[FONT="]UNA COSA ES PONER ORDEN Y OTRA ES USAR ESTE PRETEXTO PARA ABUSOS
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Una sociedad, una ciudad como Lima con casi 10 millones de habitantes y con un Centro Histórico reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, tiene que tener orden, limpieza y ornato, etc.; dentro de estos aspectos importantes está el orden que tiene que haber en todas las actividades de esta capital como en otras, y justamente el orden es indispensable para el buen desarrollo de la sociedad.
Es por ello que las autoridades a quienes la Constitución y la Ley les faculta para desempeñar con probidad estas funciones son en primer término la policía, los serenazgo, los magistrados, los congresistas, alcaldes, etc., etc. Pues bien, puntualmente, el primer llamado a poner orden es la policía, y en este aspecto de lo que sucede en los night clubs del centro histórico de Lima es poner orden, lo que significa básicamente que no trabajen mujeres menores de edad, que no se ejerzan la prostitución, las estafas al interior de los locales, las broncas entre parroquianos, etc., etc.
[FONT="]La intervención policial
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El pasado viernes 3 de julio y el último fin de semana la policía realizó operativos en unos locales nocturnos del Centro Histórico limeño, y de eso se valieron malos policías para cometer abusos en dichos locales. Que se entienda que
[FONT="]NO estamos en contra del orden[/FONT],
[FONT="]pero SI estamos en contra del abuso[/FONT] de los uniformados o de los que se identifican con placa o carnet policial para intervenir a cualquier ciudadano y especialmente en esos locales.
La cosa fue más allá el viernes 3, y a lo largo de la semana, en el ambiente nocturno trascendió que los policías que intervinieron los locales del Jr. Rufino Torrico cometieron abusos desde el momento que ingresaron a los establecimientos, vociferando y tratando mal a los presentes y a las chicas (mujeres), y progresivamente iban ensortijando sus abusos tomándose las gaseosas, los ret bulls, los cigarros y -según versiones de primera fuente- hasta se apoderaron de grandes sumas dinero en efectivo que habían en las cajas de esos locales como producto de la venta (consumo de los parroquianos) hasta esas horas, antes de la intervención policial. El daño y malestar las pagaron las anfitrionas o ficheras -como se les llama en el argot de estos locales a las mujeres que se ganan la vida de esa manera-, pues los administradores no les pagaron por su trabajo de hacer consumir licor a los parroquianos, porque se llevaron hasta la plata con que se les iba pagar a los mozos y a las chicas. Durante este operativo los policías se llevaron a los porteros, mozos y a la cajera de un local y los tuvieron casi 24 horas detenidos por gusto.
[FONT="]¿La madre del cordelo?
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En las dos semanas últimas, si el propósito era de detectar si habían casos de menores de edad trabajando en esos locales o que si existía casos de trata de personas o de blancas o de abusos laborares de los dueños de los night clubs, bien, eso es orden y justamente quizá el promotor de toda esta sarta de abusos sea el protagonista de esta información periodística:
http://peru21.pe/actualidad/detienen-general-ep-retiro-trata-personas-2222834?href=dest_masleidas
Al parecer, los malos policías que habrían cometido abusos durante el operativo del viernes 3 en esos locales, aprovecharon la ocasión para dar riendas sueltas a sus malas costumbres y tomar lo ajeno so pretexto de ser policías. Que mala imagen se gana la Policía Nacional del Perú una vez más en su propio territorio. Esperemos cuál va a ser la respuesta del Ministro del Interior o de los altos mandos de la PNP ante estas atrocidades de abusos contra las mujeres y los empleados de estos locales, quizá no hacen mayor daño a los dueños pero si a sus empleados y anfitrionas que son los más débiles en estas situaciones y no hay quien hable o defienda a éstas víctimas de la pirañería policial, que mal, que vergüenza que la policía mediante sus mal llamados efectivos -efectivos ya saben para qué- cometa abusos y luego sea el blanco de las ajiacas y furibundas críticas de la ciudadanía y de la nación.
Si bien es cierto que el general antes indicado, es conocido por muchos de los parroquianos como el dueño de ese local de la cdra. 3 dl Jr. Quilca, y si los servicios de inteligencia policial le detectaron presuntos indicios del delito de trata de personas, pues allá él, sabrá defenderse y no por ello, la policía bajo el mando de algunos oficiales PNP va aprovecharse para cometer abusos en esos locales. La gente sabe y conoce como es un policía y la mayoría sabe como es la mayoría de los policías que hay en nuestro medio.
Se sabe que intervenciones policiales como éstas, se hacen con la participación de fiscales del Ministerio Público, de lo contrario no son válidas. O que quizá, porque algunos locales nocturnos no pagan cupos a ciertos funcionarios metropolitanos, porque se supo que en anteriores años, varios locales hacían bolsa común para la comuna capitalina y así tapaban las atrocidades que habían en los points que proliferaron en el Cercado; la tía regia puso orden y disminuyeron los antros y esa lacra de cosas y los operativos no tenían mucha frecuencia porque no eran tan necesarios, había cierto orden. Si bien es cierto es difícil manejar estos locales en cuanto al cuidado en general de su funcionamiento bajo reglas municipales, morales, éticos y de honestidad, será que ahora volvió la costumbre de la bolsa común para la comuna y allí también un pretexto para los operativos ???
Si hay irregularidades en los night clubs, que se combata, pero limpiamente con autoridades (policías, serenos, etc.) honestas y probas, y todo bajo la ley y las normas respectivas. Estamos de acuerdo con ello porque será para mayor confianza y tranquilidad para que los "parroquianos" puedan tirarse sus canitas al aire en esos locales con la dulce compañía de las anfitrionas que no las tienen a la mano.
Así, aquí hemos expresado nuestro derecho constitucional a opinar y criticar, en forma constructiva. Gracias.