Sacaron a Alditus de "Correo"

José Barba Caballero
Aldo Mariátegui
Aldo se ha retirado de la dirección del diario Correo como el periodista más influyente e importante del país. Este título no le cayó del cielo. Se lo ganó en las trincheras del debate, peleando mano a mano con los filibusteros del periodismo, con los mercenarios de la pluma, con los acomodaticios de siempre, con los profesionales del "tongo" y de la manipulación.
Mi primer recuerdo de él es el de un muchacho inquieto, rebelde, sarcástico, culto, indignado. Todas estas virtudes fueron convertidas en un puño, y así, solito, rompió fuegos contra la poderosa prensa caviar.
Sus enemigos le respondieron con todas las armas que les son características: insulto, difamación, cargamontón cobarde; pero Aldo no es de los que se asustan. Poco a poco ganó simpatías, seguidores, aliados, y creó un muro de contención contra esa peste infecciosa que es el pensamiento caviar.
Pero Aldo no es solo un combatiente, sino, además, un demócrata. Muchos de mis artículos atacaron algunas de sus creencias más firmes; pero igualmente fueron publicados. Lo mismo le pasó a Rolando Breña, que no podía creer que un diario liberal como Correo le diese tribuna a una ideología tan primitiva y reaccionaria como la que él representa.
Bajo la dirección de Aldo, y siempre desde una óptica democrática, racional y adscrita a las leyes del mercado, este diario se convirtió en un referente de lectura obligatoria para todos los preocupados en el acontecer político nacional.
Lo anterior, desde todo punto de vista, fue una hazaña de coraje e inteligencia. Aldo enseñó que los caviares pueden estar infiltrados en todos los medios y ser muy ricos; pero si se les enfrenta con la fuerza de la verdad y de la historia, se convierten en musgo, en seres patéticos que solo balbucean sinsentidos. Durante muchos años, mi primer diario de lectura fue Correo; cada vez que abría sus páginas, sentía que había allí un gladiador con escudo y espada. Por esto, entre otras cosas, yo me sentía representado política e ideológicamente. Ojalá que el ruido de las espadas y de las ideas que chocan para seguir alumbrando nuevas verdades, siga sonando en este diario. Este sería el mejor homenaje a Aldo Mariátegui.
 
José Barba Caballero
...Pero Aldo no es solo un combatiente, sino, además, un demócrata. Muchos de mis artículos atacaron algunas de sus creencias más firmes; pero igualmente fueron publicados. Lo mismo le pasó a Rolando Breña, que no podía creer que un diario liberal como Correo le diese tribuna a una ideología tan primitiva y reaccionaria como la que él representa.

Aldo mariategui un demócrata... y quien lo dice: barba caballero.... es decir, dime quien te alaba y te diré quien REALMENTE eres.

Mejor veamos antecedentes mas reales que los que brotan de un traficante de candidaturas como barba.

LA DOBLE MORAL DE ALDO MARIATEGUI


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Hace unos meses escribí sobre los falsos liberales. Aquellas personas que practicaban una defensa a ultranza de los valores económicos del libre mercado, pero que eran poco consecuentes con la defensa de los derechos fundamentales. Indiqué que Aldo Mariátegui Bosse pertenecía a ese grupo de personas. Hoy ustedes lo podrán comprobar, cuando lean la siguiente historia de una censura.

Hasta hace unas semanas, el economista Miguel Santillana Santos tenía una columna permanente en el diario Correo:Viernes del Oso.

Santillana, un liberal consecuente con lo que piensa, decía lo que pensaba sobre el gobierno y tenía ciertos matices de la línea editorial del diario para el que escribía: rechazaba la pena de muerte y no se pronunció a favor de la ley que censuraba a las ong’s, e incluso elogió el trabajo de la CVR. También criticó la torpeza con la que las empresas mineras han enfrentado los reclamos del sacerdote Marco Arana en temas ambientales.

Sin embargo, hace unas semanas Santillana dejó el diario, luego de publicar una columna bastante fuerte contra eleconomista Hernando de Soto y el Instituto Libertad y Democracia. Algunos párrafos de muestra:

“El Otro Sendero – coescrito con las jóvenes promesas liberales, Enrique Ghersi y Mario Ghibellini, que hoy desconoce– le abrió las puertas de los salones más exclusivos del poder que necesitaba un gurú del nuevo evangelio para el Tercer Mundo. El mensaje era simple: la ausencia de los derechos de propiedad de los más pobres y la excesiva carga burocrática del Estado no les permite participar plenamente del mercado explicando la “informalidad””.

“Richard Webb, un economista de verdad, ha publicado La construcción del Derecho de propiedad. El caso de los asentamientos humanos en el Perú en que destruye los argumentos y supuestos beneficios de las tesis de HdS y su ONG, el ILD.

Ellos sugieren que el Sistema de Registro Predial creado por DL No 495 (Nov. 1988), posteriormente extendido para la aplicación en el ámbito nacional con Cofopri –para predios urbanos– y con el PETT -para predios rurales-, ha generado beneficios “netos” por US$ 9,400 millones.

Para Webb, la forma de calcular estos supuestos beneficios son las cuentas del “Gran Capitán”. No sólo hay cifras no explicadas, sino que hay utilización sesgada (¿interesada?) de resultados de investigaciones del BM o de investigadores particulares (sobre los cuales también hay serios cuestionamientos metodológicos a las encuestas realizadas y a las regresiones). Finalmente, el título otorgado por Cofopri no aumenta el valor de la propiedad, no aumenta el ingreso familiar, no hay mayores créditos (esto está ligado más a la capacidad de pago del solicitante), etc. que pide a gritos una explicación de HdS y el ILD“.

Hay cosas bastante serias puestas sobre la mesa:

La primera, es el famoso proceso penal iniciado por Enrique Ghersi y Mario Ghibellini contra de Soto, por la autoría de El Otro Sendero, libro publicado en 1986 con el apadrinamiento de Mario Vargas Llosa. Sin embargo, de Soto fue bastante desleal, tanto con su padrino como con sus colaboradores, quienes hicieron todo el trabajo de campo del libro en cuestión. El prólogo de MVLL fue desterrado de las ediciones últimas de El Otro Sendero y fue reemplazado por una introducción en la que el economista arequipeño se despacha con el rollo de que su aporte intelectual fue clave para la derrota de Sendero Luminoso. Mientras que a Ghibellini y Ghersi se les saca de la lista de colaboradores del libro. El abogado de ambos, Alfredo Bullard, explicó hace un año el por qué de dicha disputa.

La segunda, es que es la segunda vez que un economista peruano rebate las ideas de HdS, considerado como el totem de varios liberales económicos. El primero - aunque suene políticamente incorrecto decirlo - fue Alejandro Toledo Manrique, quien como profesor de ESAN, dirigió una serie de conferencias sobre la informalidad, publicadas en el libro Las otras caras de la Sociedad Informal: una visión multidisciplinaria, donde se rebate la idea de que los informales sean capitalistas en potencia a los cuales debe estimularse, hipótesis de la que parte de Soto para postular sus tesis. Mientras que el libro de Webb rebate la otra parte de la ecuación del ILD, es decir, los efectos de sus fórmulas de simplificación legal para reducir la informalidad en el Perú y convertir a los peruanos en grandes capitalistas.

Sin embargo, luego de soltar esas dos bombas, Santillana dejó de escribir en Correo. La respuesta a la pregunta ¿qué paso con los Viernes del Oso?, fue respondida hace unas semanas en una carta escrita por el columnista a la revista Caretas:

Lima, 3 de marzo del 2007

La intolerancia del director del diario Correo me ha forzado a dejar de escribir mi columna Viernes del Oso. La última difundida, ‘Hernando de Soto y el ILD ¿son unos chantas?’, no fue del agrado del economista. Por eso Aldo Mariátegui me llamó ofuscado y dijo que mi artículo le había “quemado una oportunidad de chamba”.

Mi siguiente entrega no fue publicada, y nadie me ha dado una explicación. Lo curioso es que una tercera persona me sugirió, por encargo de Aldo, que le pida disculpas a de Soto y que me haga “el muertito por unas dos semanas”. Increíble que un medio que dice tener una plantilla plural de columnistas (responsables de sus opiniones ante cualquier denuncia penal) y con un director que le dice de todo al ocasional objeto de sus odios, sea intolerante con quien se atreve tocar a su tótem. ¿Y la libertad de expresión que defiende?

Miguel Santillana Santos
DNI 07544006

Me quedo con la última parte de lo señalado por Santillana. El director de Correo, Aldo Mariátegui Bosse, es capaz de comparar a sus adversarios políticos con productos hidrobiológicos, acusa a la presidenta del Congreso de velasquista consumada cuando ella protestó contra la dictadura de Velasco, califica de electarado a quienes votan por Humala y es capaz de aplaudir que Cipriani se apodere de la PUCP - donde él estudió - antes que lo que considera como sus enemigos ganen una batalla. En suma, es capaz de demoler a sus adversarios de la peor manera posible y con la libertad de palabra que lo caracteriza.

Sin embargo, el mismo hombre que se proclama como liberal, adora a Friedman (solo le faltó poner el cintillo negro de duelo cuando se murió) y aboga por la libertad en el consumo de drogas censura a un columnista que opina contrariamente a lo que su totem intelectual señala y, peor aún, cuando saca aquello que Hernando de Soto quisiera que olvidemos de él.

No se si sea cierto todo lo que señala Santillana en su carta - en particular, lo referido a los intereses crematísticos de Mariátegui en su afan censurador - pero si es preocupante que el director de un medio de comunicación deje de lado a un colaborador sólo por el hecho que afectó sus intereses, sean intelectuales o económicos. La carta de Santillana no ha sido desmentida por Mariátegui, quien debe a los lectores de su diario una explicación razonable.

Con tal que no diga que su secretaria cometió el error…

MAS SOBRE EL TEMA:
Martin Tanaka: Censura en diario Correo
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Tomado de:
Desde el Tercer piso
26 de Marzo de 2007
 
El tipo de persona que sea el señor Mariategui o sus reacciones post despido poco nos deberia importar. Eso debe quedar en en su ambito privado y en su entorno mas cercano. El tema aqui es el motivo de su arbitrario y abusivo despido de un medio de comunicacion. Que algunos quieran creer que de repente algun acionista mayoritario se dio cuenta que no le gustaba la cara de Aldo o le caia muy pesado y por eso lo boto es su tema. Y todo parece indicar que este fue por intereses economicos de por medio.

El editorial del dia de hoy de diario El Comercio nos da una idea de ello.

Las explicaciones de la alcaldesa de Lima con respecto al origen de los fondos con los que está sustentando su cada vez más costosa campaña siguen siendo desconcertantes. Su respuesta, ahora que ha contratado veinte torres unipolares con sus respectivos paneles, se puede resumir en dos partes. La primera: hay personas de buena voluntad (como “un coordinador de Somos Perú”) que se le acercan a regalarle estas cosas. La segunda: en realidad, la que sabe es Anel. Ninguna de las dos es satisfactoria, teniendo en cuenta que ya en enero la señora Townsend ofreció que “en el más breve plazo” haría pública la lista de donantes de su campaña y que hasta hoy se sigue a la espera de esta información (que ahora ha sido prometida para el 18 de marzo). Algo que solo se vuelve más desconcertante cuando se recuerda que antes de hacer esta oferta incumplida la señora Townsend no supo justificar bien de dónde había salido el dinero que posibilitó asegurar la contratación de su lujoso publicista (solo hizo una vaga alusión al ex ministro Salomón Lerner, quien luego se negó a dar explicaciones al respecto).Y más todavía, cuando se considera que la cifra que después dio la señora Townsend para esta contratación no parece muy verosímil como precio de mercado para los servicios de una empresa publicitaria internacional tan importante como la del señor Favre. Puede, desde luego, que la empresa brasileña haya decidido darle un muy buen descuento a la causa de la señora Villarán pero, si ese es el caso, interesa saber por qué. Hay que recordar, después de todo, que esta empresa está ligada a varios otros negocios de su misma nacionalidad que a la fecha tienen grandes contratos con la Municipalidad de Lima y son, sin duda, aspirantes a tener muchos más.

Ahi es sin duda donde el señor Mariategui era incomodo, la piedra en el zapato. Eso lo hemos visto en nuestra historia reciente. ¿O es que algunos se creen que solo Fujimori y Montesinos pueden apoderarse de canales de television y echar periodistas incomodos?

Y para los que leen y no entienden, no digo que la señora Villaran sea la cabecilla de una mafia, lo que digo es que hay millonarios intereses para que ella, tonta util, se quede en su lugar. Y si esos intereses son capaces de bajarse nada menos que al director de un medio de comunicacion como lo es el diario Correo, entonces estos, en mi opinion no tienen otro calificativo de "mafia"
 
Artículo sobre la salida de Aldo Mariátegui, tomado de "Dedo Medio"
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LAS VERDADERAS RAZONES POR LAS QUE BOTARON A ALDO MARIÁTEGUI

LAS RAZONES "TONTUELAS" EXPLICADAS POR SUS EX EMPLEADORES
Por: Jose Villaorduna | February 7, 2013 - 5:33 pm

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Como las Madres de la Plaza Mayo, las viudas de Aldo Mariátegui se la han pasado denunciando que en el despido del ex director de Correo hay un claro y repugnante atentado contra la libertad de prensa. Han reclamado la ausencia de cartas abiertas de respaldo, comunicados de IPYS, marchas de solidaridad y cadenas de oración. “¡Por qué sí protestaron con los despidos de Augusto Álvarez Rodrich y Rosa María Palacios, y no hacen lo mismo con Aldo!” era lo que se dejaba entender en medio de los sollozos. El llanto de una viuda es algo que no podemos ignorar en Dedomedio (estamos educados a la antigua), por lo que decidimos emprender una investigación de tan penoso caso. Así que simplemente hicimos lo que nadie había hecho hasta ahora: además de reproducir las versiones de las viudas, buscar la versión de los ex empleadores de Aldito Mariátegui. Esto fue lo que encontramos.

HIPÓTESIS UNO: “¡FUE TOLEDO”

Cuando Aldo fue informado de su despido, no lo podía creer. Así que cuando le dijeron “estás fuera”, sencillamente no lo pudo procesar. Pensó de inmediato que había algo oscuro y turbio tras su salida. “¿Habrá sido la denuncia de la casa de Toledo?”. El primero que salió en público a dar la versión de que una mano negra había pedido la cabeza de Aldo Mariátegui Bossé, fue su gran amigo, Claude Maurice Mulder Bedoya.

“Y hoy resulta ser, sin duda, una infeliz coincidencia, una auténtica casualidad, un hecho absolutamente fortuito, que justo cuando un medio suelta una información relevante de cómo el entorno familiar directo del señor Toledo puede darse el lujo de comprar al cash una casa en 4 millones de dólares, el director del medio, Aldo Mariátegui, es virtualmente expectorado del cargo y a otra cosa mariposa. Que dicho periodista hubiera sido uno de los más tenaces defensores de la revocación a la alcaldesa de Lima y, al mismo tiempo, pusiera en evidencia un hecho no esclarecido y del cual el Ministerio Público ya abrió una investigación, relativo a su aliado Alejandro Toledo, no es sino, como venimos diciendo, una mera coincidencia. ¡Faltaba más! ¡No hay que ser malpensados!”.

Esa versión no se le habría ocurrido de la nada a Claude Maurice: según nuestras fuentes fue el propio Mariátegui quien se la habría dado. Sin embargo, la primera portada del Correo post Mariátegui desmintió la primera hipótesis conspiranóica:

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¡Diablos! Había que buscar otro culpable…

HIPÓSTESIS DOS: “¡FUE FAVRE!”

Entonces, si no había sido Toledo, ¿quién otro podría odiar tanto a Aldo como para provocar su salida? Llegó entonces la versión de Beto Ortiz.
“¿A quiénes estaba perjudicando realmente el creciente e indisimulable entusiasmo de “Correo” por terminar de tumbarse a la magulladísima alcaldesa Villarán? ¿A Fuerza Social y su futuro político o a las millonarias inversiones de las transnacionales que ya obtuvieron la buena pro de los mega proyectos municipales.? Mmm… tengo la impresión de que Aldo se puso demasiado monotemático y no se lo perdonaron. Tengo la sensación de que se lo dijeron cantando: Você abusou. Tirou partido de mim. Abusou. ¿Presión o negociación? ¿Pressão o o negociação? Esa es la questiao. Mientras tanto, canten conmigo: Você abusou. Tirou partido de mim. Abusou”.

Claro que era imposible que el entusiasmo de Correo por tumbarse a la magulladísima acaldesa Villarán fuese creciente, como señaló Ortiz. Eso hubiese implicado que más allá de las portadas dedicadas (casi 300 desde que Villarán pasó a disputar el sillón municipal con Lourdes Flores), Correo hubiese empezado a contratar paneles y avisos en avionetas. Pero el propio Aldo, en un pimpón bastante coordinado con su compañera de pantalla, Mónica Delta, se encargó de reforzar esta nueva teoría. Imposible no conmoverse con esta parte:

-Aldo Mariátegui: Cuando les pasa a ellos lloran y gritan, arman historias. Yo no soy… yo no lloro… yo no hago esas cosas…
-Mónica Delta: Yo sé que no eres un llorón (ya pasó, ya pasó), pero yo creo que es importante saber qué es lo que ha pasado. A ti te han echado de Correo…
-A.M: Sí, sí sí… sí, sí, yo no he renunciado…

Después, durante casi 10 minutos Aldo se dedica a llor… perdón, a decir por qué consideraba que no debió ser despedido e insinuar que había una mano negra detrás. Pero las portadas de Correo siguieron siendo tan antivillaranistas como lo eran en el periodo Mariátegui:

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Los titulares, desde que asumió el nuevo director, han dicho:

El 01 de febrero (2013):
- “Zegarra se quedó sin piso. Transparencia: debate no es pertinente”.

El 02 de febrero (2013):
- “Alan: revocatoria no paralizará obras. Mientras tanto, dos partidarios de Villarán son vacados por el consejo limeño”.
- “¡Qué diría Andrade! Ambulantes se adueñan de la Av. Abancay”.

El 03 de febrero (2013):
- “Villarán amonestada por hacer publicidad con recursos ediles”.

El 04 de febrero (2013):
- “Los lujos de los antirevocadores: ¿Quién paga los carteles de los antirevocadores”.
- “Sangriento desalojo en vano: Ambulantes fundan nueva Paradita”.

El 05 de febrero (2013):
- “La última: jura que le regalan paneles. Suertuda”.
- “Vecinos del margen del río Rímac exigen obras. Villarán se los prometió”.

El 06 de febrero (2013):
- “Seria denuncia de Mulder: carteles del NO carecen de permiso municipal”.
- “¿Y el pacto ético? Agreden a hijo del promotor del SI”.
- “Punta Negra: ejemplo post revocatoria. Obras no se detienen”.

El 07 de febrero (2013):
- “Costo de paneles del NO bordearía el millón de soles. Ya son más de 30″

HIPÓTESIS TRES: FUE LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA
“Y bueno”, habrá dicho entonces la Chichi Valenzuela, “si Beto puede salir con que fue Favre, ¿por qué no puedo decir yo que es el Foro de Sao Paulo”, y así no más se mandó con la más alucinante de todas las teorías conspiranóicas:
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Además de reírnos todos, ¿qué más podemos decir sobre esta tesis? Nada.


HIPÓTESIS CUATRO: “EL LADY VAGO”

Como ninguna de estas teorías parecía ser muy certera, decidimos acudir a quienes más que cualquier persona podían saber las razones por las que Aldo Mariátegui fue expectorado de Epensa: la propia empresa. Ahí nos enteramos, a través de fuentes que nos pidieron no ser identificadas, que en los primeros días de diciembre de 2012, sus empleadores (a través del “accionista del 11%”) ya le habían advertido que, de no hacer cambios, sería despedido.

¿A qué cambios se refería el “accionista del 11%”? A uno muy sencillo: “Se le dijo que él estaba demasiado concentrado en la portada y en la página dos del diario (en esta última página es donde aparecen su columna y las tristemente célebres “Chiquitas”), pero que de la página 3 en adelante se sentía que el diario estaba abandonado”. Una de nuestras fuentes aseguró que incluso en el 2011 ya se le había señalado que era necesario que se hagan cambios, pues el diario era más que las dos primeras páginas. “La razón es la siguiente: la portada del diario la ve la gente en los kioscos, y la columna de Aldo la leen en Internet. Si no se le daba fuerza al resto del diario, disminuían las razones para que la gente siga comprando Correo”.

Y efectivamente, aunque Aldo toreó el tema en su programa al hablar de tiraje y circulación, las ventas y lectoría de Correo habían venido cayendo año a año, como lo señala el estudio de lectoría contratado por la propia empresa (que puede bajarse en este link) y que Aldo evidentemente debe haber conocido:

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Como se puede ver, la caída más fuerte y consistente en la lectoría de Correo, se había dado precisamente en los lectores que la empresa consideraba un bastión de dicho diario: los NSE A, B y C.

Eso no es todo: hubo una orden de los dueños de Epensa para que los directores de todos los diarios se reúnan regularmente para colaborar de acuerdo con sus fortalezas: El Bocón podía apoyar a los demás diarios en el tema de deportes, Ajá con espectáculos, Correo en política, etc. El director de Correo no se presentó jamás a ninguna de las reuniones. Y, de acuerdo con más de una fuente, no solo no colaboraba con los otros diarios del grupo, sino que incluso se permitía ordenar a gritos el despido de trabajadores de los otros diarios por quítame estas pajas.

Tal vez Aldo pensó que esos mensajes, el primero de los cuales le había sido dado en el 2011, eran simples bravatas de sus jefes. Pero el tema sí era bastante serio al interior de la empresa: “A diferencia de los dueños de El Comercio, los Agois son empresarios netamente periodísticos, viven de los ingresos de sus diarios y no de otra cosa”, nos dijo una de nuestras fuentes.

Otra de las razones que tal vez llevaron a Aldo a ignorar las exigencias de sus empleadores es que, aunque su público era cada vez más reducido (lo demuestra el estudio de lectoría), su soberbia había aumentado, tal vez por haber sido nombrado comunicador del año por una revista de moda masculina:

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Ok, ok, lo justo, también por haber sido considerado como el periodista escrito más influyente, de acuerdo con la Encuesta del Poder de Ipsos-Apoyo.
Con esas credenciales, Aldo creyó que podía perfectamente zurrarse en lo que le decían sus jefes.

Pero para cualquier empresario, pagar cerca de S/. 40,000 mensuales (soles más, soles menos, la cifra no fue precisada pero anda por ahí) por solo hacer su columna diaria (una columna para la que, valgan verdades, solo tenía que demorar su ingesta de rivotril, y luego escribir lo que le salía del forro) le otorgaba a Epensa el privilegio de tener al columnista más caro del Perú, pero lo que ellos necesitaban era a un director para el diario.

“Es más, se le ofreció que aún cuando dejase la dirección del diario podría mantener su columna, pero eso no fue aceptado por Mariátegui”, recalcó una de las fuentes.

Entonces, tenemos que Aldo no fue despedido por una conspiración de Toledo, ni de Favre, ni mucho menos del Foro de Sao Paulo. Fue despedido porque se creyó tan indispensable que se zurró olímpicamente en lo que le pedían sus empleadores. Curioso que termine despotricando de sus ex jefes un convencido de las bondades e inclemencias del mercado, quien por ejemplo, tras el despido de Rosa María Palacios dijo:

“Es claro que si no le tienes confianza a alguien -porque lo percibes desleal, o te disgustan sus ataques contra ti u otros, o no aguantas sus insoportables aires de soberbia diva mandona, o le notas una agenda propia- y te cae la oportunidad de no renovarle, pues aprovechas la ocasión. Eso se llama “libertad de contratación” y todos estamos sujetos a ésta: uno trabaja con quien siente confianza.

En toda chamba pasa eso y los periodistas no tenemos corona, aunque algunos lo crean. Y la soberbia egocéntrica a veces hace pensar a algunos periodistas que son los dueños (o las emperatrices) del mundo. No es así. A pisar tierra. That’s it”.

A las palabras de Aldo solo nos queda agregar un oportuno “juas, juas”…
 
Tan claro como el agua.

Ya lo había dicho en otro tema, este asunto del despido de Aldito no pasaba de ser un dilema en el que solo tuvieron que ver protagonistas de la DBA mas rancia. Pero en algo si debo reconocer que me equivoque: según el post anterior no se habría tratado de un caso de abuso y prepotencia. No fue entonces un despido arbitrario. Fue la aplicación de lo que Aldito llama libertad de contratación. Sus patrones dejaron de creer en el. Los 40 mil mensuales resultaban muy caros para mantener a un periodista controvertido, "influyente" y "líder" de opinión pero absolutamente mediocre como director. Tanto que les estaba haciendo perder billete. Y eso para los mercaderes de la información es imperdonable.

Pero igual seguirán insistiendo los TUA (tontos útiles y achorados) en que esto es fruto de "una conspiración intergalactica ordenada por la bruja mafiosa Villaran" (ptm, igualito a sus discursos me salio jejeje) para bajarse al "combativo y demócrata" Alditus. Y al opinar de este articulo citado por Puklla dirán como en anteriores ocasiones cuando se quedan sin recursos: "miente, miente descaradamente....!!!!". Y luego nos tendremos que sentar a esperar que llegue alguna suerte de sustento para tan categórica sentencia. Y por supuesto, nunca llegara.

Como si no los conociéramos.

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Salud.
 
Me da risa que ahora encumbren a Alditus como un adalid del periodismo. Dócil felatriz de la más rancia y retrógrada derecha del país, y del mundo, mierdátegui se va sin pena ni gloria, seguramente aburrió hasta a sus ex empleadores, que por ahí no quieren quedar mal con alguien y el tipo que parece perro rabioso les estaba arruinando los planes.
 
Por qué cayó Mariátegui
Cesar Hildebrandt


Hacía por lo menos cuatro meses que el director de “Correo” había recibido un jalón de orejas por parte de Luis Agois, el delegado plenipotenciario del directorio de Epensa. Agois tiene el 11% de las acciones y el respaldo consistente de sus socios, entre quienes están sus padres (cada uno con un 20% de acciones), y fue nombrado presidente periodístico del grupo, es decir jefe directo del defenestrado Mariátegui.

Los problemas de la publicación parecían estar a la vista de todos, excepción hecha del autocomplaciente señor Mariátegui, y habían sido enumerados por el estudio de una consultora privada realizado en base a diversas investigaciones y focus group:

-La marca “Aldo Mariátegui” estaba borrando a la marca “Correo”.

-El director no dirigía el periódico sino que se limitaba a su columna y a la sección de chismes, donde solía verter lo mejor de su maledicencia.

-Las ventas estaban estacionadas en 35,000 ejemplares diarios (según nuestras fuentes) y 48,000 según la versión oficial de la cadena creada por Luis Banchero Rossi. No solo eso: el diario había perdido, objetivamente, lectoría (medición que consiste en saber cuántos miembros de una familia acceden a su contenido). Y eso era un problema surgido de lo que algunos especialistas en crisis de medios llamarían “excesiva predictibilidad”, fenómeno asociado a una ideologización de la información y a un feroz maniqueísmo en su tratamiento (buenos versus malos, caviares versus decentes, populistas versus racionales, estatistas versus la razón, izquierdistas versus la inteligencia, para citar algunos ejemplos publicables).

-Se imponía mejorar secciones, aligerar la maqueta, competir con un nuevo rostro y mejores ánimos en Deportes, policiales, Locales, Internacionales y Economía.

-Era necesario volver a tener una página editorial que reflejara la más matizada posición de Epensa en relación a algunos temas. Eso de que el pronunciamiento institucional estuviera supeditado al humor del director era algo que a los miembros del directorio, empezando por Luis Agois, les parecía ya insostenible.

-Resultaba también imperativo que las llamadas “campañas políticas” dejaran de protagonizar sucesivas primeras planas. Se le dijo a Mariátegui que esas campañas eran importantes pero que el periódico no podía sustraerse al cambiante menú noticioso de todos los días porque eso podía dañarlo dándole un aspecto de panfleto ajeno a la frescura de los acontecimientos.

-Se requería más noticias que opinión y era también necesario subrayar el deslinde entre ambas. En resumen, el periódico se había fanatizado bebiendo del molino de Mariátegui y ya sin relación alguna con la opinión del directorio.

-La lección más dura extraída de ese estudio que dio origen a la necesidad de cambiar “Correo” fue que mucha gente consultada opinó que el diario “era la columna de Mariátegui” y que el resto de páginas era apenas ojeado. Si se considera que Mariátegui se tomaba anunciados asuetos que, sumados, podían llegar a un mes por años se comprenderá que la preocupación del directorio no era algo traído de los cabellos.


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La presentación del nuevo director sin la presencia del que se iba tan
avisadamente (edición de "Correo" del jueves 31 de enero).

Todo esto fue hace cuatro meses.

Mariátegui se comprometió a hacer algunos cambios. No llevó a cabo ninguno.

Estaba convencido de que los Agois se olvidarían de todo y que su rol de formal megadirector vociferante –aunque en la práctica no ejerciera el cargo limitándose a la página 2 y a algunas directivas gruesas sobre informaciones que tuvieran que ver con determinadas empresas- sería suficiente para calmar las aguas. Total, ¿no había sido nombrado por Ipsos-Apoyo el periodista de prensa escrita más influyente? ¿Quién se atrevería a tocarlo?

Mariátegui subestimó a los Agois. Su carácter lo aconsejo mal.

Era, al fin de cuentas, el mismo carácter tempestuoso que lo había hecho hablar mal de un Carlos Iván Degregori tocado por un cáncer terminal, llamar “padre de una pornógrafa” al también paciente Raúl Wiener, burlarse de la ortografía de la quechuahablante Hilaria Supa, maltratar por diversión a Augusto Alvarez Rodrich, sostener que para ser de izquierda había que tener 80 de cociente intelectual, burlarse de la rehabilitación de una hija de la alcaldesa Villlarán, arropar y ensalzar a un nazi con nevada como Andrés Bedoya Ugarteche y sostener que quien no votara por sectores conservadores era parte del “electarado”.

¿No había sido Mariátegui, al fin y al cabo, el que hizo triunfar a Villarán con una campaña tan virulenta que terminó victimizándola? ¿Y no era la ferocidad sin límites de su apetito revocatorio una manera –otra vez equivocada- de expiar aquel primer error? El diario se había convertido en el cuaderno de bitácora de un capitán que amaba las tormentas.

En noviembre último, visto el estado catatónico del periódico, Luis Agois llegó a un acuerdo con Aldo Mariátegui. Sería suntuosamente indemnizado (era un derecho adquirido tras ocho años de labor), conservaría su columna y se iría como amigo. El escogido para sustituirlo era hechura de las canteras de Epensa, alguien que había tenido un muy buen desempeño en varios de los “Correo” de provincias.

No se sabe por qué (quizá se retractó porque consideró muy mansa su original aceptación) Mariátegui abandonó el acuerdo a comienzos de enero de este año y se declaró en pie de guerra. Buscó algunos apoyos – este columnista tiene la versión de que Alan García intercedió por él ante Enrique Agois, el anciano patriarca familiar- y luego, viéndose solo, exigió que lo echaran porque él no estaba dispuesto a renunciar.

Pues lo echaron. Y ningún miembro del directorio salió a defenderlo cuando apareció ante una consternada Mónica Delta –la servil compañera de aventuras del señor Schutz en el tiempo de los maletines gordos- diciendo, más o menos, que lo que habían cometido con él era un abuso “en vista de que el pleno del directorio no fue consultado”. Eso no era cierto. Luis Agois actuó con el conocimiento absoluto de la empresa.


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Explicaciones donde abundaron las medias tintas y faltaron las verdades.

Es raro oír hablar de un presunto abuso empresarial a quien se ha pasado los últimos años diciéndonos que la economía de mercado es intrínsecamente cruel y darwinista, que el capitalismo no le debe explicaciones a nadie, que la estabilidad laboral es la fuente del desempleo y que los trabajadores son piezas siempre prescindibles de un mecanismo regido casi por las leyes de la mecánica celeste.

Es extraño también que el personaje de esta crónica lamente ahora “el silencio conspirativo” de muchos colegas. Mariátegui era capaz de llamar a “El Comercio” para quejarse por lo que algún colega de mucha menor nombradía podía haber puesto en su twitter y tenía el insulto a flor de tecla para quien se le plantara delante.

Mariátegui creía ser el hombre que la derecha había estado buscando tantos años, el Cid Campeador del Club Nacional, el matamoros sin reparos que degollaba, en ceremonia tipográfica, a quien no pensara como él.

El problema es que Aldo Mariátegui más rabiaba que pensaba. En su prosa, lastrada por paréntesis que parecían injertos cubistas, no prosperaban las ideas sino los rechazos y maldiciones. Gracias a él el liberalismo fue ese esperpento de aspecto monárquico que excluía a todos los desafectos (incluyendo a los trabajadores, como él resulto al final). Y gracias a él tradiciones ilustres como las de Víctor Andrés Belaunde o José de la Riva Agüero –la derecha ilustrada- se olvidaron para siempre.

Sus viudas más ilustres, incluyendo la ya abiertamente delirante Cecilia Valenzuela –la que sostuvo que una conspiración de las izquierdas latinoamericanas explicaba la caída de Mariátegui-, dicen mucho del tipo de velorio al que asistimos. No lloran al liberal que sostenía trejamente su verdad. No lagrimean al hombre que se atrevió a enfrentar “lo políticamente correcto”. No se enlutan por el Christopher Hitchens limeño ni por el duro heredero de Carlos Miro Quesada Laos. Lloran porque el Django de la CONFIEP ha salido (esperamos que provisionalmente) de escena.

Mariátegui debería regresar pronto. El progresismo le debe mucho. Gracias a sus maneras y a sus sonámbulas reciedumbres muchos se han preguntado, leyendo “Correo”, si no será mejor estar en desacuerdo con el mundo que ha creado a los Bush, a los Rajoy, a los banqueros y a sus envenenados escribas.




Tomado de
Revista Hildebrandt en sus trece
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Edicion Nº 141
Viernes 8 de febrero del 2013​
 
Ni sabia que a este impresentable lo habian nombrado el Comunicador del Año (¿?) pero bien hecho que lo botaran por inepto... no sabe ni expresarse y menos va a estar al mando de todo un equipo para un plan de mejora en esa empresa :mad:
 
Me parece increible que en este pais, despues de haber visto en los vladivideos hasta donde puede llegar la manipulacion del poder politico y economico en los medios de comunicacion, poniendo y sacando periodiostas por doquier, todavia seamos tan incredulos de no ver la realidad y nos traguemos el cuento de otro pseudoperiodista, de los que abundan, que por encargo de algun poderoso patron trata de maquillar la realidad. Insisto en que de no ser por los Vladivideos, seguramente los Wolfensont Los Winter, Los Crousillat serian hoy por hoy tan respetables como los señores Agois, y el señor Shutz Landazuri no estaria profugo en Suiza. Seguramente algun periodista a sueldo los hubiera echo pasar piola y hubiera justificado con graficos y todo el incremento patrimonial de Panamericana Television producto del dinero de Montesinos (Del estado peruano). "Tu y yo sabemos de que estamos hablando" le dijo Mario Vargas Llosa a Monica Delta en el de Panorama, refiriendose a la libertad de expresion.

Como dije, no hay que ser muy suspicaces para poder saber cuales son los verdaderos motivos por los que Aldo fue echado, despedido, que no es lo mismo que no te renueven el contrato. ¡Por Dios! en que cabeza puede caber que un despido arbitrario y abusivo es lo mismo que un cese del vinculo laboral por termino de contrato.

Lamentablemente la simpatia ciega, y esta hace que cualquier atisbo de duda razonable quede de lado y por ello las explicaciones de practicamente un NN sean suficientes para sentenciar otra vez como en los tiempos de Montesinos: "Es un tema entre privados"

Y volvemos a tropezar con la misma piedra... "y que paaaase el desgraciado"
 
lo deben haber sacado por escribir cosas que van en contra de la politica del periodico (de los intereses politicos que estan detras de correo) ademas aldo siempre es polemico, si, cesar es un excelente periodista, no tiene pelos en la lengua y por eso a el lo han botado de varios programas, ahora solo falta que aldo se moleste con cesar
 
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