Aún recuerdo con cariño a Reyna, la conocí en el 2013, tenía un aviso en internet donde mostraba sus principales e inobjetables argumentos para conocerla. Llamaba a su número teléfonico y no contestaba.
Entonces recordé este foro y busqué si tenía alguna información. Y vaya que sí había bastante información, inclusó la advertencia de que si no te conocía no te atendía pues sólo contestaba a los cofrades de los que tenía su número. También habían recomendaciones de como intentar superar ese casi infranqueable obstáculo.
No me desanimé y seguí intentándo, la llamaba y tenía la esperanza de que en algún momento me contestara, así fue que en octubre del 2013 ocurrió el milagro. Me respondió esa voz que aún recuerdo, me dio la información donde la podía ubicar y le confirmé que iba, ya cerca al lugar la volví a llamar y no contestaba, en el último intento porque ya la había llamado varias veces y esperado buen rato, respondió y fue así como (sin utilizar las recomendaciones de decirle que ya era cliente) pude finalmente conocer y poseer a Reyna.
Creo que ayudó bastante el hecho de que me pareció que ese día estaba con nula clientela, porque cuando me recibió estaba con ropa normal y su habitación del hostal y la cama no se veían desarreglados. Eran entre las cuatro y cinco de la tarde.
No sé si le agradé cuando me vio, pero a modo de saludo se pegó a mi cuerpo y se frotó contra mí, luego se volteó y se volvió a frotar, que agradable sensación, tenía buenas curvas en un bonito cuerpo, luego de ello se bajó el jean y mostrando el hilo se siguió frotando contra mí, finalmente se volteó y se levanto la chompa, mostrando el brasier que contenía sus principales encantos. Me miro con una cara entre inocente y lasciva y me prguntó: "¿Te quedas?". Respondí con un lacónico: "Sí".
Así fue la anécdota de como conocí a Reyna, aquel día tiramos como si nos conociéramos de toda la vida, ella se entregó bien, terminé bastante zamaqueado y ampliamente satisfecho. Luego cuando yo ya estaba vestido para irme nos pusimos a conversar y así nos quedamos por un par de horas más (yo no tenía nada que hacer y al parecer ella tampoco y no tenía clientela en espera).
Desde entonces me envíaba SMS cada vez que ella estaba en su habitación y yo siempre acudía feliz a su convocatoria, luego comenzamos a conocer otros hoteles, teníamos confianza y siempre la pasamos bien. Hasta que me robaron el celular, tuve que bloquear la línea pero por diversos avatares no pude recuperar mi número. Perdí contacto y así acabó la historia.