Este relato tal vez no es tan mañosamente sensual y sexual como los anteriores, pero es necesario como preludio al próximo que vendrá....
PRINCESA DE LA NOCHE... pasando mi primera experiencia como kine, descubrí que puede ser bastante excitante y divertido seguir haciéndolo por un tiempo más. Ya había vuelto a mi vida normal, llena de trabajo y obligaciones, los días y las noches se me pasaban volando, siempre ocupada, por lo tanto mis visitas a ese club eran bastante esporádicas. Me desaparecía por temporadas y volvía otras veces seguido, todo dependía de mi tiempo y de mis ganas.
En ese lapso ya había aprendido y pulido algunos detalles, me perfeccioné en el arte de la observación, sabía darme cuenta en cuestión de segundos si esa compañía me agradaría o no. Si alguien no me parecía agradable, lo esquivaba, me retiraba. Hubo personas que veía frecuentaban seguido ese lugar y siempre rechacé, me decían que era botada, no es así, nunca hice un desprecio o desplante a nadie, simplemente que había observado en ellos actitudes poco educadas con otras personas y ya quedaban marcados para mí y nunca les llegué a aceptar ni un vaso de agua. Por otro lado, si decidía y me interesaba conocer a alguien y estaba segura que la experiencia sería buena, elegantemente lo seduciría, lo excitaría, lo volvería loco para cuando llegue el momento de estar a solas, convertirme en su perrita, rol que me encantaba (bueno, que aún me encanta...), dejarle que me use, someterme a los caprichos y ganas que yo misma había despertado durante el proceso previo.
Es así que fui conociendo varias personas interesantes, divertidas, que me complacían sexualmente y yo a ellos. Ellos se llamarían para el común de los mortales "mis clientes", para mi eran mas bien "mis amigos", un pequeño, pequeñísimo círculo de consentidos que sabían como ubicarme, que sabían cuando iría a trabajar y cuando no, con los que a veces cuando el tiempo me lo permitía, salía a comer, bailar o simplemente me quedaba cachando la noche entera sin descanso, sin dormir...Tuve suerte, la verdad era muy afortunada al poder elegir quien me acompañaría durante la noche. Saben, no va conmigo el hecho de cacharse 10, 20 o 30 tipos por noche como sé, lo hacen en ciertos lugares. Sé que ahí si sería algo mecánico y únicamente una transacción económica la cual deja de ser placentera, ya que 30 orgasmos en un día, creo, no sería posible y si llegase a serlo pues sería motivo suficiente para que el corazoncito se resienta, pare y deje de latir, romántica y médicamente hablando, aunque que se yo, ni soy poeta ni soy cardióloga.... Respeto esos lugares y respeto quien decide hacerlo así, pero mi estilo era mas pausado, saber que lo gozamos los dos, recordar su nombre, sus comentarios, su conversación. No voy a negar que hubo varias ocasiones en que alguien solo se acercaba a mi a preguntarme ¿cuanto?, la mayoría de las veces yo cortaba la pregunta con un "muy buenas noches, soy bomboncita, mucho gusto....", así se quedaban medios sorprendidos y sabían que debían ser aunque sea un poquito mas amables o conmigo no la hacían. Pero recuerdo un chico en especial, un día en el que yo estaba bastante arrecha, se me acercó y me hizo ya esa clásica pregunta, estaba serio, medio molesto, yo le pregunté que le pasaba y me dijo que estaba muy muy asado por un problema personal que había tenido. Le agarré de la mano y le dije, bueno, paga solo el privado que lo demás es un regalo de mi parte, desquítate conmigo que hoy tengo ganas de ser tu puta regalada. Lo lleve al lugar privado, me descubrí las tetas y me arrodillé frente a él. El agarró mis cabellos con su mano y chocó mi cabeza contra la pared, empezó a restregarme con su verga en mi cara, fuertemente, me cacheteada con su pinga, era grande y me dolía pero como me excitaba la situación, se la mamé rico, me la tragué completa y seguidamente me puse en cuatro, el cacheteaba mis nalgas fuertemente mientras me cachaba, lo cual me hizo volverme loca. Cuando se cansó de cogerme y nalguearme, sacó su pene, se sacó el preservativo y derramó su leche sobre mi espalda, me dió una última nalgada y me dijo "gracias", se subió el pantalón (ni siquiera se había desvestido, que ricooo) y se fue, me dejó ahí, en cuatro, con la leche derramada (jajaja, hay como me excitan esas cosas...)
(...) Un día aún medio temprano, antes de que llegue gente, le pregunto pensativa a mi amiga Tania (se acuerdan la del primer día, la que proponía un sexo grupal), con un tono medio ingenuo ¿por que los hombres piden tanto el sexo anal, que es lo que les atrae a ellos sobre eso? es que yo, en mi vida normal, común y corriente, mis experiencias anales han sido casi nulas, casi no me lo han pedido, una vez si lo hice pero me dolió terriblemente y no disfruté nada, creo, me traumé y no quise intentarlo mas. Mi segunda experiencia cercana a lo anal, créanlo o no, pues fue con los dedos del chico de mis relatos anteriores, el que me "bautizó" como kine, sedando mi anito con los hielos. Como esos días estaba sumergida en los placeres de esta nueva experiencia, de mi fantasía, con las hormonas alborotadas, pues me había dolido pero lo había disfrutado, incluso, recordé la ocasión que el introdujo su dedo en el restaurante de la playa, frente al mozo y sin previa lubricación ni nada, como dolióoooo, pero poco a poco se fue aflojando y me fue gustando. En mis posteriores experiencias había eludido a ese tipo de contacto anal, y era, en realidad algo que estaba claro no lo aceptaría, sin embargo, varios seguían insistiendo en eso, pero sinceramente me atemorizaba un poquito la idea de volver a sentir el dolor de un pene dentro de mi culito aún cerradito.
Tania me contesto que es normal, en lugares como este y en situaciones en la que se escapan con su "amiguita", pues los hombres buscan lo que normalmente no tienen en su vida diaria o lo que les causa mas morbo.
Que por qué no me lo habían pedido mis ex parejas en mi vida de "civil"?, pues fácil, porque ahí yo era la niña buena para ellos y eso se lo pedían a las amigas que frecuentaban. Obvio claro, hay parejas muy abiertas sexualmente que disfrutan al máximo las experiencias de todo tipo y eso incluye por su puesto lo anal, pero eso ya es cuestión de dos, el proponer y el ser aceptado.
Mmmmm o sea que el hecho de que tu pareja no quiera, y que ni siquiera insinúe el hecho de cacharte el culo quiere decir cualquiera de las siguientes dos cosas:
a) que el pertenezca al 15% de la población masculina que no le gusta el sexo anal, o,
b) que el culo se lo esté pidiendo a alguien mas....
mas mmmmmm de mi parte ...... debo aprender mas sobre el sexo anal, para así ser una perrita con todas sus letras y también una buena amante o futura pareja y obviamente encontrar el placer oculto que se esconde en esa práctica sexual. Agarré mi teléfono y escribí un mensaje para uno de mis "amigos cariñosos", el insistente siempre en querer probar mi culito. .... - hola bebé, disculpa la hora, no estoy borracha ni nada, así que no te rías. En mis cinco sentidos te digo que estuve pensando seriamente tu propuesta de cacharme el culito- ......jeje.......