico, masssss, massssss, soy su puta, su perraaaaaa
.
Mi Amo saco su verga y la coloco en la entrada de mi vagina, yo movía mis nalgas buscando su verga, que se hundía de nuevo, gimiendo y suplicando
siga, siga
. Por favor no me deje así
se lo pido Amo.
-Te gusta mi verga?, quien la tiene más rica tu puto esposo o tu Amo su voz me devolvió a la realidad y por un momento paso por mi mente mi vida de casada, mi esposo, mi hijastro mientras la verga de mi Amo se frotaba deliciosamente por mis labios vaginales mientras mi conducto vaginal estaba estirándose y amoldándose a su nuevo dueño
¡Ooooooooh! gemí con mucho deseo mientras mi cuerpo ya no me pertenecía empecé a balbucear
-Su verga es la más rica Amo, mi esposo no se compara con usted, él es un cornudo y yo le pertenezco
, soy su esclava aaahh
-
Volví a sentir el glande del Amo penetrándome y haciendo suyo mi sexo con potencia llevándome hasta el cielo
¡Ooooooh! ¡Ooooooh! ¡Oh, sí! !Oh, Dios Santo, me vengooooo! gemí y caí temblando sentía mi cuerpo sudoroso, unos deliciosos espasmos en mi sexo intermitentes, estaba gimiendo y jadeando, mientras mi Amo aun me tenía sujeta por la cintura y me penetraba sin piedad, podía sentir como en mi sexo la verga de mi Amo chapoteaba con cada embestida duramos así varios minutos hasta que sentí su semen quemándome y llenándome toda.
- No puede ser, no puede ser
.. mi sexo al sentir su semen me provoco un nuevo orgasmo que me hizo gemir y gritar mientras me retorcía y me dejaban caer al suelo. Cuando volví en mi tenía la verga de mi Amo a un lado la cual empecé a limpiar con mis labios con mucho deseo; fue ahí recién que me percate que Dayana estaba recostada a un lado de un sofá con las piernas abierta y una persona de rodillas, vestido en cuero y una máscara lamia su sexo arrancándole gemidos.
Cuando quise preguntar por ellos el amo recogía el resto de semen que tenía en mis labios y me los ofrecía mientras yo comía gustosa, cuando lo escuche decir.
Ahora eres mi puta esclava, así como tu hijo es mi esclavo o acaso no reconoces quien está de rodillas ante mi puta principal?, no podía creerlo ahí quien estaba vestido de negro y de rodillas era mi hijastro quien devoraba el sexo de su amiga Dayana, todo esto era demasiado para mí.
Me acerque un poco incrédula viéndolo ahí sumisamente chupando y lamiendo sin importarle quien estuviera alrededor, mi Amo me hizo una seña y fui en 4 a su lado, antes de decir algo me coloco una correa de perro en el cuello, con una placa que decía: Perra Sumisa
.
Mi vida había cambiado para no volver a ser la misma. Desde ese día mi hijastro y yo no volvimos a casa, dejamos nuestras vidas entregándonos a nuestro Amo y a nuestra nueva condición de esclavos.
FIN