gnussi98
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Este relato es parte de una etapa de mi vida. Trataré de que sea lo más conciso posible para no aburrir al lector, así mismo trataré de variar algunos vivencias para que no sean ofensivas para algunos lectores y en especial para no irme en contra de las normas de este foro.
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Habia empezado como practicante en esa pequeña oficina, a pesar de tener poca gente, teníamos varios proyectos en el tema de ingeniería y automatización, además habia un área pequeña donde se importaban y vendían equipos para el mercado de alta y media tensión. Así conocí a Thiago, un brazuca que de cuando en cuando visitaba las oficinas como representante de una de las marcas. Como practicante hacia de todo, desde preparar café hasta venir algunos fines de semana a apoyar haciendo o corrigiendo planos. Iba dos o tres veces por semana a la oficina, apenas me reconocían los pasajes y un poco de dinero extra, que lo usaba para pagar cursos paralelos a la universidad.
Una de mis labores fue llevar a Thiago y un par de clientes a recorrer los chongos de Lima, apenas si conocía las cucardas y otro par, pero de mala muerte. Thiago era un putero empedernido, decía que le gustaba venir a Perú porque comía bien y cachaba rico. El jefe del área contaba que había estado hace mucho tiempo en Brasil haciendo unas practicas (estágio), apenas regresó a Perú y consiguió un trabajo bien remunerado. Me gustaba escuchar atentamente las historias de los "colegas", había planeado que sería buena idea ir a Brasil en un par de años, cuando terminase la universidad. Por otro lado mi vida sexual andaba viento en popa, cachaba cuando quería y mis inquilinas o amantes se habían diversificado. Quien desee, puede leer algunas aventuras con mis amantes inquilinas aquí.
Por otro lado, mi padre había decidido mudarse a Lima y vivir en el apartamento más grande en uno de sus inmuebles, que yo hace tres años administraba y llevaba con bastante dedicación paralelo a mis estudios. Mi padre exigió que yo deje el pequeño apartamento en la azotea e irme a vivir en una habitación con él y su familia. Me rehusé por completo, le pedí que se haga cargo sólo de mi pensión en la universidad, del resto podía encargarme yo, tenía varios cachuelos y no se me haría difícil buscarme una habitación cerca a la universidad, mi padre se negó. Había terminado una especie de relación una hermosa chinita (aquí el relato). A causa de estas nuevas adversidades y otras que no vienen al caso contarlas ahora, un día llamé a Thiago, quien ya estaba en Brasil, y pregunté la posibilidad de hacer un estágio, Thiago comentó que yo aún no tenía la suficiente experiencia, pero si un día pasaba por Brasil, quizá existía la posibilidad de hacer un estágio voluntario por un par de meses. Esas palabras fueron suficientes para tomar una de las decisiones menos planeadas de mi vida: ir a Brasil, buscar un trabajo y olvidarme de Lima, mi chinita y de todo lo que me agobiaba en esta ciudad.
Mi llegada a Brasil fue pesada, había juntado todos mis ahorros y vendido mi auto-carcocha. Viaje en Bus hasta Arequipa, Puno, Bolivia, cruce el chaco y tuve un par de desventuras en Paraguay. Seguí sin inmutarme y llegué a São Paolo, apenas si pasé dos noches allá y seguí mi recorrido hasta Minas Gerais, ahí me instalé en una ciudad al interior de Minas en un hostal de mala muerte. Tenía que ahorrar todo el dinero posible, no tenía la más mínima idea de lo que vendría. El clima en Brasil era cálido, estábamos a principios de diciembre, las garotas que había visto hasta ahora eran un tema aparte, la variedad resultaba increíble, morenas, negras, blancas, rubia, mezclas que no había visto hasta ahora. A los dos días de mi arribo, me fui directo a la oficina de Thiago, me presenté sin avisar. Thiago casi se cae de espaldas al verme, me invitó a pasar y después de una larga espera, me presentó al jefe de personal, le comenté mis intenciones y les mentí descaradamente que había venido de vacaciones a visitar a un familiar. Me dijeron que por estar cerca el fin de año, iban a tomar una decisión recién a principios del año siguiente. Si aún estaba dispuesto quizá podrían ayudarme hasta ahí. Les sonreí amablemente y me despedí, les aseguré que la primera semana de enero sabrían de mi, había pensado quedarme todo el verano.
El hostal de mala muerte donde me quedaba, era el refugio perfecto para parejas de brazucas que querían pasar un rato a cachar, había de todo prostitutas, homosexuales, parejas de jóvenes amantes, etc. Todo el tiempo oía gemidos, llantos, risas y mucho olor a marihuana. Me batía a pajazos, cuando escuchaba los gemidos. Entablé una pequeña amistad con un panadero, él había vivido en su juventud en Argentina y sabía un poco de español. Un día le pregunté, si tenía alguna chambita para mi, me dijo que necesitaba a alguien para que le ayude algunos días a la semana, el trabajo empezaba a las 3 de la mañana. Ya que no tenía más que hacer, acepté, me prometió que el desayuno y almuerzo iban también por su cuenta, pero al menos no disminuiría tan rápido el poco dinero que había traído de Perú.
Empecé al día siguiente, además del panadero, había tres ayudantes, me recibieron muy bien, yo trabajaba concienzudamente, a la gente le agradaba mi actitud, a la semana de estar en ese lugar, el panadero me comentó que su mamá era una persona mayor, vivía sola desde hace un año, antes vivía con su hijo (el hermano del panadero) pero este había fallecido por un tema de salud. El lugar que ocupaba el hermano estaba vacío, solo había piezas de computadoras, el hermano era un técnico de computadoras y aparatos electrónicos, habían querido vender las piezas, pero como no sabían sobre ese tema, no habían podido hacerlo.
Me acomodé en el "barracão", la dueña era una anciana: Fátima, ella se sentía sola, sin casi contacto con nadie. El precio era bastante barato, me estaban haciendo un gran favor. Les aseguré que podía, con el tiempo, encargarme de escoger que piezas serían útiles para vender y cuáles no, en caso recaudase dinero, se lo daría íntegro a Dona Fátima.
Los días pasaban y la Navidad estaba cerca, así mismo la arrechura me embargaba, donde volteaba sólo veía mujeres en pequeños shorts, ropa ligera y una más hermosa que la otra, trataba de estar enfocado en mi pequeño bico en la panadería, ordenando y limpiando el barracão y tratando de ver como hacer para ligar al menos una brasileirinha. La dueña del barracão me comentó que iba a pasar Navidad en casa de su hija, Silvana, Dona Fatima le había comentado sobre mi y había aceptado gustosa que también participe con ellos, mi amigo el panadero quizá también aparecería luego.
Silvana tenía tres hijas: la menor Ariane, la del medio Fabiana y la mayor Larissa. Ariane tenia 17 años, estaba terminando la escuela, parecía la más centradas de las tres, quería hacer el "vestibular" y estudiar en una universidad, era delgadita pero con pechos grandes, cabello negro risado y un rostro risueño. La segunda, Fabiana, era blanca, cabello rubio, parecía teñido, pequeña y también con grandes pechos, tenía 19 años y un niño pequeño, sin mucho reparo y sin que le pregunte me dijo que llevaba una relación abierta con el papá de su hijo. La mayor y más reservada era una bestialidad de mujer, 1.83m, piel morena clara, con pecas, cabello ensortijado negro, una figura perfecta: culo grande, cintura pequeña, y también grandes pechos, ese día casi no conversé mucho con ella, desapareció de un momento a otro. Me quedé impresionado, nunca había estado tan cerca de una mujer tan alta y tan esbelta, podría hasta asegurar que podría fácilmente trabajar de modelo. Durante la fiesta de navidad fui la curiosidad de la celebración, todos querían conversar conmigo, me preguntaban que hacía en Brasil, como era Perú, yo hablaba despacio y pausado no tenía ni tres semanas en Brasil, había aprendido algunas palabras en Portugués, me resultaba un poco difícil comunicarme con ellos. Acepté una copa de vino, por compromiso, no tenía deseos de beber alcohol, llegaron más familiares, me agradecieron por cuidar del lugar y ocuparme de las cosas del hermano fallecido.
Los días transcurrían y yo continuaba más caliente, el calor era impresionante, necesitaba varios baños de agua fría y varias pajas al día para calmar la calentura. Además del pequeño cachuelo en la panadería había logrado armar con éxito una PC con las piezas disponibles, no fue muy difícil.Silvana había comentado que Ariane necesitaba una computadora para el colegio y quizá luego para la universidad. Les dije el precio aproximado y que el pago se lo haga íntegro a su madre. Fabiana aprovechó y me invitó a una fiesta de año nueva en casa de unos amigos, Ariane también iba a estar ahí. De la mayor, Larissa, y musa de mis pajas nocturnas nadie sabía donde pasaría año nuevo.
La fiesta de año nuevo estuvo divertida, era casi una moda ficar con alguien, es decir chaparte a alguien durante la fiesta. Vi a Fabiana agarrar hasta con dos tipos distintos durante la fiesta, Ariane estaba todo el rato junto a un chibolo de su edad, yo apenas estaba metiéndole letra a una morena que conocí y nos besamos un par de veces, no entendía bien de qué iba el asunto. Pensé que ya me la iba a llevar, pero al rato vi que ella estaba con otro tipo de la fiesta, estaba confundido. Poco a poco me enteraba que "podías agarrar" con varias o una sola, una morena llegó cerca de mi y después de una corta conversación en portuñol me pidió para besarnos, empezaba de a poco a entender como iba a ser en adelante mi tiempo en Brasil.
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Habia empezado como practicante en esa pequeña oficina, a pesar de tener poca gente, teníamos varios proyectos en el tema de ingeniería y automatización, además habia un área pequeña donde se importaban y vendían equipos para el mercado de alta y media tensión. Así conocí a Thiago, un brazuca que de cuando en cuando visitaba las oficinas como representante de una de las marcas. Como practicante hacia de todo, desde preparar café hasta venir algunos fines de semana a apoyar haciendo o corrigiendo planos. Iba dos o tres veces por semana a la oficina, apenas me reconocían los pasajes y un poco de dinero extra, que lo usaba para pagar cursos paralelos a la universidad.
Una de mis labores fue llevar a Thiago y un par de clientes a recorrer los chongos de Lima, apenas si conocía las cucardas y otro par, pero de mala muerte. Thiago era un putero empedernido, decía que le gustaba venir a Perú porque comía bien y cachaba rico. El jefe del área contaba que había estado hace mucho tiempo en Brasil haciendo unas practicas (estágio), apenas regresó a Perú y consiguió un trabajo bien remunerado. Me gustaba escuchar atentamente las historias de los "colegas", había planeado que sería buena idea ir a Brasil en un par de años, cuando terminase la universidad. Por otro lado mi vida sexual andaba viento en popa, cachaba cuando quería y mis inquilinas o amantes se habían diversificado. Quien desee, puede leer algunas aventuras con mis amantes inquilinas aquí.
Por otro lado, mi padre había decidido mudarse a Lima y vivir en el apartamento más grande en uno de sus inmuebles, que yo hace tres años administraba y llevaba con bastante dedicación paralelo a mis estudios. Mi padre exigió que yo deje el pequeño apartamento en la azotea e irme a vivir en una habitación con él y su familia. Me rehusé por completo, le pedí que se haga cargo sólo de mi pensión en la universidad, del resto podía encargarme yo, tenía varios cachuelos y no se me haría difícil buscarme una habitación cerca a la universidad, mi padre se negó. Había terminado una especie de relación una hermosa chinita (aquí el relato). A causa de estas nuevas adversidades y otras que no vienen al caso contarlas ahora, un día llamé a Thiago, quien ya estaba en Brasil, y pregunté la posibilidad de hacer un estágio, Thiago comentó que yo aún no tenía la suficiente experiencia, pero si un día pasaba por Brasil, quizá existía la posibilidad de hacer un estágio voluntario por un par de meses. Esas palabras fueron suficientes para tomar una de las decisiones menos planeadas de mi vida: ir a Brasil, buscar un trabajo y olvidarme de Lima, mi chinita y de todo lo que me agobiaba en esta ciudad.
Mi llegada a Brasil fue pesada, había juntado todos mis ahorros y vendido mi auto-carcocha. Viaje en Bus hasta Arequipa, Puno, Bolivia, cruce el chaco y tuve un par de desventuras en Paraguay. Seguí sin inmutarme y llegué a São Paolo, apenas si pasé dos noches allá y seguí mi recorrido hasta Minas Gerais, ahí me instalé en una ciudad al interior de Minas en un hostal de mala muerte. Tenía que ahorrar todo el dinero posible, no tenía la más mínima idea de lo que vendría. El clima en Brasil era cálido, estábamos a principios de diciembre, las garotas que había visto hasta ahora eran un tema aparte, la variedad resultaba increíble, morenas, negras, blancas, rubia, mezclas que no había visto hasta ahora. A los dos días de mi arribo, me fui directo a la oficina de Thiago, me presenté sin avisar. Thiago casi se cae de espaldas al verme, me invitó a pasar y después de una larga espera, me presentó al jefe de personal, le comenté mis intenciones y les mentí descaradamente que había venido de vacaciones a visitar a un familiar. Me dijeron que por estar cerca el fin de año, iban a tomar una decisión recién a principios del año siguiente. Si aún estaba dispuesto quizá podrían ayudarme hasta ahí. Les sonreí amablemente y me despedí, les aseguré que la primera semana de enero sabrían de mi, había pensado quedarme todo el verano.
El hostal de mala muerte donde me quedaba, era el refugio perfecto para parejas de brazucas que querían pasar un rato a cachar, había de todo prostitutas, homosexuales, parejas de jóvenes amantes, etc. Todo el tiempo oía gemidos, llantos, risas y mucho olor a marihuana. Me batía a pajazos, cuando escuchaba los gemidos. Entablé una pequeña amistad con un panadero, él había vivido en su juventud en Argentina y sabía un poco de español. Un día le pregunté, si tenía alguna chambita para mi, me dijo que necesitaba a alguien para que le ayude algunos días a la semana, el trabajo empezaba a las 3 de la mañana. Ya que no tenía más que hacer, acepté, me prometió que el desayuno y almuerzo iban también por su cuenta, pero al menos no disminuiría tan rápido el poco dinero que había traído de Perú.
Empecé al día siguiente, además del panadero, había tres ayudantes, me recibieron muy bien, yo trabajaba concienzudamente, a la gente le agradaba mi actitud, a la semana de estar en ese lugar, el panadero me comentó que su mamá era una persona mayor, vivía sola desde hace un año, antes vivía con su hijo (el hermano del panadero) pero este había fallecido por un tema de salud. El lugar que ocupaba el hermano estaba vacío, solo había piezas de computadoras, el hermano era un técnico de computadoras y aparatos electrónicos, habían querido vender las piezas, pero como no sabían sobre ese tema, no habían podido hacerlo.
Me acomodé en el "barracão", la dueña era una anciana: Fátima, ella se sentía sola, sin casi contacto con nadie. El precio era bastante barato, me estaban haciendo un gran favor. Les aseguré que podía, con el tiempo, encargarme de escoger que piezas serían útiles para vender y cuáles no, en caso recaudase dinero, se lo daría íntegro a Dona Fátima.
Los días pasaban y la Navidad estaba cerca, así mismo la arrechura me embargaba, donde volteaba sólo veía mujeres en pequeños shorts, ropa ligera y una más hermosa que la otra, trataba de estar enfocado en mi pequeño bico en la panadería, ordenando y limpiando el barracão y tratando de ver como hacer para ligar al menos una brasileirinha. La dueña del barracão me comentó que iba a pasar Navidad en casa de su hija, Silvana, Dona Fatima le había comentado sobre mi y había aceptado gustosa que también participe con ellos, mi amigo el panadero quizá también aparecería luego.
Silvana tenía tres hijas: la menor Ariane, la del medio Fabiana y la mayor Larissa. Ariane tenia 17 años, estaba terminando la escuela, parecía la más centradas de las tres, quería hacer el "vestibular" y estudiar en una universidad, era delgadita pero con pechos grandes, cabello negro risado y un rostro risueño. La segunda, Fabiana, era blanca, cabello rubio, parecía teñido, pequeña y también con grandes pechos, tenía 19 años y un niño pequeño, sin mucho reparo y sin que le pregunte me dijo que llevaba una relación abierta con el papá de su hijo. La mayor y más reservada era una bestialidad de mujer, 1.83m, piel morena clara, con pecas, cabello ensortijado negro, una figura perfecta: culo grande, cintura pequeña, y también grandes pechos, ese día casi no conversé mucho con ella, desapareció de un momento a otro. Me quedé impresionado, nunca había estado tan cerca de una mujer tan alta y tan esbelta, podría hasta asegurar que podría fácilmente trabajar de modelo. Durante la fiesta de navidad fui la curiosidad de la celebración, todos querían conversar conmigo, me preguntaban que hacía en Brasil, como era Perú, yo hablaba despacio y pausado no tenía ni tres semanas en Brasil, había aprendido algunas palabras en Portugués, me resultaba un poco difícil comunicarme con ellos. Acepté una copa de vino, por compromiso, no tenía deseos de beber alcohol, llegaron más familiares, me agradecieron por cuidar del lugar y ocuparme de las cosas del hermano fallecido.
Los días transcurrían y yo continuaba más caliente, el calor era impresionante, necesitaba varios baños de agua fría y varias pajas al día para calmar la calentura. Además del pequeño cachuelo en la panadería había logrado armar con éxito una PC con las piezas disponibles, no fue muy difícil.Silvana había comentado que Ariane necesitaba una computadora para el colegio y quizá luego para la universidad. Les dije el precio aproximado y que el pago se lo haga íntegro a su madre. Fabiana aprovechó y me invitó a una fiesta de año nueva en casa de unos amigos, Ariane también iba a estar ahí. De la mayor, Larissa, y musa de mis pajas nocturnas nadie sabía donde pasaría año nuevo.
La fiesta de año nuevo estuvo divertida, era casi una moda ficar con alguien, es decir chaparte a alguien durante la fiesta. Vi a Fabiana agarrar hasta con dos tipos distintos durante la fiesta, Ariane estaba todo el rato junto a un chibolo de su edad, yo apenas estaba metiéndole letra a una morena que conocí y nos besamos un par de veces, no entendía bien de qué iba el asunto. Pensé que ya me la iba a llevar, pero al rato vi que ella estaba con otro tipo de la fiesta, estaba confundido. Poco a poco me enteraba que "podías agarrar" con varias o una sola, una morena llegó cerca de mi y después de una corta conversación en portuñol me pidió para besarnos, empezaba de a poco a entender como iba a ser en adelante mi tiempo en Brasil.